Entrevista de Dante Palma a Carlos Raimundi*
Entrevistado por Dante Palma en No estoy Solo, el embajador argentino ante la OEA se refirió a las razones por las que Argentina se abstuvo de votar contra el gobierno de Nicaragua; además reflexionó sobre los motivos de la feroz crítica de la prensa argentina a esta decisión y sobre el rol de la OEA a lo largo de la historia.
A propósito de lo que circuló en los medios argentinos y que tiene que ver con la posición que adoptó Argentina de abstenerse de votar el proyecto de resolución en la OEA que condenaba al gobierno de Nicaragua por violación de los Derechos Humanos. Si bien Argentina expresó preocupación por las detenciones arbitrarias de opositores se abstuvo de la votación y se separó de lo que votaron en este caso 26 países sobre 34. ¿Cuál fue el fundamento de la postura Argentina?
Bueno primero tener una posición común con México, el comunicado es conjunto de las dos cancillerías, de los dos gobiernos. En segundo lugar aclarar bien que esta posición no significa una defensa del gobierno de Nicaragua sino una manera de posicionar a la Argentina precisamente para encontrar caminos de diálogo, de movilidad de las posiciones más cerradas. La Argentina tiene una historia y una posición en el mundo muy clara de preocupación cuando ve alteraciones a los Derechos Humanos y de condena cuando se confirman violaciones, cuanto más graves más fuerte y más contundente la condena, eso no está en discusión y no ha estado en discusión en ningún momento en que se pusieran en consideración por parte de organizaciones de Derechos Humanos estas cosas, así que eso está fuera de debate. Lo que se trató es encontrar un camino para relacionarnos con ese gobierno y tratar de evitar la radicalización, de tratar de evitar la escalada porque la experiencia indica que cuanto más asedio, cuanto más arrinconamiento a un gobierno menos posibilidad se le da para conversar y para que si hay efectivamente necesidad de que se mueva de algunas posiciones extremas, bueno, que lo haga pero tiene que tener otra predisposición y para eso es necesario tener una actitud no de condena lisa y llana como si fuera lo único. Además quiero dejar en claro que lo que estaba en juego en esta decisión del otro día no era únicamente la condena por las detenciones, porque te digo la verdad si hubiera sido esa la verdadera y única intención de la resolución que se votó, yo te diría que quizás hubiéramos tenido otra actitud porque habríamos visto que la OEA siempre tuvo preocupación por detenciones de los candidatos opositores, por ejemplo, con Lula, por ejemplo con Rafael Correa y sin embargo no la tuvo, quiere decir que lo que verdaderamente importa es la detención de opositores o importa que un gobierno se encuadre en determinado alineamiento con políticas neoliberales, por qué a algunos sí y a otros y otros no cuando es tan clara la situación; y lo otro que se hacía era cuestionar el sistema electoral y la verdad que vos fíjate, aquí en Estados Unidos por ejemplo en el año 2016, hubo una elección presidencial donde una candidata sacó 3 millones más de votos que otro y sin embargo el presidente fue el otro y nadie dijo que eso no respondía a estándares internacionales. Imaginate en un país como el nuestro si podría ser presidente un candidato que saca 3 millones menos de votos que otros y sin embargo nosotros no vamos a pedir que nos digan cómo tiene que ser nuestra legislación y por eso respetamos también la legislación interna de todos los países. Aquí en OEA, hay Estados del Caribe en los que el primer ministro designa la mitad del parlamento o por ejemplo Chile tuvo senadores vitalicios y nadie cuestionó porque los sistemas electorales forman parte de una construcción histórica, de una construcción política, de una cultura, de una serie de tradiciones, a los gobiernos Centroamericanos no se los puede analizar con las categorías rioplatenses como no se puede analizar el peronismo en Argentina con categorías nórdicas o escandinavas. Ahí es donde la Argentina dice preocupación por los Derechos Humanos, si es necesario señalarle al gobierno de Nicaragua que no tiene sentido asumir posiciones extremas, que no tiene sentido ser condenado por el mundo, que hay que moverse de esas posiciones como la Argentina ya lo logró hacer con otros países donde parecía que había situaciones que no se iban a poder mover. Entonces Argentina por un lado dice eso pero al mismo tiempo dice no lo hagamos de manera que sea como una injerencia o una intervención en asuntos internos en los cuales nosotros hemos sido siempre respetuosos de la soberanía y de la realidad de cada uno de los de los países.
¿Por qué vos pensás que esta postura de Argentina ha sufrido tantas críticas de parte de la oposición y de varios medios en nuestro país?
