El minimizar la importancia que tiene el dólar en la economía mundial resulta una decisión vital. Así es comprendido, sobre todo, por aquellos países sometidos a los apremios, chantajes, amenazas y políticas de máxima presión, que los Gobiernos de Estados Unidos ejercen sobre sus rivales políticos y económicos.
En un proceso de fuerte disputa internacional donde China, Rusia por una parte y Estados Unidos por la otra, confrontan posiciones en lo militar, político, tecnológico y en lo económico, fundamentalmente. Resulta un objetivo prioritario, para las autoridades de Beijing y Moscú, buscar mecanismos que permitan disminuir la importancia de la moneda estadounidenses en los intercambios comerciales entre sus países, como una forma de contrarrestar las presiones estadounidenses y al mismo tiempo, como un objetivo de independencia económica y soberanía política.
No es casual que China y Rusia, hace cinco años atrás, tenían un intercambio comercial donde el dólar representaba el 90% de las transacciones bilaterales. Hoy, con datos de este primer semestre del año 2020, ese intercambio ha reducido a un 46% la presencia de la moneda estadounidense, con un 30% en un máximo histórico se ubica el Euro y un 24% de uso de monedas nacionales (yuan y rublos). Todo ello catalizado por dos hechos de importancia en la geopolítica mundial: Las sanciones contra Rusia a partir del año 2014 frente al proceso de reunificación de la Península de Crimea a Rusia, que tensionó, igualmente, relaciones con Ucrania y la OTAN que ha venido desarrollando una política de cerco contra Moscú. Y, en el caso de china, la idea de desdolarizar su economía ha ido aparejada a la decisión de Trump de imponer aranceles a los productos chinos acusando a Beijing de una serie de hechos comerciales, financieros e industriales, que se han intensificado más con el tema del apoyo de Washington a los intentos desestabilizadores en Hong Kong
De esta forma ambos potencias avanzan hacia una política de alianza financiera, que incrementa sus posibilidades de incidir el comercio internacional e imponen un duro varapalo a un país que ha sido monopolizador del denominado “privilegio exorbitante”, término acuñado por el ex presidente francés Valéry Giscard d’Estaing, (cuando fue Ministro de finanzas en los años 60 del siglo XX bajo los gobiernos de Charles de Gaulle y George Pompidou) que da cuenta de la hegemonía de la moneda estadounidenses, que comienza su periplo de regalías a partir de los acuerdos de Bretton Woods el año 1944, que marcará el camino del sistema monetario internacional tras el fin de la segunda guerra mundial convirtiendo al dólar como la única moneda convertible en oro. Las diversas divisas del mundo pasaron a cotizar frente al dólar con un cambio fijo determinado por la cantidad de oro almacenado en la reserva federal. El colapso del sistema Bretton Woods el año 1971 afianzó aún el dominio del dólar.
El objetivo de las autoridades de China y Rusia – según se desprende un interesante artículo publicado en la revista japonesa Nikkei Asian Review escrito por el estadounidense Dimitri Simes, es establecer una alianza financiera, que les permita contender contra las intenciones estadounidenses de seguir presionando a estos dos países y que ha significado fuertes tensiones, que afectan a la economía mundial. El inicio de este proceso de uso de monedas diversas al dólar comenzó en junio del año 2019 cuando ambos gobiernos firmaron un acuerdo, para usar sus monedas nacionales, en el marco de concretar el proceso de desdolarización que ya había sido anunciado un año antes.
El camino de la desdolarización también seduce a países como India, la República islámica de Irán, Venezuela, entre otros que ya transitan en caminos para concretar esta idea. En enero del año 2020 el canciller ruso, Serguei Lavrov, en visita efectuada la India dio a conocer una serie de puntos, que refuerzan la decisión de desdolarizar gradualmente su economía. Lavrov ha señalado que Washington abusa del estatus del dólar como moneda de reserva nacional y la idea es poder reducir esa dependencia en favor de otras monedas, que permitan diversificar y evitar así presiones indebidas. “Ante el uso agresivo de las sanciones financieras del Gobierno estadounidense, Rusia continúa su política enfocada hacia la desdolarización gradual de su economía. Expandir ajustes en monedas nacionales es una de nuestras prioridades” señaló el canciller ruso en una entrevista concedida al diario Indio The Times of India.
Las autoridades de la Federación Rusa , además de acordar detalles de alianzas económica que permitan contender contra las amenazas estadounidenses, también avanzan en la idea de concertar acuerdos intergubernamentales con la India, que además implica concretar también, en el proceso negociador con la Unión Económica Euroasiática, que une a rusia en materias económicas estratégicas con Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y Kirguistán con el norte de establecer una zona de libre comercio, justamente con la India. En el plano de medidas encaminadas de dejar de depender de la moneda estadounidenses, tanto Moscú como Beijing han establecido políticas de reducción de reservas internacionales en dólares y las han aumentado en yuanes, euros y lógicamente en oro, que en el caso ruso ha significado una inversión activa que lo tuvo el año 2018 y 2019 como primer comprador mundial del metal precios.
El caminar hacia rumbos de menos dependencia del dólar es un imperativo de soberanía, sobre todo para aquellos países agredidos constantemente por Estados Unidos aprovechando, en el campo económico, el poder de su moneda. Es interesante constatar que este ámbito de confrontación es un área que ha sido tomada en forma estratégica por los servicios de inteligencia de China, Irán, Venezuela, Cuba y la Federación Rusa pues ven en este campo líneas de desestabilización que son necesarias de frenar. Para Sergueí Narishkin, Director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR por sus siglas en inglés) el dólar es un arma tóxica “y por ello resulta anormal que Estados Unidos, con su comportamiento agresivo e impredecible siga siendo el titular de la que aún es la principal moneda de reserva del mundo “Debido al fortalecimiento objetivo de la multipolaridad, la posición de monopolio del dólar en las relaciones económicas internacionales se vuelve anacrónica. Gradualmente, el dólar se está volviendo tóxico. Washington se ha encargado de reproducir un algoritmo universal, que tiene por meta perpetuar la influencia del dólar en la escena mundial”
El uso del dólar bajo la ideología hegemónica sustentada por el imperialismo estadounidense constituye un riesgo para las naciones del mundo. Salir de este dominio es una tarea ardua, que demanda coraje, no sólo voluntad pues las presiones suelen ser extremas, definidas para algunos países como “políticas de máxima presión” pero es posible, pues Washington sólo parece conocer las relaciones de fuerza y en la medida que más naciones se unan en oposición a una hegemonía occidental a la baja, liderada por Estados Unidos, más países podrán sentir entonces aíre de libres y avanzar en relaciones internacionales más cooperativas, menos centrada en la imposición, que son los pasos que nos acercan a una verdadera soberanía.
Así lo ha entendido Irán y Rusia, que ya desde febrero del año 2019 han logrado eliminar la moneda estadounidense de sus transacciones comerciales bilaterales y sustituirlo por sus propias monedas, que ha servido de catalizador a las iniciativas llevadas a cabo por Moscú junto a China. Resulta vital que este camino de soberanía se desarrolle aún más pues, resulta a todas luces evidente, que un país con una deuda de 22 billones de dólares de deuda pública, que ocupa su “maquinita” monopólica de fabricar dólares, impida el desarrollo libre de las naciones. La espada estadounidense denominada dólar debe ser frenada como un imperativo de soberanía. El mundo es testigo y víctima mucho de nuestros países, que las medidas coercitivas de Estados Unidos y su política de usar el dólar como un arma, han resultado en un terrorismo económico.
Fuente: Telesur TV.