3ª mesa-debate sobre: “Recomposición del Campo Popular”

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Revista Tesis 11 (nº 120)

Resumen de la 3ª mesa-debate (28/09/16) del ciclo organizado por Tesis 11 sobre:

“RECOMPOSICION DEL CAMPO POPULAR”

Organizaciones intervinientes: CTA (Central de Trabajadores de la Argentina) secretaría Michelli / IMFC (Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos) / KonFluencia Popular (organización política) / TESIS 11 (Organización político-cultural)

Coordinador del debate: Roberto Papadópulos (Tesis 11)

Resumen del debate: Carlos Mendoza (Tesis 11)

Tesis 11 recomienda leer este debate, por considerar que fue franco, profundo y de gran riqueza, sobre los temas ideológicos y de praxis política vinculados a una temática de tan fundamental importancia para el campo popular.

Nota: Este resumen fue realizado por Carlos Mendoza  seleccionando párrafos de las intervenciones, con modificaciones para adaptar su redacción y vinculación entre los párrafos, por lo que la responsabilidad del texto corre por cuenta del mismo.

(Al final del texto se incluyen enlaces que permiten acceder al audio completo del debate y al desgravado corregido del mismo).

Temáticas generales debatidas:

  1. Caracterización socioeconómica y política de la realidad argentina, su relación con la situación en América Latina y el mundo capitalista actual: Problemas estructurales principales a resolver desde el interés de los sectores popular
  2. Necesidad de un frente o movimiento sociopolítico para enfrentar las tareas transformadoras. Condiciones para su conformación y desempeño. Relación con la democracia, las organizaciones y el frente del movimiento popular. Su vínculo con el desarrollo de la democracia participativa y la utilización de la institucionalidad de la democracia representativa.

ROBERTO PAPADOPULOS (TESIS 11-Coordinador).- (Periodista. Miembro de la mesa de dirección de Tesis 11).

Estamos convencidos que no son muchas las ocasiones en que las organizaciones se reúnen para hablar de temas ideológicos, programáticos y organizativos, del frente o movimiento sociopolítico del campo popular. Ese es el aporte que queremos hacer desde Tesis 11 con este ciclo.

Haremos tres rondas de discusión, una por cada temática y una final a temario libre. Los compañeros intervendrán por orden alfabético de las organizaciones.

Debate sobre la 1er temática

JORGE CARDELLI (CTA–Michelli).- (Licenciado en matemáticas. Secretario de Formación de Proyecto y Estadística de la CTA).

Empezaría por una caracterización de esta ofensiva pro imperialista que representa el macrismo. Más allá de que el imperialismo no termina de salir de la crisis que se inició en 2007/2008, eso no implica que no intente avanzar en una salida, buscando liberar el comercio, agotar los recursos naturales, exportar capitales, profundizar la explotación de la mano de obra. En ese sentido había un escollo en los últimos años y es que América Latina había generado una resistencia al proyecto del ALCA. Se generó una fuerte alternativa a lo norteamericano. Con el BRICS, con China, se desarrolló la idea de generar un cierto orden internacional un poco más horizontal, un poco más democrático, y obviamente eso confrontaba con Estados Unidos. En América Latina estaba uno de los bastiones fuertes, con Venezuela, Brasil, Argentina. Ese proyecto no tuvo la fuerza suficiente y ha recrudecido la ofensiva imperial norteamericana y aquí en América Latina en cuanto encontraron la posibilidad trataron de avanzar nuevamente.

Claro que esa posibilidad se generó también porque los gobiernos latinoamericanos no eran todos iguales, y además lo que era una situación internacional favorable de precios empezó a ser desfavorable. A su vez, en Argentina, Brasil y Uruguay, las políticas no alcanzaron a constituir proyectos de industrialización.

Hay cuestiones que el proyecto macrista tiene definidas, como avanzar más en la liberalización de los mercados, en la precarización laboral, abaratar la mano de obra. Sin embargo son conscientes de que en este país hay una crisis estructural muy fuerte y que son necesarios algunos niveles de industrialización para que la gente trabaje y la perspectiva que tienen en la cabeza es el capital extranjero. Están convencidos de que la única forma de que el capital extranjero venga es generarle las mejores condiciones laborales, de control social, de gobernabilidad.

Otro ejemplo donde se muestra con claridad la política de Macri es el tema educativo. Ya en la campaña electoral ellos avanzaron fuertemente en las críticas al gobierno de Cristina, montados en el hecho de que había ampliado la cobertura, iban más chicos a la escuela primaria, y más que todo a la escuela media. Se gastó más dinero, se abrieron las paritarias docentes, pero también es cierto que el gobierno no resolvió el tema de lo que ahora se llama la calidad, que son las pruebas PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes). Entonces, aprovechando que hay un estancamiento en las horas PISA, construyeron un discurso crítico a la calidad educativa.

Ellos ven una juventud muy indisciplinada, poco capacitada, ven muchos jóvenes fuera de la escuela. Entonces, a lo mejor con esta política aspiran a integrar a todos esos sectores en el marco de un mecanismo de precarización laboral y de explotación.

Creo que ellos necesitan domar a los trabajadores, que a su vez se encuentran en una situación difícil. Este movimiento sindical no es el mismo que el de la década del 90. Se ha unificado por temor, lo une el espanto, porque el macrismo se lo lleva puesto. Se los lleva puestos a los textiles, a los metalúrgicos; se van a quedar sin afiliados, sin sindicatos. Este es un proyecto que no tiene la perspectiva que tenían muchos dirigentes sindicales en la época del menemismo, de negociar y quedarse con algún paquete. Por otro lado, el mundo sindical tampoco está regalado, lo que no significa que esté diciendo que esté a la vanguardia ni nada por el estilo.

JUAN FRANCISCO MARTINEZ PEIRA (IMFC-INSTITUO MOVILIZADOR DE FONDOS COOPERATIVOS).- (abogado, historiador, docente universitario, investigador. Coordinador del departamento de historia del Centro Cultural de la Cooperación).

Hay cuestiones estructurales históricas en América Latina vinculadas con la dependencia que viene desde la época colonial y la post independencia.

Una cuestión es la hegemonía imperial. A partir más o menos de la década del 40 tenemos una economía de hegemonía norteamericana, en el caso de Argentina; en el caso de América Latina es previa. Y antes teníamos la hegemonía británica. Pero este problema de un imperio en la región es histórico y estructural. Y ahora estamos viviendo una nueva ofensiva imperial que tiene similitudes y diferencias con ofensivas previas.

Otra cuestión es la dependencia económica. La dificultad de tener proyectos alternativos a una economía primaria y de exportación primaria, en nuestro caso agro exportadora y en otros casos enclaves mineros.

