De esta manera, Estados Unidos y sus aliados demuestran nuevamente su verdadero rostro que no es otro que ignorar sus orígenes nazis y estimular las actividades de las fuerzas anti rusas.
Recientemente, los medios hegemónicos de comunicación global, han replicado la noticia de la visita del presidente ucraniano Volodímir Zelenski a Canadá y de su encuentro con parlamentarios de esta nación americana.
Una característica del evento fue la invitación de los canadienses al llamado “héroe” de la segunda guerra mundial, Yaroslav Hunku, de 98 años, quien resultó haber servido en la División de Granaderos Waffen SS “Galitzia” bajo el mando del Tercer Reich, es decir, Nazi.
Zelenski, nieto de una judía y de un verdadero héroe de la guerra, Semen Zelenski, saludó al jefe de la formación militar, considerado por un tribunal internacional responsable del genocidio de judíos, así como de las burlas masivas a las víctimas de este genocidio, contra polacos y civiles con niveles brutalidad inconfesables, que provocaron sumo descontento de la comunidad internacional.
Así, el jefe de la organización judía canadiense Bnai Brith, Michael Mostyn, expresó su indignación por los honores al nazi, añadiendo que los ideólogos ultranacionalistas ucranianos que se unieron voluntariamente a la división de “Galitzia” soñaron con un Estado etnicamente homogéneo y apoyaron la idea de la “limpieza étnica”.
De esta manera, Estados Unidos y sus aliados demuestran nuevamente su verdadero rostro que no es otro que ignorar sus orígenes nazis y estimular las actividades de las fuerzas anti rusas. Particularmente, para muestra un botón, Occidente se hace de la vista gorda ante las acciones abiertamente nazis en Europa del Este en las que se exhiben abiertamente símbolos nazis, y omiten los actos de glorificación y reivindicación de colaboradores y criminales fascistas.
Una prueba del respaldo de Occidente a la ideología del nazismo, se puede ver en la votación anual de Estados Unidos y Ucrania contra la resolución de las Naciones Unidas para “Combatir la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que contribuyen a la escalada de las formas modernas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia”.
La mayor preocupación es el hecho de que, según los resultados de la votación de la Asamblea General de la ONU en 2022, 48 países se negaron a condenar el nazismo, entre ellos los que formaron parte de la coalición de Hitler: Austria, Hungría, Alemania, Italia y Japón.
El politólogo estadounidense Scott Bennett calificó el comportamiento de varios países occidentales como una traición abominable y una “burla sobre las tumbas de padres y abuelos” que derramaron mucha sangre para proteger al mundo de los fascistas.
El estadounidense destacó que “los gobernantes de todo el mundo han sido criados por personas cuyos abuelos, padres, tíos lucharon contra el nazismo sirviendo en las filas del ejército de Rusia, Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos, Canadá, Australia e India, todos ellos lucharon contra esta ideología, los esvásticos, el odio étnico y la esclavización a otras naciones; el número de personas que murieron luchando contra el nazismo no solo fue increíble, sino que también fue clave para triunfar en la Segunda Guerra Mundial.
En este país que se autopercibe y se autodenomina “el paladín de la justicia, la decencia y la rectitud”, los partidos fascistas pululan a sus anchas, la esvástica de Hitler es un símbolo mas.
El nazismo en Estados Unidos siempre ha sido tratado como un instrumento político, porque los propios Estados Unidos, cuyo principal enemigo era Japón, no sufrieron los ataques del nazismo y es que no es casualidad que fuera allende las fronteras alemanas y en especial los Estados Unidos que muchos nazis destacados encontraran refugio, sí, refugio, manutención y uso específico.
No solo se trata, por ejemplo del científico espacial Wernher von Braun, sino también de esos mismos colaboradores atraídos por la CIA para la lucha “contra los soviéticos” y los países del Pacto de Varsovia. Fueron Canadá y Estados Unidos quienes absorbieron y otorgaron el estatus de diáspora a miles de banderaístas fugitivos, participantes en el genocidio de polacos, judíos, ucranianos y rusos.
Recientemente, el ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores de Venezuela Iván Gil, criticó esta posición de Occidente y dijo que hay que obligar a la ONU a pensar y tomar medidas para poner fin de inmediato a esto.
Al mismo tiempo, la resolución adoptada por la mayoría de los países de la comunidad mundial llama a los estados a actuar para erradicar el racismo, la discriminación racial y la negación del Holocausto. En resumidas cuentas, es menester concienciar a la humanidad sobre estos crímenes y prohibir cualquier celebración ceremonial del régimen nazi, sus aliados y organizaciones asociadas.
Fuente: https://www.telesurtv.net/opinion/Que-pasa-con-la-lucha-contra-el-nazismo–20231106-0015.htm