En su reciente gira en el exterior, el presidente Alberto Fernández concretó acuerdos económicos con China, y avanzó en negociaciones en igual sentido con Rusia, que implican potencialmente un significativo aporte al crecimiento de nuestra economía, ya que prevén financiación externa para importantes proyectos de infraestructura, impulsan nuestro comercio exterior y facilitan inversiones en nuestro país de empresas de aquellas naciones.
Es de destacar que China y Rusia no imponen condicionamientos de política interior o exterior a los países a quienes otorgan financiación para proyectos de infraestructura, o acuerdos de monedas como el SWAP actualmente en vigencia con China.
Tales acuerdos con esas potencias, en el contexto internacional actual, donde EEUU, con sus aliados de la OTAN, tratando de resistir su decadencia imperial, hostigan y provocan crecientemente a China y a Rusia, expresan objetivamente una posición de política exterior independiente.
Además China y Rusia apoyan internacionalmente el reclamo de Argentina en cuanto a su soberanía sobre las Islas Malvinas, posición que los gobiernos de ambos países le ratificaron al presidente argentino en ocasión de esta gira.
A esto se suman las declaraciones de Alberto Fernández en su reunión con Putin en Rusia, afirmando que uno de los principales problemas de nuestro país es su dependencia con el FMI y con los EEUU, y en China donde además de ratificar una política exterior multilateralista, expresó que “ningún país del mundo ha nacido para ser satélite de otra comunidad”.
Tales acuerdos y declaraciones le dan contenido de soberanía nacional a la política exterior del país, en un contexto en que, debido al altamente gravoso endeudamiento con el FMI, heredado del gobierno de Macri, el gobierno actual ha debido negociar y concretar un acuerdo con ese infame organismo financiero internacional, dominado por los EEUU y en última instancia por los grandes grupos financieros internacionales, lo cual objetivamente limita nuestra soberanía, independientemente de la valoración que se tenga del acuerdo.
La soberanía de un país, en su política exterior, depende siempre de la relación de fuerzas que hayan podido construir en el país los sectores populares mayoritarios. En tal sentido, en Argentina, hay una importante cantidad de organizaciones sindicales, como la Corriente Federal de los Trabajadores, las dos CTA y otras, y de organizaciones sociales, que integran el Frente de Todos en el gobierno, o que al menos en general lo apoyan, lo cual implica un grado de construcción popular de poder muy significativo. Pero falta dar un importante paso hacia un sistema de coordinación entre esas organizaciones, donde se puedan debatir los principales problemas e intentar consensuar posiciones para enfrentarlos, desde el interés de los sectores populares mayoritarios que esas organizaciones representan. Lograr tal objetivo significaría un muy importante salto cualitativo en la relación de fuerzas para el campo popular y, por lo tanto, en el sostén de una política exterior soberana.
TESIS 11
HOLA COMPAÑEROS
Me parece que faltaría agregar los problemas que tenemos al interior: control Sistema Rio Paraná, control de exportaciones de cereales y minerales, ocupación ilegal del territorio, defensa de la plataforma epicontinental, necesidad de una flota mercante, canal Magdalena, etc.
Abrazo
Oscar Expósito