Asistimos en nuestros días a tres frentes de lucha en los cuales el gobierno nacional enfrenta circunstancias disímiles, de gran importancia para el pueblo argentino y además, choca con una oposición política carente de propuestas y al borde del paroxismo.
- El frente económico.
Al desastre provocado por la política neoliberal del gobierno de Macri, se le agregó la pandemia mundial del coronavirus, que ha implicado un frente sumamente complejo para el accionar del gobierno. No enunciaremos las distintas acciones como subsidios, planes y comedores populares, contribuciones al pago de salarios, créditos a pymes con tasas cero, etc, que fueron eficaces para contener la primera ola del virus y paliar el sufrimiento del pueblo. Al mismo tiempo, se encaró y resolvió la negociación por la deuda externa dejada por Macri, con el sector de bonistas privados, con gran eficacia y ahorro de intereses, reducción del capital y prórroga de los vencimientos.
Sin embargo, se presenta como muy preocupante, el fenómeno inflacionario, típico argentino y exacerbado por el gobierno neoliberal. La posición dominante de los grupos económicos concentrados, formadores de precios, les permite utilizar su poder no sólo como factor de acumulación de riquezas, sino como embate desestabilizador contra el gobierno. Simultáneamente, el aumento en los precios internacionales de las materias primas agroalimenticias, principal concepto de nuestras exportaciones, influyeron en los precios internos, elevándolos astronómicamente. En este terreno en particular, el accionar gubernamental será decisivo, actuando en sectores como puertos, hidrovías por donde circulan las exportaciones. retenciones y/o cupos de exportación y otras medidas que requieren mayoría legislativa para ser concretadas en leyes.
Como siempre, y frente a la inflación, los grandes perjudicados son los sectores populares, de ingresos fijos, jubilados, changuistas y desocupados frente al alza de los alimentos y la canasta familiar.
Se verifica un gobierno preocupado por el tema, promoviendo aumentos salariales en las paritarias que compensen la inflación habida, así como bonos de emergencia, prórroga de “precios cuidados”, y otras medidas que, aun corriendo por detrás del problema, procuran mitigarlo.
Las medidas políticas necesarias para el enfrentamiento decisivo contra este virus económico, como es la inflación, están conectadas también con la obtención de mayorías en el Congreso Nacional, que permitan legislar sobre la materia.
- El frente sanitario
El gobierno ha actuado con energía y velocidad tanto en las medidas iniciales de aislamiento como en las negociaciones para la obtención de vacunas. A tal punto que Argentina fue el primer país del mundo en incorporar la vacuna de origen ruso Sputnik V, producida por el afamado instituto Gamaleya. Lo mismo se hizo con la vacuna Sinopharm de procedencia china y otras. Se ha vacunado en Argentina a casi la mitad de la población, pese a grandes problemas de abastecimiento. Pero más importante aún, es que se ha comenzado a producir la vacuna Sputnik V en Argentina. Se han hecho ya, más de 1.700.000, incluso la mayor parte del tipo Sputnik V 2ª dosis.
La oposición de derecha, promovida, avalada y apoyada en los medios de comunicación hegemónicos, sin argumentos sustantivos, ha acudido a prácticas siniestras, como denostar, primero, la vacunación misma, luego criticar el origen de las vacunas, calificándolas y denunciándolas, incluso, como “ veneno” y a medida que sus argumentos se autodestruían y la población demostraba su interés por vacunarse, ir virando hacia un discurso de exaltación de la falta de vacunas (fenómeno mundial, dado el acaparamiento de los países centrales de la producción de sus laboratorios).
- El frente político electoral
Una vez más insistimos que lo que está en juego en nuestro país es la confrontación de dos modelos. El gobierno elegido en 2019 evidentemente pugna por la inclusión social, el aumento de los derechos populares y el mejoramiento en el nivel de vida de las mayorías populares. Frente a este paradigma, se alza una derecha política que pretende exactamente lo contrario, pero que responde a los intereses y al poder de los grupos que históricamente controlan la economía, la justicia y hasta una parte importante del sentido común de la sociedad.
La experiencia neoliberal de Mauricio Macri, demostró palmariamente hacia quienes va dirigida su política y hasta donde son capaces de llegar. El estado calamitoso de la Nación, el aumento de la desocupación, el cierre de fábricas, el aumento de la pobreza, el record de inflación y otras “bellezas” como estas hacen hoy evidente que la oposición se ha dividido, no por sus ideas neoliberales y antipopulares, sino por el discurso para predicar su posición. Los hay más moderados” y los irracionales y cavernícolas, alocados. La instalación del odio irracional, es ahora, el arma fundamental de su accionar. Representan la antipolítica. Pero “moderados” e irracionales, pugnan por reinstaurar la política, para ellos inconclusa, del gobierno de Macri. El objetivo único y manifiesto de esta oposición en Argentina es desestabilizar a este gobierno, “limarlo” hasta la posibilidad de un golpe blando, como se ha hecho en otros países, o desacreditarlo para las elecciones legislativas de este año, como primer paso para intentar recuperar el gobierno en 2023.
En este sentido, entendemos que el gobierno, que ha hecho avances en dirección al restablecimiento de derechos sociales, al cuidado de la población en pandemia, a negociaciones internacionales exitosas, carece de una estrategia de comunicaciones positiva, amplia y difundida, que permita hacer trascender lo realizado.
Es, a todas luces imprescindible, ganar las elecciones legislativas de este año, para dotar al gobierno de herramientas legales que permitan actuar, conforme a leyes en el campo económico social y llevar adelante las acciones necesarias para cumplir total y ampliamente los planes y programas de gobierno.
Estas elecciones son el frente principal de batalla. Urge desarrollar una amplia campaña de difusión de las políticas gubernamentales concretadas y a concretar postpandemia.
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Las enfermedades y muertes provocadas por la pandemia, y la crisis económica subyacente y ampliada además por la necesidad de restricciones a la circulación, han generado en muchos sectores cierta desesperanza y desánimo. Sobre todo en muchos jóvenes, en quienes la derecha intenta instalar el concepto de inutilidad de la política o del “que se vayan todos”.
En las últimas horas, el gobierno de Bolivia denunció la participación del gobierno de Macri en el sostenimiento del golpe de Estado perpetrado en 2019 contra el gobierno constitucional de Evo Morales y presentó pruebas del envío argentino de pertrechos militares, usados por los golpistas para la represión salvaje y asesinatos contra el pueblo boliviano. Esta acción de la derecha argentina en el gobierno de Macri y él como partícipe necesario en la represión y asesinatos en Bolivia en 2019, representan una afrenta para nuestro país, abanderado, por derecho propio, en la defensa irrestricta de los derechos humanos y del orden democrático.
Este es el accionar de la derecha argentina y este el ejemplo de su repudio por los pueblos que luchan por su independencia y soberanía.
Por ello, en el enfrentamiento entre los dos modelos de país, es preciso la acción del movimiento popular organizado, de los movimientos sociales y sindicales, del pueblo entero movilizado, con todas las precauciones, para que, al calor del debate político pre electoral, se refuercen las propuestas centrales para la acción del gobierno nacional y popular.
En un contexto de agotamiento del pueblo por la pandemia y las penurias económicas, la revitalización del movimiento popular, permitirá resaltar los logros concretos ya obtenidos y una visión de perspectiva futura, post pandemia, que aliente el optimismo y la confianza en la acción del gobierno del Frente de Todos.
La mística popular debe ser revivida y ese sería, hoy, el objetivo principal.