Ignacio Paz*
Una vez más en el propio seno de la acumulación capitalista, el distanciamiento cada vez mayor de su origen (la producción de mercancías) genera las condiciones para las crisis sistémicas cada vez más cruentas y continuadas. Los fondos buitre representan instituciones agresivas del sistema capitalista actual y son el resultado de un proceso que naciendo con la mercancía, ha terminado entronizando al dinero como objeto de acumulación y poder.
Argentina se encuentra hoy en la primera plana internacional, no sólo por su actuación en el mundial de futbol y por tener al mejor jugador de la actualidad, sino por su lucha contra la acción conjunta de los fondos buitres y la justicia norteamericana, comandados por los sectores más conservadores y rapaces del capitalismo mundial.
Fondos que compran bonos de deuda de países en default por centavos, para luego a través de un coordinado y no gratuito lobby con los sectores más conservadores y reaccionarios de la política y la justicia norteamericana, accionar contra países con deuda (reestructurada o no) para exigir el valor nominal de dichos bonos más los intereses acumulados.
Asistimos en estos días al ataque de dichos fondos buitres contra Argentina.
Estos sectores están ¨castigando¨ al país que ha dado el ¨mal ejemplo internacional¨ de defender el derecho soberano de renegociar su deuda externa, constituida en impedimento crucial para su desarrollo económico, con la quita más excepcional de la historia económica mundial, y haber emprendido luego una política nacional y popular inédita en 60 años de historia argentina.
Mucho se ha escrito acerca del accionar y la caracterización de estos fondos.
Quisiéramos sumar al debate algunas reflexiones sobre si representan una ¨deformación¨ orgánica del sistema capitalista en su faz actual , si son algo así como el “lumpenaje¨ del capital financiero, y/o son la representación simbólica y ejecutiva de acumulación rapaz por parte de los sectores más concentrados del capitalismo financierizado.
El dinero en el centro del escenario
Cuál es el origen de estas instituciones en la historia?
Por qué inciden en el escenario internacional?
“ Es una cuestión de guita” dirían los muchachos del barrio.
Sí lo es, pero no sólo eso. Hoy vemos al sistema capitalista representado simbólicamente por grandes edificios de bancos, de grupos financieros, de corporaciones internacionales, y ya no vemos en su representación, a las fábricas como en aquella famosa película de Chaplin “Tiempos Modernos”.
Cómo se colocó el dinero en el centro del escenario de la vida económica en la historia? Cómo se ha llegado a entronizarlo ?
Como es que algún acreedor financiero internacional, sujeto de derecho privado, ponga en riesgo y aún pueda liquidar a un país soberano, sujeto de derecho público internacional?
Necesitamos una visión sobre la evolución de la sociedad humana, de la historia de las relaciones entre los hombres en su permanente acción sobre la naturaleza para proveerse los medios de vida.
Desde el momento en que el hombre fue capaz de producir más de lo que él necesitaba para vivir, es decir desde la aparición de “excedente”, comienza la lucha por su apropiación. A partir de allí, las sociedades humanas se dividen en clases. Una clase se apodera de ese excedente. Pero ese apoderamiento se hace a través de luchas incesantes.
Luchas que han costado millones de vidas y que han transformado la historia de la humanidad. Luchas que han adquirido distintas formas según los momentos históricos.
El capitalismo, modo de producción que sucede y supera a la sociedad feudal, es el sistema que se basa en la apropiación del excedente social por parte de una clase dominante. Clase social propietaria de los medios de producción, en la que se acumula, para producir más bienes y más excedente.
La historia del capitalismo, es la historia del perfeccionamiento permanente de los medios de producción y distribución en la economía, pero es también, la historia de los pueblos que buscan mejorar sus condiciones de vida.
Primero rompen las ataduras serviles del feudalismo y se proclaman “ hombres libres” al calor de las ideas de la Revolución Francesa,
Pero luego, hombres libres jurídicamente, están obligados a contratar sus servicios con los nuevos propietarios del poder. Ahora son asalariados que chocan sus intereses con la burguesía, clase social otrora “revolucionaria” en su lucha contra el orden feudal, pero convertida ahora en nueva clase dominante.
La complejidad de los procesos va ocultando cada vez más su esencia. Las cosas ya no se ven como lo que realmente son.
La libertad jurídica no es económica. La democracia electoral no es necesariamente democracia social. Las constituciones que garantizan igualdad ante la ley, no pueden garantizar igualdad de oportunidades en el terreno de la vida económica. La libertad, la igualdad y la fraternidad expresadas el 14 de julio de 1789, no se manifiestan de igual forma para todos.
