Roberto Papadopulos*
Interrogantes y desafíos en la lucha por consolidar y profundizar el modelo. Producción sustitutiva de productos industriales y agropecuarios. Trabajo. Libertades democráticas. Paz. Integración suramericana en el MERCOSUR y UNASUR. Papel del Estado y recorte del poder de los grupos concentrados. Unidad de acción
Hablar de la necesidad de consolidar y profundizar el modelo puesto en marcha a partir del 2003, con la asunción de Néstor Kirchner a la Presidencia de la República, y desplegado, aún más, por Cristina Fernández, plantea varios interrogantes y muchos desafíos. Interrogantes acerca de en que consiste el modelo de esta etapa, cuales son sus rasgos principales, en que acciones políticas llevadas a la práctica en este periodo se expresan. Y desafíos en los problemas que es necesario abordar para consolidar y profundizar; cuales son las fuerzas principales que lo deben empujar, cual es el contenido de la batalla ideológica, política y cultural, cual es el papel de los medios de información y del resto del aparato cultural.
La necesaria coordinación de los sectores populares para construir una fuerza social y política, participativa, democrática y plural, que sea el sostén de los cambios realizados y de la etapa de profundización que se abrirá en los próximos cuatro años, parece ser una pata trascendente del desafío.
Modelos en pugna
Cuando nos preguntamos de que hablamos cuando hablamos de modelo, nos referimos a como opera la economía, cuales son la medidas que se han dispuesto, que sectores se impulsan, se desarrollan y, muy en especial, cuales se benefician. También la posibilidad de determinar el comportamiento de los hechos, las consecuencias y tomar decisiones sobre los mismos.
Analizando la historia económica de la argentina, en particular desde su conformación institucional, se puede observar la presencia, en aguda lucha, de dos grandes modelos: Uno desde 1880-1930, cuyas medidas principales sostenían y promocionaban una política agro-exportada. Convirtió al país en abastecedor de carnes y granos, en especial al Reino Británico. Se impuso un sistema extensivo de explotación agropecuaria y se organizó una red de transporte conducente al puerto de Buenos Aires, beneficiando la exportación de estos productos primarios. La oligarquía nativa y los sectores vinculados a la exportación de granos y carnes, fueron el sostén político que se expresó en gobiernos de derecha, conservadores y antidemocráticos. El otro desde 1930-1975, donde primó la industrialización sustitutiva de importaciones, dio prioridad al mercado interno, encaró la producción de muchos productos por empresas nacionales, incorporando mano de obra del interior y de los países limítrofes. En este período se avanzó en la redistribución de la riqueza y la justicia social.
Estos modelos fueron sostenidos por distintas formaciones políticas que predominaron en cada período, no sin momentos de empate de fuerzas, caracterizados por una aguda inestabilidad política. Los golpes de estado de 1955, 1966 fueron instrumentos para la restauración del modelo agro-exportador. Desde 1976, con la crisis del período de sustitución de importaciones, hasta el colapso del 2001/02, se impusieron, a partir del golpe de estado y la instauración de la genocida dictadura militar de 1976, las políticas neoliberales de los 90, asentadas en el Consenso de Washington, que culminaron en un cuadro de liquidación del estado, des-industrialización, desocupación y miseria para los sectores populares y enormes beneficios para los grupos monopólicos concentrados de la economía mundial.
Las dos presidencias de Carlos Menem, la sucesión de Fernando de la Rua que desembocó en la aguda crisis institucional que se produjo, tras la gran resistencia popular a las políticas de ajustes y represión, culminaron con la obligada renuncia anticipada de Fernando de la Rua, el paso en pocos días de cuatro presidentes y finalmente Eduardo Duhalde, que cumplió el mandato interrumpido y llamó a elecciones para el 27 de abril de 2003. La renuncia de Menem a presentarse al ballotage, convirtieron a Néstor Kirchner en el nuevo presidente, aunque condicionado por su bajo porcentaje de votos.
