Este 17 de Octubre marcó un nuevo escenario en la vida política nacional.
Organizaciones sindicales, sociales y políticas convocaron al pueblo a movilizarse en reclamo de urgentes medidas que pongan límites al desborde inflacionario y a la caída del ingreso y el nivel alimenticio de los trabajadorxs y sobre todo de los sectores más vulnerados.
Si bien la fracción burocrática de la CGT llamó a un acto a puertas cerradas en Obras Sanitarias para discutir posiciones en futuras listas electorales, y algunas organizaciones sociales realizaron una convocatoria en La Matanza, el grueso de la movilización popular se materializó en Plaza de Mayo, en donde más de 100 organizaciones sindicales, sociales y políticas convocaron a sus afiliados y al pueblo.
Aún así, todos coincidieron en reclamar al gobierno medidas urgentes para frenar la estampida inflacionaria y la caída de la capacidad de compra de los trabajadorxs, pero los reclamos del documento central apuntan a la posibilidad de constitución de una organización política de nivel superior, con vistas al futuro.
En Plaza de Mayo, y frente a una masiva concurrencia, los discursos y el documento central para la convocatoria, han expresado y representado el clamor popular frente a la crisis que atraviesan los asalariados, los trabajadores y trabajadoras de la economía popular, las capas medias y las pequeñas y medianas actividades.
Lo masivo y pluripartidario de la concurrencia representó mucho más que una manifestación del Peronismo, para convertirse en un encuentro de base programática y de lucha de todos los sectores castigados por el accionar demoledor de los grupos concentrados de la economía, generadores de desborde inflacionario y del accionar desestabilizante y desmoralizador de la entente de dichos grupos, a través de su brazo político, Juntos por el Cambio, con los medios hegemónicos de comunicación y la pata judicial que los ampara.
La gestión antinacional y antipopular del neoliberalismo, con Macri en el gobierno, entre 2015 y 2019, significó un retroceso de enorme magnitud para las conquistas logradas durante los doce años de gobierno nacional y popular de los Kirchner. Pero además, con la destrucción de miles de pequeñas y medianas industrias, del desempleo y con la deuda colosal contraída con el FMI, significó una herencia nefasta para futuras administraciones y sobre todo, significó volver a someterse al FMI y su control sobre la gestión gubernamental, que el pueblo trabajador argentino está pagando con creces.
Así fue que, el gobierno de Alberto Fernández, receptor de la pandemia macrista y luego del Covid y pese a sus declaradas intenciones de “primero los últimos”, no ha podido (o no ha sabido, o no ha querido) confrontar con los grupos dominantes de la vida nacional, para hacer realidad esas intenciones. Es cierto que se afrontó con las mejores armas e intenciones la lucha contra la pandemia, pero el gobierno ha quedado doblegado por la acción de los sectores privilegiados dominantes. Pese a numerosas obras y disposiciones de carácter popular, la acción desgarradora de los formadores de precios, elevó la pobreza y la crisis alimentaria en los sectores más humildes.
A todo esto se dijo BASTA el 17 de Octubre en Plaza de Mayo, pero además cada uno de los puntos del documento implican una denuncia del accionar antipopular de los grupos dominantes en Argentina. Es por ello que podría constituirse en base programática para nuevas propuestas nacionales y populares de mayor nivel de intensidad política para el mejoramiento de la vida de los trabajadorxs, asalariados y de la economía popular, desocupadxs, jubiladxs y pequeños y medianos empresarios.
La importancia de la declaración difundida la vemos desde su introducción:
“La unidad nacional sólo será duradera en el tiempo si se construye con el pueblo como protagonista a través de sus organizaciones y deberá asentarse esencialmente en la búsqueda del bien común por el camino de la paz hacia la conquista plena de la Justicia Social.”
“La Justicia Social sólo dejará de ser una declamación inalcanzable cuando hayamos recuperado en plenitud nuestra Soberanía, arrebatada desde hace tiempo por un poder fáctico corporativo que opera por encima del sistema democrático burlando la voluntad popular y frustrando sus legítimas aspiraciones.”
