Revista Tesis 11 (nº 121)
(política nacional)
Resumen de la 4ª mesa-debate (30/11/16) del ciclo organizado por Tesis 11 sobre:
“RECOMPOSICION DEL CAMPO POPULAR”
Organizaciones intervinientes: Asociación de Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz; Asociación Hector Agosti; Nuevo Encuentro; Organización Político Cultural Pueblo Tango; UTPBA (Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires)
Coordinador del debate y autor del resumen: Carlos Mendoza (Tesis 11)
Tesis 11 recomienda leer este debate, por considerar que fue franco, profundo y de gran riqueza, sobre los temas ideológicos y de praxis política vinculados a una temática de tan fundamental importancia para el campo popular.
Nota: Este resumen fue realizado por Carlos Mendoza seleccionando párrafos de las intervenciones, con modificaciones para adaptar su redacción y vinculación entre los párrafos, por lo que la responsabilidad del texto corre por cuenta del mismo.
(Al final del texto se incluyen enlaces que permiten acceder al audio completo del debate y al desgravado corregido del mismo, al igual que a los resúmenes de las mesas-debate anteriores).
Temáticas generales debatidas:
- Caracterización socioeconómica y política de la realidad argentina, su relación con la situación en América Latina y el mundo capitalista actual: Problemas estructurales principales a resolver desde el interés de los sectores populares
- Necesidad de un frente o movimiento sociopolítico para enfrentar las tareas transformadoras. Condiciones para su conformación y desempeño. Relación con la democracia, las organizaciones y el frente del movimiento popular. Su vínculo con el desarrollo de la democracia participativa y la utilización de la institucionalidad de la democracia representativa.
CARLOS MENDOZA (TESIS 11-Coordinador).- (Ingeniero, especializado en temas políticos y económicos. Integrante de la mesa de dirección de Tesis 11).
No son muchas las ocasiones en que las organizaciones se reúnen para hablar de temas ideológicos, programáticos y organizativos, del frente o movimiento sociopolítico del campo popular. Ese es el aporte que queremos hacer desde Tesis 11 con este ciclo.
Haremos tres rondas de discusión, una por cada temática y una final a temario libre. Los compañeros intervendrán por orden alfabético de las organizaciones.
Debate sobre la 1er temática
HECTOR FRANCISETTI (Asociación de Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz).- (Ex secretario general de la Junta Interna de ATE del Indec entre 1988 y 1996. Fue preso político y luego exilado de la dictadura militar entre 1974 y 1984)
Enfrentamos un poder económico concentrado muy fuerte, fundamentalmente en grupos económicos extranjeros, que lleva a la pérdida de la soberanía en el manejo de la economía y en las posibilidades de desarrollo independiente.
Luego de la crisis económica y de representatividad del 2001, un sector de la política liderado por Néstor Kirchner y un sector del movimiento peronista, intentan una salida de la crisis, y avanzar en el desarrollo económico del país, mediante una alianza con una pequeña fracción de la burguesía argentina, aun cuando no burguesía nacional. Ese intento tuvo limitaciones, porque no realizó transformaciones en la propiedad, especialmente de la tierra, en el comercio exterior y en el manejo de los resortes centrales del desarrollo, como son las industrias concentradas.
Se avanzó en lo social y en lo político, pero al no contar con el anclaje en los medios de producción de una burguesía nacional, dependió de su propio enemigo. El comercio exterior, que permite la acumulación de divisas y el desarrollo de las fuerzas productivas, están en manos del enemigo. Hacemos hincapié en lo de la burguesía nacional porque el resorte del estado no es suficiente para la transformación social que requiere la estructura económica del país.
Los procesos de redistribución de riqueza que se han llevado adelante en el continente, en Venezuela, Ecuador, Brasil, Bolivia, Nicaragua, marcan estas limitaciones. Son impulsados por movimientos populares importantes, pero tienen la limitación económica de no contar con el suficiente apoyo de un sector de la burguesía que les permita desarrollar proyectos que puedan marcar un proceso de independencia y de liberación nacional, en condiciones de mantenerse en el tiempo.
Es una situación difícil para los sectores populares ya que no hay un actor social fuertemente anclado en la producción. La clase trabajadora está muy diversificada y la concentración del capital es muy grande y esto produce iniciativas que ponen al estado como el garante de cualquier movimiento de emancipación o de desarrollo independiente. Y esto tiene limitaciones, porque el estado siempre media para el poder, más allá de que en algunos países esté –como en el caso de Bolivia o de Ecuador- en manos de sectores populares.
Entre nuestros objetivos hay que incluir el cambio de la Constitución, porque ya no representa todas las fuerzas que están en juego, sino a los sectores concentrados y retrógrados. Una nueva Constitución tiene que expresar las nuevas realidades sociales, políticas y económicas, que se han desarrollado en los últimos 20 años.
IGNACIO CAMPORA (Asociación Hector Agosti).- (Secretario de la Asociación Héctor Agosti. Secretario adjunto de ATE Agro industria. Coordinador de la Corriente Nacional Agustín Tosco en la CABA)
Comparto en términos generales la intervención de Héctor. Agregaría cómo juega el contexto internacional en términos de una recomposición de fuerzas reaccionarias, conservadoras, tanto en Europa como en EE.UU. con el triunfo de Trump, lo que plantea un futuro sombrío para nuestra América.
En ese contexto internacional situamos al gobierno macrista, con características de clase claramente definidas. Todas sus medidas fueron en contra de los trabajadores, de sus derechos, de una sociedad más igualitaria como la que planteaba el proyecto kirchnerista-.
Quitaron las retenciones a ciertos granos y a la minería, devaluaron la moneda beneficiando a los más grandes, particularmente a los que controlan el comercio exterior en nuestro país. Y, por otro lado, redujeron funciones del estado favorables a los que menos tienen, a los que más necesitan la presencia del estado como actor clave en términos de una política de desarrollo igualitaria. Yo puedo plantearlo desde lo que nos toca vivir como trabajadores del estado nacional desde diciembre de 2015. Vemos un ministerio de Agroindustria que antes tenía un despliegue territorial en todas las provincias vinculadas a los pequeños productores, para ayudar con políticas públicas que permitieran el desarrollo de ese sector productivo, mientras que ahora la secretaría de agricultura familiar está vaciada de todos sus recursos y contenidos.
El gobierno viene avanzando en plantear reformas en la justicia laboral. Siempre vamos al mismo punto: todo va en contra de lo popular. Parece que este gobierno avasalla todo lo que nos costó tanto tiempo elaborar en los últimos 12 años como etapa histórica.