El 25 de mayo de 2003, Néstor Kirchner, asumía el gobierno tras la crisis más grande y devastadora de la historia argentina; cesación de pagos de la deuda pública, devaluación de la moneda, que provocaron la caída del 10,9 por ciento del PBI para el período 2002, una tasa de desempleo del 17,8 y 57,5 por ciento de pobres, de los cuales un 27,5 por ciento eran indigentes. Los salarios cayeron alrededor de dos veces y medio más que la economía. Según los datos del INDEC, el 10 por ciento más rico recibía el 37,4 por ciento de los ingresos totales y el 10 por ciento más pobre el 1,4 por ciento.
Un nuevo paradigma se pone en marcha
El discurso de Néstor Kirchner, el 25 de mayo del 2003 ante la Asamblea Legislativa, al asumir la presidencia de la Nación, delineó los rasgos principales del modelo que se pondría en marcha en la argentina. Modelo reafirmado por Cristina Fernández en su discurso de asunción el 10 de diciembre del 2007.
-Rescate de la política y la participación popular. Plena vigencia de las libertades democráticas. Verdad, justicia y memoria, para las atrocidades de la dictadura militar.
-Reconstrucción de un capitalismo nacional, movilidad social ascendente, políticas activas de desarrollo y crecimiento económico, nuevos puestos de trabajo, mejor y más justa redistribución del ingreso, aumento real de los salarios. Incremento de la presencia activa del Estado. Terminación y realización de nuevas obras públicas
-Un modelo de producción, trabajo y crecimiento sustentable, con reglas claras, que genere recursos fiscales, solvencia macroeconómica y sustentabilidad fiscal, creando las condiciones para generar nuevo y mayor valor agregado, que además permitan negociar con racionalidad para lograr una reducción de la deuda externa. Pagar sin postergar las necesidades vitales de los sectores populares.
-Un modelo que reconoce en el trabajo, en la producción, en la industria, en la exportación, en el campo, la fuerza motriz de la acumulación y que ha permitido que millones de argentinos vuelvan a recuperar no sólo el trabajo, sino además las esperanzas y las ilusiones de que una vida mejor es posible. Un modelo que supere la contradicción campo-industria, tabú histórico.
– Finalmente, en este mundo global también fijar nuestra posición en cuanto a una necesidad imperiosa, la reconstrucción del multilateralismo. Un mundo con Paz y una fuerte política de integración latinoamericana.
La propuesta era un nuevo paradigma de acumulación, con una más justa redistribución de la riqueza e inclusión social. Con políticas de defensa de los derechos humanos y plena vigencia de las libertades democráticas.
Hoy podemos afirmar que todas las medidas puestas en marcha en estos años, 2003/11, comprueban ésta decisión política. Entre otras:
– Renegociación de la deuda externa con la quita del 70%. Rechazo de las directivas del FMI. Abandono de las relaciones carnales.
– Rechazo al ALCA (Mar del Plata (2005). Fortalecimiento de la relaciones con países latinoamericanos. Impulso del MERCOSUR, la UNASUR y del Banco del Sur. Política exterior de paz y respeto a las decisiones soberanas de cada pueblo.
– Eliminación de las AFJP, 600% de aumento a las jubilaciones mínimas, y doble aumento anual a los jubilados. Incorporación de 2.300.000 nuevos jubilados con la mínima. Jubilación a las amas de casa y devolución del 13% a jubilados y empleados públicos, quitado por De la Rua, Cavallo y Bullrich.
– Asignación Universal por Hijo.
– Derogación de la Ley de Flexibilización Laboral. Puesta en marcha de las Paritarias y crecimiento del salario. Disminución de la desocupación del 24,7% en el 2003 al 7,4% en el 2010.
