La intempestiva renuncia del ministro de economía durante el sábado 2/07/2022, desembocó en una situación inesperada de crisis económica y política.
Al momento de escribir estas líneas, la nueva ministra Batakis aún no ha presentado un plan económico y sus declaraciones a la prensa fueron con el único fin de calmar las aguas y decir lo que se esperaba oír; es decir, sin profundizar en ninguno de los temas acuciantes y tratar de calmar los ánimos hasta tener su equipo armado.
No obstante, como corolario de lo sucedido, podemos tratar de dividir la situación en dos aspectos principales, uno político y otro económico. Ambos dan material de análisis y discusión para mucho más que esta editorial, por lo cual nos referiremos únicamente a los aspectos más relevantes o conflictivos.
Este suceso puso de relieve la profunda crisis política dentro del FdT y su mal manejo. Desde hace meses asiste toda la población a una guerra de declaraciones y discursos entre sectores de la dirigencia del oficialismo, donde en algunos casos excedió los límites del decoro, menoscabando la figura presidencial. Alberto Fernández no es Macri y Guzman no es Cavallo. Es de esperar que las diferencias se zanjen de otra forma dentro de la coalición. Es interesante el ver cómo se dialoga con la oposición, con los empresarios, militares americanos, la embajada, etc. Se dialoga con todos menos con los del mismo frente.
Resultaba desconcertante, el fin de semana posterior a la renuncia de Guzmán, el ser observador pasivo de todas las idas y vueltas de si se reunían o no les Fernández, y la desesperación de los analistas políticos y militantes esperando que ese encuentro se produjera. Que haya tenido que intervenir Estela de Carlotto y llamarlos a la cordura da muestra de lo grave de la situación. Es evidente, y sin ánimo de salvar la ropa de Guzman, que no hay programa económico que funcione, por bueno que sea, que pueda dar resultado si la mitad está peleada con la otra mitad, aún entre ministerios que deben interactuar entre sí. Si la idea era darle letra a la oposición, sembrar la desazón entre los votantes propios y la sensación de barco sin timón en grandes sectores de la población, misión cumplida.
Entrado en este tema, es de una pobreza franciscana la presencia del Estado en la publicidad de sus actos, y no nos referimos a la enumeración de los mismos sino a la explicación del fin y los motivos que los justifican. Hoy por hoy eso está en manos de la oposición que se encarga de tergiversar y denostar cada acto de gobierno.
No es de extrañar que el hecho de que China haya respaldado el ingreso de Argentina a los BRICS haya pasado sin pena ni gloria, pese al potencial de desarrollo que implica. O que, pese al enorme desprestigio ante el pueblo del poder judicial, no se haya explicado por qué se quiere elevar a 25 los integrantes de la Corte Suprema, con mensajes claros que puedan formar opinión.
Por lo tanto, no es de extrañar que ante tanta ausencia sea dificultoso movilizar a los sectores que sean protagonistas del cambio o que lo acompañen militándolo. Falta una épica a relatar, derrotar la imagen de país sin destino y que todo lo malo solo pasa aquí, que la política no sirve y menos los políticos. No se da a conocer lo que en el mundo sucede, los problemas a los que se enfrentan países económicamente más desarrollados y que son idealizados en el imaginario de la gente, en forma que se comprenda cómo los y nos afecta.
Solo se movilizan aquellos que quedaron fuera de la economía formal y subsisten en la precariedad. Los demás miran pasivamente el devenir de las cosas y todos los días el discurso de los grandes medios entra en sus hogares con el relato que al poder económico le es necesario imponer como sentido común.
Si entramos en el aspecto económico, hay urgencias apremiantes en el corto plazo y necesidad de delinear un camino a seguir en el mediano.
En lo inmediato contener el desborde inflacionario, frenar las expectativas de devaluación y recomponer el valor adquisitivo de los ingresos de la población en general, perdidos en estas semanas, o retrotraer los precios al primero de Junio.
Lo planteado no es sencillo ni poco. Hasta que no se despeje la posibilidad de devaluación del peso se restringirá la liquidación de exportaciones y se acentuarán los pedidos de importación preventivos. Si despejamos del análisis las conductas empresariales destinadas a dañar al gobierno, nos encontraremos con infinidad de empresas, sobre todo pymes, que tratan de conservar su capital de trabajo y que, ante la falta o exceso de precio en sus insumos, no les quedan demasiadas alternativas más que aumentar o no vender.
Otro aspecto es la administración del comercio exterior, control de la evasión en puertos y el contrabando en fronteras, la sobre y sub facturación. Ante la escasez de dólares, adjudicar los necesarios para no paralizar la economía y aumentar las reservas para no sufrir las crisis cambiarias recurrentes, tan bien utilizadas por sectores desestabilizadores.
La atención a la situación de los sectores populares también es prioritaria, no sólo porque no es permisible que haya pobres, aún con trabajo formal, sino que forman parte de la base electoral del actual gobierno.
Sería deseable que la actual ministra defina una serie de medidas en un solo paquete, no en forma aislada, no dar oportunidad a opiniones discordantes e indicar con esas medidas el camino a seguir para los próximos meses. El plan debe ser consistente, es decir tener una coherencia y no ser tironeado desde dentro del mismo gobierno.
Como vemos la partida se ve difícil. Hoy más que nunca en las próximas elecciones se juega mucho más que una línea política más o menos popular. Se pone en juego, por ejemplo, a quién va a servir el aumento de producción energética. Si para un negocio de unas pocas empresas o para convertir el país en centro productivo con energía barata. Son miles de millones de dólares que en pocos meses pueden dar otra perspectiva al futuro y que no pasan desapercibidos a los grandes intereses, que sí se ocupan de que pase desapercibido para la mayor parte de la población.
Un ejemplo de manipulación por los medios y la oposición es el tema Vicentin, que con la consigna de “todos somos Vicentin”, salieron a defender los intereses de una empresa de estafadores, cuyo desfalco afectó al Estado, a bancos internacionales y a pequeños y medianos empresarios del campo. Es interesante ver la complicidad del gobierno anterior, que otorgó créditos a Vicentin en forma irregular por medio del Banco Nación, a días de la entrega del poder, y de los medios como Clarín, que fogonearon la movilización opositora contra la eventual estatización de la empresa, lo que presentaron como una intromisión del Estado; y la complicidad del poder judicial que “olvidó” hacer justicia. También, debemos decirlo, por qué no, un Estado que no pudo, no supo, o no quiso mantener su posición, y lo que es peor, no supo comunicar al pueblo en forma fehaciente que era lo que sucedía y el porqué de su determinación. Con ello anuló la adhesión de vastos sectores a reforzar la posición del gobierno.
A la fecha queda aún sin definición el destino de la Hidrovía, pero es llamativo que, por parte del gobierno, no la ha presentado como prioridad ni ha comenzado una campaña de esclarecimiento hacia la población, con lo que queda claro que aún no tiene decidido qué hacer. Como vemos, no es poco lo que está en juego y no son pocos los intereses que operan para que todo salga mal. Es hora que la política del gobierno se apoye en sus bases, movimientos sociales, sindicales y las movilice para la defensa de un camino en que el país y su gente sean la prioridad y no el negocio para unos pocos.
Tesis 11.
excelente articulo como todos las editoriales
muy buen análisis de la realidad yendo al fondo de las cosas sin entrar en la comidilla politica y la descalificación
felicito
alberto urthiague