Las noticias cotidianas revelan cada vez un mayor grado de ajuste económico y social. Los despidos están a la orden del día, las reducciones presupuestarias referidas a cuestiones de educación, cultura y problemáticas sociales son las variables utilizadas por una gestión que se caracteriza por un alto grado de frialdad e indiferencia. Los Derechos Humanos, política de Estado establecida por el anterior gobierno, está siendo atacado por los referentes de la derecha tradicional de la Argentina que nunca reconoció los crímenes de lesa humanidad. Estamos corriendo un gran riesgo en este tema y la situación es cada vez más seria.
El actual gobierno de la Argentina, fruto de una alianza de “políticos profesionales” y mercenarios al servicio del capital concentrado, afirma ser una gestión que tiene como premisa el diálogo y la tolerancia. En verdad, durante sus once meses en la función ejecutiva han demostrado padecer de un preocupante grado de esquizofrenia política en quienes ejercen cargos públicos, o bien, han expresado con evidencia nunca vista en la historia de este país un grado superlativo de cinismo que se mofa de la gran mayoría de sus votantes, y por supuesto de quienes hoy se consideran opositores al modelo gobernante. El grado de “incoherencia” expresado entre lo que se anuncia o se predica, y la realidad que se palpita en los hechos concretos, no puede ser más trágica. El presidente Macri, no solo incumplió las promesas de campaña sino que él y su “equipo de funcionarios” mienten descaradamente cuando hablan a través de los medios periodísticos cómplices de su gobierno al decir que “hacen lo que no hacen” o que “inauguran lo que ya fue hecho”, y al sostener con la palabra lo que en realidad no quieren sustentar y pretenden destruir.
Más allá de implementar un modelo económico que rememora la Argentina de la “Democracia Restringida” del viejo régimen oligárquico, lo realmente preocupante es lo que ésta administración ha decidido hacer con la cultura y fundamentalmente con la política de Derechos Humanos. En sus continuas falaces declaraciones, el secretario de DDHH de la Nación se cansó de repetir que en lo que refiere a su área de responsabilidad todo continuaría como hasta entonces ya que se destacaba como algo bueno del gobierno kirchnerista. En realidad, todo lo que este señor anunció y declaró estuvo signado por una vil mendacidad. Todos los organismos dedicados a los temas de la Memoria por los hechos de represión o al recordatorio de cuestiones referidas al Terrorismo de Estado, sean Madres de Plaza de Mayo, Abuelas o cualquier otra institución dedicada a la revisión de nuestra historia reciente, vieron recortados al extremo los aportes económicos del Estado. Siguiendo con las, al parecer siniestras intenciones del actual gobierno, más allá de las condenables restricciones, la gestión “cambiemos” volvió a instalar un debate que intenta banalizar la tragedia y el exterminio sistemático de la última dictadura militar. Desde las declaraciones de funcionarios macristas se puso en duda el número de personas asesinadas y desaparecidas durante los años del genocidio, insinuando que los hechos fueron el resultado de una “guerra que se tiñó de suciedad” por los supuestos sectores en conflicto. Una peligrosa declaración que muestra el alcance de los cuadros de la derecha fascista instalada en la administración “cambiemos. Además, y en continuidad con la misma lógica, se pretendió restar importancia a los juicios de “lesa humanidad” pretendiendo congelar a los mismos, y argumentando la “posibilidad” de una detención domiciliaria para los “pobres ancianos” que permanecen encarcelados por haber violado de manera monstruosa todos los derechos básicos de la condición humana. En realidad, la derecha conservadora que gobierna actualmente este país pretende retroceder al escenario pos dictatorial del indulto, esgrimiendo el viejo y mentiroso argumento del clero tradicionalista y secuaz de la dictadura, en que solo la potencial “reconciliación” beneficiaría a los argentinos arrojando la Historia al sótano del olvido y el ocultamiento.
La disociación entre lo que este gobierno anuncia y lo que en realidad acontece es una forma perversa de llevar adelante políticas de “destrucción masiva” contra los derechos de democratización ciudadana. La “mentira del diablo” es un pedacito de verdad, anunciar algo que ya fue hecho como si fuera propio cuando en realidad el objetivo es destruirlo o no llevarlo a cabo, es deleznable. La desocupación promovida en el Estado, que alcanzó a instituciones relacionadas con los DDHH, el recorte de los recursos orientados a la investigación y a la ciencia, como así también la reducción económica al desarrollo cultural en general, forman parte del mismo proyecto.
La ex-ESMA, lugar por donde pasaron miles de detenidos-desaparecidos de los cuales más de 5000 fueron asesinados, fue una de las acciones más meritorias y valientes del gobierno anterior al convertir un lugar de muerte en un espacio de vida plena. Tal vez sea eso lo que la derecha reaccionaria no le perdone al kirchnerismo. En el predio de lo que fue la Escuela Mecánica de la Armada conviven actualmente muchos centros culturales que trabajan, no solo en la recuperación de la memoria colectiva respecto de la tragedia del Terrorismo de Estado, sino que lo hacen también en la investigación histórica y en la realización de actividades culturales y artísticas de altísima calidad. Ahora bien, en sintonía con el criterio del actual gobierno, se han reducido todas las partidas presupuestarias que financiaban este ámbito de desarrollo cultural. No se observa hoy otro interés que no sea tener por objeto el vaciamiento de la conciencia política convirtiendo a estos Centros en símbolos congelados de la Historia. O sea, un interés que solo pretende traer nuevamente una diferente forma de muerte que destruya la creatividad y licúe la memoria.
Los trabajadores del Centro Cultural Haroldo Conti expresaron públicamente y por las redes sociales que el gobierno de Mauricio Macri es el responsable directo de su achicamiento. Los empleados que allí desempeñan su tarea, no solo ven perjudicada su fuente laboral sino que denuncian prácticas violatorias contra sus derechos realizadas por la Secretaría a cargo de uno de los principales representantes del “fariseísmo” Pro, el señor Claudio Avruj. El personal del Centro Cultural Conti, como así también aquellos que trabajan en todos los anexos del Espacio para la Memoria, advierten que las maniobras que realizan desde la “gestión Cambiemos” tienen por objeto desfinanciar y ahogar el funcionamiento de todos los organismos encargados de revisar nuestra historia reciente. La muerte paulatina de estas instituciones creadas y promocionadas por el kirchnerismo, tiene la finalidad de dejar en el olvido los crímenes de la dictadura y poner un nuevo “punto final” a los juicios de lesa humanidad.
Los jóvenes del “Conti” salieron al cruce de estas maniobras, el resto de las instituciones democráticas deberían pronunciarse al respecto. Da mucha vergüenza, y recuerda la época más triste de nuestra historia, cuando se observan a organizaciones políticas y sindicales, como así también a “dirigentes” e Iglesias, mirar hacia otro lado cuando se producen estos graves atentados contra quienes resguardan lo más preciado de la vida humana. La pregunta sería: ¿Cuándo actuar? Ya amenazaron a Hebe de Bonafini…
Claudio Esteban Ponce.