Macri: veinte meses o el intento de imponer un modelo neoliberal

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Revista Tesis 11 (nº 122)

(política nacional)

Roberto Papadopulos*


El proyecto del gobierno de Mauricio Macri. Las consecuencias para los sectores populares. El desarrollo de las luchas obreras y populares. Las próximas elecciones como momento para el despliegue del debate. Unidad Ciudadana y Unidad Porteña como instrumento, no sólo, electoral sino la posibilidad de avanzar en una construcción frentista en la lucha contra el neoliberalismo.

El Presidente Mauricio Macri cumplió, en Agosto, veinte meses de gestión.  El proyecto neoliberal-conservador de su gobierno de Ceos, en representación del “nuevo” bloque histórico, con la complicidad de una parte de la justicia, de los medios de información dominantes como instrumentos de la batalla ideológica y cultural y con la actitud complaciente de una parte de la dirigencia política y sindical (el triunvirato de la CGT), ya tiene rostro propio. Un gobierno de ricos que gobierna para ricos. Con grave deterioro de la situación económica y social de los trabajadores, de los sectores populares en general y de las llamadas capas medias de la ciudad y el campo. Que pone en peligro la democracia, la soberanía y la integridad del propio país. Que no duda en atropellar las instituciones republicanas. Y con consecuencias, en lo económico, político y social, que ya no pueden adjudicar al gastado caballito de la “pesada herencia”. Son, sin ninguna duda, el resultado de las políticas neoliberales llevadas a cabo por este gobierno.

El despliegue de las luchas y la acción militante

Planteada así la situación, el despliegue, aún mayor, de las luchas, la organización y coordinación en cada lugar de los sectores castigados por esta ofensiva neoliberal-conservadora y la elaboración de un programa común, serán las herramientas principales para enfrentarla, recuperar el gobierno y profundizar el rumbo de los cambios sociales. “Vamos a volver” debe ser para restituir derechos perdidos, pero además para profundizar cambios. Hacer crecer el papel del Estado para desplegar una industria vinculada al desarrollo nacional y competitiva a nivel regional e internacional, realizar la reforma tributaria, nacionalizar el comercio exterior y otras medidas que avancen contra el neoliberalismo.

En ese camino se encuadran las elecciones de medio término; el 13 de Agosto las Paso y el 22 de Octubre las que consagrarán un nuevo poder legislativo a lo largo y ancho del país. Un momento que permitirá el despliegue del debate político en cada lugar. Desnudar la esencia del proyecto de este gobierno, cuál es nuestra propuesta y cómo multiplicamos y desplegamos las organizaciones sociales y políticas. Producir un pronunciamiento contra el proyecto del gobierno actual.

El surgimiento de Unidad Ciudadana en la Provincia de Buenos Aires, con Cristina de Kirchner como candidata a Senadora Nacional, Unidad Porteña en la Ciudad de Buenos Aires y en otras provincias, abren hacia  adelante, no solo la construcción de una herramienta electoral, sino la resignificación de la idea unitaria/frentista y de la política como herramienta del cambio. Instrumento para ser los protagonistas de la lucha.  Acciones donde la militancia debe ser lo fundamental.

La creación de la Corriente Federal de los Trabajadores, agrupando a los gremios más esclarecidos y combativos de la CGT, es un muy auspicioso paso hacia adelante. Entre otras valiosas actividades, han elaborado una progresista propuesta programática desde los trabajadores a la sociedad. Su unidad de acción con las dos CTA y su lucha en el interior de la CGT para impulsar la resistencia contra las políticas neoliberales marcan el camino de unidad y lucha a seguir.

El marco mundial y regional

Para enmarcar en la situación mundial y regional a nuestro país, señalemos que el capitalismo está inmerso en una crisis general, que comenzó alrededor de los años 70. Crisis económica y financiera mundial que estalló en el 2008. Se había impuesto el neoliberalismo como alternativa. Globalización del capital, países para instalar las empresas con mano de obra barata y con flexibilización laboral, privatizaciones y endeudamiento brutal. A principio de los años 90, funcionarios del FMI, el Banco Mundial y del gobierno de los Estados Unidos elaboraron una serie de medidas que se debían aplicar en América latina y en todo el mundo,  conocidas como el Consenso de Washington, que completaron las recetas de los lineamientos del documento de Friedrich Hayer (1944), titulado Camino de Servidumbre. Es en su desarrollo, que, el capitalismo, cada vez más acrecienta la riqueza en pocas manos y crece la presencia del capital financiero.

