Revista Nº 136 (10/2020)
(China)
Angel Negri*
“No importa que el gato sea blanco o negro; mientras pueda cazar ratones, es un buen gato”. DENG XIAOPING.
La República Popular China abarca una doceava parte de la longitud del mundo, siendo el tercer país más extenso en superficie, con 9 596 960 km², sus habitantes más de 1400 millones, y es la segunda economía más grande del mundo en términos de producto interior bruto nominal. Y la mayor economía del mundo en paridad de poder adquisitivo. Tiene 14 500 km de costa a lo largo del Océano Pacífico. Su papel en la economía mundial se incrementó significativamente en las últimas décadas, convirtiéndola en un socio estratégico en el comercio exterior de gran parte de América Latina. El comercio bilateral entre la región y la nación asiática alcanzó hasta el 2017, en inversiones más de 200.000 millones de dólares. . Es hoy una gran potencia en desarrollo científico-tecnológico. Ha construido más de 500.000 estaciones base de 5G durante el período (2016-2020), en el marco de su estrategia para masificar tecnología. Cuales han sido los factores principales de éste vertiginoso desarrollo, hacia dónde se dirige este “Gigante ASIÁTICO”, que nuevos desafíos afronta en el siglo XXI.
China fue una civilización avanzada, culturalmente rica, tecnológicamente desarrollada y poseedora de una economía boyante abierta al exterior. A partir del siglo XVII, pero sobre todo durante el siglo XIX, cuando se libraron las Guerras del Opio, el país entró en una situación de estancamiento y retraso del que solo pudo salir cien años después en pleno siglo XX.
Superada esta «larga noche oscura» en el devenir histórico del país, el establecimiento de la República en 1911 y el triunfo de la revolución dirigida por el Partido Comunista en 1949 abrieron una nueva época para el país que se ha caracterizado por varias etapas. La gran revitalización de la nación china recoge el legado de Sun YatSen, héroe nacional en la conquista de la República y el primero en lanzar la consigna “Revitalicemos China”. Hay aquí, pues, un vínculo histórico de larga data en el renacer chino y que alude a temas ancestrales en la cultura y en la nacionalidad. También es muy importante, a lo largo de su historia cultural, la influencia del confucianismo, en especial porque subyace inclusive, en la forma de expresar las ideas en la actualidad.
Dar el salto desde una economía atrasada y agraria a una potencia Industrial-obsesión presente tanto en el sueño chino como en la propuesta marxista–se veía en ese momento como un objetivo cada vez más lejano. Las experiencias del Gran Salto Adelante* y de la Revolución Cultural** dejaron tras de sí profundas huellas en la economía, la política y la sociedad. Hambrunas y millones de muertes en el primero, persecuciones políticas, violación de derechos y retraso en economía, educación y ciencia, en la segunda. Sobresaltos hasta que , en 1978, al instaurar la política de «reforma económica y apertura», China comenzó su inserción en un mundo que avanzaba a ritmo acelerado hacia la globalización, sobre todo después de que el sistema internacional superó una larga etapa distinguida por la bipolaridad que presentó durante casi todo el siglo XX. Las transformaciones sufridas en su estructura económica le han permitido a este ‘gigante asiático’ constituirse en un actor notable del siglo XXI. Es un largo camino, de Planes, proyectos, no exentos de contradicciones, fracasos y ascensos, en aras de la felicidad del pueblo chino.
CHINA SE MODERNIZA
El desarrollo logrado por China a partir de las reformas económicas, no tiene parangón en la historia; lideradas por Deng Xiaoping.
Deng reiteró sus inquietudes de siempre: énfasis en los adelantos en ciencia, tecnología y en alcanzar a las economías occidentales más avanzadas, sobre la base de la educación. Se orientó a elevar el nivel de las ciencias en China al promover la formación de una masa crítica de varios miles de científicos a los que dotó de facilidades y de seguridad económica.
La Reforma fue, al estilo “confucianista” chino, denominada de las cuatro modernizaciones***, originadas en las ideas de Chou Enlai y llevadas a la práctica por Deng Xiaoping ; logró altas cuotas de crecimiento junto a estabilidad política. La reducción de la pobreza más intensa que ha conocido la humanidad también puede verse en la experiencia china: más de 850 millones de personas han salido de ella en los últimos cuarenta años Con ello, según el Banco Mundial, el porcentaje de población en condiciones de pobreza en ese país ha caído desde el 88% en 1981 a menos del 1% en la actualidad. Las hambrunas desesperantes desaparecieron, pero las desigualdades sociales aumentaron. El líder Deng Liaoning, señaló: “la pobreza no es socialismo, sino que el socialismo significa eliminar la pobreza”. Quería que una cosa fuera absolutamente clara: “A menos que se estén desarrollando las fuerzas productivas y se esté elevando el nivel de vida de la gente, no se pueden decir que estamos construyendo Socialismo. No, “no puede haber comunismo con pauperismo, o socialismo con pauperismo. Así que hacerse rico no es pecado”.
