Un golpe institucional y antidemocrático, que no reconoce la voluntad de 54 millones de electores y que fue orquestado por los sectores más conservadores de la sociedad, en especial el empresariado neoliberal y subordinado a los intereses de las empresas estadounidenses. Un golpe sustentado por una campaña permanente de los grandes medios de comunicación –en especial, la Red Globo–, y por la acción selectiva y mediática de sectores del poder judicial.
El golpe refrendado por el Senado no sólo desconoce la opinión de la población sobre quién debe ser el Jefe de Estado, sino que como fue anunciado por el Vice usurpador, pretende aplicar un programa recesivo, neoliberal, que le traen el triste recuerdo al pueblo brasilero de los tiempos de los gobiernos de Collor-FHC.
Este será antipopular y un retroceso social que varias veces fue rechazado por la mayoría de la población en las urnas. Incapaces de convivir con la democracia y de someterse a la voluntad popular, las élites apartan a la Presidenta sin ninguna comprobación de crimen, tan solo para que su proyecto de cortes sociales, desempleo y privatización sea llevado a cabo.
El “Puente hacia la recesión” del golpista Michel Temer sólo llevará a la acentuación de la crisis social y económica y ampliará la inestabilidad política del país.
El nuevo gobierno que se anuncia, por su historia, tampoco representa ruptura con los métodos corruptos, que todos denunciamos en las calles.
Esperamos que el Senado se redima, cuando tuviera que juzgar el mérito. Y si así no procede, las fuerzas partidarias democráticas y contrarias al Golpe deben recurrir al Supremo Tribunal Federal.
La sociedad brasilera sabe que estamos enfrentando una crisis económica, política, social y ambiental. Esta crisis no se supera con golpes. Necesita un amplio debate en la sociedad que aglutine a la mayor parte de las fuerzas populares y sociales, para lograr construir un nuevo proyecto de país que enfrente las crisis.
En relación a la crisis política instaurada, defendemos como los demás movimientos populares, que solamente una reforma política profunda, que devuelva al pueblo el derecho de escoger a sus representantes legítimos, puede ser una verdadera salida. El actual congreso no tiene las condiciones ni las quiere.
De ahí la necesidad del senado de aprobar la realización de un plebiscito que dé al pueblo el derecho de convocar a una asamblea constituyente, una reforma política que realice elecciones generales en condiciones democráticas y no viciadas por el poder económico y oligárquico, como ocurre ahora.
El MST permanecerá movilizado en defensa de la democracia y de los derechos sociales, al lado del Frente Brasil Popular y de los miles de trabajadores y trabajadoras que no aceptaron el golpe. Seguiremos siempre en lucha, contra el latifundio y el agronegocio, por la reforma agraria popular y por el derecho constitucional de todos los trabajadores rurales de tener tierra y vida digna en el campo.
No al golpe! Fuera Temer!
Coordinación Nacional del MST