Bueno es recordar que todas las experiencias de aplicación del neoliberalismo, desde Chile pos golpe de estado contra el gobierno de Salvador Allende, pasando por la Argentina de los 90, terminaron en más miseria, desocupación, degradación institucional y represión frente a las luchas de los más desposeídos. A veinte meses estas son las consecuencias que se avizoran por la aplicación del proyecto del actual gobierno.

Es importante señalar que el neoliberalismo no constituye sólo una forma económica, sino que se convirtió en un concepto ideológico, cultural y una forma de vida que intenta desplazar a la política. Que estimula el “sentido común” del individualismo y donde la idea del progreso y avance dejó de ser social, para ser individual. El capitalismo, en su estadio el de neoliberalismo, muestra cada vez más su verdadera cara. Se resiste a la, ya evidente, pérdida de su hegemonía mundial y la existencia de un mundo multipolar. Se resiste y en esa lucha despliega todas sus capacidades, sin excluir la invasión, la guerra, los golpes de estado y la conspiración de la CIA, en distintos lugares del mundo. Su incapacidad de resolver los problemas más acuciantes de la humanidad es notoria. Estamos frente a una crisis civilizatoria.

Es en medio de la situación mundial, compleja y contradictoria, con avances y retrocesos, que la llama de Cuba y la historia de resistencia y acción popular, logró en los albores del siglo XXI una nueva oleada de cambios en América latina. Cambio que según García Linera “inicia en el continente un poderoso ascenso político de las clases y fuerzas populares de izquierda que, de manera directa, vía sindical, de movimientos sociales o partidarios, asumen el control del poder del Estado”. “Una década virtuosa de la soberanía popular con cuatro logros fundamentales; ampliación de la democracia política, redistribución de la riqueza común y ampliación de la igualdad social, formas pos-neoliberales de gestión de la economía y de administración de la riqueza y la construcción de una Internacional latinoamericana progresista y soberana”.[1]

Pero los avances del neoliberalismo en Brasil, Argentina, junto a la ofensiva que se despliega para derrotar al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, no se hicieron esperar. Ante los triunfos y las derrotas, se requiere desplegar más a fondo el “pensamiento crítico latinoamericano hoy”[2]. Ayudar a reflexionar, “Que las fuerzas que se oponen al neoliberalismo no han logrado hasta ahora, en la gran mayoría de los países, comprender que la lucha fundamental en el período histórico actual es por la superación del modelo neoliberal y lograr construir una alternativa concreta a ese modelo, congregando a las fuerzas sociales y políticas necesarias[3]. Se subestimó las enormes capacidades de las fuerzas reaccionarias, no se logró construir la herramienta necesaria e indispensable para sostener y profundizar el avance logrado y desplegar una labor ideológica y cultural, que haga retroceder la subjetividad de la ideología neoliberal.

Los dos proyectos en pugna; el neoliberal y el popular

Cuando analizamos cuales son los sectores económicos que componen el “nuevo” bloque histórico, que Macri representa, encontramos al complejo agro exportador, al sector financiero, a sectores de la minería, a los grandes capitanes de la industria consolidada, a los organismos multilaterales de crédito, la embajada de los Estados Unidos, los medios de información dominante como instrumento de la lucha ideológica y cultural y una parte complaciente de la dirigencia sindical y política. La Alianza PRO expresa la consolidación de un bloque amplio del poder real que le permitió conducirse como una súper mayoría[4].

