Una combinación de factores negativos, algunos estructurales y otros coyunturales, están provocando, por estos días, un nuevo pasaje en la recurrencia a la crisis en nuestro país, cuya manifestación más aguda es la escases de divisas en el Banco Central y la alta inflación, fenómenos que además se retroalimentan y cuyo dramático resultado social es un índice de pobreza superior al 40% y de indigencia superior al 8%.
El factor estructural fundamental es la oligopolización de la economía, básicamente en manos de multinacionales, lo que incluye una creciente concentración de la propiedad de la tierra y de las empresas de arriendo, todo lo cual es la principal causante inflacionaria, como hemos explicado en anteriores editoriales y artículos. Además, este sector, que domina nuestra economía, es el que produce acciones especulativas como las conocidas corridas por el dólar, haciendo subir las cotizaciones denominadas paralelas para presionar hacia una macro devaluación del peso, que los favorecería enormemente y provocaría un profundo agravamiento de la situación económica y social de la mayoría popular.
Los factores coyunturales son varios: Las consecuencias de la guerra en Ucrania, que le costó al país en el 2022 gastar 5.600 millones de dólares más de lo previsto para importar combustibles; La sequía que redundará en una pérdida de U$S 20.000 millones por caída de exportaciones y de un equivalente a U$S 4.000 millones por impuestos no ingresados derivados del mismo motivo; Todo lo anterior en el marco de la grave crisis heredada del gobierno Macri y del limitante acuerdo firmado con el FMI como producto de la irresponsable e inmoral deuda de 44.000 millones de dólares contraída por el gobierno de Macri, que se usaron para que los grandes especuladores financieros pudieran sacar del país sus ganancias convertidas a dólares; A todo esto se agrega que la política de diálogo y negociación del gobierno con los grupos oligopólicos ha dado un resultado claramente negativo, lo cual se evidencia en las corridas cambiarias, subas permanentes de precios y otras maniobras de desestabilización producidas por esos grupos y apoyadas en sus expresiones políticas, mediáticas y judiciales.
La historia muestra que las crisis pueden aportar nuevas oportunidades. Para que ello se utilice en favor de los sectores populares mayoritarios, es objetivamente necesario que el Frente de Todos (FdT), que intenta representar los intereses mayoritarios de la sociedad, aproveche las enseñanzas que deja el actual pasaje de crisis y las experiencias vividas durante su actual gobierno, para fortalecerse a un nuevo nivel, cuantitativa y cualitativamente.
En nuestra opinión, algunas de las principales enseñanzas y consecuentes acciones futuras para aprovecharlas, serían:
- El FdT llegó al gobierno con el declarado objetivo general de utilizar al Estado para impulsar un crecimiento económico con inclusión social; derechos humanos como política de estado; y política exterior independiente. Pero sin haber consensuado un verdadero plan de gobierno que explicitara los cambios estructurales que principalmente requiere nuestra economía, si se quiere un desarrollo económico y social soberano y una creciente inclusión social.
En tal sentido, desde Tesis 11 hemos reivindicado como un muy positivo avance que organizaciones progresistas del campo popular, sindicales y sociales, hayan consensuado el plan de reformas estructurales publicado los 1º de mayo 2021 y 2022, denominado “Manifiesto nacional por la soberanía, el trabajo y la producción”, y ratificado en el documento leído el 17 de octubre del 2022 en Plaza de Mayo.
Ese plan, y otros que se han aportado desde sectores progresistas, podrían servir de base para un programa de gobierno del FdT ante el proceso electoral de este año.
Pero, si un programa es necesario, ante el pueblo, y como guía de acción de gobierno, es asimismo imprescindible acordar y explicitar un conjunto mínimo de medidas, principalmente de recomposición de ingresos de los trabajadores (ocupados y desocupados, formales e informales, activos y pasivos).
- El FdT, por decisión de Cristina y para ganar las elecciones del 2019, designó candidato a presidente a Alberto Fernandez, quien había sido jefe de gabinete de Néstor y luego de Cristina, por lo que tenía experiencia de gobierno y era alguien conocido.
Esto generó ya un problema latente, ya que Fernandez, siendo el presidente, no tenía construcción política propia alguna, mientras que el peso político y la estructura consecuente pertenecían a Cristina.
Esto podría haber sido eventualmente un problema minimizado, pero se sumó que los métodos y formas de gobierno del presidente y la vicepresidenta son muy distintos. Mientras Cristina demostró en sus gobiernos un carácter confrontativo con los grupos de poder económico, sus medios de comunicación y su hegemonía en el poder judicial, Fernandez siempre manifestó su confianza en conseguir buenos resultados mediante el diálogo y la negociación con esos grupos, lo que produjo que en el gobierno hubiera contradicciones y enfrentamientos que perjudicaron su eficacia.
Además, asunto muy importante, Cristina y quienes la apoyan tienen objetivos de cambio más radicales y profundos que los que expresa el moderado reformismo de Fernandez.
En consecuencia, para las elecciones de este año, el FdT, en caso de que Cristina no sea la candidata a presidenta, debería cuidar de nombrar un candidato o candidata que coincida con los objetivos y métodos de Cristina y represente así al sector político claramente mayoritario que ella lidera dentro del frente.
- Pero la enseñanza más importante es que la crisis en Argentina tiene bases tan profundas en la oligopolización y desnacionalización de su economía, que intentar solucionarla es ya fundamentalmente tarea del sujeto social que tiene interés objetivo en ello, es decir, la clase trabajadora. Por ello es que, desde Tesis 11, hemos siempre preconizado la unión y coordinación de las organizaciones sindicales y sociales más progresistas, que apoyan al FdT, para que constituyan un espacio político propio, que pueda jugar un rol principal en el FdT, e impulsar el programa de gobierno que ya han consensuado, al que nos hemos referido más arriba.
Entre otras cosas, eso le daría al FdT una relación de fuerzas cualitativamente superior, para enfrentar, por ejemplo, asuntos de tal importancia como las relaciones con el FMI, ergo con los EEUU, ergo con las multinacionales que dominan la economía capitalista y, obviamente, la de nuestro país.
Aprovechar positivamente las mencionadas enseñanzas, daría también las armas imprescindibles para enfrentar acciones sediciosas como las que, una vez más, llevan a cabo actualmente esos grupos oligopólicos y sus expresiones políticas neoliberales, tales como Juntos por el Cambio y los, irónicamente, autodenominados “libertarios“.
En lo inmediato, el gobierno del FdT además de seguir tratando de conseguir urgentemente dólares para reforzar las arcas del Banco Central y renegociar el acuerdo con el FMI-EEUU, para flexibilizar los actuales limitantes objetivos del acuerdo, debe imprescindiblemente tomar medidas de significativos aumentos de los ingresos de los trabajadores y sectores populares, sin lo cual es extremadamente difícil que pueda ser electo para un nuevo período de gobierno, lo cual significaría la llegada de un nuevo período de gobierno neoliberal, cuyas catastróficas consecuencias serían aun peores que las que el país vivió en experiencias de gobiernos anteriores de ese signo ideológico, a juzgar por lo que ahora dicen que harían sus principales referentes.
Tesis 11