Otra cuestión fundamental es que la hegemonía cultural neo liberal e imperial ha sido uno de los grandes problemas que hemos vivido en los últimos tiempos.

Estos problemas estructurales no fueron resueltos en Latinoamérica, a pesar de los avances y cambios que hubo.

Los problemas nuevos son a partir de la década del 70, con las dictaduras, que significan un corte bestial en nuestra historia. Porque la disputa que se abre en América Latina, más o menos en la década del 30 y del 40, pone fuertemente en tensión la dominación imperial y la dependencia económica de diferentes formas. La más radical fue la revolución cubana. Aquí en la Argentina lo fue la experiencia que abrió el peronismo. El contexto que se abre luego en Argentina es de disputa con la llamada revolución libertadora, y el período posterior de disputa muy fuerte y feroz, que termina con la dictadura militar del 76.

Luego, hay un nuevo contexto de una avanzada imperial muy fuerte después de la caída de la Unión Soviética. En los 90 se abre un nuevo momento, para mí importante, que tiene que ver con la crisis de la política y de la representación política, los cambios en la lógica peronista y la despolitización del estado. Es algo que se inicia con la dictadura militar y que en el caso de la Argentina tiene un impasse con el proceso de la primavera democrática del 83, pero que como sabemos sale mal.

Después hubo un proceso de crisis política muy intensa, de espectacularizaciòn de la política, que se expresó en el menemismo (y hoy en el macrismo) relacionada a su vez con una avanzada imperial y neo liberal feroz, que después entró en crisis. El tema es cuán fuerte fue en realidad esa crisis. Recordemos cuando Correa decía “esto no es una época de cambio sino un cambio de época”. Yo creo que al final no resultó un cambio de época.

Esto dicho en general, porque lo que significó el chavismo no es lo mismo que lo que significó el kirchnerismo. El chavismo podríamos compararlo con lo que significó el peronismo, es decir abrió un momento absolutamente nuevo que no se puede revertir tan fácil.

En Argentina no hubo un cambio político y cultural tan grande como se creía. Cuando uno piensa en lo que fue la victoria de Cristina con el 54%, uno podría creer que en ese momento se tenía una hegemonía política, cultural, muy fuerte, y en realidad muchos de esos votos eran muy volátiles.

Hay entonces un problema que tiene que ver con la crisis de la política. La despolitización. Y una crisis ideológica muy fuerte que el kirchnerismo intentó superar, e hizo muchos avances, pero no creo que haya podido tener la profundidad que se esperaba.

Algo que está implícito en lo que digo es el poder de los medios de comunicación. Si durante el siglo XX era muy importante, a partir de la década de los 80, los 90 y ahora, es realmente furibundo. La actuación política que están teniendo los medios es eje central de la actual ofensiva pro imperialista y neo liberal; lo que pasó en Paraguay, Argentina, Brasil, lo que pasa en Venezuela, sin el ariete central de la prensa para instalar una serie de relatos elitistas, conservadores y pro imperialistas, sería impensable.

Los medios de comunicación como constructores de sentido común, son un problema muy grande, que el kirchnerismo intentó resolver con la ley de medios y no pudo, porque justamente está el otro gran problema que es el de la corporación judicial.

Entonces, creo que hay un problema muy grande en los procesos progresistas en Argentina y Latinoamérica: han logrado avances parciales en transformaciones socioeconómicas, que no pudieron ser muy profundas en algunos casos, en otros sí, y que parecía que habían impuesto un cambio de época, pero que lamentablemente creo que no fue así.

ABEL FERNANDEZ (KonFluencia).- (Militante peronista, ex Representante del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires en el ex Concejo Deliberante. Integrante de la Conducción de KonFluencia.).

Agregaría algunas observaciones sobre la situación global.

A partir de la crisis del petróleo a comienzos de los 70 empezó una nueva etapa del capitalismo. La revolución conservadora de Tatcher y Reagan fue la expresión política prematura de una nueva concepción, que implicaba el predominio del capital financiero en términos de criterio de valorización del capital. La motivación principal del proceso capitalista no fue ya la producción, las ventas, ni siquiera la ganancia.

Lo nuevo es este fenómeno del capitalismo, y creo que su victoria y su hegemonía cultural, que todavía hoy es globalmente el discurso establecido, se debió a que coincidió con dos fenómenos vinculados pero no idénticos: Uno fue el derrumbe de la Unión Soviética, que provocó la sensación de que el capitalismo era el fin de la historia. El otro fue lo que un economista británico llamó “Chimérica”, la sinergia entre las economías de China y los Estados Unidos. Ese proceso implicó una cierta desindustrialización de lo que se llama vulgarmente Occidente, Estados Unidos y la Unión Europea, que hizo que China se convirtiera en el taller del mundo.

Pongo énfasis en este marco, porque me parece evidente que estamos llegando al final de ese proceso.

La crisis del 2008 fue por una de las burbujas típicas del capitalismo, que es un gran productor de burbujas y siempre se reconstruye a partir de ellas. Pero, si bien Estados Unidos se ha recuperado relativamente de esa crisis, lo ha hecho con un dinamismo muy inferior a la etapa previa, y sobre todo ha dejado de ser el mercado para las exportaciones de todo el mundo, de ser la locomotora del sistema global. Entre otras cosas porque al haber solucionado su problema de energía con la revolución del shale, ha dejado de importar grandes cantidades de petróleo. Esto ya basta para que la lógica del crecimiento de los últimos 30 o 40 años esté agotada.

Vemos asimismo los procesos del Brexit, el resurgimiento de los nacionalismos en la Unión Europea, el fenómeno Trump en Estados Unidos. Todo esto se puede ver como síntomas superficiales de un sistema agotado, que no ofrece futuro, pero que hasta ahora no aparece ningún elemento de reemplazo.

¿Por qué hago hincapié en este escenario que puede ser discutible? Porque me parece que condiciona las experiencias en nuestra región del mundo, en América del Sur.

Yendo a la situación en Argentina, se puede hacer comparaciones con la anterior ofensiva neoliberal menemista. Aparte de las importantes diferencias entre la experiencia menemista y la macrista, en la menemista hubo un elemento que le dio vigor durante 10 años y fue la afluencia de capitales extranjeros para comprar empresas argentinas, estatales y privadas. Ese fenómeno terminó en una explosión económica y social espantosa. No veo ninguna posibilidad de que la experiencia macrista tenga ese desarrollo. Primero, es evidente que no hay ninguna afluencia de capitales. Las nuevas políticas, el romance con los Estados Unidos, todos estos gestos que Macri hizo desde el comienzo, no han logrado inversiones significativas.