Hay un ataque decidido a las organizaciones populares, a los movimientos sociales. El ejemplo claro es el de Milagro Sala, encarcelada ya desde hace varios meses.
DELIA BISSUTI (Nuevo Encuentro).- (Socióloga. Ex Diputada Nacional. Ex Legisladora en la CABA. Ex Secretaria General de la Unión de Trabajadores de la Educación. Fue secuestrada por el terrorismo de estado en la última dictadura)
Este es un gobierno que tiene la mirada de volver al país a la primera etapa del siglo XX, despojándolo de todo tipo de industrialización y queriendo generar nuevamente un país fundamentalmente agro exportador.
No debemos caracterizar a este gobierno como el neoliberal de los 90. No es un gobierno donde están políticos generando políticas de estado para los poderosos, sino directamente los CEOs de las empresas. Hay cosas parecidas, pero esto va mucho más al hueso de destruir las industrias, los derechos de la clase trabajadora, el salario, las paritarias, de volver a plantear las patronales bajar el costo laboral, lo de las ART que ha vuelto al Congreso, avanzar en el ANSES y ver nuevamente de privatizar el sistema.
Es un gobierno que ha planteado la apertura al mundo, buscando la entrada del mercado y de los negocios, en un mundo que está muy complicado, en situaciones totalmente inversas a las que ellos se plantearon. El gobierno de Macri apuntó otra vez, fundamentalmente, a las relaciones con EEUU, dejando de lado las construcciones que se habían logrado con el Mercosur, la Unasur y la Celac.
La apertura de las importaciones es otro punto que caracteriza a este gobierno, para generar menores costos. Hay menos trabajo, hay cierres y desempleo y con ello baja de salarios.
La extranjerización en manos del gobierno macrista cuenta con el acompañamiento y el aval de sectores sindicalizados y no sindicalizados que le vienen bancando leyes y el no conflicto social.
Este gobierno es totalmente mafioso, está con las grandes corporaciones y grandes sectores de poder, con un discurso de protección a la gente y en realidad es de desprotección, con fuerzas de seguridad para la represión ante los conflictos laborales y fundamentalmente para proteger el mercado del narcotráfico y no para prevenir la drogadicción.
Otro punto de retroceso total es en los Derechos Humanos. El gobierno está bancando la impunidad, retrasando los juicios a los responsables del genocidio y sus cómplices civiles.
En cuanto a los cambios estructurales: Hay que analizar cambios profundos en el tema del empleo formal e informal, para regularizar más el mercado laboral. Se requiere mayor infraestructura para todas las regiones: caminos fundamentalmente para unir, escuelas, viviendas, servicios básicos -sobre todo el agua- que lleguen a todos lados. En estos problemas estructurales se ha avanzado en los últimos años, pero siguen siendo un déficit grande.
ARNALDO PIÑON (Organización Político Cultural Pueblo Tango).- (Referente de Pueblo Tango. Miembro de la Secretaría de Derechos Humanos de la CTA (Yasky). Miembro de la Comisión Vesubio Puente 12. Fue secuestrado, preso político y exilado de la dictadura militar)
Gracias a Tesis XI por organizar este debate. He leído algunos de los resúmenes de los debates anteriores y creo que es algo muy interesante, hay que guardarlos bien y difundirlos. Es un trabajo muy importante el que ustedes están haciendo.
Este gobierno está en una encrucijada, porque han errado en el diagnóstico de en qué estado está el mundo y nuestra región. Han supuesto que haciéndole algunos guiños al mercado, un ajuste brutal, terminar con el tema de los fondos buitre y otras cosas en ese sentido, tal vez se iba a producir una especie de shock exportador. Pero ocurre que el mundo se está cerrando, todos están tratando de ver dónde ubican sus productos.
El gobierno está enojado con los inversores privados, porque si no hay inversiones directas, en la producción, es muy difícil que pueda despegar la economía. ¿Y por qué vendrían esos inversores privados a un país donde la máquina se está parando? El consumo interno era el motor en los últimos 12 años, y a ese motor lo han apagado con un brutal ajuste y están destruyendo las industrias pequeñas y medianas al abrir las importaciones. Están liquidando todo lo que se había construido tan laboriosamente. Las exportaciones no creo que sean un motor significativo para el funcionamiento de nuestro país de 42 millones de habitantes. Tal vez le sirva a un país más chico.
Tienen una problemática: Pueden seguir aumentando el gasto público para ver si pueden hacer un poco de kirchnerismo entre comillas, derramar un poco de dinero para que algo llegue abajo y ver si pueden ganar así las legislativas del 2017, pero al mismo tiempo sus propias alianzas lo frenan, para que no aumente desmesuradamente lo que ellos llaman gasto-.
Donald Trump prometió un mega plan de inversiones para desarrollar la obra pública en los EEUU. Eso es algo que tal vez logre hacerlo, pero lo de reindustrializar el país no sé cómo podría hacerlo. Un mega plan de obra pública va a necesitar aspirar dólares de todo el mundo, para lo cual la FED podría aumentar la tasa de interés. Eso a nosotros nos va a traer problemas porque resultará más caro endeudarse y a su vez podría bajar el precio de las materias primas que exportamos.
Si Trump anula los tratados de libre comercio, como el Transpacífico, tal vez alguna ventaja podamos sacar. Son nefastos, porque ponen a las corporaciones por encima de los estados, donde las corporaciones les exigen a los estados que les permitan invertir en áreas rentables para ellos y los estados tienen que aceptar, porque si no se ponen fuera del tratado. Tal vez podamos evitar tener que firmar tratados de libre comercio, que son lesivos.
Hay que seguir lo que pasa en el plano internacional, porque las consecuencias de las políticas neoliberales están provocando una subida de los movimientos xenófobos identitarios, que rechazan todo lo que venga del exterior. Ahí hay un peligro del crecimiento de movimientos de corte fascista. Lo estamos viendo ya en algunos países con gobiernos de ultra derecha. Es un tema que hay que seguir particularmente en Europa, porque la mayoría de las guerras empezaron allí.
RAUL DELLLATORRE (UTPBA-Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires).- (Secretario de Relaciones Institucionales de la UTPBA. Economista y periodista de Página 12)
Hay cosas que ya han sido dichas aquí, por lo que voy a enfocarme en algunas cuestiones que creo aportan desde lo conceptual.
