Carlos Mendoza*
La inflación como primer problema a resolver entre los importantes, o “el problema principal”. El atraso cambiario. Desmistificación de las causas inflacionarias señaladas por los neoliberales. Los oligopolios como principal causa de la inflación. Propuesta de un Acuerdo Económico Social entre el Estado, los sindicatos y las cámaras empresarias para enfrentar el problema.
Nuestros lectores notarán que en nuestra revista le damos un lugar importante al tema inflacionario y particularmente quién esto escribe. Eso se debe a que consideramos el tema inflacionario como el principal problema a resolver en la situación actual de nuestro país, es decir el prioritario entre los importantes. Hay que distinguir esto de lo que se considera como el problema fundamental a resolver, que en mi opinión es el de cambiar esencialmente el carácter de las relaciones económico-sociales, políticas, ideológicas y culturales que, entre otras cosas, permita la eliminación de la desigualdad social, empezando por la pobreza y la indigencia y en general la desigualdad de oportunidades, es decir construir gradualmente una sociedad de nuevo tipo, lo cual requiere desarrollar una relación de fuerzas favorable a los sectores populares de un nuevo nivel cualitativo.
Pero en el aquí y ahora, resolver el problema inflacionario es la tarea más urgente para este gobierno y para el conjunto de las fuerzas populares. Y esto no solo por los evidentes serios problemas económicos y sociales que genera, sino también por que sirve de herramienta desestabilizadora del gobierno, aprovechada por quienes quieren desalojarlo para reinstaurar las políticas conservadoras cuyos resultados para el pueblo son muy tristemente conocidos.
Si bien la inflación es contrarrestada mediante aumentos de salarios, jubilaciones, asignaciones familiares y subsidios a los sectores socialmente necesitados, ocurre que el gobierno se ve objetivamente impelido a atrasar el tipo de cambio usando esto como ancla antiinflacionaria, ya que si devaluara al mismo ritmo de la inflación no haría más que acelerarla. Esto genera tendencia al atraso cambiario, con su correlato de pérdida gradual de competitividad para la economía, particularmente para sectores industriales, del turismo y economías regionales. Esto a su vez complica la situación de la balanza comercial y genera tendencia a la denominada fuga de divisas, debido a que la pérdida de valor representativo del peso y el hecho de que los plazos fijos bancarios otorgan tasas de interés muy por debajo de la tasa de inflación, hace que empresas y particulares traten de cubrirse adquiriendo monedas extranjeras consideradas más estables, particularmente dólares. A esto se suma la especulación de diversa índole. Todo lo cual compromete la tenencia de divisas del Banco Central.
El gobierno ha tomado medidas paliativas para enfrentar estos problemas, tales como restricciones a las importaciones y a la compra de divisas en el mercado de cambios, lo cual contribuye a su vez a la aparición del tipo de cambio paralelo, a la especulación y al enfriamiento de la economía. Las medidas gubernamentales parecen atinadas, como reacción coyuntural, pero no solucionan el problema de fondo que genera todo esto, que es la inflación.
Sin embargo, desde comienzos de este año la Secretaría de Comercio Interior ha acordado congelamientos de precios con las cadenas de supermercados, lo cual pienso que va en el buen sentido de lo que hay que hacer, aunque creo que es insuficiente, pues lo que se requeriría es algo mucho más generalizado, como sería un Acuerdo Económico Social entre el Estado, las cámaras empresarias de todas las actividades y los sindicatos, con las características que he señalado en artículos anteriores y que Tesis 11 ha planteado en su documento publicado en el nº103 de nuestra revista, sobre lo que volveré más adelante en este artículo.
