El gobierno nacional cerró un importante acuerdo preliminar con los principales fondos de inversión internacionales tenedores de bonos soberanos de deuda pública argentina por más de 66.200 millones de dólares. Mauricio Macri dejó al país en cesación de pagos poco antes de terminar su mandato, y dado que, el gobierno de Alberto Fernández se propuso cuidar las débiles reservas existentes, Argentina quedó al borde de la declaración internacional de Default.
¿Qué obstáculos y peligros representaba la no renegociación de la deuda externa del país? Por un lado que es deuda contraída por un gobierno elegido electoralmente y no una dictadura militar inconstitucional. Lo que implica un compromiso soberano que toda continuidad constitucional debe asumir.
Además, y principalmente, una renegociación acordada, con plazos de pagos postergados y reducción abrupta de la carga financiera elimina el riesgo de “sanciones”, bloqueos internacionales. Un potencial caos financiero interno con el dólar en precios estratosféricos y su traslado a precios, que finalmente atormenta a la población trabajadora, y que siempre conforma un escenario desestabilizador para un gobierno nacional y popular.
Un default cerraría, además, si el gobierno lo necesitara por eventuales desequilibrios en la balanza de pagos, el acceso a créditos de organismos internacionales a baja tasa de interés y plazos extendidos.
Y por último, eliminada la sombra del default, el gobierno nacional puede concentrarse en la política económica y social que deberá sentar nuevas bases para el restablecimiento de una redistribución más justa de la riqueza nacional.
Es así que el gobierno popular del Frente de Todos, debió hacer frente a un duro proceso de renegociación de la mayor deuda externa del país, adquirida en solo cuatro años de gobierno de Mauricio Macri (2015 /2019), para financiar fuga de capitales y devaluaciones del peso argentino . Además del festival de bonos emitidos, y como “frutilla del postre” se contrajo una deuda con el FMI (el crédito más grande de la historia del organismo), por la cual ingresaron 44.000 millones de dólares que también se diluyeron ya que fueron utilizados también para solventar fuga de capitales.
En sólo cuatro años, una política oligárquico conservadora al servicio de los grupos dominantes del país y del capital financiero, destruyó la economía nacional, y las conquistas económicas y sociales adquiridas por el pueblo en los 12 años precedentes.
El acuerdo logrado representa un éxito en el objetivo de despejar el horizonte financiero para nuestro país ya que implica pagos por 6.500 millones de dólares en un período de cinco años en lugar de los 30.200 originales. Hubo asimismo una reducción de las tasas de interés que descendieron del 7 % promedio anual al 3 % en promedio (comenzando con tasas del 1.125%.). El pago de intereses de deuda externa representó el 21 % del Presupuesto Nacional en 2019. Si se considera el canje de títulos externos junto con el de deuda local en moneda extranjera, la Argentina tendrá un alivio financiero de 37.700 millones de dólares en el período 2020-2030.
Contenido el sector externo de la economía, y evitado el default, será necesario un programa de gobierno que priorice la creación de empleo, que revitalice el salario y las jubilaciones, dinamizando el mercado interno, pilar indiscutible del crecimiento económico.
Las obras públicas (viviendas populares, rutas nacionales y provinciales, Vaca Muerta) actuarán como motor de ocupación laboral y una reforma impositiva progresiva deberá generar recursos a través de impuestos que graven las superganancias y los superpatrimonios que permitan una redistribución más justa de la riqueza social.
Sabemos que los grupos dominantes, apoyados en su poder económico mediático desean el fracaso de este gobierno para poder intentar nuevamente tomar el poder político bajo nuevas formas. La formación de precios monopolistas que frustren todo intento de mejora en los ingresos populares, la desinformación mediática y las noticias falsas, la presión del establishment internacional, son una verdadera “espada de Damocles” para el gobierno popular.
Por ello en un contexto nacional e internacional sumamente complejo, será vital la acción del pueblo, manifestando sus aspiraciones y necesidades en forma masiva y mancomunada. Criticando las debilidades y apoyando las medidas positivas del gobierno. Al mismo tiempo esta acción popular será el soporte necesario para el gobierno frente a las embestidas desestabilizadoras. Apoyaremos las medidas del gobierno nacional que conduzcan a dirigir los recursos nacionales en beneficio de las condiciones de vida del pueblo argentino.