En cuanto a la caracterización de la etapa, hay que tener presente que estamos en un mundo que tuvo una crisis global en el año 2008, que no fue resuelta. Esa crisis marcó consecuencias que todavía estamos sufriendo y a partir de ahí cambió también la forma de aplicación del método neoliberal en el mundo. Porque fue la crisis de la exacerbación de la especulación financiera por los sectores financieros más poderosos, que es lo que explotó con el tema de la Subprime y la crisis hipotecaria en EEUU. Y lo más importante es cómo se resolvió esa crisis, con un estado intervencionista que cerró el tema pero a favor de las corporaciones que lo habían provocado.
El resultado de la elección en EEUU es el reflejo de la solución de esa crisis. Porque como en toda crisis, las consecuencias económicas se ven inmediatamente, pero las consecuencias políticas tardan más en producirse. Hillary Clinton pertenece a esa clase política que dejó colgada a la gente. En cuanto a las consecuencias para América Latina de la elección de Trump, simplemente no había una buena alternativa para América Latina en esa elección entre esos dos personajes y sus respectivas propuestas.
Un tema importante con el neoliberalismo es el de su origen. El neoliberalismo implantó el debate “Mercado vs. Estado”, ocultando qué era en realidad, que no es la defensa del mercado contra el estado. El neoliberalismo nace en EEUU cuando una cantidad de empresas reaccionan ante las políticas monopólicas de las grandes corporaciones a principios de los 70. Si las grandes corporaciones iban a juicio, por las leyes anti monopolio o anti trusts de fines del siglo XIX o principios del XX, buscaron defenderse con un argumento que voy a simplificar: si el mercado eligió que tal producto es el preferido, ¿por qué tienen que venir el estado o la justicia a decirme que tengo que consumir otros productos? Los economistas de la Escuela de Chicago convirtieron eso en teoría formal y hasta Milton Friedman ganó el premio Nobel con eso. Esto es el origen del neoliberalismo: la defensa del monopolio de las corporaciones, la negación de la libertad de mercado para los otros, no la ley de defensa del mercado.
En nuestros países la aplicación del neoliberalismo significó el fortalecimiento y dominación de los monopolios, la concentración económica, porque esto era la teoría. La explicaban y vendían de otra forma, porque si no era invendible. Y esto es lo que marca toda la etapa posterior. El gobierno actual de los CEOs de las corporaciones, en nuestro país, no es una casualidad. Es el producto de la gran farsa con que vendieron el neoliberalismo.
América Latina enfrentó este problema con algunas deficiencias. La principal fue que, con toda la riqueza que tienen los procesos transformadores que se dieron en la región, cada uno lo enfrentó como le pareció. Ese es uno de los problemas estructurales: no se dio la integración regional en términos económicos. Cuando hubo propuestas superadoras, como el Banco del Sur, el Fondo del Sur y otras similares, hubo fuerte resistencia de sectores, sobre todo en Argentina y Brasil, que impidieron que se llevaran a la práctica. Porque tener nuestras propias herramientas atacaba el problema estructural y el rol que cumplían determinados organismos en defensa del modelo neoliberal. Y eso termina siendo nuestra debilidad.
En los países centrales capitalistas, la respuesta al neoliberalismo no es de izquierda, sino de derecha. El mundo que tenemos por delante es más proteccionista, por algunas cosas que marcaba Arnaldo. Hay estudios hasta del FMI que sorprenden cuando dicen “cuidado los países periféricos, que hoy la devaluación no tiene los efectos que tenía antes”. Una devaluación antes favorecía a los sectores exportadores y jodía a los mercadointernistas. Hoy devaluar pone en guardia a otros países. No te van a comprar más, te van a obligar a bajar los precios, si total tenés un dólar más alto para venderme. Y otros dicen “si no me comprás tampoco te compro”.
Coincido con Arnaldo en cuanto a que este gobierno quiso adaptar el mundo a su propia mirada. La lluvia de inversiones más que una farsa electoral me parece que se la creyeron: “Le regalamos el país al mundo y entonces van a venir inversiones”. Las inversiones que vienen son las financieras especulativas, para comprar LEBAC porque les ofrece una tasa del 30% y con un dólar que sube la mitad de eso se llevan un 15% en dólares, que no lo obtienen en ningún lado.
Hay en el gobierno un llamado “Plan Productivo Nacional” que plantea cuáles son los sectores viables, cuáles los que si se dan ciertas condiciones podrían ser relativamente viables y cuáles son los que deben reconvertirse. Entre los viables ponen agricultura, minería y agroindustria. Entre los viables de acuerdo a las condiciones que se den aparecen el sector automotriz, sectores relacionados con la informática y demás. Y el resto, que son los sectores dadores de trabajo, metalmecánica, textiles, electrodomésticos, calzado y demás, están en la categoría de “dedíquense a otra cosa, esto lo vamos a importar”. La “gran Martínez de Hoz”.
En cuanto a las contradicciones internas en el gobierno, no es que tengan ministerios que tienen peso y posiciones diferentes, o distintas concepciones políticas, o una mirada más keynesiana y otra más monetarista: son corporaciones que tienen intereses contradictorios y chocan entre ellas.
Uno de los grandes problemas estructurales es el de la concentración económica. No se logró romper el esquema de poder que tienen determinadas empresas multinacionales, o argentinas ligadas a multinacionales, como el caso de las exportadoras de cereales que tienen en sus manos el resorte del ingreso de dólares del país. Ese poder, lo usaron permanentemente contra los gobiernos kirchneristas, recordemos la crisis del 2008. No era un conflicto con “el campo”, sino principalmente con las exportadoras de cereales, por las retenciones que debían pagar. Las exportadoras le trasladaban al productor la retención, y una parte de lo que le descontaban al productor no entraba en AFIP, porque no la declaraban. Además, cuando exportan subfacturan. Nos comieron la mitad de las exportaciones. Así, las grandes corporaciones fueron los actores políticos opositores de todo el proceso. No recuerdo ningún momento de tensión política importante con el gobierno kirchnerista, provocado por un partido o dirigentes de oposición. Pero sí podemos recordar la crisis del campo, la del dólar, las bancarias, la crisis con los medios y la guerra con Clarín. Crisis que fueron desgastando al gobierno y terminaron poniendo al presidente que sustituiría al kirchnerismo, que intenta gobernar sin un equipo de gobierno sino con distintos planes de negocios que hacen los integrantes de este gobierno. Pero eso en un mundo cada vez más complicado.