Inflación real y atraso cambiario
Pero, cuando hablamos de inflación y de atraso cambiario, nos encontramos con el problema de poder encontrar estadísticas confiables sobre inflación, desde que el gobierno de Nestor Kirchner decidiera manipular el índice de precios al consumidor de Capital Federal y Gran Buenos Aires, a comienzos del 2007, supuestamente para evitar que se acelerara el reajuste de capital de la parte de la deuda externa nominada en pesos y que se reajusta por el índice CER, es decir finalmente por aquel índice. Es por eso que algunos institutos de investigación y consultoras, incluído quienes apoyan al gobierno, adoptan la inflación promedio relevada por las provincias que tienen sus propios Institutos de Estadísticas y Censos. Entre ellos podemos citar al CIFRA (Centro de Investigación y Formación de la República Argentina) perteneciente a la CTA de los Trabajadores, cuyo secretario general es Hugo Yasky, que utiliza el “índice 9 provincias” (Jujuy, Neuquén, Posadas, Rawson-Trelew, Salta, San Luis, Santa Fe-Rosario, Santa Rosa y Ushuaia). Ver al respecto la publicación del CIFRA “Propuesta de un indicador alternativo de inflación” en el siguiente enlace:
http://www.centrocifra.org.ar/docs/CIFRA%20-%20IPC-9%20(Marzo%202012).pdf
Algo muy interesante que se puede observar en el trabajo del CIFRA, es que hasta Diciembre del 2006 los índices del INDEC nacional, que releva los precios en Capital Federal y Gran Buenos Aires, y los de las 9 provincias, prácticamente coincidían y empiezan a discrepar solo desde que se produce la intervención del INDEC nacional.
Entre las denominadas “9 provincias”, la que menos nivel de inflación mide sistemáticamente es Sta Fe, por eso es que hasta el 2006 utilizaré los índices del INDEC nacional, mientras que desde Diciembre del 2006 adoptaré, conservadoramente, los índices del INDEC de Sta Fe y confrontaré la devaluación del peso respecto del dólar con la inflación, para tener así una referencia de la tendencia al atraso cambiario. Ver cuadro siguiente:
INFLACION Y TIPO DE CAMBIO |
|||||||||
2003 asume Kirchner (05/2003) |
Diciembre 2006 (problema INDEC empieza en 2007) |
Diciembre 2012. |
variación desde el 05/03 al 12/06 |
variación desde el 12/06 al 12/12 |
variación desde el 05/03 al 12/12 |
variación promedio anual desde el 05/03 al 12/06 |
variación promedio anual desde el 12/06 al 12/12 |
variación promedio anual desde el 05/03 al 12/12 |
|
Indice de Precios al Consumidor INDEC Nacional (04/2008=100) |
67,12 (05/03) |
89,16 (12/06) |
150,38 (12/12) |
(+) 32,84% |
(+) 68,66% |
(+) 124,05% |
(+) 8,25% |
(+) 9,1% |
(+) 8,78% |
Indice de Precios al Consumidor INDEC Pcia. Sta Fe (2003=100) |
|
131,83 (12/06) |
371,68 (12/12) |
|
(+) 181,94% |
|
|
(+) 18,86% |
|
inflación combinada (período 05/03 – 12/06 INDEC Nacional; desde 12/06 INDEC Sta Fe) |
(+) 32,84% |
(+) 181,94% |
(+) 274,52% |
(+) 8,25% |
(+) 18,86% |
(+) 14,77% |
|||
Tipo de cambio peso/dólar |
2,83 (23/05/03) |
3,06 (29/12/06) |
4,89 (31/12/12) |
(+) 8,13% |
(+) 59,80% |
(+) 72,79% |
(+) 2,21% |
(+) 8,13% |
(+) 5,87% |
fuente: INDEC nacional, INDEC Sta Fe, Bco. Nación y elaboración propia |
Como se ve, mientras la inflación desde Mayo del 2003 a Diciembre del 2012 fue del 274,52%, la devaluación fue solo del 72,79%; y tomando el período Diciembre del 2006 a Diciembre del 2012, la inflación fue del 181,94% mientras que la devaluación fue solo del 59,80%. Está claro que esta tendencia al atraso del tipo de cambio no puede sino terminar provocando pérdida de competitividad de nuestra economía.
Sin embargo, para determinar con mayor propiedad la competitividad real de nuestra economía lo que se utiliza es el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM), el cual mide el precio relativo de los bienes y servicios de nuestra economía con respecto a los de un grupo de países con los cuales se realizan transacciones comerciales. Este índice tiene en cuenta las fluctuaciones de las monedas y de los precios de nuestros socios comerciales y es, por lo tanto, una medida amplia de la competitividad. Lo que interesa con este índice es ver la variación que tiene en el tiempo, siendo que cuando sube indica mayor competitividad y cuando baja menor competitividad.
