En su clase magistral del jueves 27 de abril pasado, Cristina Kirchner caracterizó como “circular” el proceso argentino en el cual reaparecen, en forma continua, viejas recetas de la derecha bajo el argumento de ser las ideas novedosas que harán superar las crisis recurrentes en el país.
La grave situación que afecta a lxstrabajadorxs, a los jubiladxs, a los sectores subsidiados, y en general a los denominados sectores subalternos, es el resultado histórico y repetido de una estructura económica, social y política,hegemonizada por grupos de capital concentrado y su concepción y política neoliberal de dominación. Es, por lo tanto, la distribución cada vez más desigual del producto del trabajo social hacia los sectores del capital monopolista y, ahora, el pago de intereses al FMI por la deuda ilegítima contraída por el gobierno neoliberal gobernante entre 2015 y 2019. Deuda de 45.000 millones de dólares, que representa la más grande de cualquier país del mundo y que jamás haya otorgado el FMI, violando incluso sus propios estatutos. Los objetivos obvios de este retorno fatídico fueron simultáneamente: aportar los dólares para que puedan evadirlos los fondos de inversión que vinieron a Argentina a especular con las altas tasas de interés y que encontraron las arcas vacías cuando quisieron irse; ayudar a Macri al intento de lograr su reelección (fallido finalmente) y por último, pero lo más importante, volver a tener el control de la vida económica, política y social en Argentina, sometida a su presión financiera.
Esta nueva intromisión del FMI en la vida nacional, representa el verdadero “cepo” para cualquier política nacional y popular que busque mejorar las condiciones de vida de lxstrabajadorxs activos y desocupados, jubiladxs y trabajadorxs de la economía popular.
Asistimos, desde el primer día de gobierno de Alberto Fernández, a una campaña de especulación cambiaria, retención de liquidación de divisas de exportaciones y de difamación y mentiras informativas que intoxican durante todo el día a la población-
Tras superar la pandemia sanitaria más dramática de los últimos cien años con una política de asistencia financiera a lxstrabajadorxs, jubiladxs, pymes, subsidios sociales y pagos de salarios, como ayuda a las empresas, el gobierno debió enfrentar las consecuencias de la guerra en Ucrania, con efecto sobre las reservas de divisas por el encarecimiento de los combustibles y, ahora, la sequía que diezmó la cosecha y representó una merma de 20.000 millones de dólares para el presupuesto estatal.
En este contexto, con graves efectos sobre la disponibilidad de divisas y su consecuencia sobre la fluidez de las importaciones y el “poder de fuego” del Banco Central para enfrentar corridas cambiarias especulativas, los sectores del poder agro industrial exportador y financiero, arremetieron contra la estabilidad institucional, a través del mercado de divisas ilegal. El objetivo central ha sido y es, provocar una devaluación oficial del peso que beneficie a dichos sectores monopólicos y dominantes de la economía nacional y, por ende, profundice la desigualdad y las carencias para el pueblo en general.
Superada la pandemia, la economía argentina comenzó a crecer, pero como resultado de la inflación creciente, todo aumento de salarios y jubilaciones, así como de los subsidios a sectores carenciados, fueron licuados, La distribución del ingreso nacional se tornó cada vez más injusta en beneficios de los grupos económicos dominantes. A esto se sumó una política oficial de debilidad frente al FMI y los formadores de precios, amén de falta de decisión política para la aplicación de suficientes aumentos salariales, de jubilaciones y de asignaciones sociales, que amortiguaran el efecto de la crisis para los sectores trabajadores activos y pasivos y los de la economía popular. Es decir, una política de redistribución progresiva de la Renta Nacional.
Fue creciendo el descontento social, ante un gobierno, que, además de lo dicho, no supo comunicar y denunciar la arremetida salvaje de la derecha y los grupos hegemónicos, así como obras públicas y acciones sociales, que sí se realizaron.
Es en este contexto y frente a las elecciones próximas, que la derecha argentina y su subproducto nefasto, la ultraderecha neofascista, atormentan a la población, pregonando que ellos tienen la solución a la crisis argentina.
Reaparecen los sucesores de Martinez de Hoz y Cavallo, con recetas de ajuste neoliberal explícitas, como la devaluación violenta e inmediata y las modificaciones regresivas de los regímenes laborales y previsionales. Es decir, shock devaluatorio-inflacionario, “flexibilidad laboral”, léase condiciones de trabajo esclavizado y retorno de las AFJP, es decir el negocio de los bancos y las finanzas con los aportes de los trabajadores.