CARLOS MENDOZA (TESIS 11-Coordinador).-
En este primer bloque temático se han señalado los problemas estructurales de la Argentina. Puedo señalar como el principal la oligopolización de la economía, con su extranjerización –más del 70% del bloque dominante pertenece a empresas multinacionales- y la hegemonía del capital financiero especulativo dentro del bloque dominante; los problemas que genera la repatriación de ganancias por las multinacionales en vez de reinvertirlas en el país, y que la parte que dejan acá es mayormente para especulación financiera; el predominio que tienen en los medios de comunicación y en el poder judicial. El problema de la industria ensambladora que tenemos, que importa partes y las ensambla acá, las vende en el mercado interno y eso genera estrangulamiento de divisas, para lo cual es justo recurrir a la renta de la tierra para compensar y financiar esto, cosa que hizo el gobierno anterior con las retenciones agropecuarias (aunque parte de esto se lo quedó el oligopolio agroexportador, como bien explicó Rulo). Además las retenciones generaron la violenta reacción que conocimos de los sectores agropecuarios.
Hay que mencionar la necesidad de la escala latinoamericana para enfrentar en común el problema de la oligopolización y extranjerización de la economía y la necesidad de tener mayor escala para una industria integrada. Sin eso va a ser difícil que un solo país –ni siquiera Brasil- pueda resolver estos problemas.
La cuestión es cómo resolver políticamente estos problemas y por eso entramos al debate del segundo bloque.
Debate sobre la 2ª temática
HECTOR FRANCISETTI (Asociación de Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz).-
En el bloque anterior expresé que era necesaria una nueva Constitución en el país, que exprese las nuevas fuerzas, actores y realidades que tenemos en el siglo XXI. Creo que por ahí pasa el desafío para las fuerzas populares. Interpretar o identificar los nuevos actores, saber cuáles son las herramientas que se deben utilizar para realizar las transformaciones necesarias y para que puedan sostenerse en el tiempo.
Todo proceso de unidad no es fácil, tiene tensiones, por lo que la conformación de un frente nacional y popular necesita de un líder. La participación democrática se tiene que dar desde lo colectivo, pero con una conducción. La historia lo ha mostrado con la presencia de Fidel, Chávez, los Comandantes de la revolución nicaragüense, Evo, Néstor. Son procesos difíciles de llevar a cabo si no hay liderazgos fuertes.
Los procesos de unidad del campo popular no son fáciles, porque no se defienden privilegios sino intereses. En el campo popular hay variedad de intereses y cuando se expresan subjetivamente difícilmente se puedan resolver rápidamente. Para la derecha es más fácil, porque lo que defiende son privilegios y se abroquelan en torno a eso.
No podemos pensar nuestras soluciones sin considerar que estamos involucrados en un proceso regional e internacional, que está tensionando las fuerzas políticas, sociales y culturales hacia el lado de los privilegios de las corporaciones, no de los intereses y la defensa de los pueblos. El sector financiero manda en el mundo y por lo tanto en el país. Es el que decide dejarlo jugar a Macri y sus CEOs en sus intentos de “hacer negocios”. Porque no es que les sale mal, es que saben hacer eso.
Una cuestión muy seria: La presencia de la DEA y de los servicios de inteligencia de EEUU y de Israel en el país es muy fuerte y trabajan en función de la represión del campo popular. Las organizaciones populares deberían prestar mucha atención a esto.
IGNACIO CAMPORA (Asociación Hector Agosti).-
Con respecto a los desafíos que tiene el campo nacional, popular y revolucionario, hay algunos elementos que se fueron dando, en el movimiento social principalmente, como las elecciones en la Federación Universitaria de La Plata y en la Federación Universitaria de Córdoba, donde políticas frentistas, con algún grado de acuerdo en términos electorales y programáticos, dieron su resultado derrotando a Franja Morada y a sectores de la izquierda trotskista. Es una experiencia concreta de cómo se puede laburar a futuro un frente político, que debería ser vinculado a lo programático, no solo para resolver los procesos electorales de 2017 o de 2019, sino recuperando mucho de lo que se hizo en los 12 años anteriores.
También en el movimiento obrero hubo actitudes positivas de organizaciones populares. Si este proceso no avanzó todo lo que quiere en la modificación de los sistemas laborales, tiene que ver con el nivel de organización sindical que tiene la Argentina. Ahí estuvieron ATE, la CTA de los Trabajadores, la CTA Autónoma y otros. Empiezan a haber otros actores, como la CTEP, con los trabajadores de la economía popular. Sin embargo todavía falta algún nivel de confluencia. Han habido intentos de movidas conjuntas, pero en general las protagonizó uno u otro espacio, sin terminar de confluir en términos de unidad en la acción.
Del otro lado tenemos el rol hoy ya claro de la CGT, nuevamente dando muestras de que es una estructura vinculada a sindicatos de empresas, a empresarios, a obras sociales, que está siempre dispuesta a negociar en pos de sostener sus espacios de poder, como fue el caso del triunvirato recientemente elegido que nunca fue al paro general al que tantas veces se comprometió. Pero, por otro lado aparece como hecho positivo la Corriente Federal de los Trabajadores, con bancarios a la cabeza. Hay que profundizar la unidad en la acción, no solo para defender los intereses corporativos como trabajadores o como estudiantes, sino pensando un proyecto de país inclusivo, que fue lo que representó el período de Néstor y de Cristina.
En términos de lo electoral, para hablar de ese frente que necesitamos, creo que la convocatoria del lanzamiento del espacio con Cristina Fernández tiene que ser la base del nuevo proyecto. Indudablemente hay que ser amplios en términos de quienes van a estar. No soy peronista, pero entiendo que la hegemonía dentro del campo popular en Argentina la tiene el peronismo; hay sectores radicales como el de Moreau, FORJA y otros que están jugando un rol interesante. Creo que de ahí debería salir el futuro.
Reivindico que Fidel fue un claro ejemplo de la victoria de las ideas, porque en el momento quizá más negro de la historia reciente para los pueblos, que fue el neoliberalismo, Cuba apostó a las ideas, a las convicciones, cuando todo el mundo decía que eso ya no servía más.
DELIA BISSUTI (Nuevo Encuentro).-
Cuando hablamos de hacer un frente o movimiento socio político, nos tenemos que preguntar qué queremos armar, para qué, que es lo que queremos transformar. Si el único objetivo para 2017 es ganarle a Macri, generar un frente solamente para las elecciones, no va a ser un triunfo.
Un frente no tiene que ver solamente con lo que pasa dentro del país, sino en América Latina y en el mundo. Debemos ver cómo nos posicionamos ante eso.
El camino a recorrer para construir el frente no es sencillo. Respeto a ciertos sectores populares que apoyaron a los gobiernos kirchneristas, pero ocurre que ahora no estamos teniendo una misma mirada y manera de pararnos ante el macrismo.
