Roberto Papadopulos*
El 3 de junio de 2007 se realizaran las elecciones en el distrito Ciudad de Buenos Aires para elegir al Jefe y Vice jefe de gobierno y legisladores de la Ciudad. Las mismas son, sin lugar a duda, de gran importancia; primero porque se trata de la Capital de la Republica Argentina, sede del poder político nacional y centro de atracción mundial; segundo por el peso económico que la misma tiene. Por lo tanto, y tal como hace la derecha, no se debe subestimar el proceso electoral. Esta claro que la derecha esta dando una gran batalla por ganar las mismas e instalar una significativa “cabecera de playa” en la lucha por retomar el poder político e intentar desandar el camino recorrido en nuestro país en consonancia con la etapa abierta en América latina. Camino, que es fruto de las movilizaciones y las luchas libradas por nuestro pueblo, como también, por medidas desplegadas por el gobierno del Presidente Néstor Kirchner. Claro que todavía hay problemas serios para resolver, como por ejemplo; una más equitativa distribución de la riqueza; o calidad mejorar la calidad educativa, la sanidad y una profundización de la democracia para que sea más participativa. Medidas que la derecha ataca permanentemente Y como hace siempre, solo machaca sobre las insuficiencias y problemas aun no resueltos. Esto sin mencionar que son la causa principal, con sus políticas, de los grandes males de nuestro pueblo.
Pero, es justo señalar, que tampoco será esta la única y la ultima batalla en la lucha por consolidar un proceso de profundización de la democracia – participativa- y de justicia social, con una más justa y equitativa distribución de la riqueza nacional. Para esto, la construcción de una alternativa política desde el campo popular; plural, amplia y participativa aparece como la necesidad más urgente y la debilidad principal.
Esta elección, a mi entender, reproduce la disyuntiva de otras tantas veces. Por un lado las fuerzas del campo popular participan dispersas, en algunos casos mezcladas con sectores que en realidad no quieren cambios de fondo u otros que creen que los cambios validos son solo los que ellos proponen y que el resto de las alternativas están a la derecha. Por lo cual “terminan encapsuladas en una política puramente narcisista; es decir mas preocupadas por mantener su propia imagen de pureza y radicalidad que por contribuir a generar un cambio social efectivo”*. Y por el otro como impedir que la derecha triunfe. Es cierto que la realidad muestra a distintos sectores populares preocupados y discutiendo, cada uno con su mirada, cual es el camino y como construirlo, pero no es menos cierto que hay todavía mucha estrechez. Esta grave dificultad impide él dialogo constructivo de las fuerzas populares e indirectamente beneficia a la derecha, que el 3 de junio, tiene una gran oportunidad de recuperar el poder político, ya que el electorado que no quiere un gobierno de derecha, corre el riego de perder de vista al enemigo principal y dispersar el voto. Cual es la otra opción que se presenta; ubicar otra fuerza –la menos mala- en condiciones, por sus consenso y peso especifico capaz de derrotar a la derecha y poner el voto ahí, aunque esta fuerza tampoco sea la que represente, por sí misma y cabalmente, la alternativa política del campo popular.
Cual es la situación actual; Por un lado el PRO (Mauricio Macri-Gabriela Michetti) aliados en el orden nacional al Gobernador de Neuquén Jorge Sobisch (ahora alejado porque mostró la hilacha de que tipo de gobierno propone este sector), López Murphy y Juan Carlos Blumberg en la Provincia de Buenos Aires. Que plantean en sus “10 propuestas para que gane Buenos Aires?” La primera mas policías en la calle. Para hacer como en Neuquén? y coinciden con Blumberg que propone “mano dura”. Estas son, sin duda, piezas importantes del entramado que la derecha quiere armar en el país. La fuerza con que se proponen lograr una “cabecera de playa”. Son los representantes del enemigo principal. Son a los que hay que derrotar en las próximas elecciones.