Si es por cuestión de críticas y de operaciones mediáticas… anoche accedí al portal de Infobae y hay una nota que dice que después de que el Papa Francisco dijo que la propiedad es un derecho secundario cosa que la entiendo porque vos imagínate tenemos cientos de millones de personas en India, en África, en América Latina que no tienen agua potable y después tenemos hoteles 7 estrellas que se están construyendo en Abu Dabi o en Dubai; entonces la verdad es que ese tipo de propiedad comparado con la otra carencia, sinceramente, es secundario, habría que sacar un poquito de un lado para poder resolver el otro problema y sin embargo la nota de Infobae decía que ahora el gobierno argentino va a abolir la propiedad privada lo cual es lo mismo que decir va a entrar en el comunismo porque el Papa dijo que la propiedad privada es un derecho secundario. Entonces lo que te quiero responder no tiene que ver únicamente con Nicaragua tiene que ver con cómo se mueve cierta prensa, que es tratar de presionar tanto para que un gobierno no haga lo que cree que verdaderamente tiene que hacer sino que haga aquello que logre no ser tan castigado por la prensa o por cierta prensa. Ahora, si vos me dijeras que para no ser castigado por estas operaciones vamos a cambiar la posición, muy bien, ¿eso qué significa? Significa que al otro día te vuelven a pegar por otra cosa y al tercer día por otra, ¿o alguien cree que van a ser amigos? Y después te van a pegar por otra y entonces decís, ¿quién gobierna? ¿Quién toma las decisiones? Entonces me pongo a recordar aquella noche del 10 de diciembre de 2019 en Plaza de Mayo cuando asume el presidente Alberto Fernández y Cristina daba vueltas la cara, miraba al pueblo que estaba en la plaza y miraba al presidente y le dice “gobernemos para el pueblo no gobernemos pensando en lo que la prensa va a decir de lo que hagamos”.
Te lo preguntaba porque nunca había visto tantas notas, especialmente en Infobae, por las decisiones del gobierno argentino en la OEA sobre Nicaragua. Ahora, la OEA ha sido acusada de cómplice por acción u omisión de los años oscuros de la región y últimamente su rol estuvo cuestionado especialmente por su intervención en las elecciones de Bolivia, la responsabilidad se la asignaban a Luis almagro. ¿Cuál es la función que debería tener la OEA para desembarazarse de aquel pasado y de este presente? ¿Qué tipo de transformaciones debería sufrir el organismo para adecuarse a un nuevo rol por lo menos en la región?
Primero lo primero, un brevísimo comentario sobre tu primer señalamiento sobre por qué tantas notas sobre un tema que no era central cuando uno lee lo que está pasando con los precios o lo que está pasando con el virus. Bueno, porque no podemos ser tan inocentes de ignorar que lo que está detrás de muchas acciones es el golpe blando, es el de operar sobre la cultura, sobre la información, sobre el sentido común de la sociedad civil para generar mecanismos de desestabilización y creo que parte de las cosas que suceden en algunos países americanos, en este caso es Nicaragua pero puede ser otro, es tratar de poner reparos en su legislación cuando hay financiamiento externo a grupos que tienen por objetivo la desestabilización; esta es la opinión que emite el gobierno de Nicaragua ni siquiera estoy diciendo que es nuestra opinión, digo… tienen derecho a legislar en función de estas cosas que también suceden y que pagan medios, pagan periodistas, pagan dirigentes, etcétera, y entonces los países tratan de defenderse de eso, por eso tantas notas de un medio que responde obviamente a determinados intereses. El segundo punto, en relación a la OEA, en general los secretarios generales de la OEA tienen un rol de tratar de encontrar caminos en común de todos los Estados o por lo menos de la mayoría de los Estados, en cambio, este Secretario General que es muy responsable del golpe en Bolivia, que en su relación con la Argentina por ejemplo ha nombrado asesores especiales a las principales figuras de la oposición, a Fulvio Pompeo que fue vicecanciller de Macri, a Santiago Cantón que fue secretario de Derechos Humanos de la cancillería, a María Eugenia Vidal, el otro día se mostró públicamente con Lorenzetti, ha recibido a los opositores de distintos países en este caso México también, El Salvador, estuvo en esta reciente reunión de Miami con Iván Duque, con Lenin Moreno, con Mauricio Macri y con Marcos Rubio hace 15 días públicamente, a viva voz, entonces eso es el Secretario General en este momento. Vos me decís que podría ser la OEA, bueno, primero que este tipo de organismo no puede ser otra cosa que la posición que tengan los gobiernos que lo integran, quiere decir que cuando América tuvo otro tipo de gobiernos, una de dos, o tuvo determinadas posiciones en la OEA o encontró otros canales de integración como por ejemplo Celac. Porque la OEA es una organización donde por un lado es cierto que cada Estado tiene un voto pero por otro lado también es cierto que de los 34 Estados hay uno que ostenta el 85% del PBI y eso torna una especie de asimetría estructural. Entonces un tipo de integración más equilibrada con países que tienen intereses más comunes, porque no son iguales los intereses estructurales de los Estados Unidos o de Canadá que los de Paraguay o los de Guatemala, entonces la OEA tiene esas dificultades. Al mismo tiempo se trabaja por debajo en las cosas que son menos visibles, políticas de género, derechos laborales, pluriculturalidad, se trabaja mucho y Argentina tiene mucho que aportar; por ejemplo el otro día se hizo una convención multilateral sobre el delito de trata, eso es bueno, para eso vale la pena la OEA pero para otras cosas indudablemente cae en estos desequilibrios en los cuales lo pone la personalidad de su actual Secretario General.