La política actual es la del ajuste, la misma que ha fracasado en el sur de Europa. Ajustar y confiar que la inversión o el endeudamiento lo cubran.

Creo que la estabilización del proyecto macrista es más que improbable. Su única carta, que está en las zonas del interior, es el desarrollo agrario y la agroindustria. La soja, el crushing, miran hacia China. China es hoy la Inglaterra de otra época para la economía argentina. Pero a China no le interesa ya comprar el aceite, quiere comprar el poroto. De la industria se encargan ellos.

Yo diría que en este contexto global tenemos que prever la posibilidad de una etapa de neo proteccionismo en el mundo. Aunque no hay que darlo por seguro porque todavía el consenso internacional es por el libre comercio, pero debe considerarse esa posibilidad. En ese marco hay dos salidas para nuestro país: Justo o Perón.

CARLOS MENDOZA (TESIS 11).- (Ingeniero, especializado en temas políticos y económicos. Integrante de la mesa de dirección de Tesis 11).

Uno de los principales problemas de la estructura socioeconómica de la Argentina es la oligopolización. Hay insumos básicos oligopolizados que entran en la producción prácticamente de todos los bienes y servicios, como acero, aluminio, cemento, papel, vidrio, plástico, productos petroquímicos y otros; el comercio minorista está muy concentrado en los supermercados; también el comercio exterior, la venta de nuestra producción agropecuaria y agroindustrial, está en manos de unas pocas empresas. Y además ésta oligopolización está fuertemente extranjerizada, más del 70 por ciento de la propiedad de los sectores monopólicos y oligopólicos argentinos están en manos de multinacionales; las mismas multinacionales que dominan la economía en todos los países capitalistas.

La oligopolización de nuestra economía trae una serie de problemas:

Primer problema: La crisis capitalista empezó a mediados de los años 70, después de los denominados “30 años gloriosos” de crecimiento de la postguerra gracias a políticas keynesianas en todo el mundo. Ante la crisis se empiezan a aplicar las políticas neo liberales: globalización del capital, búsqueda de países con mano de obra barata calificada, materias primas baratas, ventajas impositivas, poca protección del medio ambiente, etc. Y ante la crisis las casas matrices lo que quieren es que se repatríen las ganancias en vez de reinvertirlas en el país.

Segundo problema: Como el capitalismo a nivel mundial está hegemonizado por su sector financiero especulativo, parte de las ganancias que obtienen las invierten en especulación financiera y no en inversión genuina.

Tercer problema: Cuando hay un gobierno popular, democrático y progresista, como el kirchnerista, con todas sus limitaciones, que apuesta a la demanda como motor del crecimiento económico, ante una demanda solvente los grupos oligopólicos, al no tener competencia, aumentan sistemáticamente los precios por encima de sus costos y generan inflación. Y con la inflación generan problemas económicos y además un discurso antiinflacionario que les permite captar voluntades.

El problema de la oligopolización es tan grande que requeriría, entre otras cosas, la integración latinoamericana para enfrentarla a nivel regional, porque el problema también lo tienen los demás países latinoamericanos. Sin embargo eso no significa que no podamos hacer nada localmente. El gobierno anterior demostró que pudo recuperar el sistema jubilatorio con el ANSES, el 51 por ciento de YPF, AYSA, Aerolíneas Argentinas, y otras empresas. Y demostró que esas empresas pueden funcionar bien en manos del Estado.

Se pueden hacer otras cosas localmente: El Estado argentino podría intervenir en el comercio exterior de productos agropecuarios, por ejemplo asociándose con las cooperativas exportadoras existentes, como ACA y AFA, haciendo una empresa mixta estatal y cooperativa. El Estado podría recuperar empresas estratégicas de servicios energéticos, como los servicios de electricidad y de gas. El petróleo debería ser nacionalizado en su totalidad. El argumento para todo ello sería el mismo por el cual se recuperó YPF, ya que las empresas del sector energético no están cumpliendo con los contratos de concesión, porque no están haciendo las inversiones que deberían hacer. El Estado podría asociarse con las empresas recuperadas por los trabajadores, cooperativizandolos y haciéndolos intervenir en la gestión para democratizarla. El Estado podría fomentar la creación de clusters de PYMES y asociarse con ellas para emprendimientos industriales que sustituyan importaciones. Estas son cosas que se pueden hacer.

Otro problema estructural en la Argentina es el de la industria. Hemos tenido varios períodos de intentos de desarrollo industrial que ha quedado siempre a mitad de camino, por los golpes militares, por el advenimiento del menemismo después, ahora por el macrismo; el resultado es que la industria que tenemos es ampliamente ensambladora y sin integración vertical. Muchas de esas industrias venden sus productos en el mercado interno e importan los insumos y las partes que necesitan para el ensamblado, con lo cual generan un estrangulamiento de divisas, porque venden localmente en pesos y gastan en divisas para importar.

En el tema de la industria es muy importante la integración latinoamericana, ya que necesitamos escala suficiente para un desarrollo industrial más integrado y más amplio.

Otro de los problemas nodales que tenemos que atacar es que hay una elevada concentración de la tierra. Eso se puede atacar de diversas maneras. Por ejemplo, creo que el impuesto a la renta potencial de la tierra es mucho más difícil de cobrar que las retenciones agropecuarias, que en última instancia las terminan pagando los dueños de la tierra. Estos recursos se pueden utilizar para el desarrollo de la industria y para inclusión social, todo lo cual desarrolla el mercado interno.

Estoy hablando de problemas que hay que resolver, no estoy diciendo que tengamos la relación de fuerzas en este momento para hacerlo, pero tenemos que apuntar a tener esos objetivos estratégicos.

Debate sobre la 2ª temática

JORGE CARDELLI (CTA-Michelli).-

Hay una cuestión importante y es que el tema de la oligarquía en este país no es un problema resuelto. Es un sector de clase muy particular, mixto, que combina algunos elementos de toque feudal, y algunos de toque industrial. Es además un sector con un grado de pragmatismo muy grande y que se mueve con cierta autonomía

En el conflicto del campo ese sector decide romper con el gobierno de los Kirchner, inician una ofensiva contra ese gobierno y reconstruyen una alianza con el capital monopólico, con el capitalismo imperialista. En ese sentido hoy Macri recompone la alianza entre el capital imperialista y la oligarquía terrateniente.

Ese sector siempre se queja de que se quiere industrializar el país pero siempre utilizando parte de la renta de los dueños de la tierra, ingresos del sector agropecuario.

El macrismo manifiesta que no va a molestar al sector agropecuario, ya que su política para avanzar en alguna variante de industrialización es obtener inversión extranjera.

