Por Roberto Navarro. El ex presidente, desesperado, le mandó pedir a Alberto que lo ayude a salvarse de la cárcel. Carrió comprometida en el armado de causas.
Desde hace más de una década la guerra mediático-judicial que llaman lawfare desplazó a la política como forma de acumulación de poder y de proyecto político.
Los golpes blandos a Manuel Zelaya en Honduras, Fernando Lugo en Paraguay, Dilma Roussef en Brasil, los intentos de golpe a Rafael Correa en Ecuador, Hugo Chávez en Venezuela, el encarcelamiento para evitar que participe en elecciones de Lula, el golpe a Evo Morales, la reciente proscripción del partido de Correa y el inicio del intento de proscripción al partido de Evo, más todo lo que conocemos contra los dirigentes populares en Argentina revelan que el poder no se disputa en el seno de la política, sino en los canales de televisión y los juzgados.
Buena parte de la sociedad, al menos la mitad de los argentinos, aún cree que todas las acusaciones contra los dirigentes argentinos son ciertas. En esas condiciones es muy difícil impulsar un proyecto de desarrollo con distribución del ingreso; es muy difícil tener un país en paz. Tampoco se podrá sacar a la luz los negociados del clan Macri que se escondieron en la persecución ni el rol imprescindible de Elisa Carrió en el armado de causas.
El ex presiente utilizó a su primo Jorge Macri para pedirle al gobierno que presione a la justicia para no ir preso. Le preocupan las causas del Correo Argentino, parques eólicos y peajes (por la que ya hay varios funcionarios de primera línea de Cambiemos procesados, incluidos Guillermo Dietrich y Nicolás Dujovne). No es difícil que la población sepa la verdad si se tienen los medios para informarla.
*Si Boudou es culpable, ¿porque necesitaron comprarle un hotel a Vanderbroele para que declare en su contra y por qué tuvieron que pagarle al juez Pablo Bertuzzi un ascenso de juez de tribunal a juez de la Cámara Federal de Comodoro Py?
*¿Por qué si Alejandra Gils Carbó era culpable tuvieron que armarle una causa con dos sobres que tiraron bajo la puerta del fiscal Eduardo Taiano y además tuvieron que perseguir a sus hijas para presionarla para que renunciara?
*¿Si Cristina Kirchner era culpable por qué tuvieron que buscar un chofer que escribiera unos cuadernos que tuvieron que desaparecer porque no aguantaban una pericia y armar una causa con el fiscal Carlos Stornelli, del que hay escuchas y mensajes de WhatsApp que lo incriminan?
*¿Si Cristina es culpable por qué necesitaron que de 10 causas 9 cayeran en Claudio Bonadio?
La reforma judicial, medios y lawfare
La pelea por la información sigue siendo ganada por los miembros del lawfare, que actúan cada vez más cohesionados y que lograron que cientos de periodistas firmen solicitadas defendiendo incluso a colegas que delinquieron. La otra pelea, la judicial, comienza ahora con la reforma que propone el gobierno.
Para Clarín, Macri, Carrió y otros jugadores menores la reforma judicial puede convertirse en el final del lawfare, la revelación de cómo se armaron las causas y echar luz sobre los negocios que se hicieron en los años macristas.
Pero más importante que eso puede significar la vuelta a la política como protagonista de la lucha por el poder, una vuelta que permita que las mayorías populares se expresen de acuerdo a sus intereses y no a novelas policiales que les arman para engañarlos y así explotarlos. Por eso trabajan juntos, sin divisiones ni peleas, sin internas ni diferencias de intereses, en una alianza estratégica para frenar la reforma por las buenas o por las malas.
En las próximas semanas veremos operaciones y aprietes de todo tipo sobre los legisladores que tienen que votar la reforma. Ya al menos un legislador de Juntos por el Cambio recibió la advertencia de que si vota la reforma judicial se darán a conocer datos de su vida personal que surgieron de tareas de espionaje que llevó a cabo la AFI de Macri.