Estamos escribiendo esta editorial y se produce un atentado contra Cristina Kirchner. El pueblo conmovido por este intento de magnicidio enfrenta una vez más la agresión criminal fomentada 24 hs. por día por la campaña de odio contra CFK, a través de los medios hegemónicos de información al servicio de la derecha neoliberal.
La ofensiva contra Cristina Kirchner, que ocupaba la primera plana de noticias basada en la farsa de juicio llamado Vialidad, acaba de sobrepasar un nivel máximo con este intento de magnicidio sin antecedentes en nuestro país.
Un juicio sin pruebas, basado únicamente en el poder de los grupos hegemónicos, sus medios de comunicación y sus jueces, que tiene por objetivo la proscripción política de CFK, ha generado una respuesta popular inédita en los últimos tiempos.
La vicepresidenta anticipaba en sus últimos discursos que el objetivo final de la campaña en su contra no era sólo su proscripción, sino en definitiva liquidar los derechos sociales obtenidos por el pueblo trabajador.
Este intento de magnicidio es el corolario de la campaña brutal de la oposición neoliberal de Juntos por el Cambio con el objetivo de reemplazar al gobierno nacional e implementar un programa de liquidación de todos los derechos sociales.
Un gobierno que tuvo que enfrentar la nefasta herencia recibida, la pandemia y las consecuencias internacionales de la guerra en Ucrania, con debilidades, con deficiencias en el enfrentamiento con los formadores de precios y con contradicciones internas, no logró satisfacer los reclamos populares, ni erradicar la pobreza extrema y mejorar las condiciones de vida del pueblo trabajador.
Cristina Kirchner alertó sobre esto en diferentes formas, cartas, discursos y, de alguna manera, la derrota en las elecciones de medio término, que parecía demoler las posibilidades de recuperar la calle para las movilizaciones populares.
El plan de la derecha, cada vez más peligrosamente fascistizada, es desgastar y si posible derrotar al gobierno, hacerse del aparato del Estado y borrar todas las huellas de los derechos conquistados por el pueblo, durante los gobiernos de Néstor y Cristina. Terminar la faena antipopular que caracterizó el gobierno de Mauricio Macri, que concluyó con más pobres, más hambre y una colosal deuda externa que dejó al país a merced del FMI. Ahí está Macri planteando la idea de un “segundo tiempo”. Están detrás de nuestras riquezas naturales (litio, petróleo, agua dulce, minería y alimentos), para que se enriquezcan los grupos monopólicos. Como dijo Cristina, cuatro vivos.
La herencia recibida y los problemas externos aparecidos, más la falta de resolución para el cumplimiento de promesas electorales, la carencia de firmeza del gobierno ante la ofensiva de la derecha y la ausencia de grandes movilizaciones populares, marcaba el momento de la estocada final. Envalentonada por estas circunstancias, enceguecida por el odio de clase, la derecha no escatimó ninguna vía para provocar desánimos, desesperanzas, que objetivamente generaron las condiciones para que se produjera el intento de asesinato de Cristina Kirchner, vicepresidenta de la Argentina.
El infame juicio contra Cristina y el intento de magnicidio contra ella, han despertado grandes movilizaciones, siendo extraordinarias las del viernes 2/9/2022, repudiando el atentado, pero también reclamando por la paz, la democracia y contra el odio, en las que hay que destacar la gran unidad entre las organizaciones populares y, sobre todo, la gran participación de juventud.
Este momento histórico de crecimiento de las movilizaciones populares y de exacerbada tensión provocada por la derecha opositora, que culmina con el intento de magnicidio, debe dar como resultado la construcción y fortalecimiento del Frente de Todos en cada provincia, pueblo, barrio, lugar de trabajo, escuela. Es indispensable que las organizaciones del campo popular, particularmente sindicales y sociales, se coordinen y consensúen propuestas, acciones y movilizaciones, en pos de los intereses de los sectores populares, lo cual es fundamental para cambiar profundamente la relación de fuerzas en favor del pueblo.
Insistimos, hoy más que nunca, en el esclarecimiento de este atentado y en la necesidad de una alianza popular que debata y proponga iniciativas, para denunciar claramente el programa y accionar de la oposición de derecha neoliberal y al mismo tiempo genere una dirección política encaminada a resolver los complejos problemas, que aún enfrentamos. Que sea los oídos y la voz del pueblo y consensue un programa de gobierno que contenga las propuestas electorales consecuentes.
Es hora de concretar acciones tendientes a modificar el rumbo socioeconómico en dirección a satisfacer los intereses populares. Proponer la instrumentación de acciones de gobierno con vistas a profundizar la solución de los problemas concretos de los trabajadores, de los pequeños y medianos productores, a través de un mayor control del Estado en el comercio exterior, en la minería, en la defensa de la soberanía en nuestra hidrovía, acelerar la construcción de mercados de cercanía para hacer llegar productos a menor precios al pueblo. Estudiar la aplicación de un Salario Básico Universal, u otras medidas, para atender con urgencia a millones de ciudadanos que no acceden a resolver las necesidades básicas y se encuentran en situación de pobreza. Enfrentar el problema del poder judicial y la Corte Suprema, dictar una nueva ley de entidades financieras y otras medidas indispensables para desarrollar una mejor y más auténtica democracia.
Llegó el momento de basarse en las movilizaciones populares para avanzar decididamente en esa dirección, con este gobierno y con el que el pueblo haga surgir en su favor en las próximas elecciones.
TESIS 11