(Declaración de Tesis 11)
Los sucesos vinculados con las elecciones provinciales realizadas en Tucumán el 23/08/2015, nos motivan las siguientes reflexiones:
Ante todo, repudiamos la represión de la policía tucumana sobre la manifestación del Lunes 24/08/2015 y condenamos hechos aberrantes como la quema de urnas, efectuados por sectores oficialistas y opositores producto de sus propias internas. Coincidimos asimismo con que es necesario modernizar los sistemas eleccionarios utilizando las posibilidades de las tecnologías informacionales disponibles.
Sin embargo deseamos advertir sobre la oportunista, hipócrita y objetivamente desestabilizante utilización de estos hechos por parte de la oposición de derecha, con el amplio apoyo y difusión de la corporación mediática. Ya el viernes previo al acto electoral solicitaron el apartamiento de dos de los tres jueces de la Cámara Electoral lo cual provocó la desesperada búsqueda de reemplazo para conseguir siquiera un integrante más ya que con un solo miembro se debían suspender las elecciones.
Todo esto tiene claramente el objetivo de desligitimar no solo las elecciones realizadas en Tucumán sino las próximas, principalmente las presidenciales de Octubre 2015, ante la posibilidad que avizoran de caer derrotados.
Este tipo de accionar se suma a otros intentos desestabilizadores, como la utilización por parte de los mismos sectores de la insostenible denuncia de Nisman contra el gobierno nacional y las circunstancias de su lamentable muerte.
Hay que ubicar estos intentos dentro de un contexto mundial donde en las últimas décadas se vienen produciendo acciones desestabilizantes contra gobiernos progresistas o simplemente considerados como no amigables por los EE.UU. y sus aliados de la OTAN. Así sucedió en países de Europa como Serbia, Georgia, Kirguistan y Ucrania, cuyos gobiernos fueron desplazados por otros que ahora aplican políticas neoliberales en lo interno y de alineación con la OTAN y enfriamiento de sus relaciones con Rusia y China en lo externo.
Son los denominados “golpes suaves”, preconizados por los EE.UU. a través de ONGs vinculadas con la CIA, los fondos buitres y en general con la derecha republicana y que suministran apoyo intelectual, logístico, monetario y de los monopolios mediáticos internacionales, a sectores opositores de los gobiernos que quieren desestabilizar.
La metodología es básicamente la misma: Acusar a los gobiernos “indeseables” de ser corruptos, personalistas, autoritarios, “populistas” y antidemocráticos, utilizando para ello ONGs, partidos políticos, organizaciones de derecha y corporaciones mediáticas locales, tratando de producir manifestaciones civiles opositoras, acciones legislativas como “juicios políticos” o intervenciones judiciales contrarias a los gobiernos que se desea destituir.
Estos métodos son ahora alternativos a los tradicionales “golpes duros” efectuados mediante alzamientos militares.
En América Latina se viene aplicando sistemáticamente la metodología de los denominados “golpes suaves” contra todos los gobiernos progresistas, aunque en nuestra región se han encontrado con la reacción de las organizaciones del campo popular que en general han mostrado gran capacidad de convocatoria, organización y movilización, en defensa de los gobiernos progresistas y de la democracia. Aun así, se produjeron las destituciones de los gobiernos legítimos de Manuel Zelaya en Honduras en 2009 y de Fernando Lugo en Paraguay en 2012 mediante sendos “golpes parlamentarios”, lo cual muestra la peligrosidad de estas acciones.
Los sectores populares debemos estar prevenidos y movilizados contra estas maniobras que se inscriben en la geopolítica mundial, en defensa de los gobiernos legítimamente electos por los pueblos y de la democracia, que es la principal herramienta con que cuentan los trabajadores y el pueblo para la defensa de sus intereses.
Consejo Editorial de Tesis 11
FRAUDE
Usar el argumento del fraude es una reedición enmascarada y de nuevo cuño de la práctica del fraude llevada a cabo por los sectores más conservadores y antipopulares de la Argentina. Los adalides de la República, los señores de bien, siempre rechazaron y despreciaron el voto popular. En nuestro país hubo trampa y corrupción en elecciones: entre 1932 y 1943, el “fraude patriótico”durante la llamada década infame. Luego desde el 55, el peronismo no pudo participar en ninguna de las elecciones que se realizaron entre el 58 y el 73,
Si gana Scioli en las próximas elecciones, los “defensores de la República” dirán que La Cámpora contrató micros y llevó a votar a la negrada que no entiende nada y que es fácilmente comprable? El populacho “los cabeza”, las masas de paraguayos, bolitas y villeros.
La democracia es imperfecta, el sistema electoral es mejorable, por ahora es el que tenemos, es necesario cuidarlo y defenderlo.
Los únicos que continúan haciendo fraude son los que rechazan y desprecian el voto popular con el argumento del fraude.