En su informe de coyuntura Nº 11 de Noviembre 2012, el CIFRA muestra un gráfico con la variación del TCRM (con base 100 en 1999), donde resulta que en Julio del 2006 su nivel era de 220 mientras que en Junio del 2012 había descendido a 126, o sea una baja relativa del 43%, lo cual indica a las claras una pérdida de competitividad de nuestra economía en ese período.
¿Tienen razón los neoliberales sobre las causas de la inflación?
Los economistas neoliberales, en general plantean como causas inflacionarias: El déficit fiscal, el déficit comercial, el exceso de emisión monetaria y la insuficiencia de la oferta de bienes y servicios para la demanda solvente.
Es bien conocido que ha habido superávit de nuestra balanza comercial externa en todos los años desde el 2003 hasta ahora, por lo que se puede descartar este asunto como generador de inflación.
Analizaremos a continuación los otros argumentos.
- El argumento del déficit fiscal
En cuanto al resultado fiscal, he desarrollado el siguiente cuadro:
como % del PBI |
|||||||
2006 |
2007 |
2008 |
2009 |
2010 |
2011 |
2012 |
|
Resultado fiscal primario |
3,28 |
3,10 |
3,02 |
1,22 |
1,23 |
0,30 |
-0,20 |
Resultado fiscal financiero |
1,31 |
0,88 |
0,78 |
-1,21 |
-0,53 |
-1,70 |
-2,57
|
INDEC y elaboración propia |
Como se observa, desde el 2006 que es cuando la inflación anual aumenta considerablemente, todos los años hubo resultado fiscal primario positivo, excepto un pequeño déficit en 2012, mientras que el resultado fiscal financiero (cuando se incluyen los pagos de intereses de la deuda) fue positivo hasta el 2008 y muy moderadamente negativo desde el 2009 al 2012. No puede ser entonces esta la causa de la elevada inflación anual desde el 2006.
- El argumento de la emisión monetaria
En cuanto al tema de la eventualmente excesiva emisión monetaria, he preparado el siguiente cuadro ilustrativo de la monetización de la economía argentina, relacionando la masa monetaria M2 (pesos en circulación+cuentas corrientes bancarias+cajas de ahorro bancarias) con el PBI:
trimestre |
PBI (precios de mercado en millones de pesos corrientes) |
M2 (millones de pesos) |
M2 (como % del PBI) |
2003-I |
327.362 |
40.479 (feb 03) |
12,37% |
2007-I |
681.120 |
133.717 (feb 07) |
19,63% |
2012-III |
2.182.909 |
424.093 (ag 12) |
19,43% |
Fuente: INDEC, Banco Central y elaboración propia.
Estos son porcentajes muy bajos de monetización de la economía, teniendo en cuenta los estándares internacionales. No ha habido entonces una sobremonetización de la economía que explique la inflación. Más bien hubo sistemático crecimiento de precios por encima del aumento de costos como búsqueda de ganancias extraordinarias y luego el Banco Central emite la monetización necesaria para la circulación de bienes y servicios a esos precios más elevados.
- El argumento de la insuficiencia de la oferta
Supuestamente, según los neoliberales, esto se debería a que las políticas aplicadas desde el 2003 y sobre todo desde el 2007, habrían desalentado la inversión y, ante el impulso a la demanda, pretendidamente por exceso de aumentos salariales y del gasto público, la oferta de bienes y servicios terminaría resultando insuficiente y provocando aumento de precios.