El problema es que yo no veo alternativa programática a eso. Alternativa de programa con cierta viabilidad, con cierto consenso en el movimiento popular. Este es uno de nuestros primeros desafíos, ver si podemos reconstruir un programa que realmente sea de independencia nacional. El último programa que tuvimos fue el del 11 de marzo de 1973, dio algunos pasos pero no se pudo realizar, y pasó lo que pasó, el golpe y todo lo demás.

El kirchnerismo hizo algunas cosas, pero para mí no fue al diente en las cosas, como sí hizo Perón quien nacionalizó el comercio exterior. Eso fue lo fuerte del peronismo. Eso es lo que el kirchnerismo no alcanzó a hacer y, al no tener ciertos controles, los sectores oligopólicos vuelven al ataque.

En ese sentido hay un tema en discusión: ¿Es posible regular la economía en un proceso popular de independencia? Ni incluso el peronismo fue capaz de regularla porque le generaron un golpe de estado. Hasta ahora el que ha venido subsistiendo y ha logrado mantener la regulación de alguna manera es Evo Morales, pero en Bolivia hay un poder popular muy grande, con mucha fuerza. No es fácil regular una economía sino es con relaciones de poder muy fuertes.

En cuanto al tema de por dónde caminaría la construcción del poder popular. Yo hoy tengo mucha expectativa en construir un organismo fuerte de los trabajadores que debe ser base para construir un frente de liberación nacional, que tiene además que incluir una alianza con los pequeños y medianos productores campesinos. Es importante una alianza con el campo, inclusive con sectores más grandes. También con lo que se llama el mundo de la pobreza. Pero la clase trabajadora tiene que adquirir un papel protagónico. Y, en ese sentido, veo que hoy hay algunas condiciones que podrían favorecernos. Creo que el proyecto macrista se quiere llevar puesta a la CGT, a sus estructuras. Pero el macrismo le podrá garantizar a Venegas que puede tener muchos trabajadores rurales, pero no se lo puede garantizar al gremio textil, al del calzado, al metalúrgico que tiene una gran cantidad de pequeñas empresas que se pueden quedar en el camino; también confronta con el sindicato de camioneros. Lo del macrismo es una ofensiva que plantea reducir más todavía la clase trabajadora, la más formal y más organizada y detrás de eso la reducción del sindicalismo.

Todo eso ha generado una situación de unidad de los trabajadores.

Debemos también tratar de recomponer una presencia política electoral en los próximos años, para más adelante poder discutir seriamente un programa de mayor volumen y eso seguramente compatibilizado con algunos países de América latina.

JUAN FRANCISCO MARTINEZ PEIRA (IMFC).-

En primer lugar hay que situarse en ésta situación tan crítica en la que nos encontramos a nivel nacional y regional, que tiene excepcionalidades pero también muchas continuidades.

Algo excepcional es que haya ganado Macri, que es muy diferente a lo que pasó con el menemismo que tuvo un líder que era un político de raza, con una larga trayectoria política, con experiencia y mucho carisma. Además ganó con el peronismo. Eso, a pesar de estar también como ahora en el contexto de una ofensiva neoliberal, neo imperial, tuvo particularidades muy diferentes al macrismo. Además, se inscribió en un mundo donde cualquier proyecto alternativo parecía haber desaparecido. En cambio uno se sorprende de que el macrismo haya ganado. Y ganó porque hizo una campaña mediática muy buena, en el sentido en que la política funciona en la actualidad, que es muy diferente a cómo funcionaba en otro momento.

El macrismo ya no va a poder hablar tan fácilmente de cambio porque se va a empezar a ver la realidad y eso va a ser muy problemático para ellos. Macri ganó con una campaña muy bien hecha, pero tiene muchas dificultades para ganar después. El problema es que hay figuras de recambio que sí pueden reproducir mejor lo que fue el menemismo, como por ejemplo Massa, o tal vez Vidal que es la figura de recambio más fuerte que tienen.

Un problema importante es que el kirchnerismo, frente a ese discurso lavado de la política, de la falta de identidad política, lo que intentó fue construir un discurso bastante tradicional; era bastante coherente presentar dos modelos de país, siendo el del kirchnerismo un proyecto industrialista, más allá de si se cumplió o no; y el problema es que ese discurso a mucha gente no le llegaba.

El kirchnerismo hizo muchas cosas: el ANSES, Aerolíneas Argentinas; lo de YPF fue una medida muy importante, que atacó un problema clave. Pero los medios de comunicación deslegitimaron eso constantemente. Y el problema fue que el discurso político kirchnerista no podía hacer frente a eso, porque era si se quiere “antiguo” comparado con el discurso que funcionó muy bien para el macrismo.

¿Cómo se recompone un nuevo frente? Es muy complicado sobre todo por el rol de Cristina: qué rol de liderazgo quiere jugar ahí y cómo puede vincularse, hacer alianzas, por dónde, con quiénes, con qué sectores.

Hay entonces un problema con los discursos, con la identidad política, pero también hay otro problema muy grande que es el rol de los diferentes actores que apoyaron al kirchnerismo, o estuvieron cercanos al kirchnerismo, que fueron parcialmente críticos del kirchnerismo y cómo se posicionan en este momento. Y ahí de vuelta el rol de Cristina, qué rol va a jugar. Ella dice que la cosa debe ser desde abajo y ahí hay un problema, porque no creo que haya suficiente fermentación desde abajo.

Hay que ver lo que fue la historia del kirchnerismo comparada con otros procesos. Si uno ve el caso de Bolivia, que es el más sólido en la actualidad, tiene una larguísima historia de movilización popular, con una figura que viene desde abajo, emerge y se convierte en presidente y logra muchísima estabilidad y no solo económica. En cambio, el caso de Kirchner es casi de carambola. Llega al poder y desde ahí empieza a construir un movimiento, que inicialmente tiene legitimidad pero no un apoyo popular masivo. Recordemos que en el gobierno de Néstor no hubo intensas movilizaciones políticas. La movilización política viene más bien en el gobierno de Cristina, cuando se intenta avanzar en muchas medidas progresistas; y lo que vino fue una contra ofensiva feroz, recordemos el conflicto del campo. Y ahí el problema fue cómo se construyó todo desde arriba, en una interacción de manera muy compleja entre el arriba y el abajo, pero que no tiene la solidez de otras experiencias en la región y en nuestra historia.

Más allá de que se pueda decir que Cristina no es Perón, por dar un ejemplo de la Argentina, tampoco es Evo ni Chávez, por dar un ejemplo regional. No tiene esa capacidad absolutamente aglutinante. Chávez aglutinaba absolutamente y no había grandes discrepancias internas. En cambio, incluso en la época de Cristina gobernando, tenía dentro sectores con tensiones. Y esas tensiones ahora se manifiestan mucho más sin ella en el poder. Entonces, ahí es muy problemático cómo se va a dar la recomposición.

