CLAUSULAS GATILLO Y DISPUTA POR EL EXCEDENTE

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Toda devaluación, y esta no es excepción, deriva en una no explicitada cláusula gatillo que abarca toda la cadena de valor, que dispara todos los precios. En algunos casos, (recordemos el Rodrigazo), los asalariados manifestaron en las calles y lograron una explicita cláusula gatillo que incrementó las remuneraciones buscando nivelar salarios reales en consonancia con la disparada de los precios.

¿Cuál es la situación en este comienzo de 2014?

Alfredo Zaiat en su nota en Página 12 el Domingo 2 de marzo señala que la actual devaluación “…acumula dos golpes de precios, antes (diciembre-enero) y después (febrero)”. Agrega que “Estos aumentos no fueron solamente por el alza de costos inducidos por la devaluación, sino que también procuran una rápida recomposición de las muy elevadas tasas de ganancias en algunas ramas estratégicas de la cadena productiva. Incrementos que se extienden al resto de la economía…”.

Frente a esta situación que golpea severamente el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, el gobierno realizó varios movimientos que –así lo señaló- buscaban morigerar el impacto del avance de los precios. De entre dichos movimientos destacamos:

1).- La presidenta Cristina Fernández, durante la apertura del año legislativo, puso la mira en “los abusos de los sectores concentrados, oligopólicos y monopólicos” y agregó que “en la agenda legislativa de este año vamos a tener que abocarnos a sancionar instrumentos que defiendan de una buena vez a los usuarios y los consumidores”.

Semanas anteriores había pedido a los empresarios en general y a los formadores de precios en particular no “matar la gallina de los huevos de oro”. Les solicito “ser inteligentes” y obrar teniendo en cuenta los intereses generales del país.

Sobre este primer punto, es penoso constatar que desde la presidencia se asevera que no contamos aun con instrumentos legales que defiendan a usuarios y consumidores. Todos los precios ya se dispararon, en tanto los instrumentos para frenarlos están por escribirse.

En cuanto al llamado a la inteligencia y al patriotismo de los formadores de precios, éste choca contra la dura realidad: es de manual que el sistema capitalista –en toda circunstancia- se mueve tras la obtención de la máxima tasa de ganancia. En otras palabras, lo que está en disputa es quién se queda con la mayor tajada de la torta.

2).- Se acordó y se continúa buscando acordar -con oligopolios y grupos económicos- acuerdos para que lancen sus aumentos de precios en forma escalonada, en dos o tres meses a partir de febrero. Es el caso de los combustibles, los electrodomésticos, los medicamentos, los automotores y otros.

Sobre este punto, digamos que siempre es bueno que aumentos tan elevados como los que se plantean en los rubros citados y en otros, se apliquen en dos o tres etapas. Pero eso no cambia la ecuación final.

3).- Se lanzó la campaña de PRECIOS CUIDADOS. La misma consiste en un acuerdo con los supermercados y sus proveedores para mantener durante 2014 los precios de un seleccionado grupo de 200 productos alimenticios y de consumo hogareño. Habrá revisiones trimestrales de los mismos, que podrán incluir subas “cuando corresponda”. Se insiste desde distintos sectores del gobierno en que sean los propios consumidores los que cuiden el cumplimiento y el abastecimiento de dicho grupo de productos, como forma de equilibrar el desajuste en el poder adquisitivo.

En relación a este punto, es bueno recordar que los Precios Cuidados se establecieron durante diciembre, en coincidencia temporal con el primer golpe de incremento de precios. Muchos productos tuvieron desde el vamos un “saludable colchón” que aun se mantiene y que distorsiona en su esencia el objetivo declarado de los Precios Cuidados. Daremos, para no abundar, sólo un par de ejemplos del escaso peso económico que a nuestro criterio tiene esta campaña. Hemos registrado en COTO, de Cerviño esq. Salguero, CABA, el día 4 de marzo algunas distorsiones en la relación Precios Cuidados-precios sin cuidar que restan valor a la propuesta:

a).- Azúcar Ledesma: Precio Cuidado: $7,30/kg. (neto)

Precio normal: $8,29/kg. Si sobre este precio aplicamos el 15/ 20% de descuento

que a diario realiza el supermercado al

realizar la compra con tarjetas de crédito.

el precio “normal” final es de $7,04/6,63

b) Manteca La Serenísima: Precio Cuidado: $57,50/kg. (neto)

Precio normal: $66,50/kg.

Aplicando los mismos mecanismos de

descuento que en el caso anterior, los

precios finales resultan $56,52/53,20

Con los huevos por media docena ocurre la misma cosa.

O sea que los precios “normales”, con los descuentos habituales que efectúan los supermercados resultan ser más bajos que los cuidados.

Al momento, y ya que no existe ningún elemento real que frene y retrotraiga los precios a los niveles anteriores a los dos golpes de precios, aparece como razonable enfocar la cuestión desde la situación de quienes tienen ingresos fijos, tema que no aparece claramente en las agendas.

1).- El caso más severo es el de los jubilados. A partir de este mes de marzo recibirán un incremento jubilatorio del 11,2%, suma que continuará fija hasta setiembre 2014. El aumento que recibirán ha sido licuado por los golpes de precios de diciembre-febrero.

2).-En cuanto a los asalariados, si logran en paritarias un incremento salarial del orden del 30%, equilibrarán apenas el poder adquisitivo perdido durante los primeros 11 meses de 2013. El 8/10% estimado de incremento de precios ocurrido entre diciembre-febrero, implicaría una importante disminución de su salario real.

Dado todo lo anterior entendemos debe ponerse en marcha en forma urgente una cláusula gatillo que incremente todas las remuneraciones fijas –salariales y jubilatorias- en un porcentaje similar al incremento de precios ocurrido entre diciembre-febrero, independientemente y antes de las paritarias. Y que éstas contengan una cláusula gatillo que resguarde el poder adquisitivo cuando los incrementos de precios superen un nivel a determinar

Valentin Golzman

Marzo 6 de 2014

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