Y, como remate, aparece “el huevo de la serpiente fascista”. Javier Milei y los llamados “libertarios” prometen aniquilar a los políticos, como lo dijera en su momento el fascismo europeo, dinamitar el Banco Central y anular la moneda nacional, dolarizando la economía. Al mismo tiempo, eliminar subsidios, y pretendidamente, destruir gasto público cerrando hospitales y eliminando la obligatoriedad escolar, cerrando escuelas y profundizando el analfabetismo como herramienta de dominación.
Por eso, dijo CFK en su alocución que es “imposible avanzar hacia el futuro sin saber de dónde venimos”. Y es por ello necesario desenmascarar a estas ideas que se presentan como “nuevas”, siendo sólo reposiciones de viejas y clásicas recetas de los grupos dominantes para concentrar aún más el dominio sobre las riquezas del país, en un retorno circular que recicla permanentemente lo viejo y reaccionario. Y la historia enseña, que a su paso, dichas políticas, dejaron más inflación, desocupación y miseria para el pueblo.
Es imperioso la adopción de medidas gubernamentales para aumentar el poder adquisitivo de lxstrabajadorxs, jubiladxs y subsidiadxs. Pero, al mismo tiempo, concretar la unidad de las fuerzas progresistas en torno a un programa de gobierno que contenga las premisas básicas para la modificación del actual esquema de distribución del ingreso y se recuperen resortes básicos de la economía, hoy en manos de los sectores oligopólicos que dominan el país.
Es necesario un programa, independientemente que sea CFK o no candidata a presidenta. Y ese programa existe y lo han reivindicadodistintas organizaciones sociales. Programa sobre el cual, desde Tesis 11, hemos escrito y opinado (1)
Es necesario, además, reproducir y difundir masivamente los ejes fundamentales de dicho programa para que se constituyan en pilares para un nuevo gobierno en las elecciones de este año.
Estos ejes podrían ser, por ejemplo:
* La redistribución progresista, popular y democrática del Ingreso Nacional, a partir de un Salario Mínimo actualizado con posibilidad de poder adquisitivo real frente a la canasta alimentaria básica.
* La recuperación de los puertos y vías navegables, así como la creación de una empresa nacional de comercio exterior, para el ejercicio de un control soberano del Estado, y la fluidez en la obtención de las divisas resultantes de nuestras exportaciones.
* Control estricto del mercado cambiario y del manejo de divisas, para consolidar reservas internacionales que permitan enfrentar cualquier corrida especulativa desestabilizante.
* Enfrentamiento con la línea política y económica del FMI, a partir de un programa de pagos que se base en nuestra capacidad real de afrontar esos compromisos financieros.
* Defensa irrestricta de nuestros recursos naturales, y política de industrialización y valor agregado a los mismos, frente a la descarada y manifiesta intención de EEUU de actuar sobre ellos, como si fueran propios, argumentando razones de “seguridad nacional” (así lo expresó, sin tapujos Laura Richarson, generala norteamericana y comandante de operaciones militares en el Atlántico Sur).
* Una política internacional soberana que sólo atienda los intereses nacionales en su relación con las potencias y de fuerte presencia en las instituciones regionales como el Mercosur, la Celac,así como el estrechamiento de vínculos con los gobiernos democráticos y populares de la región.
Es posible vencer a las fuerzas que representan el pasado, que ahora manifiestan explícitamente lo que van a hacer (reducir el gasto social, devaluación brutal, reducción de salarios y jubilaciones, reducción del presupuesto sanitario y de educación, alineamiento incondicional con EEUU, reposición de las AFJP para lucrar financieramente con los fondos previsionales y así de seguido)
La hora actual exige definiciones concretas sobre la futura acción de gobierno para recuperar la confianza popular, constituyendo un verdadero Frente Nacional y Popular que lleve adelante las propuestas programáticas y que entusiasme a la juventud y a los trabajadores, a la pequeña y mediana empresa, a los jubilados y pensionados, a los trabajadores de la economía popular, a los intelectuales, profesionales y científicos
- “Aporte de Tesis 11 al Manifiesto nacional por la soberanía el trabajo y la producción”
TESIS 11.