Para mí está bastante claro cuál es el proyecto con el cual habría que unificar: profundizar todas esas medidas progresistas que se comentaron aquí y que fueron muy importantes. Obviamente debería ser un frente de liberación apoyado en los trabajadores, con los pequeños empresarios y también sectores del campo, la economía social, las cooperativas, la juventud. Todo eso debería ser el gran entramado de unidad. Pero justamente uno de los grandes problemas es que hoy en día no hay ninguna persona que no sea Cristina que aglutine y que con Cristina no alcance. Eso muestra la debilidad que tiene hoy el campo nacional y popular.

Los otros tampoco están tan bien como parecen. Macri, así como está, mañana puede explotar por los aires. Creo que esto va a una mayor polarización y a un problema de legitimidad,  no tengo dudas.

Ahora, cómo se construye la unidad es muy difícil y es lo fundamental. Sin unidad no vamos a poder avanzar para establecer un cambio más profundo.

Es de principal importancia quebrar la hegemonía cultural y de los medios. Sin eso vamos a entrar en un ciclo de constante inestabilidad, que es lo que pasaba en el siglo XX que cuando se logró hacer algún cambio profundo después no se pudo avanzar, porque hubieron golpes de Estado constantes. Ahora en vez de golpes de Estado lo que tenemos son los medios.

Cómo se resuelve el tema de los medios es el gran problema. Para eso hay que ver el nivel de subjetividad política que se construye. Por ejemplo a Chávez se le podía decir cualquier cosa y los sectores populares lo votaban igual. En cambio acá pasó por primera vez en la historia argentina que un movimiento popular perdió una elección. Y esto es absolutamente nuevo, excepcional y terrible.

ABEL FERNÁNDEZ (KonFluencia).-

Soy optimista en lo estructural e incierto y agnóstico en lo dinámico. Optimista en lo estructural porque la reconstrucción de un frente capaz de ganar y gobernar el país me parece un proceso posible y además hay fuertes tendencias históricas en esa dirección. Los programas, en última instancia, surgen de los actores sociales que impulsan esos movimientos. El peronismo nace como un frente: los gremios obreros y la Unión Cívica Radical Junta Renovadora, es decir el sabattinismo que no siguió a Sabattini. Desde entonces el peronismo nunca dejó de ir a una elección en forma de frente, con mayor o menor asimetría entre sus componentes, pero siempre la cultura frentista está muy inserta en nosotros, lo que es parte del problema. Es decir, ese frentismo incorpora una heterogeneidad en las concepciones, en el pensamiento, que también impide definiciones concretas y estrategias unívocas.

El frente que armó Néstor Kirchner, la alianza del peronismo con las clases medias progresistas que aceptaron eso, fue una cosa paulatina pero muy sólida. No veo otro sector social con protagonismo político que reemplace al peronismo, que sigue siendo todavía confusamente la vieja coalición de las provincias pobres y el movimiento obrero. A su vez no veo qué otro sector social sino los sectores medios progresistas puedan ser nuestros aliados para la etapa previsible. Estoy de acuerdo con que necesitamos sectores del campo, siempre los hemos tenido.

La única dirigente del peronismo que está haciendo campaña en la provincia de Buenos Aires es Cristina. Cristina es el factor dinámico de la política, la que hace campaña hacia afuera; todos los demás hacen rosca en la franja de la dirigencia política, que es importante pero que no gana elecciones. El problema es que la dirigencia territorial del peronismo y la dirigencia gremial tienen muchas reservas, no van a aceptar el liderazgo de Cristina a menos que gane.

La ventaja que nos da la realidad es que el año que viene no habrá una elección sino 24. No habrá una política que unifique, que arrastre en el nivel nacional. Entonces ahí la dirigencia del peronismo y la frentista, porque en muchos lugares iremos como frente,  probará quién tiene la mejor respuesta para la preocupación de los votantes, para los argentinos de a pie.

¿Cómo hacemos con el tema frentista y el electoral? La verdad, no tengo respuesta. El temor es que Cristina tienda a ir por afuera y ahí sí dividiría el voto peronista. Una parte del voto peronista y una gran parte del voto progresista no gorila se irían con Cristina. Pero no necesariamente sucederá eso.

Un aporte importante de la experiencia kirchnerista ha sido que le ha mostrado al progresismo que se puede formar parte de una gestión de gobierno y se puede hacer algo, mucho menos de lo que se quería, pero se hicieron cosas.

Es cierto también algo que se dijo aquí: fue muy floja la parte del manejo de los medios. Esta no es solo una realidad local, el grupo O Globo cumple en Brasil el mismo rol que aquí el grupo Clarín, pero también es cierto que si uno entrega los medios a Szpolsky y a Garfunkel tampoco puede sorprenderse de lo que resulte.

De las experiencias que hemos aprendido, la más importante, la más profunda, surge también de las limitaciones de la gesta kirchnerista, que nos ha enseñado que los cambios son lentos, pero que sin embargo no terminó mal. El kirchnerismo demostró que se puede hacer un gobierno popular con una razonable política distributiva, tímida en algunos aspectos, audaz en otros. Y lo que muestra al sector despolitizado de la población, lo que le puede quedar en la memoria, es que hubo un gobierno popular y democrático que no terminó mal, después de las experiencias de Menem, de la Alianza, de la larvada guerra civil de los 60 y la tragedia de los 70. Esta es una experiencia valiosa que va a quedar.

Por eso finalmente no tengo una receta, no tengo una expectativa al respecto de cómo se va a reconstruir el campo popular, pero lo fundamental es que los elementos con los que contamos en el activo de la Nación son bastante favorables.

CARLOS MENDOZA (TESIS 11).-

Con respecto a esta segunda temática creo que hay por lo menos tres niveles:

Un primer nivel es oponerse a las medidas neoliberales del macrismo, para lo cual viene bien la confluencia de todos aquellos que se quieran oponer, sin mirarles el origen, la historia, o la cara. La cuestión es hacer coaliciones amplias, que además van a ir variando según a qué cosas nos vayamos a oponer.

Un segundo nivel es el tema de la democracia liberal, que tiene sus cronogramas institucionales, por ejemplo elecciones, que son importantes, y que hay que ver cómo plantarse frente a eso.

Y el tercer nivel es el de la construcción de un movimiento o frente sociopolítico, con objetivos estratégicos de resolver los problemas estructurales y que para eso no nos vamos a poder unir con tanta gente, con tantos sectores, con tantas experiencias y corrientes históricas. Ahí, el rol de la clase trabajadora es de gran importancia. Porque se necesita un espacio muy amplio, pero donde la clase trabajadora tiene que jugar un rol principal.