La otra fuerza es la que encabeza Jorge Telerman, que enancado en la terrible tragedia que significo Cromañon y sin asumir su responsabilidad como Vice Jefe del gobierno anterior, se convirtió en el actual Jefe de Gobierno y desde ahí construyo una fuerza heterogénea que en el curso del proceso electoral y solo a efectos de ganar sello alianzas, tan amplias como incoherentes; desde sectores de Partido Socialista de la Capital, kirchneristas como Libres del Sur, Elisa Carrio, que logro posicionar como candidato al segundo de la formula, Enrique Olivera y la mismísima UCeDe. Coalición que ya sufrió varias bajas, entre ellas la ruptura del acuerdo de Telerman con la UceDe, aunque aceptan, en caso de ganar, integrar la administración. Esta es, sin duda, una fuerza que se ha corrido hacia el centro-derecha. Aunque es erróneo decir que todo el que la vote será un electorado al que se deba caracterizar como “de centro derecha”. Seguramente y eso se puede constatar a través de las encuestas, en los barrio populares, recogerán muchos votos positivos.
La tercera fuerza importante es la que construyeron Daniel Filmus, impulsado por Néstor Kirchner y Carlos Heller, hombre de larga trayectoria en el movimiento cooperativista y definida posición de izquierda democrática. Esta encarna con más claridad el proyecto del gobierno, coincide con las propuestas del mismo para avanzar por el camino que se sigue en política exterior, derechos humanos y mejoramiento de los sectores sociales mas necesitados. Y si bien es cierto que en ella se concentra la mayor adhesión y participación de los sectores que desean y luchan por cambios, también lo hacen grupos del partido justicialistas de la capital federal y dirigentes sindicales de trayectoria y acción política reaccionaria, corrupta y mafiosa.
Una cuarta fuerza es la que lanzo Claudio Lozano y Maria América González de “Buenos Aires Para Todos” constituida por grupos de la CTA Capital, que en una asamblea decidieron presentarse con el objetivo de construir un espacio con vistas a ser la base de una alternativa política del campo popular. La misma presento una lista de legisladores de extracción obrera y popular.
Cual es, a mi modo de ver, el error de este sector; creer que el “resto son derecha” y “son la única opción valida” declaración del propio Lozano en la televisión y fundamentalmente perder de vista cual es el enemigo principal en estas elecciones y dispersar el voto para derrotarlos.
Es bueno hacer notar que varias propuestas electorales, de las variantes del campo popular, aparecen como similares; seguridad, educación, espacios públicos, no tienen clara diferencias en como será la solución y no se discutieron suficientemente con los ciudadanos. Incluso, las formulas mismas, son en gran medida acuerdos de cúpulas, mas que construcciones surgidas del debate y la participación popular. Carecen de ideas de como acrecentar la participación popular y avanzar en la democracia participativa. Instrumentos como la concreción de la Ley de Comunas (Ley 17.777) están poco presentes, como así también, cual es la posición en política internacional y regional, economía, derechos humanos y los graves problemas que enfrentan los ciudadanos de esta ciudad.
Mi punto de vista y en dirección a poder derrotar al enemigo principal, es que creo se debe votar la formula Filmus-Heller para Jefe y Vice Jefe de gobierno y la lista de legisladores de la coalición Buenos Aires para Todos.
Considero, que en este momento, nadie puede arrogarse la representación del campo popular y que es una gran responsabilidad de los dirigentes de los distintos grupos populares privilegiar los aspectos que nos unen. Esta necesidad no esta limitada a apoyar a este gobierno que esta dando pasos en distintos aspectos coincidentes con las necesidades y aspiraciones de los sectores populares y en unión con otros gobiernos de América latina, es una tarea obligatoria si queremos seriamente, superar la etapa “neoliberal” y construir otra sociedad mas igualitaria, justa y solidaria. Si queremos que el pueblo sea participe activo de esa batalla. No se puede derrotar a la derecha, que esta unida y tiene un plan, si los sectores populares están dispersos, sin proyecto y una fuerza organizada en común. Y si bien el camino para construirla no es “uno”, no esta “preestablecido” y nadie es propietario de la “forma” y cuyas fuerzas de participación necesaria estas dispersas, si, tiene ciertos presupuestos básicos insoslayables que, hoy por hoy, ninguna fuerza sostiene con vigor. Medidas para una participación organizada, plural y basada en la democracia participativa de los sectores populares (alianza de los trabajadores y sectores pequeños y medios de la ciudad y el campo.) Discusión de un proyecto nacional y popular que abra el cauce a la batalla por una sociedad nueva.
*Roberto Papadopulos, periodista –Miembro del Consejo Editorial de Tesis 11-