Hay que ver lo del acuerdo de algunos compañeros de la economía popular con el gobierno, asunto que está muy debatido, porque nos costó mucho ver quienes firmaron y lo que firmaron. Es cierto que en la coyuntura hay que dar respuesta a tus bases, pero eso no tiene que ser solamente lo que te defina la política. Porque te come la posibilidad de seguir haciendo la confrontación con lo que es el fondo de este proyecto neoliberal.
Por supuesto habría que debatir un programa, pero no solo eso, porque a veces armás programas pero después si eso no se hace carne, al poco tiempo algunos podrían no acordar. Hay que ver cuáles son los valores que vamos a plantear. El valor de la palabra está muy denigrado. ¿Cuál va a ser el discurso? ¿El que se usa en los medios de comunicación y que le llega a la gente? Porque entonces no estás transmitiendo las ideas, valores, transformaciones, convicciones, que querés defender.
En nuestro país los movimientos populares siempre han tenido líderes que llevan adelante los procesos. Hoy está el macrismo, no como líder sino como propuesta, y no hay un liderazgo popular enfrente, salvo el de Cristina. Pero esto es un problema, porque Cristina tiene gran liderazgo y acompañamiento de la masa popular, pero también tiene mucha resistencia, aún en sectores que han sido parte del proyecto kirchnerista. Muchos están votando en el parlamento ayudando al macrismo a avanzar con su propuesta.
Los que reconocemos a Cristina como conducción, vemos que viene planteando ya desde el gobierno los temas con encrucijadas y también con una mirada del mundo externo, una mirada latinoamericana. Y a veces no hay un mismo tiempo entre lo que se plantea desde un liderazgo y la necesidad de fortificar estructuras por abajo, de ir y hablar con el que no está convencido. Nos cuesta a la militancia decir “yo estoy con vos, estamos más o menos en lo mismo” y entonces hablemos.
Queremos organizaciones con democracia interna, participativa, en los movimientos populares. Es un asunto a debatir y desarrollar. A veces nos quedamos solo con el slogan de la “democracia participativa”. Fui constituyente de la Ciudad de Buenos Aires, hicimos la Constitución más progresista del mundo y no se cumple.
Tenemos que ver qué está pasando con los medios de comunicar, aparte de los que tradicionalmente hemos utilizado. Como valorizamos y usamos las redes sociales, la informática, los Twitter, etc.
Hay un tema que Zaffaroni viene planteando hace mucho tiempo y empezó a plantearlo también Cristina, que es la modificación de la Constitución. En eso también está el tema de poder judicial, que parece ser mucho más fuerte que el legislativo y que el ejecutivo y entonces la política pasa por otros lados, no por los políticos. Y hay jueces que están en connivencia con los grandes intereses corporativos.
Hay que buscar construir el frente, pero también buscar algunas cosas nuevas y sacarnos algunos clichés. Tratar de poner las ideas, los valores, las convicciones y un proyecto de país con soberanía seria –energética, medio ambiental, popular, del laburo-. Ponerlos como puntos serios de lo que sería un programa transformador. ¿Nos vamos a juntar? Sí, pero debatamos también qué queremos hacer del país. Si es solamente para ganar el 2017 será muy bueno, porque le daríamos un golpe al macrismo, pero no nos va a dar las herramientas necesarias para volver al gobierno y volver mejores, con nuestras experiencias, para hacer las transformaciones que necesitamos.
ARNALDO PIÑON (Organización Político Cultural Pueblo Tango).-
Cuando al macrismo se le termine el relato de la herencia recibida van a apoyarse sobre otros ejes: la falta de productividad, las trabas que pone el Código de Trabajo, los convenios colectivos, que según Macri son de otro siglo. Hay una agresión directa a los trabajadores y un intento de encontrar formas de aumentar la explotación, mejorar la rentabilidad y tratar de zafar de la situación económica en la que se encuentra el gobierno.
En defensa propia, de nuestra subsistencia, tenemos que hacer lo necesario para ganar las elecciones en 2017. Creo que no es algo banal. Nos estamos jugando muchas cosas. Ellos juegan la consolidación de su proyecto y tenemos que derrotar eso.
La construcción de un frente está complicada. La unidad no se ve en la política, en la representación parlamentaria específicamente, que ha servido más que nada de punto de apoyo a las políticas macristas. Y un factor muy importante que no aparece suficientemente es el movimiento obrero. Ha aparecido puntualmente, como en aquel acto entre las 5 centrales sindicales el 24 de marzo, cuando logramos hacer un pequeño embrión de unidad y desfilamos atrás de una bandera común, con la CGT y las CTA. Aunque la aparición de la Corriente Federal Sindical da una posibilidad de unidad por abajo, en la acción. Hay hechos auspiciosos como la aparición de un nuevo tipo de sindicalista, como el tano Catalano, Palazzo, en sindicatos importantes como La Bancaria, ATE.
Hay un tema que me interroga y me llama la atención, que es esta especie de alianza momentánea que hubo entre la CGT y los movimientos sociales el día 18 de noviembre. Porque la CTEP se considera a sí misma una especie de organización sindical de los trabajadores precarizados, de los semi ocupados y de los desocupados y eso cambia un poco la realidad en los territorios, que es donde trabajan estos compañeros. Si en los territorios, en vez de discutir cuántos planes o bolsos de comida u otra cosa te dan, discutimos derechos, sería un cambio de calidad. No sé si esa organización es una cosa de circunstancia para obtener algo, pero si se constituye en un movimiento de tipo sindical, llevaríamos a los territorios una discusión de tipo proto sindical, más que una discusión de asistencia. No habría que subestimarlo y hacer lo necesario para empujar a que esa organización vaya en ese sentido y que tenga contacto con el mundo sindical tal cual lo conocemos actualmente. Aparecieron luego todas esas polémicas sobre cuáles fueron los acuerdos con el macrismo, qué había detrás de esto, si le decretaron la paz social a Macri durante tres años, pero me parece que habría que tratar de ayudar a que no sea eso.
El movimiento obrero -y hay algunos sindicalistas que están hablando de eso- tiene que volver a tener un programa. No debería ser puramente reivindicativo, sino también político. Como trabajadores tenemos que reclamar nuestra cuota de participación en la política. Aunque me parece que lo tendremos que obtener por la fuerza, porque nadie regala ningún espacio político.
