Revista Tesis 11 (nº 114)
(elecciones 2015)
Valentín Golzman*
Esta nota aborda un tema que han eludido tratar, durante la campaña electoral, tanto los candidatos que aspiran llegar al gobierno en diciembre para “continuar y profundizar el actual modelo” como aquellos que proponen reemplazarlo.
Desarrollo
“La encíclica Alabado seas, tiene un primer capítulo demoledor titulado Lo que está pasando en nuestra casa. El análisis descarnado del papa Francisco aborda la interconexión entre la contaminación y el cambio climático, la mala gestión del agua, la pérdida de la biodiversidad, la gran desigualdad entre regiones ricas y pobres o la debilidad de las reacciones políticas ante la catástrofe ecológica.”[1]
“Las estadísticas de la World Wide Fund For Nature (WWF) indican que la demanda mundial sobre los recursos biológicos del planeta supera en un 30 por ciento la capacidad de regeneración de la naturaleza”.[2]
Esta nota aborda un tema que desde hace décadas -especialmente desde que el neoliberalismo adoptó la bandera del fin de la historia- golpea la salud, la calidad de vida y los anhelos de buen vivir de un mundo que nos incluye.
Francisco –desde luego- no votó por ninguno de los candidatos presidenciables, tampoco por los que aspiran a ser gobernadores. Lo hizo, sí, por un proyecto vital: por detener la destrucción del planeta. Sus afirmaciones nos tocan muy de cerca y cobran particular actualidad frente al proceso eleccionario que estamos transitando.
Al afirmar que:
“Si la actual tendencia continúa, este siglo podría ser testigo de cambios climáticos inauditos y de una destrucción sin precedentes de los ecosistemas, con graves consecuencias para todos nosotros”, agrega que “Hay que eliminar las causas de las disfunciones de la economía mundial y corregir los modelos de crecimiento que parecen incapaces de garantizar el respeto del medio ambiente”.[3]
El Papa está señalando la necesidad de implementar un proyecto de desarrollo económico, un modelo de crecimiento que al garantizar el respeto del medio ambiente priorice la calidad de vida humana.
Lo que para el Papa y para los que aspiramos al buen vivir constituye un tema central, es algo que -por indiferencia, ¿ignorancia? o más probablemente por compromisos y apoyo implícito al poder económico- no se menciona en el discurso de los distintos candidatos que, en ese punto, no se diferencian. No lo abordan ni quienes aspiran llegar al gobierno en diciembre para “continuar y profundizar el actual modelo” ni quienes plantean “la necesidad de reemplazarlo”.
Temas como la brutal sojización del agro -con uso creciente de plaguicidas cancerígenos- la preservación de las reservas acuíferas, la minería a cielo abierto, o la contaminación ambiental en sus diversas formas, son eludidos tanto en discursos electorales como en polémicos debates entre los principales candidatos. Las distractivas chicanas y la farandulización de sus campañas electorales no le han permitido al ciudadano que va emitir su voto conocer las ideas de los candidatos acerca de esta cuestión; tampoco sus proyectos de desarrollo económico.
Es conocido que todos los gobiernos a partir de 1983, incluyendo la actual administración, apoyaron expresamente el avance de la sojización (sin poner barreras a los agroquímicos ni a la deforestación), alimentaron el uso automotor de carga y pasajeros con la consiguiente contaminación ambiental, avalaron las explotaciones mineras a cielo abierto, las nuevas formas extractivas de gas y petróleo y un desmedido consumismo que poco tiene que ver con el buen vivir.
El riesgo –entonces- es que los actuales enfoques sobre el tema se consoliden como conducta y política de los gobiernos que surjan de las próximas elecciones.
Es razonable desconfiar del proclamado afecto al bienestar general de quienes eluden referirse a la modificación de los graves daños ambientales que ya se han provocado, y que seguramente se provocarán, de persistir las actuales políticas en esta materia. Es también razonable exigir a los candidatos que expongan sus proyectos sobre estas cuestiones cuando nos convocan a votarlos. Para así poder votar, junto al Papa Francisco, en lo que hace a la ecología y a los modelos de crecimiento.
*Valentin Golzman, ingeniero, Magister en Historia, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11.
[1] Diario El País, El Papa acusa a empresas y gobiernos por el cambio climático, Madrid, España, 17 de junio 2015
[2] WWW.ignaciosabbatella Latinoamérica ante la crisis ecológica global. (Voces del Plan Fénix).
[3] Diario El País: la encíclica de Francisco en 12 frases, Madrid, España, 18 de junio de 2015
Anexo I
“”La Haya, 25 de junio de 2015: Un tribunal holandés ordenó ayer al Estado reducir las emisiones de carbono un 25% antes de 2020…respecto de los niveles de 1990”. “… el control de las emisiones [puntualizó el tribunal] es una de las tareas del Estado”. (Publicado por La Nación, 25 de junio de 2015).
Anexo II
“Berlín (EFE): Treinta y seis premios Nobel suscribieron una declaración […] para reclamar a la ONU y a los líderes de todo el mundo actuar con determinación contra el cambio climático. No actuar implicaría colocar a las futuras generaciones humanas ante riesgos imprevisibles […ya que la humanidad está] a las puertas de una tragedia global”. (Publicado por La Nación, 06 de julio de 2015).
Me gusto mucho la nota. Un análisis objetivo de las palabras y documentos del Papa, sin llevar agua para ningún molino. Acertada la crítica a todas las fuerzas políticas y candidatos, incluidos los del oficialismo sobre el medio ambiente. – See more at: https://www.tesis11.org.ar/una-grata-sorpresa-el-papa-francisco-ya-voto/comment-page-1/#comment-1074