En su contenido, el documento establece claramente, los pilares básicos para concretar sus objetivos de justicia social.
- Se propone el control básico de la economía por parte del Estado y una acción concreta contra la especulación y la extorsión desde adentro y afuera del territorio nacional.
- Se resalta el rol de disciplinamiento jugado por la enorme deuda contraída con el FMI, por el costo de su repago y su injerencia en los dictados de la política gubernamental. Y se denuncia concretamente a los ejecutores de este siniestro plan antipopular: los grupos concentrados de la economía, los medios de comunicación hegemónicos y su política de difusión de falsas noticias y creadores de sentido común”, y al partido judicial, encargado de amparar estas acciones y además herramienta de persecución y proscripciones políticas.
- La restauración del rol del Estado en la planificación y control de la economía.
- La necesidad de soberanía alimentaria y de un Ingreso Social de Emergencia
- Control del comercio exterior y recuperación de puertos y vías navegables
- Convertir al sistema financiero en un servicio público para que actúe como verdadero sostén y propulsor de la producción nacional y el mercado interno y no como herramienta de especulación financiera y cambiaria.
- Modificación del sistema impositivo, convirtiéndolo en progresivo, gravando las superganancias y desgravando el trabajo, cuyos ingresos no pueden ser más considerados “ganancias”.
- Instaurar y ejecutar la Ley de Medios, aprobada por el Congreso Nacional, para que a través de ella se fortalezca el sistema democrático y se ponga fin a la difusión de noticias falsas que impregnan mentiras en el “imaginario social”, y que a la vez aliente la comunicación permanente a la sociedad de la acción de gobierno, en forma plural y democrática.
Estamos en presencia de una declaración de carácter político e ideológico, suscripta por representantes sindicales, sociales y políticos que, indudablemente, representa un hecho nuevo y de características singulares en la actual vida política de Argentina. No sólo por su contenido progresista, nacional y popular, sino además por la cantidad y calidad de las organizaciones que lo suscribieron con su firma y presencia movilizada en las calles.
Sostenemos que es, en esta dirección, que se encuentra la senda a recorrer para lograr las transformaciones de fondo que requiere la estructura socio económica de la Argentina.
Como lo venimos manifestando en nuestras Editoriales, es la movilización popular coordinada, con objetivos programáticos concretos, elverdadero arma de los trabajadores y trabajadoras en su lucha por mejorar sus condiciones de vida y una distribución más justa de la renta nacional.
Esta movilización popular deberá ser el inicio de un nuevo tramo en la lucha del pueblo argentino por mejores condiciones de vida. Será necesario darle encarnadura social a esta declaración de principios políticos, mediante la constitución de un centro coordinador entre las organizaciones populares, ya que la fuerza de los sectores dominantes y sus tentáculos comunicacionales, políticos y judiciales es de gran envergadura.
El éxito no está, de ninguna manera garantizado, pero sin dudas, la difusión clara y permanente de las causas de la crisis, sus responsables y la necesidad de cambios profundos en la estructura económica, política y social de la Argentina, y su enunciación concreta, siempre han representado herramientas indispensables en los procesos de cambios cualitativos en la conformación de un nuevo ideario nacional y popular.
El apotegma de que “sólo el pueblo salvará al pueblo” es real y es probable que estemos en presencia de nuevas perspectivas en la conformación de una conciencia social verdadera y acorde a sus intereses, para el pueblo trabajador y los sectores populares interesados en el desarrollo nacional con soberanía política y justicia social.
Es imprescindible, para el futuro, que las alianzas políticas tengan una unidad en su diversidad. Esa unidad deberá estar sólidamente vinculada a transformaciones básicas de carácter nacional y popular en la estructura socioeconómica argentina y no sólo a un triunfo electoral.
TESIS 11.
¡Muy bueno!