En el cuadro siguiente he indicado el porcentaje de utilización de la capacidad instalada, desde el 2007 al 2012, o sea el período de alta inflación:
utilización de la capacidad instalada en la industria en % |
||||||
|
2007 |
2008 |
2009 |
2010 |
2011 |
2012 |
Enero |
67,5 |
70,6 |
64,9 |
66,6 |
69,6 |
67,6 |
Febrero |
73,8 |
72,4 |
71,3 |
76,9 |
80,4 |
75,3 |
Marzo |
73,1 |
71,7 |
68,2 |
75,3 |
76,2 |
75,3 |
Abril |
73,6 |
76,5 |
73,1 |
79,5 |
80,9 |
78,9 |
Mayo |
72,4 |
74,9 |
70,4 |
76,7 |
78,2 |
73,1 |
Junio |
72,8 |
71,8 |
69,7 |
75,0 |
76,1 |
72,0 |
Julio |
69,3 |
73,2 |
70,5 |
75,2 |
75,7 |
71,3 |
Agosto |
75,8 |
76,4 |
73,6 |
79,1 |
78,1 |
74,0 |
Septiembre |
78,4 |
79,2 |
77,8 |
82,3 |
83,7 |
75,8 |
Octubre |
77,4 |
76,9 |
75,7 |
79,2 |
80,0 |
76,4 |
Noviembre |
79,3 |
78,2 |
78,4 |
83,4 |
84,1 |
78,5 |
Diciembre |
74,5 |
76,1 |
79,8 |
82,9 |
82,0 |
75,8 |
promedio anual |
74,0 |
74,8 |
72,8 |
77,7 |
78,8 |
74,5 |
fuente INDEC nacional y elaboración propia |
Como se observa, el promedio anual de utilización de la capacidad instalada en el período en que aumentó considerablemente la inflación, ha estado por debajo del 80%, siendo que los estándares de los países desarrollados se ubican entre un 75% y un 85%. Por otro lado, ha oscilado poco, lo cual indica que ha habido suficientes inversiones como para acompañar el aumento de la demanda, desmintiendo así el argumento de la escasez de oferta como impulsora del aumento de precios.
La oligopolización de la economía y la inflación
Esta es en mi opinión la causa principal, aunque no la única, de la elevada inflación en nuestro país. Hay otras causas importantes, como ser el aumento de los precios de los productos agropecuarios y agroindustriales en el mercado mundial, lo cual ejerce presión sobre los precios internos de estos productos tan importantes en la canasta alimenticia. Pero la causa principal es la tendencia de los oligopolios a aprovechar de su situación de tener escasa competencia para aumentar los precios en busca de ganancias extraordinarias.
Al respecto, voy a citar un trabajo de los investigadores Pablo Manzanelli y Martín Schorr (del Area de Economía y Tecnología de FLACSO), publicado en Pagina 12 del 10/03/13, donde señalan que:
“La industria argentina denota niveles sumamente elevados de concentración económica: 95 de las 169 ramas fabriles relevadas por el censo tienen estructuras de mercado altamente concentradas: las primeras ocho fábricas explican más del 50 por ciento de la producción. De allí que en 2010 apenas 100 firmas industriales explicaron el 41 por ciento del valor de producción sectorial. Esa gravitación fue del 35 por ciento en 2001 y del 27 por ciento en 1993”.
Luego estos autores se preguntan:
“¿Podría afirmarse que los oligopolios industriales han contribuido a la aceleración de los precios durante la posconvertibilidad? Este es el interrogante que motivó una reciente investigación del Area de Economía y Tecnología de Flacso. Los resultados arrojaron que entre 2001 y 2010 los precios mayoristas de las industrias oligopólicas se incrementaron el 8 por ciento por encima del promedio industrial, mientras que las ramas fabriles con mayores niveles de competencia aumentaron sus precios el 10 por ciento por debajo de la media. De esta manera, se corroboró que el importante proceso de elevación de precios industriales en el período 2001-2010 fue conducido por las ramas altamente concentradas.”
Es decir que los oligopolios aumentaron sus precios la friolera de un 18% por encima de las ramas sometidas a competencia, mostrando esto que son los oligopolios quienes inician el proceso de aumento de precios, buscando ganancias extraordinarias.
Luego estos autores dan más datos concretos sobre la oligopolización, expresando que:
“Los rubros oligopólicos que más contribuyeron al aumento de precios en 2007-2010 fueron:
1. Algunas manufacturas que tienen vinculación con el mercado interno (industrias azucarera, láctea, elaboradora de cigarrillos, de jabones y detergentes, pastas alimenticias y la gráfica). Allí conviven grandes capitales oligopólicos del calibre de Ledesma, Atanor, Mastellone Hermanos, Massalin Particulares, Nobleza Piccardo, Procter & Gamble, Unilever, Molinos Río de la Plata, Vicentín y Clarín.
