En ocasión de cumplirse la novena cumbre las Américas, en la ciudad de Los Ángeles (Estados Unidos) el presidente Alberto Fernández realizó un discurso a la altura de las funciones que le toca desempeñar como presidente protémpore de la CELAC, incluyendo su visión de las causas y significado de nuestro endeudamiento, el rol de los organismos multilaterales de crédito y la OEA como organización pensada para la integración. Cuestionó el lastimoso papel de la organización continental y su responsabilidad en el golpe de estado perpetrado en Bolivia, culminando con la invitación formal a Biden para que EEUU participe en la próxima Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
Es de público conocimiento el contacto previo de Alberto Fernández con AMLO presidente de México, quien ya había anunciado que no participaría, y todo indica que hubo contactos con Evo Morales y el mismo Luiz Inácio Lula Da Silva; lo cierto es que Fernández protagonizó un discurso valiente, justo, integrador y con visión de estadista: “(…) Definitivamente, hubiésemos querido otra Cumbre de las Américas. El silencio de los ausentes nos interpela. Para que esto no vuelva a suceder, quisiera dejar sentado para el futuro que el hecho de ser país anfitrión de la Cumbre no otorga la capacidad de imponer un ‘derecho de admisión’ sobre los países miembros del continente. El diálogo en la diversidad es el mejor instrumento para promover la democracia, la modernización y la lucha contra la desigualdad (…)” A.F.
Argentina tiene en la actual situación de crisis internacional, una gran oportunidad y deberá cumplir un papel preponderante como actor de la realidad sudamericana en particular y de todo el continente en general. El resultado de las elecciones en Colombia, consagrando presidente a Gustavo Petro, y la gran intención de voto que reconocen las encuestas a Lula en Brasil, para las elecciones de octubre, permiten ilusionarnos a quienes esperamos que se conforme un bloque continental integrado por Argentina, Brasil, Chile, Colombia (entre otros); reeditando el “ABC sudamericano” del que hablaba Perón, que posibilite el desarrollo armónico de la patria grande.
En un contexto en donde los liderazgos están siendo cuestionados, por su incapacidad de contemplar las realidades sociales y políticas en las diferentes naciones, es destacable el llamamiento a trabajar en los ejes que contemplen la producción de alimentos y el desarrollo energético, sin excluir países, exponiendo los bloqueos económicos a los que son expuestos, desde hace décadas, países como Cuba y Venezuela; la referencia a la necesidad de unirse en el desarrollo común o sumirse en la dominación de la “codicia económica”, propiciando el multilateralismo, casi parafraseando la consigna del Papa Francisco de las “tres T” (Tierra, Techo y Trabajo), dejando de manifiesto, la importancia de la intervención de los Estados para regular los mercados, garantizando un verdadero desarrollo social en armonía.
Como decía un general: “(…) cuando la izquierda protesta y la derecha se enoja, significa que vamos por el buen camino (…)” ; lo llamativo de este contexto, fue que la actuación de nuestro presidente, recibió el beneplácito de Joe Biden y el reconocimiento de Nicolás Maduro. ¿Será que andaremos por el buen camino en política internacional (“la verdadera política”)?
TESIS 11