Disponemos de algunos ladrillos para construir el movimiento sociopolítico. Contamos con las dos CTA, con la creación de la Corriente Federal de los Trabajadores, con algunos sectores regionales de sindicatos grandes como la UOM de Villa Constitución, Campana, San Nicolás, o del sur del Gran Buenos Aires, de Quilmes, que son regionales de gremios manejados por burócratas pero que esas regionales tienen posiciones progresistas. Asimismo, se ha renovado mucho la dirigencia sindical en algunos sindicatos, como el caso de los bancarios, de la Federación Grafica Bonaerense y otros.

Hay otra cuestión positiva: los sindicatos se han ocupado de encuadrar a los trabajadores formalizados, pero en los últimos 20 o 30 años han aparecido y se han desarrollado organizaciones sociales que encuadran sobre todo a trabajadores informales, a sectores de la pobreza, de la indigencia, de la marginalidad y que están muy territorializadas. Estas organizaciones han creado ahora algo muy original e importante que es la CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular). El capitalismo está creando cada vez menos trabajadores industriales clásicos, aunque cada vez más asalariados, pero a su vez cada vez más trabajadores informales, que no están encuadrados en los sindicatos y que aquí pueden ser encuadrados en las organizaciones sociales, que además han creado esa confederación que es la CTEP.

Otro ladrillo de construcción popular es que las organizaciones sociales, los partidos políticos progresistas y las organizaciones de pequeños y medianos empresarios progresistas y de cooperativas trabajan cada vez más con los sindicatos con mucha naturalidad.

Otra cuestión muy importante es que la división histórica entre el peronismo y la izquierda ha ido desapareciendo con los años y hoy en día la izquierda, que está hegemonizada por la izquierda peronista que es ampliamente mayoritaria, está a su vez integrada por sectores de izquierda no peronista y trabajan juntos con toda naturalidad.

Es muy importante también la cantidad de jóvenes movilizados por la política que se han integrado al campo progresista. Si hay una cosa que aportó el kirchnerismo es el entusiasmo y movilización de los jóvenes que se integraron en general a las organizaciones sociales, por decenas de miles. Muchos vienen de las capas medias, son estudiantes secundarios, estudiantes universitarios, profesionales, y muchas veces colaboran en las villas y lugares pobres haciendo tareas solidarias.

Y otra cosa: en las organizaciones sindicales, sociales, políticas y político-culturales, el grado de conciencia que tenemos es mucho más elevado que el que había en los 90. Se tiene conciencia de muchas cosas que se han hecho. También del rol de los medios de comunicación.

En cuanto al tema de los liderazgos, yo no sé lo que va a pasar con Cristina. Ella tendrá que revalidar su rol de dirigente popular. Tampoco sé si el kirchnerismo se mantendrá como expresión política importante dentro del sector popular, tendrá que revalidarlo. Lo importante es que la historia nos muestra que cuando suceden cosas como lo que está pasando en este país, que vamos aparentemente a una gran crisis, los sectores populares se movilizan y pueden generar nuevos liderazgos. La CGT de los burócratas es más importante que la Corriente Federal de los Trabajadores y las dos CTA sumadas. Pero el curso de los acontecimientos puede llevar a que estos lideren el movimiento obrero.

La cuestión del armado de los frentes, o alianzas políticas, para las elecciones próximas, es un tipo de problema. La cuestión de armar algo con objetivos estratégicos es otro tipo de problema. Podemos ir a las elecciones próximas divididos y no necesariamente eso significa que no podamos ir confluyendo para construir un gran movimiento con fines estratégicos. Son dos cosas que pueden ser paralelas.

Creo que hay elementos como para pensar en la posibilidad de una reorganización del campo popular muy fuerte, donde sin duda alguna el peronismo de izquierda tiene un rol muy importante que jugar.

Debate a temario libre

CARLOS MENDOZA (TESIS 11).-

Me gustaría que se tratara lo siguiente, porque me parece que es una cuestión muy importante:

La relación de fuerzas que necesitamos construir es tan grande que se necesita un nivel cualitativamente superior del grado de conciencia de los sectores populares.  Y eso se logra con la praxis política y para eso es de fundamental importancia el desarrollo de la democracia participativa en el seno del campo popular y en el seno de la construcción del movimiento socio político.

Es la praxis democrática lo que eleva la conciencia, con lo que se puede luchar contra los burócratas, los  oportunistas, los traidores y los corruptos. Y esto tiene mucho que ver con la democracia participativa. Se han hecho avances, se ha discutido mucho sobre el tema. Se tiene conciencia de este tema y de la relación que debe tener con la institucionalidad de la democracia representativa. Hay una dialéctica entre el desarrollo de la democracia participativa y la utilización de las instituciones de la democracia representativa. Apuntamos a que el desarrollo de la democracia participativa en el largo plazo termine subsumiendo lo positivo de la democracia representativa, hacia una democracia más elevada.

JUAN FRANCISCO MARTINEZ PEIRA (IMFC).-

Coincido mucho con lo que decís Carlos y tiene que ver con los alcances y límites del kirchnerismo en la Argentina. Cuando se ve lo que está pasando en la región, la ofensiva imperial se produce en todos lados, pero ahí donde hubo reformas constitucionales y se avanzó en procesos de mayor democracia participativa se mantienen más sólidos. En Bolivia hubo una reforma constitucional muy importante y profunda. Venezuela fue la que empezó con una reforma constitucional, y obviamente no fue casualidad que cuando a Chávez le hacen el golpe la gente se movilice y que gane el referéndum revocatorio. Esos procesos donde hubo reformas constitucionales lograron una mayor democracia participativa, mayor conciencia.

El tema de la reforma constitucional hubiera sido muy importante en Argentina, como una cuestión de la democracia participativa, de nuevas formas de mayor democratización; pero también habría sido importante poner en la Constitución los cambios estructurales en la economía, el rol del Estado, el rol de los trabajadores, los nuevos derechos. Eso le hubiera dado mayor estabilidad al proceso.

JORGE CARDELLI (CTA-Michelli).-

Agregaría, siguiendo en la misma dirección, que hay un crecimiento del protagonismo de las comisiones internas, lo dicen Clarín y La Nación: “hay que darle una mano a los dirigentes sindicales, están amenazados por la izquierda, no vamos a dejar que se los lleven puestos”. Hay una percepción de que ha habido procesos importantes en muchas organizaciones gremiales.