Y es esta permanente deformación entre lo que las cosas son y lo que aparentan ser, que se ha ido constituyendo una compleja trama de relaciones sociales y económicas que han ocultado la esencia de los fenómenos. Como un prisma que deforma las imágenes y que dificulta la comprensión y el análisis de los hechos.
Las Mercancías y el Valor
En sus orígenes el intercambio entre los hombres constituía una forma de la división social del trabajo. Los productos se intercambiaban entre los hombres en función de sus necesidades.
El crecimiento del intercambio y el aumento de la producción lleva a la aparición de ¨mercados´ sitio en los que se producían dichos trueques. Los productos en cuestión, fruto del trabajo y destinados a satisfacer necesidades humanas se intercambian en función de parámetros de medición que representan su valor.
La teoría del valor –trabajo desarrollada por David Ricardo y enriquecido por Carlos Marx, consolida la idea del trabajo humano como común denominador de todas las mercancías y a la cantidad de dicho trabajo como medida cuantitativa del valor
El producto deviene en Mercancía, cuando la producción se realiza para el intercambio y no solo para la satisfacción de la propia necesidad.
La ecuación M-M (mercancía por mercancía) es la expresión del trueque y también la representación de la relación entre productores que intercambian sus trabajos. La mercancía se perfila como célula embrionaria de un nuevo tipo de sociedad. Una sociedad, basada en la propiedad privada de los medios productivos, en la que el propietario de dichos medios contrata trabajadores contra la paga de un salario, pero, en la que dicho asalariado es capaz de producir más de lo que necesita él para vivir. Una sociedad en la que dicho excedente es apropiado por el dueño de los medios productivos y se constituye en Capital.
El productor libre se realiza en la realización del producto que le pertenece. El intercambio con el otro, representa una relación entre iguales. Ambos satisfacen sus necesidades en el intercambio. Se intercambian valores equivalentes.
El Dinero
El aumento de la producción de mercancías , la proliferación del intercambio mercantil y la necesidad de segmentar en el tiempo la compra y la venta, generó la necesidad de usar algún común denominador como intermediario de las transacciones que permitiera vender sin comprar y comprar sin vender. Alguna mercancía que pudiera ser unidad de valor y pudiera ser acumulada para diferir en el tiempo la compra o la venta.
Los metales preciosos , como el oro y la plata, se constituyeron históricamente en ¨patrón de intercambio¨ y expresión aceptada y generalizada del valor. Las “virtudes” de dichas mercancías como su capacidad de almacenaje sin deteriorarse, el contener altas proporciones de trabajo humano para producirlas, por lo tanto , alto valor en pequeñás cantidades, posibilidad de fraccionamiento y atesoramiento, etc., los convirtieron en común denominador de las transacciones..
Aparece entonces el Dinero. La ecuación se torna M-D-M
Pero el correr de los tiempos y razones de índole política y económica, así como practicidad en el manipuleo del dinero para las transacciones, hicieron abandonar la presencia física de los metales y mantenerlos en cajas o tesoros del estado, quien con dicho respaldo, emitió ¨papeles¨ que representaban en su conjunto, la cantidad de valor en oro que el estado tenía en sus tesoros.
Aparece entonces el ¨papel moneda¨ como expresión del Dinero.
Las transacciones se hacen entonces a través del dinero y la aparición de la fórmula M-D-M representa la separación de la venta de un producto por dinero con el cual luego se puede comprar otra mercancía.
Pero, atención, aquí se produce un ¨quiebre¨ histórico en el concepto de intercambio de mercancías. Ese papel moneda que se constituye en dinero, por representación de mercancías reales (oro, plata, etc) que están atesoradas, no es en sí Mercancía. Está sólo representando a mercancías reales. Es decir que en el intercambio humano de trabajo social productor de bienes-mercancías, una cosa, que en sí no es mercancía, sino que sólo la representa, se constituye en el intermediario de las transacciones.
Pero ese intermediario, carente de valor en sí mismo, sino sólo representante de valores, se constituye día a día en base material de acumulación y ¨objeto del deseo¨ de los hombres.
Con la producción de mercancías aparece la contradicción fundamental del sistema capitalista. La producción se hace cada vez más social, dada la necesaria confluencia de distintos trabajadores para la concreción de un producto, pero la propiedad de los medios productivos reclama el fruto de dicho trabajo social.
El carácter social de la producción de mercancías se opone a la apropiación privada del excedente producido por el trabajo.
