Dossier: El sistema educativo (artículo 1 de 2).
Abraham Leonardo Gak*
Una alerta sobre la necesidad de encarar una profunda transformación de la enseñanza media.
Mucho se habla sobre la crisis de la enseñanza media en el país. Mucho se habla y poco se hace.
Creo que el problema es de enorme magnitud, pues lo que no hagamos o lo que hagamos mal repercutirá en la calidad de vida y la posibilidad de enfrentar los desafíos del siglo de los jóvenes que dentro de un par de decenas de años tendrán a su cargo la responsabilidades mayores tanto en el sector privado como en el sector público.
Con la colaboración inestimable de Dirección de Estudios de nuestra escuela hemos tratado de responder a la pregunta crucial:
¿ que escuela queremos? He aquí nuestra respuesta.
El primer paso es consensuar qué egresado esperamos.
La escuela propuesta tenderá a lograr que el egresado esté
capacitado para actuar en la sociedad en forma autónoma tomando decisiones que le permitan construir su proyecto de vida. Para lograr el perfil deseado se buscará que el alumno adquiera conocimiento, capacidad y habilidades que le permitan:
· Desarrollar autoestima y seguridad en uno mismo.
· Desarrollar pensamiento crítico.
· Tomar decisiones en los diferentes ámbitos de su vida.
· Implementar estrategias para pensar la realidad y transformarla.
· Trabajar cooperativamente.
· Poseer flexibilidad y creatividad para plantear proyectos y
resolver problemas.
· Reconocer sus potenciales y ponerlos en juego.
· Actuar conforme con valores democráticos, solidarios y éticos.
· Disponer de una estructura de conocimiento relacionados, que le posibiliten comprender la realidad social, cultural, económico y científico – tecnológica, y actuar sobre ella.
· Adaptarse a los cambios sociales y manejar la incertidumbre que genera su dinámica.
· Cuidar de sí mismo, de los otros y del ambiente.
· Encontrar placer en la búsqueda de conocimiento.
Para ello la condición es:
· Una escuela con una fuerte orientación general con más de una orientación.
· Una escuela que asegure la permanencia.
· Una escuela de puertas abiertas.
· Una escuela con identidad.
· Una escuela para los jóvenes.
Cuando hablamos de una fuerte formación general nos referimos a que los perfiles históricamente requeridos para la iniciación en el campo laboral, se distinguían fundamentalmente de los necesarios para la formación ciudadana y propedéutica.
En la actualidad, las capacidades demandadas para ambos perfiles son homólogas, ampliando y complejizando la diversidad de conocimientos y experiencias básicas.
Ante la aceleración de los tiempos, las demandas tradicionales de formación se han modificado y están signados por la incertidumbre y los cambios constantes.
Los requerimientos actuales determinan que en la formación de los jóvenes, se deba enfatizar las competencias comunicativas, la capacidad para el trabajo en equipo, la flexibilidad y creatividad, la habilidad para resolver problemas y tomar decisiones, la adaptación a los cambios, el desarrollo del pensamiento lógico – formal, el dominio del idioma nacional y de un idioma que le permita la comunicación internacional.
Una escuela que asegure la permanencia deberá lograr la máxima retención considerando las distintas necesidades de los alumnos, la escuela podrá ofrecer diferentes modalidades de cursada que permitan la continuidad de los estudios sin desmedro de la calidad educativa. Este aspecto requiere flexibilizar la acreditación, promoción y organización de la jornada escolar. Nos referimos a la posibilidad de establecer trayectos diferenciales, con apoyos previstos de diferentes características y la conformación de grupos con ritmos de aprendizajes distintos hasta lograr las competencias requeridas y continuar con el grupo de referencia inicial.
