(Dossier informativo sobre las elecciones PASO en los 5 principales distritos electorales. Artículo 5 de 5 )
Pablo Terk*
El avance institucional que significan las PASO. Panorama y posibilidades electorales en la provincia de Mendoza. El retorno de Cobos.
Cuando allá por 2009 el kirchnerismo impulsó y sancionó en el Congreso Nacional la ley de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral, cuyo elemento central era la implementación de las PASO, desde diversos sectores de la oposición se instaló la idea de que era una nueva maniobra de oportunismo por parte del Gobierno Nacional. La sanción se dio el 2 de Diciembre de ese año, justo días antes de la nueva conformación de las Cámaras, que plasmarían el adverso resultado electoral que había cosechado el Frente para la Victoria en aquellos complejos comicios, dando lugar al tan famoso como efímero Grupo A.
Se implementaron con éxito y con récord de votantes en las elecciones de 2011, en un escenario fuertemente marcado por la reelección de la Presidenta, y con la impronta de toda elección que pone en juego los puestos ejecutivos. Como primera experiencia dejó un saldo para el análisis que abre una serie de interrogantes hasta hoy, a escasos días de las primeras PASO eminentemente legislativas.
Una de las premisas del sistema es el brindar un marco a los electores, y a las fuerzas políticas, en el cual se definan las candidaturas y las listas a partir de un proceso más transparente, participativo y democrático. Todo un nuevo escenario se abre. A su vez, uno de los elementos más centrales, es el de dejar más de dos meses antes de las elecciones generales, una idea certera de las preferencias del electorado, dejando sin margen a las fuerzas políticas para realizar alianzas oportunistas y meramente electoralistas sobre la hora, toda vez que quien resulta oficializado en las PASO, debe competir en las generales. En definitiva, permiten generar un clima de presencia de la política durante un período extenso, en que las fuerzas deben jugar todas sus cartas para alcanzar un resultado satisfactorio.
Así las cosas, en Mendoza se vive un proceso que de algún modo sacudirá la política local. Se evidencia aquí el debate de fondo que atraviesa la política nacional, ese debate que pone en la encrucijada de optar por dos modelos de país, uno que vuelva a los privilegios de los menos y la exclusión de los más, que no sólo frene sino que aún revierta los procesos transformadores que transitamos en la última década, y otro que constituye una consolidación de la recuperación de amplias tradiciones políticas ligadas a los intereses populares.
En ese escenario, uno de los protagonistas centrales es el ex vicepresidente Julio Cobos, quien se postula para Diputado Nacional por la UCR, en alianza con Libres del Sur. Quien echó por tierra los efectos de la resolución 125, en clara alianza con los sectores corporativos, en certero detrimento de las economías regionales y la lucha contra la inflación, asestando un golpe de gracia a la amplia convocatoria política que había erigido el ex Presidente Néstor Kirchner, nuevamente seduce al electorado mendocino. Con un nivel de conocimiento pleno, y con el juego de un discurso vacío, pero coherente con su figura, se ha erigido como la figura a vencer. Fuertemente apuntalado por los grupos mediáticos y ciertos sectores concentrados de la economía provincial, juega una vez más su rol preferido, el individual, aquel que le permita codearse nuevamente con las mieles de la política nacional. Competirá en las PASO con un sector ínfimo y minoritario de la UCR, lo que le permitirá demostrar una cierta legitimidad interna hacia fuera. Hoy lidera todas las encuestas locales, si bien pareciera que hace meses arrancó en su techo para después comenzar a bajar, ubicándose al momento entre un 33 y un 40% de las preferencias del electorado, según la encuestadora de que se trate.