Respecto del lanzamiento de la Corriente Federal Kirchnerista, creo que es un síntoma de que todavía no logramos la unidad. Lo veo más como una respuesta al acuerdo entre la CGT, la CTEP y los movimientos Barrios de Pie, Evita, la CCC, que como voluntad real de conducir un proceso. El liderazgo de Cristina es incuestionable pero creo que estamos sin conducción. El liderazgo y la conducción son dos cosas diferentes. Creo y espero que el lanzamiento de esa corriente sea para consolidar un núcleo duro, pero que después se abra, que sea algo que nos sirva a todos y convoque a un frente anti liberal para derrotar al macrismo.
RAUL DELLLATORRE (UTPBA-Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires).-
Estamos ante una crisis económica y ante la inminencia de una crisis social. Y para los que estamos del lado popular tenemos que asumir que estamos en una crisis política. Basta ver lo que pasa en el congreso con nuestros representantes. Pero además basta con tener en cuenta que venimos de una derrota, que me paree que no fue muy trabajado qué significó, por qué se perdió, dónde se perdió, con quién fuimos y quizá no debimos ir y con quién no fuimos y quizá deberían ir de este lado-.
A las elecciones de 2015 no llegamos con un frente nacional. Ese frente que estamos planteando como objetivo no es lo que teníamos. Cuando hablamos de un frente nacional, de una organización popular que nos abarque a todos, aparecen una serie de interrogantes, no los voy a repetir porque adhiero a lo que dijo Delia. Es muy importante debatirlos y resolverlos en la discusión.
Otro tema que se planteaba en la propuesta a este debate es el de la participación democrática. Para eso es el debate de los asuntos que se han mencionado aquí. No juntarnos para votar a quien quede en la cabeza de no sé qué lista, sino que hay que debatir estas cosas.
Recién se planteaba un tema interesante, que es cómo representamos a los trabajadores que no tienen trabajo. Para nosotros en UTPBA es un tema permanente, tanto es así que hicimos una reforma del estatuto para incorporar la categoría de lo que llamábamos “colaboradores”. Trabajadores que colaboran en un medio, que no son permanentes, no tienen recibo de sueldo, ni una relación obrero patronal formal.
Cada organización se da su trabajo, pero hay una línea común en nuestras organizaciones –sindicales, sociales, políticas- de volver al territorio. Volver a trabajar con la misma gente con que se trabajó durante años, pero con esto que decía Delia de empezar a discutir, a buscar cuáles son los problemas y soluciones. Es cierto lo que decía Delia: no basta con hacer un discurso haciendo una interpretación de las razones por las cuales los compañeros están en contradicción de intereses con este gobierno, sino que, considerando los clichés que se elaboran a través de la cultura mediática, uno está obligado además a responder a esos clichés y a desarmarlos.
Estamos en una crisis de representatividad. Todos los que estamos en distintas organizaciones deberíamos revisar cómo se reivindica y ratifica la representatividad. Es un tiempo de reconstrucción de nuestras organizaciones y creo que muchos de nosotros asumimos que estamos en esa tarea. Si nos olvidamos de nuestros problemas de las organizaciones, aunque acordemos grandes documentos, no estaremos aportando nada a nadie ni habremos resuelto la crisis de representatividad. Cuanto mucho la estaremos disimulando y barriendo bajo la alfombra.
La unidad como propósito no puede ir por delante de todo esto. No podemos plantear la unidad de diferentes organizaciones si no estamos planteando al mismo tiempo resolver estas cuestiones. Y pueden ir en paralelo. Hablar de la unidad requiere discutir todo lo que decía Delia ¿Para qué la unidad?, ¿Qué queremos decir con el tema de transformación?, ¿Qué valores estamos defendiendo?
El tema de la comunicación merece un debate aparte, porque es necesario tener una comunicación propia. Tenemos que romper con la hegemonía de los medios, no solo para cuestiónasela, sino para desarrollar una comprensión de cómo se realiza una comunicación diferente. Atender al tema de los contenidos. Tenemos nuestros propios mecanismos de organización que no están contaminados por ese tipo de comunicación hegemónica. Eso me parece fundamental, porque el arma con que nos atacan son las bacterias que nos lanzan a través de los medios. En la etapa anterior creo que no se valorizó correctamente la importancia que tenía esto y nos conformamos con una ley de medios que simplemente hablaba de la propiedad pero no de los contenidos.
Comparto la preocupación de que octubre de 2017 constituya una derrota para el macrismo. Dentro de lo que llamamos clichés o consignas, hay una que valoro que es “basta de ajuste”. Eso es importante que lo compartamos y lo utilicemos. Ahora, la construcción de un frente popular o de la unidad tiene otros tiempos. Es decir, no hay que pensarlo en términos de “¿cómo hacemos para que esto nos resuelva la lista del 2017?”. Lo que estamos discutiendo acá es la unidad y el frente popular, pero con una concepción mucho más elaborada por nuestras organizaciones y los que se sumen. Si no, caemos en lo de siempre.
La unidad se hace no solo con la voluntad y con la fuerza, sino con la inteligencia de aprender inclusive de nuestros propios errores. Desarrollar participación democrática entendida como un debate de ideas, la construcción desde el territorio, reconstrucción de nuestras organizaciones y de la representatividad, avanzar juntos en el debate y los acuerdos que podemos ir alcanzando hacia un frente popular o como quiera llamárselo, pero que sea realmente la herramienta de transformación.
Debate a temario libre
CARLOS MENDOZA (TESIS 11-Coordinador).-
Sobre el tema de resolver los problemas estructurales, algunos son de gran profundidad en Argentina y América latina, como la oligopolización de la economía. Enfrentar ese tema y el de su extranjerización, en un mundo dominado por las multinacionales, significa que si lo resolviéramos hay que tener conciencia que lo que resultaría no sería tal vez un sistema socialista, desde el punto de vista de las relaciones económico sociales, pero ya no sería capitalismo. Y eso es un tema a tener en cuenta en el desarrollo de la conciencia de los sectores populares.
Otra gran cuestión es el tema de la democracia participativa como forma de elevar la conciencia. Se necesita una relación de fuerzas tan grande para resolver el problema estructural en favor de los intereses de los sectores populares, que la única manera de lograrla es el desarrollo de la democracia participativa, por más complejo y largo que sea ese proceso. Y para eso contamos con una importante cantidad de organizaciones sindicales, sociales, político culturales, políticas, inclusive empresariales (en este ciclo de debate han participado APYME y el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos), y muchas de esas organizaciones son más a la escala humana y permiten mucho más la participación democrática de las bases que las viejas estructuras de la democracia liberal de los partidos políticos tradicionales, que eran manejados verticalmente y con criterios de democracia representativa, delegataria.