Por otra parte, con el objeto de desarrollar la capacidad para la toma de decisiones y de canalizar las diversas habilidades e intereses, proponemos trayectos diferenciados que se amplíen con mayores oportunidades a medida que avancen en la escolaridad. La ampliación y variación de las modalidades de enseñanza se refieren a la implementación de otras situaciones: talleres, seminarios, investigaciones, espacios de simulación y proyectos artísticos, sociales, de servicio, políticos, comunitarios, de relación con otras jurisdicciones, etc.
Esto conlleva al desarrollo de espacios curriculares de profundización y diversificación, que faciliten la graduación en tiempos acotados que no superen en demasía los esperados para la concreción del curriculum previsto. Esto contribuirá a la autoestima personal y a la retención de los alumnos como al enriquecimiento de la formación integral. En consecuencia la jornada escolar tendrá una amplia carga horaria en contraturno. Es indispensable implementar para aquellos jóvenes que lo requieran, un sistema de becas.
Cuando proponemos una escuela de puertas abiertas, el objetivo es crear una institución que trascienda lo meramente escolar para configurarse como un centro de producción cultural y de encuentro comunitario. Esta característica permitirá constituir a esta institución como referente de los jóvenes y sus familias, promoviendo la incorporación, permanencia y el egreso de los alumnos. Este aspecto está íntimamente relacionado con el uso del tiempo y el espacio ocioso de la escuela (noche, sábados, domingos, etc.). Es decir, la apropiación a través de diferentes proyectos deportivos, culturales, sociales, recreativos, de servicio, etc., por parte de la comunidad de referencia.
Cuando pensamos en una escuela con identidad, el privilegio de crear una escuela se sustenta en la posibilidad de construir una cultura escolar que genere identidad y pertenencia desde el propio diseño. Proponemos incorporar en el proceso de creación, aportes de la comunidad científica, de la comunidad donde se insertará la institución (escuelas, clubes, familias, centros de salud, etc.) y de organizaciones que aborden diferentes temáticas referidas a los jóvenes. Esta modalidad de trabajo en red que promueve la cooperación y la optimización de los recursos humanos y materiales, constituirá uno de los pilares de la nueva escuela.
Finalmente, deseamos una escuela para los jóvenes, que no sólo debe preparar para… sino contribuir a convertir la educación en un espacio que potencie las habilidades, aptitudes y actitudes personales, sociales, físicas e intelectuales de los jóvenes en cada fase particular de su desarrollo. En este sentido, la concepción de salud que sustentará la escuela promoverá la contención afectiva y psicológica de los integrantes de la comunidad escolar (alumnos, docentes, familias).
Se propone generar situaciones de aprendizaje en los cuales los saberes circulen tanto en las aulas como fuera de ellas a partir de proyectos, debates, microemprendimientos, foros y otras formas, poniendo en juego distintas estrategias de abordaje de situaciones. Se deberá valorar la generación de proyectos de enseñanza que promuevan el intercambio permanente con empresas de la zona, con profesionales, industrias y el conocimiento de la ciudad.
La escuela debe promover en los alumnos valores de solidaridad y formación ciudadana. Estos valores se pondrán en juego a partir de la enseñanza de contenidos escolares específicos, del desarrollo de proyectos institucionales y comunitarios como así también a través de la contrastación de ideas entre profesor y alumnos o entre alumnos; de teorías e ideologías diferentes; de posiciones divergentes, todas prácticas necesarias para el ejercicio de la democracia. Este enfoque de trabajo, propiciará en los alumnos una actitud reflexiva para el análisis y la transformación de la sociedad, en un marco democrático.
Esto significa señalar la importancia de contar con marcos curriculares que otorguen condiciones para promover prácticas de enseñanza acorde a la propuesta.
Queda abierto el debate. Si queremos cambiar a nuestro país colocándolo en la ruta de la defensa de los derechos económicos y sociales, sin excluidos y sin pobres, algo debemos hacer con la escuela media y pronto.
*Abraham Leonardo Gak, Rector del Colegio Nacional Carlos Pellegrini (UBA)