– Aumento al 6% del PBI el presupuesto dedicado a la educación. La construcción de 1048 escuelas nuevas en el país. Promulgación de la Ley de Educación Nacional, la Ley de Educación Sexual. El Programa Nacional Alfabetización el Programa Conectar con más de 3,5 de millones de netbooks entregadas a estudiantes secundarios.
– Desarrollo de una amplia y activa política de Derechos Humanos, derogando las leyes de impunidad y obediencia debida. La puesta en marcha de los juicios a los civiles y militares responsables del genocidio de la dictadura militar. La depuración de la Corte Suprema de Justicia. La apertura de los Archivos secretos, la realización de un relevamiento de los centros clandestinos de detención y conversión en espacios para la memoria y la educación. La promulgación de la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley que penaliza la trata de personas.
– La puesta en marcha de la TV Digital abierta y gratuita. La creación de los canales Encuentro, Paka Paka e INCAA TV. Y la más importante de las leyes, la Ley de Servicios Comunicación Audiovisual, que posibilita la democratización de la comunicación y la ruptura del monopolio informativo por parte de los grupos concentrados del poder mediático.
Profundizar el modelo
La propuesta y necesidad de profundizar el modelo, plantea nuevos desafíos; avanzar en la inclusión social, elevar el nivel de vida de los más necesitados, mejorar la calidad y la cantidad de la educación, su infraestructura y la investigación científica.
Crecer en la industria y demás sectores, profundizar la redistribución de la riqueza con justicia social, requiere acrecentar aún más el papel de Estado, no sólo como árbitro, sino como constructor de un área estatal y promotor de los grandes proyectos, en áreas decisivas de la economía, que dé base de sustentación al crecimiento. Permita incidir en la producción, distribución y formación de precios. Así mismo se requiere modificar leyes que eran afines a los intereses de los sectores concentrados de la economía; reforma impositiva, para que el que más tiene más pague, reforma a la ley de entidades financieras, para poder limitar a los bancos la disposición del crédito y el ahorro popular. Estudiar el manejo del comercio exterior, asegurando al Estado, a los sectores pequeños y medianos de la industria, la producción agraria y las cooperativas una mayor incidencia. Asegurar el crecimiento del mercado interno, elevando, aún más, el salario real, e incorporar a quienes se encuentran en situación de miseria. Atacar la inflación, ejerciendo, con la participación del Estado y las organizaciones sociales, el contralor de las grandes empresas formadoras de precios. La Ley de Tierras, La minería a cielo abierto, la recomposición moderna del transporte ferroviario y la Ley de Inversiones Extranjeras (los excedentes girados al exterior por la multinacionales pasaron de 630 millones de dólares en el 2003 a 7.100 millones de dólares en el 2010).
Este desafío de profundizar el modelo, choca con el poder que los grupos monopólicos tienen sobre nuestra economía y sólo recortando y limitando su capacidad de decisión es posible mejorar el crecimiento del país y elevar el nivel de vida de los trabajadores y sectores populares. Incluso de sus productores y comerciantes medios, que apuestan con su trabajo diario al logro de este modelo. A estas políticas se resistieron y se resistirán los grandes grupos, ya que tocan sus intereses.
Construir una fuerza para poder profundizar el modelo
Esta gran batalla política es posible si las muchas organizaciones sociales, sindicales y políticas avanzan en la construcción de un centro coordinador de las mismas y pueden apoyar e impulsar los cambios necesarios. Los trabajadores, sus organizaciones sindicales, tienen la responsabilidad más importante, que en alianzas con sectores medios de la ciudad y el campo, con los hacedores de la cultura y el arte, deben ser la base de esta gran construcción democrática, plural y participativa.
Precisamente la Ley de medios Audiovisuales contribuirá a ampliar el debate y la participación, romper el monopolio informativo, democratizar la información y mejorar las condiciones para la gran batalla cultural para hacer avanzar la conciencia de la necesidad de profundizar y consolidar los cambios de más inclusión y justicia social.
*Roberto Papadopulos, periodista, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11