Hemos avanzado en la posibilidad de construir un frente o movimiento sociopolítico, porque contamos con una importante cantidad de componentes posibles para eso. En los últimos 20 años, sobre todo desde 2001-2002 hasta acá, han aparecido y se han desarrollado y fortalecido cantidad de organizaciones en el campo popular. Incluso, en el tan importante sector de los trabajadores, están las dos CTA, pero también la Corriente Federal de los Trabajadores como un auspicioso hecho nuevo.
Tenemos también algo que provocó el proceso kirchnerista, que es la convocatoria a los jóvenes. Es muy grande la cantidad de jóvenes que se movilizaron, participaron y participan, en organizaciones sociales sobre todo, que lo han hecho en movilizaciones, en actos y otras actividades.
En cuanto a lo del movimiento o frente sociopolítico, veo tres instancias o niveles. Un nivel es enfrentar a las políticas de este gobierno neoliberal. Para eso podemos confluir con quien sea, sin mirarle la cara, ni el origen de clase, ni su trayectoria histórica. Y eso va a ir variando, cambiarán esas confluencias según a qué nos vayamos a oponer.
Hay un segundo nivel que es el electoral. Comprendo la importancia de que pierda el oficialismo en las elecciones legislativas, pero lo más probable es que el campo popular vaya a las elecciones con diversas listas. Y en la medida en que las diversas listas del campo popular terminen sacando considerablemente más votos y legisladores que Cambiemos, eso se podrá ver como una derrota de ellos.
Y está un tercer nivel, que es la cuestión de la construcción del movimiento o frente sociopolítico, que eso no es solo para enfrentarse coyunturalmente a las políticas neoliberales actuales de este gobierno, ni tampoco solo para hacer un frente electoral. Eso es para resolver los problemas estructurales de la Argentina y para buscar la confluencia con las corrientes progresistas de América Latina e impulsar la necesaria integración latinoamericana.
Hay una cantidad de elementos positivos para la construcción del frente o movimiento sociopolítico. No tenemos aun la construcción, pero tenemos los ladrillos.
RAUL DELLLATORRE (UTPBA-Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires).-
Me parece importante el planteo que hace Carlos de los distintos niveles, porque es lo que nos permite ver que en política se sigue trabajando permanentemente, ya que estos son procesos simultáneos.
Es cierto también que Argentina queda con un saldo positivo de este período de 12 años, que fue muy movilizado. Este país está muy movilizado. Así como este gobierno avanzó en forma insólita en algunas cuestiones antisociales, también es importante destacar las respuestas que hubo en solo un primer año de gobierno, que no son muy usuales. Esto se vincula con ese primer nivel de enfrentar las políticas del gobierno, de frenar el ajuste a través de alianzas que pueden ser circunstanciales, pero que pueden ser el germen de una nueva forma de organización. Recordemos al respecto la experiencia de Bolivia con el movimiento por el agua o por el gas, que derivaron en articular socialmente a distintos sectores para dar una lucha por el poder. En algún momento pensamos que la multisectorial contra el tarifazo podía derivar aquí en algo similar.
Coincido con el planteo que hiciste Carlos y me parece importante no confundir los niveles. Ver con claridad el propósito de determinadas alianzas o acuerdos que hacemos y que no nos comprometen más allá de eso. Y cuando hablamos de otras cuestiones mucho más profundas y a largo plazo, ahí tenemos que poner un poco más la lupa.
HECTOR FRANCISETTI (Asociación de Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz).-
En cuanto al caso de la CTEP, pueden tener dirigentes coyunturales que alguna vez se pueden equivocar, pero son actores nuevos en la vida de la Argentina. Lo mismo que fueron los movimientos de derechos humanos, como Madres de Plaza de Mayo, que terminaron decretando la muerte de la dictadura militar y no hubo en eso movimiento obrero. Son nuevos emergentes de la situación y que hay que reconocerlos en la realidad.
Por eso me refería a una reforma Constitucional. Vivimos en el siglo XXI, que no es el del XIX, con relaciones absolutamente distintas, que se tienen que plasmar institucionalmente en una nueva Constitución, donde se reconozcan esos nuevos actores y sus intereses. Porque un trabajador que trabaja en el territorio, como nosotros decimos, no es el compañero que se levanta a las 7 de la mañana, se va a la fábrica o a la oficina. Son otros actores y otros intereses y que tienen que tener una representación institucional, porque sino el poder concentrado hace estragos con ellos.
Coincido en que no estamos en la misma situación de los 90. Como campo popular, estamos ahora en una situación en que pudimos reaccionar rápidamente al embate del neoliberalismo. Cosa que no pudimos rápidamente hacer en los 90 y nos hicieron añicos.
Voy a mencionar una experiencia que hubo la semana pasada, de cómo se puede recuperar la iniciativa: Fue el caso de SUTEBA La Matanza, que venía trabajando duramente en contra de los intereses populares, y se pudo armar un frente y trabajar para la recuperación de la seccional.
Para terminar, recuerdo algo que decía Victorio Paulón, y creo que esta es la puerta que tenemos que abrir: “estamos en el siglo XXI con dirigentes del siglo XX y nosotros tenemos que empezar a hacer la transferencia o el trasvasamiento”.
DELIA BISSUTI (Nuevo Encuentro).-
Se planteaba aquí el rol que estuvo ausente, o menos participativo, del movimiento de los trabajadores. No es lo mismo hablar del movimiento obrero en los 40 que en los 90 o que ahora, por las características de cambios, con muchos sindicatos de servicios que no había hace 50 años. Pero en el conjunto de los trabajadores que se organizan en sindicatos siempre hubo CGT, o una CGT y espacios de confrontación.
Hoy el triunvirato que dirige la CGT lo está conduciendo el massismo. Hicimos una acción unitaria de los trabajadores por la ley antidespidos. Vamos al paro y finalmente quedamos solo las CTA y la Corriente Federal Sindical, porque la CGT ya había negociado otra cosa. Como Macri vetaba y eran massistas, no hubo una respuesta masiva y contundente, como debía haberla habido, para que, así como estuvimos juntos planteando que se aprobara esa ley, estuviéramos juntos en la calle en contra del veto. Porque hubo otros intereses rondando, de dirigentes sindicales que jugaban a distintos partidos políticos, no a la representación de los trabajadores para dar la pelea de fondo.