La serie M-D-M-D…..comienza a resaltar históricamente, la importancia del dinero.
Nuevamente el prisma del sistema impide ver el nacimiento del proceso en la mercancía. Los hombres atesoran dinero, ya que con él se puede comprar cuando y cuánto se desee. Pero además, la producción capitalista revela un excedente (ganancia) que pareciera haber comenzado por la existencia del dinero en poder del propietario. Pareciera que ahora con dinero se puede hacer más dinero.
Del proceso ininterrumpido de intercambio, la fórmula va tornando en: D-M-D´. Es decir, a partir de tener dinero, se puede comprar una mercancía y obtener más dinero que el inicial.
Pero entonces se viola la ley del valor en los intercambios de equivalentes?
No. Una vez más la apariencia vela la esencia.
Marx en El Capital, explica que este ¨milagro¨ del capitalismo se debe a la existencia de una Mercancía (que él llamó Fuerza de Trabajo Humana, mercancía que el asalariado posee y vende en el proceso de producción) que es capaz de producir, mayor cantidad de valor que el que ella posee (es decir lo que el trabajador necesita para reproducir su fuerza de trabajo).
Entonces con Dinero se compra (contrato de trabajo) una Mercancía (fuerza de trabajo humano), por la que se paga ¨su Valor¨ (medios de vida necesarios para su reproducción). Ley del valor cumplida. Pero dicha mercancía, ahora propiedad del capitalista, es capaz de producir mayor valor que el pagado como salario a su productor. Ese mayor valor, es la plusvalía social que se presenta como ganancia del capitalista.
Es decir, puede terminarse el ciclo con mayor cantidad de dinero.
La fórmula es ahora: D-M-D´.
El Dinero se convierte en Capital y genera la ilusión de que por sí sólo puesto en circulación produce más dinero.
En un mundo que es torbellino de mercancías que se compran y se venden, el dinero se entroniza.
El intermediario imaginario creado por el hombre, el Dinero, que ya ni siquiera es una mercancía que contiene valor, sino una representación ideal de las mercancías, se convierte en meta y objetivo del sistema en su conjunto.
La ilusión es que el dinero produce más dinero.
Cada vez se ve menos el fondo de las aguas.
La desaparición física de la mercancía-dinero en las transacciones y su sustitución por papel moneda emitido discrecionalmente por los estados, se constituye en núcleo fundacional para las transformaciones futuras del sistema capitalista mundial.
La producción de mercancías se mide en dinero papel moneda. Ese dinero deja de ser sólo “intermediario” para convertirse en objeto de acumulación.
Se aleja la visión de la Mercancía como célula madre del sistema capitalista, dejando su lugar al Dinero.
A nivel mundial, la supremacía política, militar y económica de ciertos estados se fue traduciendo en supremacía de sus monedas.
El reemplazo de Inglaterra por EEUU como líder capitalista mundial, luego de la segunda guerra mundial, produjo el reemplazo de la libra esterlina por el dólar en las transacciones internacionales.
Este monopolio de moneda mundial, se constituye también en plataforma fundamental para el acrecentamiento de su poderío financiero y político.
Las Deudas Externas e Internas
La dominación de la clase burguesa sobre los asalariados a nivel de cada país, puede verse reproducida de alguna manera, a escala internacional.
Los países del centro económico político del planeta que han basado sus riquezas en la conquista de nuevos mundos y el apoderamiento de sus riquezas naturales, y aquellos otros, conquistados, colonizados, de la periferia social y económica.
La relación entre centro y periferia, históricamente ha sido una representación de dominación y dependencia, de luchas por la liberación económica y política y sus represiones constantes.
Pero también la historia de las luchas internas en los países dependientes entre los sectores sociales que propugnan cambios y los que comulgan con el dominio imperial y se benefician de ello.
La desigualdad en la distribución de la riqueza en el interior de las naciones dependientes, se identifica a escala internacional con la desigualdad económica entre el centro y la periferia.
La sobreacumulación de capital en el polo dominante, sumado a las crisis de las balanzas comerciales de los países de la periferia económica del mundo y sus élites gobernantes entremezcladas y representantes del gran capital concentrado, provocaron y estimularon una cadena de sobreendeudamiento de estos países, entre ellos Argentina. Estos sobreendeudamientos externos en condiciones de sometimiento representaron cargas financieras desproporcionadas para los presupuestos nacionales, que desembocaron en crisis económicas y políticas permanentes..
Asimismo en el seno de las naciones desarrolladas, la proliferación del crédito satura la capacidad de repago de las familias y produce el sobreendeudamiento de las economías individuales y nacionales que representan en sí, las mismas potencialidades de crisis que las deudas externas.