2. Y elaboraciones de insumos básicos y bienes de consumo final no durable, con escasa complejidad tecnológica, alto aprovechamiento de las ventajas comparativas y/o institucionales de privilegio, que han logrado imponer el price leadership durante el período. Entre ellas sobresalen las refinerías de petróleo, acero y aluminio primario, chocolate y golosinas, la actividad cementera. En tales ramas se insertan grandes compañías que tienen una larga tradición en la elite empresaria local (Techint, Acindar, Aluar, Arcor, Loma Negra y las petroleras YPF, Petrobras, Esso y Shell).”
A su vez, en su Informe de Coyuntura Nº 8, de Noviembre del 2011, el CIFRA, al referirse a “las empresas que componen la cúpula empresaria” informa que “la tasa de rentabilidad tuvo un sensible aumento en la posconvertibilidad, ubicándose en el promedio de 2003-2010 en 8,5%, mientras que en el período 1991-2001 había promediado el 3,1%”.
A su vez, desde el 2003 hasta ahora, el salario real también aumentó (ver mi artículo “Ocho años de Gobierno K. Tiempo de balance”, Carlos Mendoza, Tesis 11 Nº 99, 8/11), lo cual indica que el aumento de la productividad y con ello de la plusvalía relativa, más la redistribución de la renta nacional, particularmente de la ganancia, a favor de los oligopolios, mediante el aumento permanente de precios que imponen, les permitió a estos aumentar su tasa de ganancia, a pesar de la recomposición del salario real.
Propuesta de un Acuerdo Económico Social para enfrentar la inflación
La propuesta, que ya hemos expresado en números anteriores de Tesis 11, tanto el Consejo Editorial de Tesis 11 como yo mismo, es de que se convoque a un Acuerdo Económico Social entre el Estado, los sindicatos y las cámaras empresarias, con agenda abierta, pero que principalmente trate sobre precios y salarios, con el objetivo de combatir la inflación, incrementar gradualmente el salario real y sostener la posibilidad de volver a tasas de crecimiento importantes, que permitan un desarrollo económico sustentable con inclusión social.
Proponemos asimismo a las organizaciones sindicales y sociales que hagan suya esta propuesta y luchen por su realización. En efecto, para el éxito de un acuerdo de este tipo, es ante todo imprescindible la participación activa de los asalariados, empezando a nivel de las empresas oligopólicas donde trabajan, para verificar que los precios no se incrementen por encima del aumento real de los costos y verificar los stocks para que no haya desabastecimiento provocado. Las organizaciones de defensa del consumidor, y en general las organizaciones sociales del campo popular, podrían jugar un importante rol en verificar precios en góndolas y al mismo tiempo participar activamente en el debate ideológico con los sectores neoliberales para desmistificar las razones del proceso inflacionario y demostrar que el mismo se origina principalmente en la oligopolización de la economía. Sería además un potencialmente muy importante ejercicio de democracia participativa, fundamental para la construcción de poder para los sectores populares en la defensa de sus intereses.
Creo muy pertinente reproducir aquí algunas expresiones de Miguel Calvete, Director Ejecutivo y Vocero de la Federación de Supermercados y Asociaciones Chinas de la República Argentina, publicadas en “El Intransigente.com” el 22/03/2013, ya que se trata de alguien que, por su actividad y funciones, sabe muy bien de lo que habla. Dice Miguel Calvete:
“Los acuerdos de precios son efectivos, en tanto y en cuanto haya una anuencia de todos los actores de la cadena de valor que incluyan a los sectores de la industria, distribución y comercialización, siendo este último grandes cadenas (manejan más del 60% de la venta y son solo 4), sector mayorista (que abastece a los puntos de venta de proximidad), almacenes barriales y súper chinos”.
Calvete expresó también que “desde la Federación no rechazamos los acuerdos puesto que desde mediados del 2005 (…) fuimos quienes le propusimos al Presidente Néstor Kirchner este tipo de compromiso, como herramienta para combatir la cartelización oligopólica que se daba por esos días y que sigue hasta hoy con las grandes cadenas, las mismas empresas que en la actualidad, paradójicamente, son las que determinan qué se vende, quién lo vende y a cuánto”.
A su vez, preconiza la participación de “sobre todo las organizaciones de consumidores, que representan a los principales perjudicados”
Habla también de apoyar “a las PYMES (…) evitando la cartelización y los oligopolios, algo que ocurre con la veintena de industrias que elaboran el 80% de los alimentos y bebidas y con las grandes cadenas que manejan el 65% de la venta de productos”. Denuncia asimismo los “acuerdos entre cadenas y grandes industrias, a partir de los cuales no le dan espacio de exhibición a los pequeños productores.”
