Editorial de Tesis 11. La guerra en Ucrania, los intereses geoeconómicos y la confrontación de sistemas

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La guerra en Ucrania, a doce meses de la intervención de Rusia, muestra cabalmente un cuadro en el que se entrecruzan distintos escenarios. El enorme drama humanitario en vidas humanas de ambas naciones; la confrontación de EEUU con Rusia, como etapa en dirección a China (enemigo principal), usando a un tercer país (en este caso Ucrania); haber logrado la sumisión europea política y económicamente, ya que EEUU ha rupturado la posibilidad de una Europa ampliada con Rusia; la sustitución del gas y el combustible de Rusia, más económico y directo, por la provisión desde fuentes lejanas y más costosas.

Todo esto como resultado de la ferocidad de los grupos económicos dominantes en EEUU, principalmente de su complejo militar industrial y sus intereses económicos y  políticos.

La burda campaña de los principales medios informativos de Occidente, atacando al invasor, prohibiendo la difusión de publicaciones rusas y otras como Al Jazzera, han convertido a los principales gobiernos de Europa en títeres manejados por EEUU. Lo cual, a su vez, explica la forma en que la prensa y los medios europeos difunden noticias y entrevistas, de manera similar a westerns o película de guerra norteamericana en la guerra fría. Se ha bloqueado toda información que no responda al dictado de la estrategia de confrontación.

Se ha ocultado la historia de este conflicto. Nada se dice de la instalación de armas misilísticas en Ucrania apuntando a Moscú, del auge de grupos neonazis en Kiev que son apoyados por el gobierno de Ucrania, cuyo presidente pasa su tiempo en los medios y viajes pidiendo más armas y ahora aviones de combate de última generación.

El público occidental está convencido de que el armamento occidental, enviado a Ucrania, es para el ejército ucraniano, ignorando que esta fuerza está plagada de “banderistas” (neonazis), inspirados en el ejemplo de los ucranianos que colaboraron con los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

Se ignora la negativa permanente, de EEUU a negociar una paz duradera en Europa, con Rusia, a propósito de territorios en conflicto.

La instalación de armas de largo alcance en Ucrania, apuntando a Rusia, ha sido parte de la estrategia de confrontación de EEUU con Rusia y luego China. Un sistema de provocación, utilizando a Ucrania como “carnada”, como trampa para provocar la reacción rusa. En esta estrategia no cuentan las vidas humanas sacrificadas en el altar de una geopolítica norteamericana, que ha desplazado tradicionalmente los conflictos bélicos fuera de su territorio. Luego de las enormes bajas en vidas de soldados norteamericanos en Vietnam, Irak, Afganistán, la estrategia actual apunta a usar a Europa como avanzada en una confrontación de tipo bélico militar.

La prédica incesante a través de los medios masivos de comunicación en Occidente, acerca de la defensa de la democracia y la libertad, por parte de EEUU, son desmentidas por los ejemplos de intervención militar norteamericana en distintos países del mundo, cuando los intereses de los grupos económicos dominantes están en discusión.  Pero, hoy en día, las guerras tornan a dirimir ideologías. Se trata de perpetuar un orden político, económico e ideológico que garantice los negocios y las ganancias de los grupos dominantes en el sistema capitalista mundial.

En este sentido, la estrategia de guerras de EEUU, se materializa en una cifra de su presupuesto de defensa que representa el 10% de su presupuesto total. En esta estrategia es vital la injerencia del llamado complejo militar industrial, cuyo poderío es mayúsculo y cuyos negocios de producción y venta de armas a distintos destinos, representaba, ya en 2019, más de 750.000 millones de dólares y casi la quinta parte del Producto Bruto de EEUU.

En 1961, despidiéndose como Comandante supremo de las Fuerzas Armadas Norteamericanas y de la Presidencia de la República, Dwight Eisenhower subrayó el peligro para la democracia que representaba el complejo militar industrial de su país.

El actual presidente Joe Biden, fue anteriormente lobista de los grupos integrantes del complejo militar industrial en el Parlamento, para lograr leyes propicias para sus representados.

Cuanto más importante resulta el complejo militar industrial militar de EEUU en su economía más peligroso se torna EEUU para el mundo.

Pero la razón de las guerras ha sido históricamente la lucha por la conquista de territorios y por ende del ensanchamiento de poderíos económicos y políticos. Así continúa siendo, pero dado el poder económico y militar norteamericano, hoy los conflictos están provocados por la defensa de la hegemonía lograda por EEUU en la posguerra 2ª. El actual conflicto bélico en Ucrania es una muestra acabada de ello.

Sin embargo, hoy, con armas nucleares en manos de distintos países (EEUU, Rusia, China, India, Inglaterra, Francia, Israel, Pakistán) el peligro de una “chispa” que encienda una guerra nuclear abarca todo el planeta. El sometimiento de Europa y la OTAN a los dictados de EEUU, se refleja en una actitud permanente de “fogoneo” de la guerra en Ucrania, con el envío de armas, equipos bélicos de gran alcance y una política de escalada contra Rusia, que hace temer la peor catástrofe nuclear.

El verdadero objetivo de esta provocación a Rusia, por parte de EEUU y Europa, ha sido lograr su reacción y luego su condena mundial. Este sería el primer paso en dirección al oponente principal, China.  Algo similar se estaría preparando para lograr una provocación por parte de Taiwán, que obligue a una intervención china en esa isla, considerada territorio de China.

El “peligro” que China verdaderamente representa para los intereses norteamericanos es el crecimiento vertiginoso de sus relaciones comerciales y financieras con la mayoría de los países en el mundo. Dado el carácter mutuamente ventajoso de estas relaciones, China se ha convertido en principal socio comercial de países de América Latina, Europa, Asia y África. Su expansión comercial se acelera. Proyectos de infraestructura en casi todos los países, acrecientan su importancia en las relaciones bilaterales con el gigante asiático.

El otro lado, más que reveladoras son las declaraciones de Laura Richardson, Generala y Comandante de las fuerzas norteamericanas en el Atlántico Sur en el sentido de la importancia que para EEUU tienen las riquezas naturales de los países de América del Sur, por ejemplo, los minerales, el litio, el agua, los combustibles, en Perú, Bolivia, Argentina, Chile y otros países. Ejemplo descarnado de los planes de EEUU para “su patio trasero” (donde dice no permitirán que ingrese China ni Rusia)

En síntesis, ya se dijo una vez, que “la guerra es la continuación de la política, por otros medios” y eso es hoy Ucrania. Y ese es el peligro de eventuales proyectos similares para América Latina, como pretexto para apoderarse de los preciados recursos naturales.

Por ello, la Paz, representa hoy un imperativo mayúsculo en la lucha y la demanda de los pueblos que reclaman su soberanía y la defensa de los intereses nacionales y populares.

Tesis 11

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