Más allá de esto que bien marcabas de las asimetrías, donde sí parece haber cierto apoyo unánime es en la causa Malvinas. ¿Qué se puede hacer desde la OEA para tratar de invitar a Gran Bretaña a que por lo menos se siente en una mesa a dialogar?
Es que eso ya no es una cuestión de la cantidad de votos que vos tenés en un organismo multilateral porque es cierto aquí tenemos unanimidad, todos los Estados apoyan como también tenemos una mayoría abrumadora en Naciones Unidas o como también tiene una mayoría abrumadora en la OMC, en la OMS o en Naciones Unidas el levantamiento de patentes de los laboratorios para las vacunas, entonces lo que está en el fondo de todo esto es si vamos a recuperar o no el papel del Estado como disciplinador de los intereses privados o si son los intereses privados los que van a regir la voluntad de los Estados. Es un problema más de fondo que OEA/Malvinas o que Naciones Unidas/Malvinas o que Comité de Descolonización/Malvinas, el tema es si las mayorías soberanas de los Estados pueden imponer sus reglas al poder corporativo porque lo que está detrás de Malvinas es la explotación de recursos naturales, es la explotación de la Antártida, donde hay intereses privados y monopólicos que son los que llevan a que las grandes potencias no se hayan prestado a cumplir las normas internacionales. Es un problema de relación de fuerzas, un problema de poder, no es un problema que formalmente nosotros lo podamos resolver acá.
En su momento recuerdo que fuiste criticado fuertemente por Adepa por señalar que los medios eran una parte fundamental del Lawfare en la región y de hecho recién te referiste a los golpes blandos. ¿Cómo opera este mecanismo y cuál creés que es la manera para ponerle freno sin que eso por supuesto suponga una afectación a la libertad de expresión?
En primer lugar que hay críticas que me enorgullecen, no me menoscaban en absoluto, es la dignidad de sostener posiciones y eso tiene precios, lo que pasa es que lo que estás preguntando es central y no cabe en una entrevista radial, es un tema casi filosófico, es el gran problema de este momento, es cómo podemos luchar contra herramientas que tienen estos grandes poderes que estábamos definiendo mejor para diagramar el sentido común de nuestras sociedades. Hablando con vos que tenés mucho conocimiento filosófico se me hace más difícil pero lo escuchaba el otro día a Jorge Alemán cuando comentaba las elecciones en Madrid y dice ‘claro la candidata de la derecha en Madrid logró hacer de la libertad para salir a tomar cerveza, crear una subjetividad política’, porque expresar la libertad en un paso que es salgamos a tomar cerveza es más sencillo que expresar la libertad combinada con la responsabilidad social, con el cuidado, con los valores colectivos, con la igualdad y nosotros tenemos que encontrar un camino en ese sentido. Por eso a veces Cristina tiene tanta capacidad de síntesis, diciendo la palabra “machirulo”, o diciendo “la Patria es el otro”, diciendo “sistema integrado de salud” o como dijo el otro día “no se crean que la libertad es hacer lo que uno quiere, eso no es libertad”, tenemos que encontrar ese camino porque las redes, cómo está armado todo el sistema de relaciones humanas, de relaciones productivas, nos lleva a que sea mucho más fácil plantear los mensajes del odio que los mensajes de la organización social, de cierta armonía, de intereses, de cierta explicación y eso sinceramente no te lo puedo explicar en tiempos de una entrevista radial.
Fuente: Revista Mugica