En cuanto a la CTEP, efectivamente creo que no son sindicatos. Son movimientos sociales que están reagrupados porque son conjuntos de trabajadores. No sabemos qué tipo de institución va a quedar con eso, porque se constituyeron con una conducción política desde el Movimiento Evita, que los organizó porque son cooperativistas. Se pudieron conformar en la década del kirchnerismo, ante el plan de cooperativas de trabajo para ocupar mano de obra, y ahora se agruparon en esta central de economía popular. Si a estas cooperativas de trabajo el macrismo las empieza a arreglar o les da más laburo, no sé la CTEP que hará. Hay modificaciones que se producen en los movimientos sociales y en el movimiento de los trabajadores, vinculadas a los momentos políticos partidarios, a los tipos de construcciones y a quién conduce el estado y con qué política. Todo eso sigue estando en juego.
En cuanto al acuerdo que firmaron con el gobierno los de la CTEP y otros compañeros, hay que ver que el acuerdo en sí, cuando estás consiguiendo reivindicaciones puntuales en momentos coyunturales importantes, lo tenés que hacer, porque para eso los representás. El tema es cuando además de eso firmás algo que está poniendo en juego el fondo de la cosa. Para mí hay cosas que las organizaciones que representan a sectores populares no deben firmar. La firma de esa acta, con esa cláusula, creo que es bastante nefasta. La ley de emergencia social venia para ser aprobada en el Congreso por toda la oposición. Macri estaba dispuesto a vetarla, pero iba a pagar un costo, porque además estaba la CGT detrás de esa ley. Entonces el macrismo logró meter a todo el mundo en el acuerdo, levantar la ley, no hacer las sesiones especiales, ponerlas en extraordinarias y la ley no sé si va a salir o con qué modificaciones. Y con el acuerdo estos compañeros le dieron un triunfo al macrismo, cuando estaba golpeado fuerte.
Hay que reconocer que venimos de una derrota y que además tenemos una crisis de representatividad. En el parlamento está muy claro. Ahora, nosotros perdimos, pero el 9 de diciembre ningún presidente en ningún cambio de gobierno se fue con el apoyo y la movilización popular como con la que se fue Cristina Fernández. Eso, además de darnos fortaleza, le dio una mirada al enemigo de que a esto no iba a ser fácil derrotarlo.
Recordemos la frase de Linera de que los procesos populares no son nunca de avance continuo. Hay avances, frenos, retrocesos. Toda América está en un retroceso, algunos más que otros. Brasil mucho más retrasado. Pero el hecho es que nos encontró en una posición distinta que en los 90, cuando no teníamos la fuerza, ni la juventud, ni venir de un proceso progresista. Tenemos ahora un montón de condiciones para recuperarnos, frenar este proceso y volver a avanzar.
IGNACIO CAMPORA (Asociación Hector Agosti).-
Quisiera aclarar el tema de los frentes que se formaron y permitieron recuperar la Federación Universitaria de La Plata y la de Córdoba. Son valiosas herramientas gremiales de los estudiantes en dos de las principales universidades del país. Fueron protagonistas de importantes momentos de avance del campo popular, y de la unidad obrero-estudiantil, lo cual es una necesidad en la construcción de un frente para un proyecto transformador. El Cordobazo es un claro ejemplo de eso. Hay que valorar también la clara definición que se dieron, cuando hay intentos de vaciar la UBA, o de arancelar carreras de facultad en Corrientes, por ejemplo.
El frente que todos queremos, que mi organización política lo definió hace muchos años como Frente de Liberación Nacional y Social, no se construye de la noche a la mañana. Difícilmente para la elección de octubre del 2017 y posiblemente tampoco para la del 2019. Pero los ejemplos que mencioné son lo que se tiene que ir dando desde la organización popular, indudablemente desde abajo, pero con la conducción estratégica, que hoy entendemos con Cristina Fernández.
ARNALDO PIÑON (Organización Político Cultural Pueblo Tango).-
Volviendo a la formulación de Victorio Paulón, de que tenemos una clase obrera del siglo XXI y una conducción sindical del siglo XX. Esto es una de las cosas que tenemos que lograr: Cómo modificamos la representación y el modelo sindical. Hay cosas para trabajar en lo que es la democracia representativa. Hay que buscar formas de control y evitar que esta gente se instale en las conducciones sindicales. Constituyen una corporación, al igual que los jueces. Algo inamovible prácticamente. No hemos logrado que una verdadera democracia se instale en las conducciones sindicales. Mientras no lo logremos va a ser muy difícil que el movimiento obrero se ponga en marcha en su totalidad.
Alguien nombró a Bossio, que es un arquetipo de alguien que se da vuelta. Habría que pensar formas contractuales con nuestros representantes. Cuando alguien es elegido en una fórmula para aplicar un programa, si se cambia de partido tiene que haber mecanismos que permitan la revocación. Y sería bueno también aplicarlo a los políticos que hacen promesas y no las cumplen. Que haya mecanismos de revocación de los mandatos, al nivel que sea.
Sobre la representación de los trabajadores sin trabajo, sería un avance que esa gente de los movimientos sociales se organice en forma sindical, que discutan derechos y que no esté cada uno por su lado tratando de obtener una canasta o un plancito más. El ministerio de Desarrollo Social podría ser con quien discutieran paritariamente. Este tema hay que pensarlo porque además se va a agravar, si no es por las políticas neoliberales va a ser por la evolución de las tecnologías que provocan una disminución de la necesidad de mano de obra.
– Se accede al audio completo del debate mediante el siguiente vínculo:
-Se accede al texto completo corregido del debate mediante el siguiente vínculo:
texto completo corregido debate MSP 30-11-16
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Mesas debate anteriores del ciclo de Tesis 11 sobre “Recomposición del Campo Popular”
–Texto resumido de la 1er mesa-debate (20/5/16) con participación de APYME (Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios ) / KOLINA (Corriente de Liberación Nacional) / CPP (Corriente de Participación Popular) / LA CAMPORA / LOS PIBES (Organización Social y Política) / PSOL (Partido Solidario):
-Texto resumido de la 2ª mesa-debate (12/08/16) con participación de ADEF (Asociación de Empleados de Farmacia)-CGT / CTA (Central de Trabajadores de la Argentina-Secretaría Yasky) / CPP (Corriente Política de Participación Popular) / USpV (Unidad Socialista para la Victoria) / TESIS 11 (Organización político-cultural):
resumen texto corregido debate 12-08-16
-Texto resumido de la 3er mesa-debate (28/09/16) con participación de CTA (Central de Trabajadores de la Argentina) secretaría Michelli / IMFC (Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos) / KonFluencia Popular (organización política) / TESIS 11 (Organización político-cultural)