Jesse Chacon*
El proceso revolucionario de la República Boliviarina de Venezuela no sólo constituye un fuerte liderazgo que despliega el Comandante Hugo Chávez, en la puesta en marchas de importantes medidas para resolver acuciantes problemas de los sectores más necesitados, sino también, la discusión y elaboración de un programa. De un proyecto para definir el futuro de la revolución bolivariana.
Caracas, 27 Jun. AVN.- En nuestro barómetro del mes de junio de 2012, el desempeño general del presidente Chávez mantiene un 63% de calificación positiva, 17% lo evalúa regular y 19% lo evalúa negativamente; en contravía a estos halagadores datos, la valoración de desempeño positivo de la oposición solo alcanza a un 22% de la población, mientras que 45% la valora negativamente.
El indicador de intensión de voto expresa esta misma tendencia entre los dos candidatos que se disputan la presidencia hacia el próximo 7 de octubre, el 57.8% votaría por Hugo Chávez, mientras que solo el 23% lo haría por Capriles Radonski.
En los indicadores de agrado o desagrado el candidato opositor suma un 43% de desagrado, mientras que Hugo Chávez solo recibe el 17% de desagrado, así mismo para el 21%, Capriles le es indiferente. Esta matemática del agrado o el desagrado se complementa con el dato de 56% que dice que nunca votaría por Capriles Radonski.
Conocedores de estos resultados, diversos analistas de la propia oposición, que publican en el portal http://eleccionespresidenciales2012.blogspot.com, se preguntan como es posible que después del impacto de las primarias opositoras de febrero, el candidato opositor no haya logrado subir en las encuestas. Les intriga a sí mismo, que mientras su candidato recorre el país casa por casa y el presidente no se ha expuesto al contacto público de manera intensa, éste mantiene la delantera en todos los estudios.
Así mismo no comprenden como su candidato que era la expresión de la salud y la juventud, se haya desmayado en dos ocasiones en concentraciones públicas y mucho menos sea capaz de construir un discurso de más de 7 minutos, mientras que Chávez convaleciente, se presenta rozagante y vital, logrando el récord de un discurso de más de 8 horas en la presentación de la memoria ante el congreso y de tres horas el día de la inscripción de su candidatura.
Capriles busca conjurar este ambiente argumentando que “sólo cree en las encuestas serias y no en las de maletín”. Es la obvia respuesta de todo candidato que se siente en desventaja frente a su contendor ; pero denota sin lugar a dudas la perplejidad que lo embarga ante la proximidad de la contienda electoral y la incapacidad de construir una estrategia coherente y de impacto.
Otros analistas intentan explicar la superioridad del presidente en los resultados electorales a partir de la lógica del liderazgo carismático, elevan a la dimensión de lo mágico la relación que se ha construido entre Chávez y el pueblo Venezolano, visto así, nadie, sin una conexión emocional directa y casi religiosa podría revertir este frenesí.
La anterior interpretación, que a primera vista parece novedosa, no hace más que sumarse a las posturas político académicas de desprecio por el sujeto nacional popular que ha adquirido consciencia histórica, otorga todas las calidades al líder y designa a las multitudes el lugar de simple espectador, o cuando más, de marea ciega, emocionalizada e irracional. Pensamos que esa gran conexión entre el pueblo y Chávez debe ser vista desde otra perspectiva, desde la perspectiva del liderazgo programático que representa Hugo Chávez.
El ciclo de Revolución, que vive hoy la sociedad Venezolana fue abierto por las mayorías en las protestas del caracazo en 1989, la vanguardia nacional popular del MBR200 interpretó esta atmósfera de revolución y consecuente con ello se lanza a las rebeliones cívico-militares de1992.
