La situación dejada en el país por el gobierno neoliberal de Mauricio Macri representa para los argentinos una agresión de una magnitud inusitada. La destrucción de industrias, puestos de trabajo, salarios y jubilaciones, hundió a los trabajadores y al pueblo en una profunda crisis económica social y política. Pero a este desastre se sumó la monumental deuda contraída con el FMI, con la cual el macrismo facilitó la fuga de capitales y el FMI y el gobierno norteamericano intentaron lograr el triunfo electoral de Macri, dejando al país con una bomba sobre su cabeza.
Desde el inicio del nuevo gobierno, las fuerzas de derecha, agrupadas en Juntos por el Cambio, con la protección del entramado judicial que las protege, desde la Corte Suprema y los medios de comunicación concentrados que fijan la agenda, trabajan incesantemente para generar y fortalecer un cerco en torno al gobierno nacional y a los intereses del pueblo.
A este accionar en lo interno, se agrega hoy la pesadilla del FMI, representante del capital financiero internacional más concentrado, y propulsor clásico de ajustes antipopulares, con los cuales el gobierno de Alberto Fernández debe renegociar los términos de la monstruosa e impagable deuda que Mauricio Macri contrajo y firmó en forma irresponsable.
Crédito que se ha constituido en el más importante de la historia y no fue dado sólo para apoyar a Macri en su campaña electoral, finalmente negativa, sino para que los capitales de los fondos de inversión, que habían quedado “atrapados” en pesos, en la timba de las Lebac y la bicicleta financiera, pudieran convertir su tenencia en pesos a dólares.
Es decir los mismos grupos internacionales que manejan el FMI, accionaron para recuperar sus capitales en Argentina, que el gobierno de Macri, ya no podía devolver.
En nuestro país, el cerco para el gobierno y su proyecto nacional y popular, está constituido por esas fuerzas internas y externas, cuyo objetivo es desestabilizar, desacreditar y hacer imposible para el gobierno cumplir con las promesas por las cuales el pueblo votó por la alianza del Frente de Todos.
El poder real en Argentina ya no disimula su accionar. Hacen manifestaciones ostensibles e impúdicas de su inimputabilidad. Encuentros del ex presidente Mauricio Macri con el procurador general de la Pcia. de Bs. As., Julio Conte-Grand y con el vicepresidente de la Suprema Corte de Justicia, Carlos Rosenkrantz, en forma pública y notoria, en una evidente manifestación de poder e impunidad, violando todas las normas éticas y legales en la materia.
Es, a todas luces evidente, que los grupos dominantes enarbolan la bandera de “seguridad jurídica” para sus capitales, pero infringen, con la protección de jueces y la Corte Suprema de Justicia, el estado de derecho. Son múltiples los ejemplos existentes de fallos y acordadas que a todas luces son manifiestamente antijurídicas cuando no anticonstitucionales.
Han aparecido videos que prueban la manera en que la cúpula del gobierno macrista y de la entonces gobernadora Vidal, junto a miembros de la Agencia Federal de Inteligencia, en manifiesta alianza con sectores del poder judicial y empresarios de la construcción, confabulaban para “armar” causas judiciales, perseguir y encarcelar a dirigentes sindicales. Allí, el propio ministro de trabajo de la gobernadora Vidal, manifiesta abiertamente su pesar, por no poder armar una “Gestapo” para perseguir dirigentes sindicales. Su filmación representa, obviamente, una manera de coerción a los presentes, como advertencia, o eventual “carpetazo”, en caso no acaten, en algún momento, las decisiones de la cúpula política. A tal punto que Mauricio Macri viene de sentenciar que “aquellos que saquen los pies del plato, desaparecerán”. Expresión nefasta que, en su concreción por parte de la dictadura cívico militar de 1976, ha costado la vida de 30.000 luchadores y luchadoras en nuestro país.
En este contexto, el gobierno invita a la oposición a discutir los términos de las negociaciones con el FMI y ésta rechaza la invitación diciendo que “es una reunión política y debe tratarse en el Congreso” (Rodríguez Larreta). Cínica manifestación por parte de un político que integró la fuerza que contrajo la deuda, sin dar ninguna explicación en el Parlamento.
Es lamentable observar que el gobierno nacional no reacciona frente a ninguna de estas descaradas operaciones. Es conocida y reiteradamente observada, la falta de comunicación adecuada del gobierno con su pueblo. En igual sentido va la falta de difusión de estas operaciones antinacionales de la oposición política de la entente de derecha y de sus objetivos, incluso manifiestos abiertamente.
Apoyamos las manifestaciones del Presidente y del ministro de economía de no aceptar las clásicas imposiciones del FMI de reducir el gasto público para reducir el déficit fiscal. Insistimos en la necesidad del desarrollo económico sobre la base de la expansión del mercado interno y del poder de compra de los asalariados, jubilados y el pueblo trabajador. Entendemos que la expansión de las exportaciones agroalimenticias, deben considerar el aumento del valor agregado en ellas y del extremo cuidado ecológico en las industrias extractivas. Alertamos sobre un desarrollo económico que no implique distribución social de la riqueza a favor del pueblo.