En cuanto a la viabilidad de este tipo de acuerdos, es interesante citar partes del artículo de Artemio Lopez “El país donde los acuerdos de precios funcionan y el libre mercado fracasa”, publicado en Infobae el 11/02/13, donde se refiere a tres ejemplos históricos en nuestro país:
“1. Viajemos…al año 1952, cuando Juan Domingo Perón crea la Comisión Nacional de Precios y Salarios que tenía la función de vincular aumentos salariales con los niveles de productividad y evitar aumentos de precios no justificados. Las medidas de control o acuerdo de precios…lograron revertir la situación, y la inflación pasó del 38% en 1952 al 4% en 1953 y cayó al 3,8% en el año 1954. Por otra parte, en términos generales, puede decirse que el nivel de actividad económica, en su conjunto, se reactivó y pasó de una caída de 6% del PBI en1952 a un crecimiento del 5,4% en 1953”
“2. En el año 1973, con el regreso definitivo del General Perón, el Pacto Social, que impulsara como principal medida de política económica supuso también acuerdo de precios, y fue tan exitoso que logró bajar la inflación drásticamente del 100% existente, cuando iniciara el gobierno el “Tío” Cámpora, al 30% en solo un año.
“3. en el año 2006 Néstor Kirchner, mediante el acuerdo de precios, logró que el índice inflacionario de 2006 bajara al 9,8% anual, 2,5 puntos por debajo del nivel del año anterior, cuando había trepado a 12,3% y, muy especialmente, se detuvo drásticamente el aumento de la canasta básica de alimentos que cayó 20 puntos en un año”.
Como he dicho más arriba y manifestado en varios artículos, para que un Acuerdo Económico Social tenga realmente chances de funcionar es indispensable que se involucren en él los trabajadores. En ese sentido, es importante observar que dicen sobre un acuerdo de este tipo los secretarios generales de la principal CGT y de la CTA de los Trabajadores:
En una entrevista en Pagina 12, del 15/02/13, el titular de la CGT Alsina, Antonio Caló, aseguró que “para lograr estabilidad de precios es necesario buscar un acuerdo social que incluya a trabajadores y empresarios. Ojalá que el Gobierno llame a todos los actores sociales y nos pongamos de acuerdo de acá en adelante”.
A su vez, el titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, en una entrevista que le realicé, publicada en Tesis 11 nº 100, Jueves 24 de Noviembre de 2011, decía: “Pensamos que el tripartismo, es decir el sistema en que Estado, empresariado y trabajadores, discuten políticas públicas, económicas, laborales, de desarrollo social, constituye un instrumento válido. En ese sentido, el pacto mundial por el empleo, que plantea la OIT, contra la supremacía de los grandes sectores corporativos, sobre todo financiero-especulativos y organismos como el FMI, creemos que es totalmente válido. Donde no hay tripartismo, hay supremacía del mercado, que es la forma eufemística de hablar de la supremacía de los grandes grupos del capital concentrado”.
Como se ve, hay centrales de trabajadores y cámaras empresarias dispuestas a un Acuerdo Económico Social, lo que da una base indispensable para que el gobierno haga la convocatoria al respecto.
El problema inflacionario jaquea a la economía, especialmente a los de abajo, debilita políticamente a este gobierno, que en mi opinion, teniendo en cuenta las circunstancias, ha sido positivo para los intereses populares y otorga argumentos a quienes quieren derrotarlo, para instaurar nuevamente políticas objetivamente antipopulares. Es la principal de las batallas en lo inmediato y los sectores organizados del campo popular debemos asumir nuestras responsabilidades, luchar por esto e impulsar al gobierno a una convocatoria generalizada a un Acuerdo Económico Social, superador de los esfuerzos parciales que realiza actualmente la Secretaría de Comercio Interior, por más loables que estos sean.
*Carlos Mendoza, ingeniero, especializado en temas de economía política, escritor, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11.
