El gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner ha hecho frente en estos 18 meses de gestión, a una terrible herencia económico social dejada por la administración neoliberal de Mauricio Macri, agravada sideralmente por la pandemia sanitaria de alcance mundial, que también afectó a nuestro país.
La pandemia ha puesto al desnudo y potenciado las consecuencias que el sistema capitalista mundial tiene para los pueblos y principalmente para los sectores subordinados. Esto se verifica en la mayoría de las naciones y principalmente para los países periféricos y dependientes, como el nuestro.
No obstante, el nuevo gobierno ha mostrado a los argentinos un cambio de paradigma. Sus objetivos basales se han expresado en la consigna “Primero los últimos” y hacia allí se encaminó su política, en medio de enormes turbulencias internas, (provocadas por la oposición) y externas (por la astronómica deuda dejada por el macrismo).
Pese a la obstrucción sistemática y salvaje de la derecha opositora, que no se resigna a aceptar la voluntad popular, se han implementado importantes medidas de carácter social y popular. Se invirtieron cuantiosos fondos fiscales para la compra distribución y transporte con frío de vacunas, contratadas con celeridad. Argentina se convirtió en el primer país, fuera de Rusia, en comprar y aplicar la vacuna Sputnik V. Al mismo tiempo se construyeron hospitales, aumentó la contratación de personal sanitario, equipos y material necesario para el transporte, y frío necesario para la distribución de las vacunas en todo el país. Se avanzó también en la contratación de vacunas de otras procedencias que ya se están aplicando. Hemos alcanzado ya, una vacunación de más del 50% de la población del país.
La caída de la actividad económica, igual que en el resto del mundo, resultado de las limitaciones necesarias para la circulación de personas, tuvo respuestas gubernamentales en el co-pago de sueldos, en apoyo a las empresas, con créditos a bajo o nulo interés, y aumento de subsidios y provisión de alimentos.
Pese a ello, la oposición, que como gobierno destrozó el país y empobreció a la población, ha bloqueado, ciega y sistemáticamente, cualquier acción de gobierno. Su oposición y campaña antivacunas favoreció la propagación del virus con consecuencias dramáticas
Pero esa gente dispone de los medios de comunicación hegemónicos y es imperiosa la necesidad de difundir la verdad. Por eso ante la proximidad de las elecciones legislativas, la prioridad absoluta debe ser ganar dicha contienda electoral.
Estas elecciones definirán el rumbo político del país. Es necesario evitar que la derecha rearme sus fuerzas con pretensiones de volver al gobierno y completar su plan de concentración de los ingresos y las riquezas en manos de los grupos concentrados de poder, que es objetivamente macabrode destrucción del país. Un aumento de su poder de bloqueo sistemático de leyes progresistas en favor del pueblo, consolidaría su poder económico y político nefastos, con consecuencias para el pueblo. Al mismo tiempo, su prédica y acción pro imperialista, atentaría contra las posibilidades, hoy reales, de reconstituir los bloques económico políticos regionales, vitales para el progreso de los pueblos en América Latina.
Es imperioso, entonces, el triunfo electoral del proyecto nacional y popular, representado hoy por el gobierno del Frente de Todos, para crear una amplia base popular y construir un proyecto contrahegemónico de carácter económico, político y social, para enfrentar el diseño neoliberal de sometimiento, atraso, e injusticia social.
La acción y coordinación de las instituciones sociales y sindicales para la movilización popular de apoyo al gobierno, y al mismo tiempo de exigencias respecto al avance de medidas en favor de los sectores subordinados en nuestro país, permitirá un resultado positivo en las urnas
Es imprescindible un paquete de medidas económicas y políticas que satisfagan las necesidades de trabajadores activos, desempleados y jubilados y que su difusión masiva entusiasme al pueblo, para ensanchar el camino.
La inflación ha corroído salarios y jubilaciones. El aumento generalizado de precios, sobre todo de los alimentos, ha sido, principalmente, obra del accionar de los grupos concentrados a través de la formación de precios, retención de liquidación de cosechas, y especulación contra el peso a través de la “timba” del dólar.
Esta es la realidad a la que se debe enfrentar. Se impone un aumento sustancial del salario y jubilaciones mínimas. Al mismo tiempo que el reforzamiento de una política de control y contención de precios de la canasta familiar. Esto se podría concretar con un programa de ayuda a las pymes para el pago de dichos aumentos de emergencia, a través de distintos mecanismos. Se debería implementar un sistema de control y penalización, para las empresas que no respeten acuerdos de precios y al mismo tiempo, un sistema de “premios” (créditos blandos, reducciones impositivas) para aquellas que absorban el incremento de salarios, sin trasladarlos a precios.
Todo esto debe realizarse en conjunto con un amplio un plan gubernamental de difusión de la acción y planes de gobierno. Es vital mejorar y extender las comunicaciones que permitan hacer conocer, masiva y profundamente, las acciones de gobierno realizadas y a realizarse, en favor del pueblo.
Los éxitos de las luchas populares contra el neoliberalismo en Chile; la victoria de Pedro Castillo, un maestro rural, en las elecciones en Perú; las protestas masivas contra Jair Bolsonaro en Brasil; el triunfo del pueblo en Bolivia, retomando el gobierno popular, y derrotando al golpe de Estado que destituyó a Evo Morales en 2019; las protestas masivas del pueblo colombiano; todo esto demuestra que nuestro país no está solo en América del Sur. Argentina ha sido y será clave para la reanimación de acuerdos regionales, como el Mercosur y el Unasur, necesarios para la recuperación económica con soberanía, de los firmantes, a través de un intercambio justo, democrático y con igual sentido de distribución popular de las riquezas sociales.
La hora actual expresa nítidamente la confrontación entre dos proyectos políticos; el neoliberal de concentración de las riquezas y los ingresos, de endeudamiento, pobreza y marginación social y el proyecto nacional y popular de defensa de los trabajadores y todos los sectores subordinados, de soberanía nacional y de justicia social.
Para que ese proyecto se materialice HAY QUE GANAR LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS.
Muy bueno el Editorial. ¡¡¡¡A Ganar!!!!!
Adriana