La estrategia del poder real en Argentina es aceptar las imposiciones del FMI, que generarían una crisis de magnitud que frustraría los planes de desarrollo económico e industrial con inclusión social. De esa manera buscan retomar el poder político en 2023, y consolidar de manera feroz y rápida, la tarea inconclusa de producir transformaciones regresivas y antipopulares que perpetúen su poder económico y disciplinen al pueblo trabajador. Para ello, tienen en su agenda normas y leyes contra los trabajadorxs, como la flexibilización laboral, o la transferencia de los fondos de la ANSES a favor de fondos de pensión de los grandes bancos que volverían a apropiarse de los aportes laborales para la jubilación.
Respecto de la negociación con el FMI, no sería exagerado, pensar en un cambio de táctica. Como, por ejemplo, no pagar los intereses y dilatar al máximo los plazos legales antes del default, como manera de mostrar una posición más firme en la negociación.
No habría que atemorizar con el default al pueblo, ya que habría opciones previas. Así lo consideran las voces de economistas heterodoxos y populares que explican alternativas al respecto. Algunos medios mencionan la existencia de otras fuentes de financiación, que si existen, deberían ponerse sobre la mesa.
El gobierno ha reiterado que no firmará ningún acuerdo con el FMI que implique mayores sacrificios de los que menos tienen pero, no despliega una ofensiva estratégica contra el cerco de la derecha y los grupos dominantes, apoyándose en el pueblo e informando sistemáticamente del accionar opositor.
El pueblo debe conocer las dificultades del gobierno en concretar su plan de acción, derivadas de la política de obstrucción sistemática y despiadada de la oposición de Macri, Rodríguez Larreta y Vidal. En esa dirección van la negativa a discutir las negociaciones con el FMI, y el voto contra del Presupuesto Nacional del gobierno, hecho inédito en la historia democrática de Argentina, que deja a la Administración, sin su instrumente de política económico social más importante con repercusión en toda la vida nacional..
Por ello, debe abrirse paso una democracia con participación popular y no sólo parlamentaria.
Lamentablemente, no se observa un accionar coherente y cohesionado de las organizaciones sindicales y sociales, reclamando explicaciones y convocando a la formación de un frente popular, sindical y social que coordine las movilizaciones populares, exigiendo y apoyando una política soberana y una distribución más justa del ingreso social.
Es cierto que es el gobierno de una alianza, pero esto debiera significar unidad en la diversidad. Esa unidad hoy debe manifestarse en romper el cerco que impide avanzar en mejorar las condiciones de vida del pueblo.
En el plano interno, entre otras:
- detener el aumento descontrolado de los alimentos que ha perforado el poder de compra de los salarios, y para ello apoyar sin restricciones la tarea del secretario de comercio Roberto Feletti en el control de los formadores de precios
- denunciar a los miembros corruptos del poder judicial, en especial la Corte Suprema, y recurrir, si es preciso, al precepto constitucional que menciona al plebiscito como medio idóneo para conocer la voluntad popular al respecto
- denunciar pública y permanentemente el accionar perverso y obstruccionista de la oposición que bloquea, en el Congreso, la sanción de instrumentos legales favorables al pueblo.
Cada vez es más evidente el carácter de la crisis argentina. Un enfrentamiento desigual entre dos proyectos de país. Por un lado, una entente de derecha, junto a la cúpula del poder judicial y los medios hegemónicos de comunicación, en lo interno, sumados a una política imperial y el FMI, destinadas a consolidar y aumentar los privilegios del poder real. Por el otro lado, un proyecto de desarrollo económico con inclusión social, una política exterior soberana y una distribución del ingreso económico equitativa y con justicia social. En síntesis, mejorando cada día las condiciones de vida del pueblo creador de la riqueza.
El gobierno nacional debe encarar resueltamente la necesidad de romper el cerco, apoyándose en el pueblo. Para lo cual debe informar y usar todos los medios comunicacionales disponibles. Las organizaciones políticas, sociales y sindicales deben coordinar su accionar a efectos de movilizar manifestaciones masivas en apoyo y empuje de medidas que mejoren la vida de las mayorías nacionales.
Pero, si esto no se logra, el gran riesgo es que se abran paso “cantos de sirena” de la ultraderecha fascistoide que, con el slogan de “fuera todos los políticos”, concrete SU POLITICA de disciplinamiento popular por vías autoritarias y antidemocráticas.
Es hora de que el gobierno nacional tome la iniciativa. Es hora que las organizaciones sociales se manifiesten.
Hola estimados/as
Desde mi punto de vista, desde que inició el mandato el frente de todos, con Alberto como presidente, nunca tuvo un protocolo de comunicación a la altura de las distintas circunstancias, buenas o malas, que se fueron presentando. A ésta altura ya no creo que sea una política deficiente en éste tema, sino que es adrede y que es parte de algún acuerdo del que no tenemos conocimiento el resto de los mortales, incluso estando actualmente éste frente en el gobierno, no se realizan las medidas necesarias para establecer una hegemonía en la comunicación popular, con por ejemplo: la apertura de radios comunales, canales de TDA y foros web por todo el ámbito de la República Argentina.
Pero es sólo mi humilde percepción de la realidad, puede ser que le esté errando por lejos, pero esa es la sensación que tengo hoy.
Saludos cordiales, atte:
Lucas M. Mazza