Ecuador es el primer país del mundo que tiene una Ley de Comunicación. Respuesta a Jorge Lanata

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Espejo Libertario
El pasado jueves 27 de octubre el municipio de Guayaquil hizo entrega de un reconocimiento por la lucha por la libertad de expresión al periodista argentino, Jorge Lanata.

En el diario “El Universo” el homenajeado afirmó que no podría dedicarse a hacer periodismo en Ecuador porque estaría preso además de considerar que la Ley de Comunicación vigente es una censura. A partir de estas declaraciones, la comunicación se ubica nuevamente en la discusión de la opinión pública.

En primer lugar, resulta necesario aclararle al periodista que Ecuador a través de la Constitución del 2008, aprobada por más del 63% de la población ecuatoriana, reconoce en el Capítulo II, Sección Tercera, art. Del 16 al 20 a la Comunicación e Información como un Derecho de todos los ciudadanos. Además, se establece en la Sección Séptima art. 384 a la Comunicación Social y es en este artículo donde se reconocen los sistemas y sub-sistemas de comunicación para asegurar el ejercicio al derecho a la comunicación, información y libertad de expresión.

Fue el pueblo ecuatoriano a través de una consulta popular el que se pronunció a favor de la existencia de una Ley de Comunicación. La pregunta objeto de dicha consulta fue la siguiente:

¿Está usted de acuerdo con que la Asamblea Nacional, sin dilaciones dentro del plazo establecido en la Ley Orgánica de la Función Legislativa, expida una Ley de Comunicación que cree un Consejo de Regulación que regule la difusión de contenidos de la televisión, radio y publicaciones de prensa escrita que contengan mensajes de violencia, explícitamente sexuales o discriminatorios; y que establezca criterios de responsabilidad ulterior de los comunicadores o medios emisores?

Frente a este interrogante el pueblo dijo SÍ. Por tanto, es necesario aclarar al señor Lanata, que la creación de la Ley obedece a un pedido del pueblo ecuatoriano y no a una simple aceptación o decisión de los medios de comunicación. En democracia mandan las mayorías y no las 10 familias que, junto con los grupos de poder económico-financiero, mantuvieron secuestrados los medios de comunicación, coartando este derecho a muchos ciudadanos y organizaciones sociales.

Para que usted entienda qué es hacer comunicación debe recordar los códigos deontológicos de esta disciplina y entender el derecho a la comunicación que tenemos los ciudadanos. Los periodistas no son los dueños de la verdad. A propósito, nuestra Constitución establece que los ecuatorianos tenemos derecho a:

Art. 18, numeral 1; buscar, recibir, intercambiar, producir y difundir  información vez, verificada, oportuna, contextualizada, plural, sin censura previa acerca de los hechos, acontecimientos y procesos de interés general, y con responsabilidad ulterior.

Bajo esta premisa, lo que usted dice es una barbaridad: pensar que un periodista o un medio de comunicación puede estar por encima de la Constitución. Parece que parte de su proceder profesional está basado en el rumor, cosa que no es ético en el ejercicio de la comunicación como disciplina y como derecho. La comunicación va más allá del paradigma funcionalista que usted propone de acuerdo a lo expresado en la entrevista en el diario “El Universo”.

Debo recordarle además que Ecuador es el único país en el mundo que tiene una Ley de Comunicación, a diferencia de otros países que cuentan con Ley de Medios y de Radio Difusión. En el Ecuador y en el contexto de la Ley, se entiende a la comunicación como la interacción, interrelación e interdependencia entre sujetos sociales que tienen códigos en común para transformar la realidad, a través de medios, formas, espacios y dimensiones. Por tanto, la comunicación no es propiedad de los periodistas. Es de todos los ciudadanos.

Para aquellos que ejercemos la comunicación como disciplina estamos conminados a un proceso formativo que debe evidenciar fundamentos filosóficos, epistemológicos, científicos, deontológicos entre otros propios de la formación académica. Un comunicador social debe investigar, argumentar, contextualizar, verificar y contrastar las fuentes. El rumor, chisme y confusión no puede ser parte de la cultura comunicacional.

El ejercicio de la comunicación no se trata de gustos. Un objetivo de los medios es informar. La Ley de Comunicación en el Ecuador establece la rectificación como derecho ciudadano, en tanto es necesario regular las falsedades dichas en o por los medios de comunicación. Este es el ejercicio democrático de una sociedad que rompe con el monopolio de la comunicación y permite la diversidad de voces, aquello es el verdadero sentido de la libertad de expresión.

Por último, cabría recordarle al periodista argentino, que el alcalde de Guayaquil Jaime Nebot pertenece a las filas del partido político Social Cristiano; un partido de derecha que infundió terror en el Ecuador durante la presidencia de León Febres Cordero Ribadeneira. Un régimen que durante los años 80 implantó la represión a través de los escuadrones volantes, donde  muchos ciudadanos fueron torturados y otros tantos desaparecidos como por ejemplo, los hermanos Restrepo. Tal vez Lanata desconoce que la persona que le condecoró se desempeñó como gobernador de Guayaquil durante aquellos años de tortura y represión. Donde la “censura” que él supuestamente denuncia era la moneda corriente de aquellos días.

Pero hay que decirlo. En un punto estoy totalmente de acuerdo con usted. Cuando expresa que no podría desarrollar el periodismo en el Ecuador y menos aún la comunicación social, porque usted se quedó en el ejercicio del periodismo cuando los medios creían tener la verdad absoluta. En el Ecuador desde hace 10 años cambiamos de paradigma para entender la comunicación. Los comunicadores comprometidos con el cambio social siempre vamos a estar apegados a los códigos deontológicos, principios y valores en favor de una sociedad crítica, justa y solidaria.

Fuente: http://espejolibertario.com/?p=2537

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