Cuando hicimos la CTA, en los 90, hubo un debate muy grande. Por un lado se argumentaba que puede haber varias centrales de trabajadores. Por otro lado había una tradición peronista que decía que los trabajadores tienen que estar unidos en una sola central. Pero como el grado de entrega de la dirigencia sindical con el menemismo fue escandaloso, entonces era legítimo que dijéramos que queríamos hacer otro modelo sindical. Esa situación hoy se ha modificado. Ha tomado nueva vida un cierto planteo de la unidad de los trabajadores. Y en ese marco se da la posibilidad de un debate ideológico interno.

En ese marco es que hay que dar la gran batalla de la democratización. El movimiento obrero tiene un modelo similar al presidencial de este país. El secretario general es como el presidente y todos los demás miembros del secretariado son como sus ministros. Necesitamos avanzar dos pasos en ese sentido: por un lado más democracia y por otro lado más autonomía.

Por otro lado, no tiene sentido que pensemos un frente de liberación nacional donde la CGT, o el movimiento obrero, adhieran a un partido político al cual deben pertenecer. Tengo entendido que en la Constitución de Bolivia los movimientos sociales pueden tener diputados. Necesitamos un parlamento donde la propia organización de los trabajadores participe del parlamento. Necesitamos que los trabajadores tengan más solidez programática y que protagonicemos la sociedad como trabajadores. Porque este modelo donde todos tenemos que pasar por el partido a mi entender no alcanza ni funciona. Tengo expectativas de que inclusive hasta la propia CGT ahora diga: los que quieran ser políticos que vayan por otro lado, nosotros vamos a tratar de mantener cierta distancia.

Creo que estas cuestiones que he mencionado ayudan a que podamos confrontar con el modelo macrista, que para mí es muy pesado.

ABEL FERNANDEZ (KonFluencia).-

Quiero hacer un par de observaciones sobre temas que se tocaron aquí.

Uno la comparación con los procesos en otros países de la región. Creo que debemos evitar el simplificar demasiado. La experiencia boliviana y la experiencia venezolana, por ejemplo, son diferentes entre sí y profundamente diferentes con las nuestras, por las diferencias en las sociedades.

El chavismo sí se lo puede comparar con el primer peronismo en cuanto a la introducción del sector social olvidado. La renta petrolera había permitido edificar una clase media con todas las características de una sociedad progresista. Y al mismo tiempo había un sector social que estaba fuera de la sociedad venezolana. Cuando entra en crisis esa “democracia de demócratas”, como la que se quiso imponer aquí después del 55, el chavismo hizo irrupción; donde además, una característica fundamental que también compartió con el primer peronismo, es el apoyo militar. Se diferencia del peronismo en que allí el sindicalismo tenía un rol muy pequeño, porque es un país monoproductor de petróleo. Esto también ha sido la debilidad del proceso chavista, nunca logró superar eso.

En Bolivia este tema de la segregación es aún más nítido. A su vez es un país con una tradición revolucionaria muy importante. La revolución de 1952, apoyada por el gobierno peronista, derrotó al ejército. Un asunto importante en la época de Evo fue lo de la constitución plurinacional, criticada por algunos compañeros porque creían que se atentaba contra la idea de nación. En realidad es un elemento cultural que no disminuye el patriotismo boliviano. Inclusive lo ha fortalecido. Hay pocos elementos comparables con nuestro proceso.

Por eso mi observación es que no comparemos los procesos. Somos parte de una unidad latinoamericana, una unidad cultural y que debe llegar a ser una unidad política y económica, pero esa unidad es heterogénea.

En cuanto al tema de los medios de comunicación, no olvidemos que son un elemento poderoso, decisivo en la realidad política, pero también son en alguna forma dinosaurios. Los jóvenes miran menos cada vez TV. El diario se compra cada vez menos. Aunque todavía son los que imponen la agenda. Si queremos construir un movimiento que pueda influir políticamente en el futuro, tenemos que pensar en las nuevas herramientas comunicacionales. Una de las herramientas de la victoria del PRO fue el uso de las redes sociales. Hay un área de comunicación de la que todavía no manejamos los códigos, pero además ellos manejan esa área porque tampoco esas herramientas son neutras: Facebook, Google, son empresas gigantescas con objetivos empresariales. Ellos son los que manejan las redes sociales. Nosotros las usamos, pero debemos aprender a usarlas mejor como mecanismo de comunicación.

JUAN FRANCISCO MARTÍNEZ PERIA (IMFC).-

Coincido en lo último que decís Abel de las redes sociales y las nuevas formas de comunicación. El problema es que la lógica de esas redes y esos medios apuntan justamente a la despolitización. En un twiter, ¿qué podes decir? Imaginemos discursos políticos en otras épocas, donde no casualmente casi todos los políticos tenían un discurso y una formación intelectual.

El problema es cómo un discurso crítico, que busca incentivar la conciencia, puede usar esas herramientas que son muy limitadas. Es mucho más fácil atacar el tema de la corrupción, porque entra más fácil, y además ya no es una cuestión política, sino moral. Es claro que está mal ser corrupto. Al kirchnerismo no se lo atacó tanto por el discurso de un modelo económico. Nadie dice que industrializar esté mal. El tema fue la corrupción. Mucha gente que, a priori, estaría a favor de la industrialización, obviamente no va a estar a favor de la corrupción. Entonces, hay un problema muy complejo, porque el área de los medios y las redes nos juega en contra.

ABEL FERNANDEZ (KonFluencia).-

Es difícil, pero con toda la crítica que yo hago a su discurso muy sesgado hacia el militante, tenemos en Cristina una dirigente política que usa eficazmente las redes sociales, Twiter y Facebook. Parte del fastidio de la dirigencia política tradicional con Cristina es porque les pasa por encima. Cuando quiere decir algo lo pone en Facebook.

Una cosa muy expresiva del sistema PRO es que pagaron las campañas de todos los candidatos de Cambiemos en las redes sociales. Pero se tenían que sacar una foto con un fondo verde, al aire libre, sin corbata. Fue un mensaje de técnica publicitaria, crearon una imagen.

Eso nos resulta difícil, pero no es imposible. Tenemos que aprender los medios modernos para trabajar sobre la emoción también.

CARLOS MENDOZA (TESIS 11).-

No se puede negar el problema del rol de la corporación mediática, que es tremendo. Pero también ha habido un desarrollo de la conciencia en los sectores populares sobre qué es la corporación mediática y que rol juega. Y también es una realidad que nosotros estamos usando cada vez más las redes sociales.

El caso de Podemos en España es muy interesante porque ellos se organizaron a través de las redes sociales. Pero también aquí cuando se vio que las encuestas le daban el triunfo al macrismo 60 a 40, se produjo un movimiento espontáneo de mucha gente que se organizó a través de las redes sociales y fueron a golpear puertas para tratar de ganar voluntades, advirtiendo a la gente que lo que se venía era el neo liberalismo. De todo eso algo quedó porque hay una cantidad de autoconvocados de la campaña electoral que continúan reuniéndose. Estas cosas se han desarrollado a través de las redes sociales y es también un ejercicio de democracia participativa.

