Revista Nº 138
(nacional/política)
Mario Barrios*
Creemos que es más que justo y necesario que se implemente un programa de acceso a la tierra, que tenga como prioridad a la Agricultura Familiar y Agroecológica, a los/as pequeños campesinos/as, a los hermanos Originarios quienes mayoritariamente viven de lo que la Pacha produce.
Podemos aseverar que hay varias propuestas al respecto, no solo de la CTA Autónoma las tiene sino otras tantas de Organizaciones Hermanas. Que como nosotros/as construyen colectivamente distintas propuestas, ante una dura realidad.
Si nos remontamos a la Historia de nuestro país, cada vez que se entregaron tierras, con distintas metodologías, leyes, recompensas, y otras tantas, siempre Perdió el Pueblo de nuestra Patria, y ganan un grupo minoritario de Familias acomodadas, que a lo largo de la historia fueron modelando la Oligarquía terrateniente en nuestro país.
Cuando Bernardino Rivadavia tomó en 1824 el ya célebre empréstito de un millón de libras esterlinas a la Baring Brothers, iniciaba la desenfrenada carrera por la usurpación de tierras de la futura oligarquía argentina. Había que dejar algo que sirviera de respaldo ante los prestamistas, y eso no podía ser otra cosa que el propio territorio nacional; las tierras públicas de la provincia de Buenos Aires quedaron así hipotecadas como garantía del empréstito.
La Ley de Enfiteusis, buscaba generar tierras productivas, arrendando espacios fiscales pero sin enajenar el destino del bien público, pero terminó permitiendo que unas pocas familias, del grupo de los Comerciantes Burgueses de Buenos Aires, se queden con una inmensa extensión de tierras del Estado, y ni siquiera pagaron el canon que habían acordado. Fue ese el primer robo de tierras del estado, después de declarada la Independencia.
Así solamente 538 enfiteutas acapararan 8.656.000 hectáreas. La segunda apropiación o estafa fue llevada a cabo en la campaña del desierto, con Julio Roca a la cabeza; como no había plata en ese entonces para pagar los costos de la conquista asesina de nuestros Pueblos Originarios, se les pago a los milicos con tierras, para cultivar y criar ganado. La insolvencia de los mismos imposibilitaba poder labrar la tierra o criar ganado sin un Patacón, tuvieron que vender a precios viles o arrendar tierras que -vaya casualidad- la mayoría fueron a parar a manos de quienes financiaron la campaña, ellos si tenían la plata, muchas de las mismas familias que arrancaron con Rivadavia se hacían de tierras de la campaña del desierto.
En 1914 se realiza el primer censo Agropecuario. Los datos son elocuentes, solo el 8% de los establecimientos Agropecuarios concentran el 78% de las tierras cultivables. Además de esto nuestro pueblo no solo sufre la avaricia de la Oligarquía, sino que además, más cerca en el tiempo, sufrimos un proceso de fuertísima extranjerización de la Tierra. Podemos nombrar algunos casos como ejemplos: durante el Gobierno de Menem, se autorizó la venta de ocho millones de hectáreas, a ciudadanos extranjeros, cuando muchas de esas tierras por ser tierras fronterizas estaba prohibida su venta.
