Editorial semanal de Tesis 11. ¡PARA QUE LA TORTILLA SE VUELVA!

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Otra semana de nuevas y reiteradas muestras de violencia y corrupción institucional, de degradación de la democracia, impulsadas por el capital concentrado y el aparato con él comprometido, las que ahora aparecen superpuestas a las emanaciones de la podredumbre que exhalan los debates del juicio político a los miembros de la CSJN.

Ahora es esta misma Corte, la que sin atributos legales pero con total impudicia y festejos de la derecha política, suspende los comicios y proscribe a candidatos de dos provincias, resoluciones que la oposición de derecha se atribuye como su propia obra. ¿los Supremos anticipan su decisión respecto de CFK?

Por otra y en el marco de la investigación judicial casi paralizada y con caracteres propios de complicidad, se conoce el forzado borrado de celulares de propiedad de involucrados en las investigaciones del intento de magnicidio de la Vicepresidenta, tarea que un perito informático realizó a escondidas en oficinas de la presidenta del PRO.

Tras una nueva y desestabilizadora corrida cambiaria, presiones devaluatorias y el consecuente impulso inflacionario, Horacio Rosatti, el autodesignado presidente de la Corte, con absoluta ignorancia de lo que habla, pero  consciente del sentido de su mensaje, en otro avance en la demostración de poder, proclama, en la Cámara de Comercio norteamericana en Argentina (AmCham) y ante el festejo de cientos de CEO´S de lo más encumbrado del poder económico, como tesis, más bien como amenaza, del carácter inconstitucional de la que para él es “la expansión incontrolada de la emisión monetaria”.  Atento a sus antecedentes y a que en razón de su cargo, integra la línea sucesoria ¿nos advierte de la posibilidad del golpe blando como próximo paso?  Al mando de esta Corte ya reavivó, infringiendo la Constitución, una ley derogada hacía 15 años, gracias a lo cual ahora también preside el Consejo de la Magistratura.

Todos señalamientos ilustrativos de una democracia degradada que se suman al alarmante crecimiento de la diferenciación social.  Cada vez más pobres e indigentes, mientras la concentración de la riqueza no deja de avanzar. ¿A qué derechos debe renunciar, que libertad de elección tiene quien con sus ingresos no le alcanza para comer? Oficialmente se reconoce que más del 40% de la población no supera el umbral de pobreza ¿cuál es el futuro de ese 54 % de niños y jóvenes subalimentados? Todas muestras de una democracia mutilada, conformada y sostenida por el poder real que desde las sombras y a modo de una mafia ejerce un gobierno en paralelo.

Esta es una realidad insostenible en el tiempo. Plagada de crecientes contradicciones y conflictos sociales que siempre incuban la potencialidad de un estallido que hasta pone en riesgo la convivencia social.

Es una realidad que también exige una respuesta ¿cuál es el camino para su resolución efectiva y perdurable? ¿Cómo se resuelve? ¿por dónde empezar?

Una problemática de semejante envergadura tiene desde el principio dos señalamientos:

uno, el abordaje es de carácter social, colectivo. Por su naturaleza, nadie individualmente lo podrá resolver. No alcanza con consagrar ni al mejor presidente/a.

En segundo lugar, es ineludible que las organizaciones populares, en particular las que nuclean a los más afectados por esta llamada democracia, asuman – profundamente convencidas – que la solución, auténtica y perdurable, la construye el pueblo, desde el llano, procurando actuar de modo unitario y coordinado en la lucha por la conquista de legítimas reivindicaciones, pero que acompañadas por la labor ideológica, eleve y transforme la conciencia, el sentido común, la cultura popular, asentada hasta hoy en la convicción de que las soluciones deben ser elaboradas y provistas desde arriba, por los gobernantes.