JORGE CARDELLI (CTA-Michelli).-

Otra de las cuestiones que hay que valorarle al gobierno de Cristina es que ha contribuido a la politización. Tiene capacidad de razonamiento, teoriza, elabora. Cuando comparamos con la pobreza del discurso de Macri…

ROBERTO PAPADOPULOS (TESIS 11-Coordinador).-

Creo que hay varios problemas planteados con los medios. El principal es que hay una concentración monopólica muy grande, que la ley de medios intentaba resolver. Pero no sólo en los medios. En este país hay cinco editoriales que manejan el 90 por ciento del mercado editorial. Los grupos concentrados de los medios de comunicación también jugaron en contra en Brasil y en Venezuela. Son problemas que tenemos que resolver si queremos avanzar en el desarrollo de la conciencia.

Algo que creo hay que valorar en esta etapa, como un ladrillo importante de la construcción popular, es que hay un despliegue de las luchas como no hemos tenido en otro período. Hay que pensar que el gobierno de Macri tiene solo 10 meses. En la época del menemismo tardamos cuatro años en salir a contraponernos a las medidas neoliberales.

JORGE CARDELLI (CTA-Michelli).-

Los doce años del kirchnerismo algo han dejado para que uno pueda decir que con el menemismo se tardó tanto tiempo en salir a luchar y ahora se ha tardado menos. Ha habido un proceso político. Eso es una cosa que hay que reconocérsela al período kirchnerista.

ROBERTO PAPADOPULOS (TESIS 11-Coordinador).-

Un crecimiento de la politización, particularmente del debate político, que tiene que ver con la actuación de Cristina, porque es la líder principal del proceso, pero también con todas las organizaciones políticas y sociales que salieron al ruedo a debatir y a plantear sus opiniones.

JUAN FRANCISCO MARTINEZ PEIRA (IMFC).-

La paradoja es que uno hubiera esperado, luego de doce años de politización intensa, participación, movilización y cambio que no se perdiera con Macri. Y también que no hubiera podido gobernar porque habría habido un frente opositor muy fuerte y muy sólido. Pero no estoy diciendo lo contrario de lo que dice Papadopulos, sino que estoy viendo el otro lado de esto, la situación tan paradójica en la que vivimos, por un lado de tanta movilización, pero donde también hay sectores que vivieron una experiencia impresionante con el gobierno anterior y que sin embargo permitieron que gane un tipo que ni sabe hablar.

ABEL FERNANDEZ (KonFluencia).-

No nos olvidemos tampoco que en toda sociedad, aún la más politizada, los volcados a la política somos una minoría. De todas maneras el contraste es con la experiencia de la gente, no con el grado de politización. En el gobierno de Cristina se vivió más o menos bien, aunque hubiera cosas que irritaban. Es lo que se lee en las redes sociales: “Qué bien que vivíamos cuando estábamos engañados”. Entonces esto es una cosa concreta que tiene que ver con los problemas políticos que enfrentará Macri.

El problema de la experiencia peronista que fue el kirchnerismo, porque tuvo virtudes y defectos propios pero muchas más virtudes y defectos propios del peronismo, fue que tenemos una sociedad donde hay un fortísimo porcentaje que se piensa a sí mismo como de clase media. No lo estoy mirando en términos económicos sino culturales y de conciencia. En ese sector el tema del poder personal crea problemas. Esto ya lo analizaba Aristóteles.

Por eso me refiero al tema de las derrotas del peronismo. Nos derrotaron cuando se juntó el voto opositor.  Macri tiene un voto propio, la cosa hedonista, la sociedad cuya capital espiritual es Miami. Pero hubo también un fuerte voto de rechazo al kirchnerismo. Y ese es un problema desde el punto de vista práctico. Sabemos que Cristina saca más votos, ¿pero y los votos que saca en contra? Afortunadamente, los “compañeros” Prat Gay y Sturzenegger están haciendo todo lo posible para vencer esa resistencia cultural.

JUAN FRANCISCO MARTÍNEZ PERIA (IMFC).-

Un error muy grande en la estrategia fue haber hecho la reforma de las  PASO. Porque ahí ya se tenían los datos iniciales y si uno quería obtener que no ganara tal candidato, ya sabía a quién tenía que votar. El macrismo hizo justamente campaña con la idea del voto útil y fue así como aglutinó. Fue un error estratégico entregarle una herramienta a la oposición, que si la sabía utilizar, como la utilizó, era gravísimo.

– Se accede al audio completo del debate mediante el siguiente vínculo:

Debate MSP 28-9-2016.MP3

-Se accede al texto completo corregido del debate mediante el siguiente vínculo:

texto completo mesa debate (28-9-16)

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Mesas debate anteriores del ciclo de Tesis 11 sobre “Recomposición del Campo Popular”

-Texto resumido de la 2ª mesa-debate (12/08/16) con participación de ADEF (Asociación de Empleados de Farmacia)-CGT / CTA (Central de Trabajadores de la Argentina-Secretaría Yasky) / CPP (Corriente Política de Participación Popular) / USpV (Unidad Socialista para la Victoria) / TESIS 11 (Organización político-cultural):

resumen texto corregido debate 12-08-16

Texto resumido de la 1er mesa-debate (20/5/16) con participación de APYME (Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios ) / KOLINA (Corriente de Liberación Nacional) / CPP (Corriente de Participación Popular) / LA CAMPORA / LOS PIBES (Organización Social y Política) / PSOL (Partido Solidario):

(+detalles)

Una respuesta a “3ª mesa-debate sobre: “Recomposición del Campo Popular””

  1. Alfredo Alonso dice:

    Es importante la tarea que lleva a cabo Tesis 11, coordinando estos tres debates sobre “Recomposición del campo popular”. La participación de todas las organizaciones del campo gremial y popular enriquecen la idea de formar un gran frente cívico que sea capaz de reconquistar el terreno perdido frente al neoliberalismo. El 2017 será un año electoral y todos estos esfuerzos permiten suponer la posibilidad de aglutinarse en un movimiento que derrote al Macrismo. Si bien la tarea no parece fácil, si se cuenta con una verdad incuestionable, “no hay mayor verdad que la realidad”. Ellos plantean y ejercen un gobierno para pocos, esto permite suponer que la inmensa mayoría del pueblo queda excluido, esto es lo que hay que saber transmitir a la gente para que salga de la “realidad virtual” que les presentan todo el tiempo los medios hegemónicos. Otro modelo nacional y popular es posible.-

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