Otros artículos del autor sobre esta temática en “Tesis 11”:
https://www.tesis11.org.ar/inflacion-tomar-el-toro-por-las-astas/#more-4178
https://www.tesis11.org.ar/la-inflacion-talon-de-aquiles-de-una-politica-progresista-en-argentina/
https://www.tesis11.org.ar/inflacion-tara-del-capitalismo-monopolista/
https://www.tesis11.org.ar/ocho-anos-de-gobierno-k-tiempo-de-balance/
Ver también sobre este tema, documento del Consejo Editorial de Tesis 11 en:
Excelente artículo sobre inflación, no sólo por proponer como medida ineludible para combatirla el Acuerdo tripartito entre empresarios, trabajadores y Estado, sino por su diagnóstico sobre el rol que le cabe a las grandes corporaciones formadoras de precios en la generación de inflación y aún más destacadamente e imprescindiblemente por desmistificar, una a una, las causas de la aceleración inflacionaria, que vulgar, deliberada y tendenciosamente argumenta el neoliberalismo.
Dos comentarios. Primero, no entiendo el comentario que hace sobre la monetización de la economía. Según su texto, mientras más alta sea la monetización, más elevada debería ser la inflación. Sin embargo, esto es exactamente al revés. Una alta monetización de la economía (que no tiene nada que ver con la monetización del déficit) implica que la gente no dedica todos sus saldos monetarios al gasto, sino que guarda una mayor proporción. No se requiere un conocimiento profundo para percatarse de que esto implica menores niveles de precios. Así, dando un ejemplo por la contraria, las monetizaciones más bajas ocurren cuando la gente gasta, de inmediato, todo peso que le ingresa, sin dejar saldos monetarios en los bancos ni en sus bolsillos. Esto normalmente ocurre en inflaciones muy altas (cualquier argentino recuerda que eso es exactamente lo que hacía en hiperinflación).
Si, como se muestra, la monetización subió entre 2003 y 2012, ello debería haber dado lugar a un menor nivel de precios. Es decir, si sólo hubiera ocurrido eso, estos años habrían sido de deflación. Por el contrario, se puede observar en el mismo cuadro que aumentó considerablemente M2 más allá del crecimiento de la monetización. Ello nos deja lugar, claramente, a una inflación de origen monetario o a una política monetaria que pasivamente se adapta a los precios que, por caso, impone el capital concentrado.
En segundo lugar, menciona usted el éxito de los acuerdos de precios, pero no toma en cuenta que tales éxitos resultaron efímeros (no lograron modificar la tendencia ascendente más que algunos meses). Esto no es distinto de quienes argumentan que matando un ladrón se disminuye la inseguridad sin necesidad de atacar las causas estructurales. Ignoran que, dada una misma estructura, cada individuo es no más que un fenómeno particular de una causa general, de la misma manera en que el fenómeno general de la inflación se manifiesta en aumentos particulares de precios.
Cuando dice que la elevada monetización de la economía (vista como saldos monetarios en poder del público sobre PIB) aumenta el nivel de precios, el autor demuestra desconocer plenamente cualquier aspecto de teoría monetaria. No importa cuál sea su teoría sobre el origen de la inflación. Su denuncia contra los mercados concentrados es útil, pero queda en duda su rigurosidad a la hora de exponer el tema.
Gracias a Tocayo Colombroño y a Narciso Blanco por su interés en el artículo.
Aclaraciones:
– El M2 es el dinero disponible (en manos de personas físicas y jurídicas y/o en cuentas a la vista, como cuentas corrientes y cajas de ahorro, donde el dinero está inmediatamente disponible para los titulares de las cuentas y es utilizado libremente para extracciones, pagos con tarjetas, cheques, etc.). El dinero en manos de los bancos, no inmediatamente disponible para sus titulares, es el depositado en plazos fijos y no forma parte del M2.
– Que el dinero esté en unas manos o en otras, mientras forma parte del M2, no cambia el hecho de que constituye dinero inmediatamente disponible para compras, pagos e inversiones.
– Son los economistas neoliberales, y no yo, quienes dicen que el crecimiento del dinero libremente disponible para personas físicas y jurídicas (M2) genera aumento de la demanda y con ello presión sobre los precios e inflación.