La pregunta de cuál es el proyecto del gobierno de Macri, tiene, con los veinte meses de gobierno, una parte de la respuesta. Se expresa en las medidas; económicas, sociales y políticas adoptadas. Para señalar algunas; la rendición incondicional y el pago a los fondos buitres, el incontrolable endeudamiento externo, la reducción de las retenciones a los ricos del campo, la transferencia de riqueza de los trabajadores y sectores medios a los grandes capitales mediante paritarias a la baja y un proyecto de flexibilización laboral que se miran en el espejo del aprobado recientemente en Brasil. La apertura indiscriminada de las importaciones con cierre de miles de pymes, aumento preocupante de la desocupación y alarmante caída del consumo, en particular de los alimentos.  Reducción del gasto social destinado a educación, a la atención de los jubilados, la salud pública y la investigación científica. La entrega del patrimonio nacional como lo demuestra el contrato de ARSAT y Hughes, la desfinanciación de Aerolíneas Argentinas. En lo político el desapego a la Constitución Nacional; con el intento de poner dos jueces por la ventana sin aprobación del Congreso, la enorme presión sobre contra el poder judicial y la judicialización de la política, creciente represión a las luchas y la detención de los opositores como lo demuestra la prolongada e injusta detención de la compañera Milagro Salas. Compra inusitada de armamento. Las mentiras de la campaña electoral y la realización de denuncias y discursos contra la corrupción y las mafias, cuando ellos representan, por, origen de clase, la mayor corrupción histórica.

El objetivo es anular todos los derechos históricos conquistados por los sectores populares. Hacer creer que no lograremos consolidar un gobierno anti neoliberal, que garantice todos los derechos al pueblo.

Está claro que si uno revisa y compara las medidas y las consecuencias, para los trabajadores y el pueblo, de este gobierno con las de Néstor y Cristina de Kirchner, encontrará en estos últimos enormes diferencias a favor del pueblo. Los derechos conquistados, las medidas puestas en marcha desde el Estado, estuvieron en la dirección de los más necesitados y del pueblo en general. No de los ricos. Una política exterior de Paz, no sujeta a los centros de poder mundial. El no al ALCA, la solidaridad con los pueblos y los gobiernos de América latina y el Caribe. Los esfuerzos de profundización del la coordinación regional de la UNASUR y la Celac. En política interior, despliegue del papel del Estado con la recuperación de YPF, Aerolíneas Argentinas, eliminación de las AFJP. Aumento de las jubilaciones, la Asignación Universal por Hijo, los planes conectar y trabajar. La repatriación de científicos y la construcción del ARSAT I y II. El aumento del presupuesto educativo y de salud. Creación de Universidades. La Ley de Matrimonio Igualitario. La puesta en marcha de todas las convenciones colectivas de trabajo y el aval de todos los aumentos, por encima de la inflación, a todos los trabajadores. La recuperación y ensanchamiento del desarrollo industrial. El impulso a la creación de millones de puestos de trabajo. El desendeudamiento más importante y el impulso de una política de las Derechos humanos que contribuyó a desarrollar la memoria, a conocer más a fondo la verdad, impulsar los juicios y el castigo a los genocidas de la última dictadura militar. Estas son algunas de las tantas medidas del gobierno, que la derecha trata de desprestigiar, llamándolo “populista”. Claro que no fueron todas las posibles y necesarias. Cierto que hubo errores e insuficiencias a corregir como evitar elementos de corrupción.
La lucha principal será, por impedir que se consolide y derrotar el proyecto neoliberal del “nuevo” bloque histórico, y crear una hegemonía popular con los trabajadores, el pueblo y sectores medios y demás sectores populares, que impulse y encabece la nueva oleada revolucionaria, que avancen hacia la construcción de una sociedad con democracia deliberativa y participativa. Sin explotadores ni explotados. Una sociedad socialista.

*Roberto Papadopulos, periodista, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11

1)      Alvaro Garcia Linera “Fin del ciclo progresista o procesos por oleadas

Revolucionaria”

Conferencia en la Universidad de Buenos Aires 27-05-2016

2)      Emir Sader                 El pensamiento crítico latinoamericano hoy

18-07-2017 Rebelión

3)      Emir Sader                 Por qué sobrevive el neoliberalismo?

Nuevos Aires Junio 2017 Nº 48

4)      Claudio Scaletta         El “nuevo” bloque histórico Página 12 suplemento enfoque

Nº 1411 11-06-2017


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