El mapa del convulsionado radicalismo local se completa con el ex Gobernador Roberto Iglesias, quien se presenta por el Partido Federal, sello partidario provincial que le permite participar y dar la disputa con su adversario radical, evidenciando las inmensas contradicciones y falta de coherencia política de un partido centenario, que supo contener banderas populares, para quedar desdibujado y funcional a los intereses corporativos, y con un programa de gobierno inclinado hacia la derecha. La jugada de Iglesias, puede captar cierto electorado que comprende y desaprueba la más que zigzagueante trayectoria de Cobos. De hecho, pareciera que lo que baja Cobos, es lo que sube Iglesias desde el lanzamiento de esta fórmula. Tercero en esta lista se ubica el actual intendente de la capital, Víctor Fayad, quien suele ser denominado en la provincia como “amigo” de Cristina y quien muchas veces ha defendido públicamente muchas medidas del kirchnerismo. Por ello, y porque la fórmula le resta votos al radicalismo orgánico, son frecuentemente tildados de “funcionales al PJ” por las diversas fuerzas opositoras. La lista se ubica tercera en todas las encuestas, con posibilidades de que Roberto Iglesias acceda a una banca. Hoy están entre 10 y 15% de las preferencias.
Como contracara, el Frente para la Victoria presenta una lista compuesta con figuras del Partido Justicialista local, con su presidente e intendente de Guaymallén Alejandro Abraham a la cabeza. Acompañado de Omar Félix, cabeza de otro sector interno del justicialismo local, y Tatiana Musatto del Partido Solidario, como representante de las fuerzas kirchneristas. Esto deja entrever que el PJ continúa canalizando el grueso de la correlación de fuerzas hacia dentro de las fuerzas políticas que adhieren al Proyecto Nacional, lo cual ya abrió el debate y las especulaciones en torno al proceso post Octubre y el escenario no del todo claro respecto de la continuidad en 2015. Este es un elemento que atraviesa transversalmente toda política del FPV en la provincia, y evidencia disputas entre los sectores internos del PJ. No obstante ello, sus propuestas y programa están insertos en el núcleo de las políticas impulsadas por el Gobernador Francisco Pérez en clara sintonía con el Gobierno Nacional. Allí justamente residen sus posibilidades electorales, como así también la necesidad de impedir un resultado que nuevamente coloque a Cobos en el escenario nacional. Los dos primeros candidatos, Abraham y Félix, arrancaron la campaña tardíamente y con poco nivel de conocimiento en el electorado. Sin embargo, las últimas encuestas coinciden en que han pasado velozmente de un 20% de intención de voto, a un 30 a 33% al día de hoy, y algunos ya hablan de empate técnico.
La oferta electoral se completa con una variada gama de candidatos del Partido Demócrata, partido tradicional mendocino de derecha en alianza con el Pro de Macri, que avizora una performance electoral muy acotada, dejando en evidencia el poco margen para los discursos de derecha más radicalizados, en una sociedad que cuenta con conquistas que no ha de abandonar tan fácilmente.
El FAP de Binner, participará en las primarias con la Coalición Cívica, en un espacio que da cuenta de lo efímero y poco coherente del armado electoral nacional que colocó al líder santafesino en el segundo lugar de las presidenciales, claro está que a casi cuarenta puntos por debajo de Cristina.
El panorama presenta entonces, una amplia gama de sectores opositores a toda política nacional, oposición que genera la imposibilidad de lograr un debate constructivo sobre los problemas estratégicos de la provincia, toda vez que se empeñan en denostar toda iniciativa del Gobierno Nacional en la cual el Provincial se inserta. Así las cosas, el debate pendiente sobre la necesaria Reforma de la constitución Provincial que data de 1916, que entre otras cosas no permite la reelección del Gobernador, pero da vía libre a la reelección indefinida de los cargos electivos restantes, y el acuerdo en políticas públicas de largo alcance que tiendan a la diversificación y ampliación de la matriz productiva de la provincia, se estancan en la obcecación opositora de creer que toda aspiración de poder propio pasa por la negación de los logros alcanzados en la última década.
Como primera experiencia de PASO legislativas, el escenario hasta octubre puede tender a polarizarse entre el candidato opositor con mejor performance y la opción oficialista, en detrimento de las fuerzas opositoras minoritarias, licuando de algún modo el efecto positivo para el oficialismo de la atomización opositora. Sin embargo, no hay que dejar de lado el hecho de que la iniciativa política arrasadora que ha demostrado el Gobierno Nacional, la gran capacidad de reinvención y la fuerte convicción de avanzar en las conquistas populares, hacen que no esté todo dicho, y que muy probablemente estemos en la antesala del destello último y final, de la tan desgastada estrella de Julio Cobos.
*Pablo Terk, mendocino, Licenciado en Ciencias Políticas.
pabloterk@hotmail.com