En el 2008, nuestro premio nobel de la Paz. Adolfo Pérez Esquivel le envió una carta Abierta a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, advirtiendo sobre la venta de tierras, y del daño que se le estaba haciendo al medio ambiente, especialmente con la minería, diciéndole que el país estaba en Venta, que teníamos que parar con la extranjerización de las tierras, que desde la década de los 90 se habían vendido 17 millones de hectáreas de Tierra, muchas de las cuales estaba prohibida su venta. Tres años después se aprobó la Ley que limita la compra de tierra a extranjeros. Ley que con la llegada del Macrismo al Gobierno fue arbitrariamente modificada, hasta transformarla en letra muerta; así expresaba el ex Presidente su cercanías con la Oligarquía Terrateniente, un caso como ejemplo es la amistad con Lewis, que hoy cuenta con 38.000 hectáreas en la Patagonia, que a pesar de los intensos reclamos que los pueblos vecinos y organizaciones, Políticas, Sociales y Ambientales, vienen llevando para reclamar por el acceso a caminos y al Lago escondido, aún hoy mantiene privatizado y muchos de los pobladores deben hacer grandes rodeos para llegar a sus casas, por la celosa vigilancia que mantiene el magnate con un verdadero ejercito de custodia, en cuya estancia se ha construido un aeropuerto que opera, en el que entran y salen aviones sin ningún tipo de control,
Otro caso emblemático, es el del fallecido empresario norteamericano Tompkim, dueño de tierras en la Patagonia y el Litoral. Propietario de una porción de tierra de la Reserva Provincial de los Esteros del Ibera, sobre el Acuífero Guarani; 120.000 hectáreas compradas a la Familia Blaquier, en Santa Cruz. Tompkim compro 146.000 hectáreas cerca de Lagos y Ríos, por esta y otras posesiones se ganó el título de El Señor del Agua; tras su fallecimiento los herederos anunciaron que pusieron en venta las tierras de la Patagonia, pero no queda claro que pasará con las tierras en los esteros del Ibera. En el año 2006 este empresario había acumulado la sideral Cifra de 426.000 Hectáreas.
Benetton es el Mayor Terrateniente de Argentina, acumula la friolera de 970.000 Hectáreas, famoso por ello y por la lucha que lleva adelante el Pueblo Mapuche que le viene reclamando la devolución de sus tierras ancestrales, y le costaron la vida a Santiago Maldonado, y a Rafael Nahuel, asesinado por la espalda,.
Podríamos seguir nombrando, al reciente fallecido Jorge Britos, dueño del Banco Macro, quien poseía 87.000 hectáreas en Salta y 70.000 cabezas de ganado. El grupo Macri también participa con SOCMA, es dueña de la finca Yuto, que tiene 20.000 Hectáreas en Salta; se estima que el grupo domina cerca de las 100.000 hectáreas. No tenemos que olvidarnos que la Mamá de Macri es Blanco Villegas, dueños de importantes Estancias en la Pcia. de Buenos Aires. O sea que la ayuda de Macri a los terratenientes no es solo Ideológica: ellos poseen 26.000 hectáreas de las mejores tierras de Pais.
El informe OXFAM denuncia como se concentraba la riqueza en todo el mundo. En el encuentro de Davos concurren los personajes más poderosos del Planeta. Otro informe indicaba que en la Argentina el 1% de los propietarios reúne el 33% del territorio Nacional y el 50% de la Tierra Cultivable, con superficies que superan largamente las 22.000 hectáreas; el informe concluía diciendo lo difícil que resulta, respecto a la propiedad de la tierra, pretender saber quiénes son sus dueños; es una misión imposible, por la opacidad de las transacciones, el uso de sociedades pantallas, la titulación a nombres de terceros y el secretismo y barreras burocráticas en las Instituciones que dominan los catastros y registros públicos de la propiedad, que crean un verdadero escudo que oculta la verdadera identidad de los propietarios, ¿porque será?.
Bueno este es el escenario, y ante un panorama tan desolador, con una pandemia Mundial, en gran parte producto de estos modelos de extractivismo y explotación de nuestra Madre Tierra, del Modelo de consumo, de la acumulación desmedida y avarienta de unos pocos, que orientan sus estrategias a seguir acumulando sin importar los efectos colaterales que provocan, y viendo que sus políticas hoy nos muestran un 40% de nuestra gente bajo la línea de la pobreza, mientras que las minorías privilegiadas, viven con más de un millón de dólares. Estos adinerados/as son alrededor de 45.000, el 1% de nuestra Población, que según los datos oficiosos del año 2020 arroja la cantidad de 45.376.763 habitantes.