EEUU se convierte en el país con mayor sobreendeudamiento y déficit comercial más importante del planeta, solamente amortiguado por su carácter de emisor de moneda mundial y refugio de las inversiones financieras del mundo.
Si el pasaje de M-M a M-D-M implicó históricamente la aparición del dinero y el germen de la crisis en el capitalismo por la ruptura del intercambio directo de mercancías, luego D-M-D¨ representó la entronización del dinero como representación del Capital, que puesto en circulación, produce más dinero.
Pero la financierización del capitalismo introduciría una nueva fórmula D-D´-D”.
Ahora, a partir del dinero, se puede obtener más dinero, sin intervención de mercancías, que a su vez produce más dinero, y así sucesivamente.
Créditos, venta de “productos hipotecarios” a través del sistema financiero internacional, generar empréstitos a países necesitados, pasan a ser “las nuevas mercancías del sistema”
El dinero produce más dinero, que reinvertido produce más dinero.
Marx explica en su obra que las crisis del sistema capitalista, que aparecen como crisis de ¨superproducción¨ pero que son en realidad crisis de ¨imposibilidad de consumo¨, se resuelven en forma penosa y sangrienta con guerras y destrucción de fuerzas productivas.
En la última parte del siglo XX se acrecienta en forma colosal la financierización del sistema capitalista mundial. Esto significa aumento de la bancarización de la economía, en los depósitos bancarios y la intervención de grupos financieros concentrados a nivel global en la economía internacional.
El crédito (o emisión de dinero ¨ideal¨) por una parte facilita y aumenta el volumen de las transacciones y por la otra incrementa la fragilidad y labilidad del sistema exponiéndolo a insolvencias de los deudores.
Al mismo tiempo, el crédito se convierte en herramienta sustancial para las inversiones de los grupos económicos más concentrados. Estos utilizan el apalancamiento del crédito, disminuyendo la inversión con fondos propios y aumentando el rendimiento de sus capitales.
El endeudamiento de los países dependientes se constituye en cerrojo para su desarrollo.
El atraso en sus fuerzas productivas y el dominio de los grupos económicos más concentrados en su estructura económico social, los condenan al círculo vicioso del endeudamiento y luego a la imposibilidad de pago de dichas deudas.
Pero el encadenamiento de las finanzas a escala internacional en un mundo globalizado, convierte la cesación de pagos en una región o entidad en un potencial desmoronamiento en dominó del sistema mundial.
La proliferación de instrumentos crediticios y su transformación en ¨productos¨ (caso hipotecas subprime en EEUU y Europa , o anteriormente el boom de las inversiones en compañías de Internet punto com), ha provocado ¨ burbujas¨ especulativas que engrosaron los bolsillos de los más poderosos y luego al ¨pincharse¨ afectaron los intereses hasta arruinar a cientos de miles de personas e instituciones financieras.
Son “burbujas” precisamente porque se inflan sin tener contenido material, en este caso representado por la mercancía.
Las crisis de las burbujas financieras es la versión actual de la contradicción entre la realidad y su representación. Deudas que se bancarizan, se transforman en productos que se distribuyen en el planeta y que se desploman cuando el deudor no puede ya pagar más. Sobreviene la crisis.
Crisis que afecta a millones de personas y que produce liquidación de empresas (incluso de enorme magnitud como el banco Lehman Brothers). Crisis de recesión, desocupación y hambre para los pueblos.
Los Fondos Buitres aparecen ligados a los procesos de renegociación de deudas externas. Cuando los países llegados al límite de su endeudamiento se declaran insolventes y en cesación de pagos. Los bonos o títulos representativos de estas deudas se deterioran y desvalorizan súbitamente. Los buitres atacan y compran por centavos los bonos con valores nominales en dólares.
Pero si históricamente este tipo de crisis afectaba a los países de la periferia mundial, como América Latina, Asia o Africa, hoy se agregaron las naciones más pobres de Europa (la periferia Europea) como Portugal, Grecia, Islandia, Irlanda, y no sólo ellos sino también España, e Italia. En estos casos el tratado de Maastricht (creador de la Union Europea en 1992) impone un límite a los déficits presupuestarios y otorga el monopolio de emisión del Euro por parte de la Banca Central Europea.
Esto ha obligado a las naciones en cuestión a aumentar sus endeudamientos como único recurso para financiar sus déficits que a su vez son el resultado de la dominación de los países centrales (principalmente Alemania) al “imponer” la importación de sus productos y generar déficits en dichos países.