Pues bienvenidos esos gobernantes que auténticamente representan los intereses del pueblo y se ocupan y preocupan por expandir los derechos populares. Facilitarán y acompañarán la tarea. Pero de lo que se trata es de doblegar a un poder que sólo se sostiene por el sometimiento cultural del pueblo, por el sentido común que ese poder construye,  alimenta y manipula con su control sobre la corporación mediática. Y cuando con eso no alcanza, induce a los gobiernos al camino de la represión. Hay que construir un contrapoder de envergadura equivalente.

Evidencias irrefutables de este enfoque las encontramos en miles de casos en los que derechos en favor del pueblo, aún los otorgados por gobiernos progresistas, luego de un cambio de gobierno por otro de distinto signo, fueron derogados o fueron degradados a los ojos de un pueblo pasivo, carente o de débil nivel de organización y conciencia. Pasado el tiempo, viene la ardua tarea de recuperación de lo perdido y todo volver a empezar.

Transitamos ahora un año electoral en el que las mayorías, en particular una parte significativa de los trabajadores registrados y los precarizados, los jubilados y pensionados, sobrellevan una situación socio-económica dramáticamente complicada. Pesa sobre todos y por mucho tiempo la catastrófica herencia macrista, las imposiciones del FMI, las repercusiones de la guerra europea y ahora la calamitosa e inédita sequía, aunque ésta también sirvió para reforzar las alforjas del gran capital. Además  los errores e indecisiones del actual gobierno.

Muchos han caído en el desánimo y la incertidumbre por un futuro sin horizontes. Desesperanzados, hay quienes desprecian la política y los políticos y meten a todos en la misma bolsa. Presa fácil de los neofascistas

En este contexto, dos orientaciones de proyecto de sociedad y de país aparecen en la disputa. Una, continuadora del neoliberalismo macrista, pero en una versión más aguda y severa, sin titubeos, al tenor de las expresiones de sus mismos candidatos: devaluación, reformas regresivas en lo previsional y laboral, privatizaciones, reducción del gasto social y de la función reguladora del Estado, liberación cambiaria y apertura comercial externa, represión a la protesta social. Todo, estandartes de Juntos por el Cambio y de los libertarios filofascistas de Javier Milei y José Luis Espert. A su interior, en lo esencial, sólo aparecen disputas por los cargos. De triunfar, los resultados para el país y las masas populares serán previsiblemente catastróficos, según la evaluación de un amplio espectro de analistas políticos, económicos y sociales.

En la vereda opuesta, una alianza entre corrientes políticas de concepciones diferenciadas, el Frente de Todos, hoy a cargo del gobierno, que tiene pendiente la definición y comunicación del rumbo a seguir y los candidatos, aunque con una indiscutida lideresa: la actual Vicepresidenta, CFK.

Para evitar la falsa magia de depositar todo en cabeza de un candidato salvador, es ineludible el previo acuerdo sobre un programa gubernamental de puntos básicos orientados a resolver la problemática popular con la perspectiva de construir un país independiente y soberano y forjar la unidad en torno a ese programa y no a una persona, más el compromiso que en el curso de su ejecución, esté presente el control de las organizaciones populares. Recién sobre estas bases nominar al candidato o candidata comprometido/a con estos postulados y responsable de llevarlo a cabo. Debe ser un programa que por reavivar esperanzas, enamore al pueblo y lo invite a militarlo, a sumar adherentes, en prueba de lo cual y a modo de principio de ejecución, debe ya mismo disponerse y aplicarse la recomposición de los ingresos populares. Todavía se está a tiempo. Abramos las puertas de un camino hacia una nueva era.

Tesis 11.

Una respuesta a “Editorial semanal de Tesis 11. ¡PARA QUE LA TORTILLA SE VUELVA!”

  1. Norberto Rafael Fernandez Lamarra dice:

    Muy bueno el texto del Editorial…pasa revista a todos los temas principales de la dramática realidad nacional y la necesidad de asumirlos desde una perspectiva política orientada en la historia y en las realizaciones históricas del auténtico peronismo….felicitaciones compañeros….

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