– El artículo intenta mostrar que, desde el 2007 en adelante, período en que aumenta considerablemente la inflación, el M2 como porcentaje del PBI se mantuvo casi constante. Por otro lado el % de M2 respecto del PBI es bajo y no muestra entonces una excesiva monetización de la economía.
– No es entonces un excesivo circulante disponible (en el bolsillo o libremente disponible en cuentas corrientes y cajas de ahorro) lo que genera inflación, como pretenden los economistas neoliberales.
– La inflación la generan los formadores de precios oligopólicos al incrementar sistemáticamente sus precios por encima del aumento de sus costos, para conseguir así ganancia extraordinaria. Luego el Banco Central emite el circulante suplementario para asegurar la circulación de una misma masa de bienes y servicios y para un eventual aumento de la misma.
Carlos Mendoza
Carlos,
Justamente, cuando los economistas neoliberales dicen que el crecimiento de los agregados monetarios da lugar a la inflación, lo comparan contra el PBI de forma exactamente inversa a como hace usted. Sin ir más lejos, la identidad contable que es la ecuación cuantitativa del dinero (válida en cualquier marco teórico de la economía, marxista, keynesiano o liberal) nos muestra que, dado cualquier agregado monetario, el cociente entre tal agregado monetario y el nivel nominal de producto de la economía (el PBI a precios corrientes) es igual a su índice de monetización, o bien, en términos típicamente neoliberales, a la inversa de la velocidad de circulación del dinero. En términos matemáticos M/(Y*P)=1/V, donde M es el agregado monetario, Y es el producto, P son los precios y V es la velocidad de circulación del dinero (cuántas veces cambia el dinero de manos en un período dado a los fines de consumir bienes finales).
Cuando usted intenta desmentir el que la inflación sea causada por la emisión tomando en cuenta el que la monetización no ha variado, lo que nos deja es, por simple álgebra, que M*V=P*Y, con V constante. Si V es constante, es fácil ver que toda variación en P*Y debe correlacionarse, uno a uno, con las variaciones en M. Ello puede suceder por muchas razones, incluyendo la que usted menciona, pero no descarta en absoluto la que esgrimen los economistas neoliberales.
Me permito, una vez más, mencionar que el álgebra antes mencionado es meramente contable, por lo que, por un lado, no implica relación de causalidad de ningún tipo, y, por otro, es insoslayable desde cualquier teoría monetaria. También pido disculpas por incluir, aunque sea simple, un razonamiento matemático en el problema.
Lo que los neoliberales dicen es que la culpa de la inflación la tiene la emisión monetaria, lo cual significa, según ellos, crecimiento mayor del M2 que del PBI y que esto produciría presión sobre los precios. Yo no adscribo a esa teoría y es más, demuestro que ni siquiera se confirma eso que ellos dicen que desde el 2007 en adelante hubiera habido mayor crecimiento del M2 que del PBI.
Gracias “Tocayo Colombroño” por su interés y su nuevo aporte.
Carlos Mendoza
El que la inflación sea consecuencia de la emisión monetaria se sustenta sobre el crecimiento mayor de los agregados monetarios (M2, por ejemplo) respecto de la producción real. Es decir, de la cantidad de bienes. Si quiere hacer la comparación entre tasa de crecimiento del producto y tasa de crecimiento de los agregados monetarios para ver el origen de la inflación, deberías usar el PBI a precios constantes (es decir, alguno que detraiga los efectos de la inflación, usando la inflación que se considere verídica), y no, como usted usa, a precios corrientes. Si hace eso, ese aspecto de su análisis cae definitivamente.
Una vez derribado ese aspecto del análisis, quedan dos opciones: 1) Los monopolios y la concentración generan inflación, y el BCRA toma cuenta de las nuevas necesidades de circulante de la economía, o 2) El BCRA emite mayor cantidad de dinero y eso ocasiona los aumentos de precios. La primera posición suele quedar englobada bajo el estructuralismo económico y la segunda, bajo concepciones más cercanas al monetarismo.
Si bien hay marxistas (como Shaikh) que enuncian posturas alternativas a las anteriores, hay que tener en cuenta dos cosas respecto de ellas: 1) No invalidan la identidad contable de la que ellas surgen (y que es en la que usted ha errado) y 2) Basan su razonamiento en el uso del oro como medio de cambio, lo cual no aplica desde, a lo sumo, 1971.
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