Vemos que uno de los problemas más grandes de nuestras desigualdades es la acumulación. Pero el paso de Mauricio Macri por el gobierno, con sus políticas neoliberales de aperturas a las importaciones de productos extranjeros, desfavoreció la Industria Nacional, hasta prácticamente acabar con ella. El sector que queda casi excluyentemente en mejores condiciones para que entren divisas a nuestro país es el campo, producto de sus exportaciones, tanto agrícola, como ganadera. Pero si esa plata está en manos de las nuevas y viejas Oligarquías, y las grandes empresas Transnacionales pueden, como de echo lo hacen permanentemente, poner en Jaque a las incipientes Democracias de nuestro País y de nuestro Continente, con maniobras de especulación y a la espera de devaluaciones, que solo benefician a ese círculo minoritario y parasitario de nuestro país, perjudicando a las grandes mayorías populares.
Por eso hoy más que nunca necesitamos el acceso democrático a las tierras del estado, teniendo en cuenta los daños que ha ocasionado este Modelo, dejando al desnudo más que nunca la necesidad de un Estado Presente, arbitrando en beneficio de las mayorías, no de las minorías de siempre; para poder tener Puertos más controlados, por donde se van nuestra riquezas sin pagar impuestos; porque es necesario volver a tener una Flota Nacional; porque necesitamos una ley de semillas que proteja las semillas criollas, y se proteja el uso propio de las mismas; poder controlar el tamaño de las empresas; volver a tener una Junta Nacional de Granos; ponerle freno al Modelo solo Agro Exportador e Industrial Importador; ponerle frenos a las semillas transgénicas, que con el cuento de la necesidad de alimentar al mundo, envenenan nuestros campos, nuestros ríos y lagunas, envenenan la sangre de nuestra gente, en los lugares donde se planta transgénicos, fumigan con Glifosato, como los productos de la MONSANTO.
En las zonas fumigadas, aumentó un 50% el número de las muertes por cáncer, y las malformaciones en niños recién nacidos; provocan la expulsión de los pequeños productores campesinos/as, y Hermanos/os Originarios, que por falta de trabajo se apiñan en las grandes urbes, donde viven hacinados, sin derecho a un trabajo digno, sin viviendas, sin servicios, consagrados en nuestra Constitución, y tratados internacionales de Derechos humanos. El censo realizado por las organizaciones sociales, conjuntamente con el gobierno, en el año 2017, arroja como números, 4.416 Barrios populares, a lo largo y ancho de nuestro país, más del 50% de sus ocupantes no tienen acceso al agua potable, el 80% no tiene luz eléctrica a su nombre, ni gas natural, y el 99% no tiene cloacas. Por eso creemos que es más que Justo y necesario que se implemente un programa de acceso a la tierra, que tenga como prioridad a la Agricultura Familiar y Agroecológica, a los/as pequeños campesinos/as, a los hermanos Originarios quienes mayoritariamente viven de lo que la Pacha Produce. Tierra para poder volver a repoblar, lugares abandonados por falta de trabajo, y refundar nuevos Pueblos, con proyectos de acceso a la vivienda, la educación y el trabajo, a la conectividad, y a desarrollar economías regionales. Para ello hay propuestas, proyectos y ganas de reconstruir nuestra Patria
El Diputado Juan Carlos Alderete, presentó una ley, de Tierra Techo y Trabajo. La Diputada María Rosa Martínez, presentó la ley Marcha al Campo, para poder utilizar, las tierras fiscales y las tierras privadas “incultas” para utilizarlas en emprendimientos productivos; esa ley como la anterior la acompañan muchas Organizaciones entre ellas nuestra CTA Autónoma. Nuestra Organización, la Empresa recuperada UST, en conjunto con la universidad de Avellaneda, la Pastoral Social local y un numero de organizaciones hermanas, trabajamos en el proyecto de repoblación, productiva y sustentable del Territorio Argentino. Hay muchos otros proyectos que apuntan a poner la tierra en función social, y no que sirva a los especuladores.
Es llamativo que ningún gobierno, desde la vuelta a la Democracia, se haya preguntado, porque volvimos a la constitución de 1853, con las enmiendas de Menen y Alfonsin, cuando un gobierno democrático con el 60% de los votos, había realizado una Reforma Constitucional que otorgaba el derecho a la tierra y la puesta de la misma en función social.
*Mario Barrios, socio fundador de la empresa recuperada UST (Unión Solidaria de Trabajadores, de la CTA Autónoma).