De esas fechas hasta hoy, Venezuela ha vivido un vertiginoso proceso de desplazamiento de las élites Punto Fijistas, ha revertido el trazo del modo de desarrollo neoliberal y ha transformado la política social focalizada en una política social garantista y universal, la cual durante estos 12 años de Gobierno Bolivariano, a pesar de la transgresión contrarrevolucionaria, ha logrado significativas transformaciones en la reducción de la pobreza y la elevación de la calidad de vida de los Venezolanos.
A pesar de los fracasos operacionales de las rebeliones cívicos-militares del año 1992, lideradas por el MBR200, éstos se configuraron en hitos de apertura a una fase instituyente, significando el inicio de un ciclo de revolución, el cual vino a consolidarse en el siguiente período conocido como constituyente.
El proceso constituyente no es sólo el momento cumbre de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999, sino todo el proceso de movilización e identificación de la propuesta y modelo de sociedad a construir que se debatió durante toda la década del 90 y que tuvo una primera expresión pública en la Agenda Alternativa Bolivariana, presentada en 1996 por el MBR200 como la síntesis de un rico y extenso debate iniciado por los insurrectos desde la cárcel y expandido a todo el país.
La insurgencia social y política venezolana representada en el MBR200 y la disposición general de la población al desacato y la movilización, tuvo su primera expresión programática en esta agenda, la cual es presentada públicamente para 1996.
El período constituyente si bien no rompe la fuerza carismática generada por el liderazgo de Hugo Chávez como máximo comandante, sí desarrolla la construcción de un programa de nueva sociedad el cual sería formalizado años más tarde en la Constitución Bolivariana de 1999.
Se configura un nuevo tipo de liderazgo programático, un liderazgo soportado en un proyecto de país, así en la cultura política Venezolana se otorgue una preeminencia tan grande al líder, es el proyecto de constitución bolivariana el referente político que llena el imaginario de los venezolanos, así vino a demostrarse en los días de abril del 2002 cuando el pueblo salió masivamente a recuperar el hilo constitucional roto por el golpe de la derecha Venezolana, durante las jornadas del 13 de Abril del 2002, el centro de la movilización popular lo constituyó el rescate del hilo constitucional y la restauración de la constitución bolivariana.
La Agenda Alternativa Bolivariana de 1996, representó una opción diferente frente a la agenda neoliberal denominada Agenda Venezuela. Mientras la agenda Venezuela embriagada de neoliberalismo profundizaba las privatizaciones y el desmantelamiento del estado garantista, la agenda Alternativa Bolivariana presentó con claridad la obligatoriedad para la sociedad Venezolana de recuperar el estado como centro de gravitación del nuevo proceso nacional.
La Agenda Alternativa Bolivariana fue un primer esbozo de programa mínimo y significó una ruta metodológica nueva, al proponer hacer el programa con la gente, hacerlo desde la constituyente.
Luego la agenda se ha venido desarrollando año tras año de manera coherente, primero en nueva constitución bolivariana, luego en 49 leyes habilitantes, el plan de desarrollo de los 5 equilibrios de 1999, el Proyecto Nacional Simón Bolívar del 2006 y hoy con la propuesta del candidato de la patria, comandante Hugo Chávez, para la gestión bolivariana socialista 2013-2019.
Sin lugar a dudas, es en esta coherencia programática y la gran capacidad de volverla realizaciones en la vida cotidiana de la gente, donde debemos buscar la explicación de la gran conexión Chavez-Pueblo, no es un embrujo, no es magnetismo personal del líder, es su lealtad al libreto de libertad e igualdad que el pueblo hecho conciencia ha venido reclamando desde las gestas de 1989.
La ecuación no es como la pretenden presentar los analistas opositores o los académicos otoñales, no es Chávez quien crea al pueblo, por el contrario, Chávez es una creación colectiva del pueblo que se levanta en revolución.
Ante este pueblo hecho gobierno es que se enfrentará la derecha venezolana el próximo 7 de Octubre.
* Jesse Chacon, militar, ingeniero y político venezolano. Publicado en Agencia Bolivariana de Noticias.