Los buitres
En nuestro país, luego de las crisis de 2001/2 Néstor Kirchner renegocia la deuda externa argentina en 2005 y Cristina Kirchner completa este proceso en 2010, obteniendo una aceptación del 93% de los acreedores internacionales.
El sector que quedó fuera del canje por su no aceptación (holdouts) cede sus bonos a precios irrisorios a fondos de “inversión” cuyo objetivo es litigar ante los tribunales neoyorquinos, haciendo uso de su poder de lobby para reclamar el pago total de estos créditos.
La confrontación entre el gobierno argentino y los grupos financieros más salvajes representantes del ¨Tea Party¨ republicano, en alianza con los sectores más conservadores y proimperialistas de la justicia norteamericana, representa en nuestros días de alguna manera, la deformación singular que produce el prisma capitalista.
Una deuda contraída por insuficiencia estructural de un país, se convierte en pesada carga por sus intereses y amortizaciones que lleva a una nueva crisis de imposibilidad de pago.
Un gobierno que en vez de contraer más deudas para pagar, decide la reestructuración y la renegociación con quita a los acreedores, se ve amenazado por un 7% del total de la deuda, poniendo en peligro toda la reestructuración.
El conflicto actual con estos grupos demuestra la comunidad de sus intereses con lo más concentrado del poder financiero a través de los lobbies con jueces y cámaras de segunda instancia y hasta la propia Corte Suprema norteamericana, absteniéndose de intervenir en el conflicto entre una nación soberana y estos fondos.
Pero este accionar también choca con los intereses globales del sistema por mantener la rueda en funcionamiento. Amenaza nuevas reestructuraciones de deudas. Dificulta la aceptación de nuevos concordatos. Cuestiona a Nueva York como plaza financiera futura para posibles negociaciones.
Es decir produce un nuevo conflicto en el seno del capitalismo financierizado.
La economia política nos permite una vez más comprobar aquello del germen de la crisis.
El dinero D, se multiplica en sus formas distorsionadas y sofisticadas, se bancariza, produce la financierización del sistema capitalista mundial. Los fondos buitre son la representación de una de las instituciones más agresivas del capital financiero.
El polo dominante mundial, el famoso 1% de la población mundial poseedor de la inmensa mayoría de la riqueza mundial, apela a todos los medios para mantener y acrecentar su poderío. Los fondos buitre son uno de ellos.
Resumiendo:
La acumulación capitalista se distancia cada vez más de la mercancía (como producto y como génesis original del capitalismo en cuanto a material de acumulación).
La financierización del sistema implica el dominio del capital financiero y la proliferación de instrumentos que en su origen fueron diseñados para agilizar, promover y simplificar la operatoria del comercio nacional y mundial que se basaba en el intercambio de mercancías, instrumentos que pasan a adquirir vida propia y a través suyo se ¨envasan¨ créditos, derechos, obligaciones, es decir ¨bienes inmateriales¨.
Esto implica la potenciación del fetichismo del dinero como proceso en el que la cosa deja lugar cada vez más a su ¨representación¨.
Si la separación del productor del fruto de su trabajo (el producto), genera la alienación capitalista, ésta no es solo para el trabajador al que alejan cada vez más del fruto de su trabajo, sino también para el propietario de los medios de producción. Es decir para el sistema en su conjunto.
La alienación toma la forma además de separación de la mercancía de su representante ¨ideal¨, el dinero. Este adquiere vida propia y a su vez genera instrumentos que lo representan ( bonos hipotecarios, títulos fiduciarios, etc) . Pero a su vez, estos créditos se transfieren y comercializan a nivel mundial, generando una cadena virtual globalizada de participantes e intereses comprometidos en esas transacciones.
El sistema obliga a las naciones a endeudarse. El sistema imposibilita a estas naciones a pagar y obliga al incumplimiento (default). El sistema genera sus células de protección (acuerdos de refinanciación para la continuación del ciclo), pero también genera sus células de destrucción a través de los mecanismos más perversos y usurarios (fondos buitres por ejemplo) que en última instancia y llevados por la voracidad en el acrecentamiento de sus rentabilidades, ponen al propio sistema en dilemas antes no conocidos.
Una vez más en el propio seno de la acumulación capitalista, el distanciamiento cada vez mayor de su origen (la producción de mercancías) genera las condiciones para las crisis sistémicas cada vez más cruentas y continuadas.
La Mercancía como célula original del capitalismo ha cedido su lugar al Dinero.
*Ignacio Paz, economista, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11.