El debate en la conducción del Estado de la República Popular China, construyendo “el socialismo, con características chinas “, se basa en que el socialismo no es el reparto igualitario de la pobreza o privación, sino la superación definitiva y generalizada de estas condiciones.
Deng Xiaoping dio el vamos a una triple transición: de una economía cerrada a una abierta; de una economía planificada a una de mercado y de una sociedad rural a una urbana. Esta triple transición, realizada en el país más habitado del mundo, no pudo sino influir en el conjunto de la economía mundial.
EL SUEÑO CHINO
Los objetivos del actual sueño chino fueron definidos por el XVIII Congreso nacional del PCCH en relación con dos importantes centenarios: el de la fundación del partido en 2021 y el de la Nueva China en 2049. De este modo, las metas serían para 2020, duplicar el PIB y el ingreso per cápita rural y urbano respecto de 2010, cumpliendo así con la construcción de una sociedad modestamente acomodada y, para mediados de siglo, concluir la transformación de China en un país socialista, próspero, poderoso, civilizado y armonioso, haciendo así realidad el sueño chino de la gran revitalización de la nación china.
Las reformas económicas en curso en China han variado poco a poco la estructura del producto y del empleo. Si hace diez años China buscaba crecer al 10% para generar los diez millones de empleos necesarios para absorber la fuerza de trabajo entrante y mantener estable la tasa de desempleo, hoy puede generar esos empleos con un crecimiento de entre 5,5 y 6%. Ello es así porque los servicios elevan su presencia en el PIB en desmedro de la manufactura. Como los servicios son más intensivos en empleo, hoy es posible crear esos diez millones de empleos sin estar obligados a crecer al 10%. Entre 2000 y 2018, el PIB chino se ha multiplicado por 5,2 veces, es decir que hoy solo dos décimas de crecimiento chino equivalen al efecto que un punto de crecimiento chino ejercía sobre la economía mundial en el año 2000 y sobre la demanda de materias primas y recursos naturales.
De acuerdo a lo señalado por el líder XI JINPING –actual Secretario del PCCH, Presidente de la República y Pte. de la Comisión Militar Central – el desafío es “estabilizar el crecimiento, reajustar la estructura productiva, impulsar la reforma y favorecer iniciativas en beneficio de las mayorías” . Xi tiene una percepción descarnada de los desafíos del desarrollo chino: “Los desequilibrios , la descoordinación y la insostenibilidad siguen siendo problemas destacados, la capacidad de innovación científica y tecnológica es insuficiente, la estructura sectorial no es racional, el modelo de desarrollo sigue siendo extensivo, las disparidades en el desarrollo entre la ciudad y el campo, entre las regiones y en la distribución de los ingresos de la población continúan siendo marcadas, las contradicciones sociales aumentan, evidentemente son bastante numerosos los problemas que conciernen a los intereses vitales de las masas populares, tales como la educación, el empleo la seguridad social, la asistencia médica, la vivienda, el medioambiente, la seguridad alimentaria y farmacéutica, la seguridad en la producción, el orden público, la aplicación de la ley, la justicia. Parte de los ciudadanos vive en condiciones difíciles; existen serios problemas relacionados con el formalismo, el burocratismo, el hedonismo y la extravagancia, siendo la corrupción en algunos ámbitos un fenómeno frecuente y que se produce con facilidad; la situación de la lucha contra la corrupción sigue siendo crítica. Lo suscitado por la dirigencia es el nuevo camino basado en la innovación científica y tecnológica, y en la transición del crecimiento impulsado por los factores de producción, como tierra, capital y trabajo y la magnitud de la inversión al crecimiento impulsado por la innovación.”
Observando la historia de la reforma económica, vemos que más allá de los enunciados de profundas reformas en la economía con sentido social y cooperativo, las condiciones fácticas del proceso fueron llevando a la dirigencia a introducir modificaciones en los mercados y en las directivas de la planificación, apartándose parcialmente de los cánones de una economía centralmente planificada. En la economía China es el Estado que financia a las grandes empresas y posee por lo menos el 51% del capital accionario.
China tiene un mercado interno con enorme poder adquisitivo. La clase media son 400 millones de habitantes, con un nivel de ingresos similar al de los EEUU.
En opinión de Xi Jinping: “lo esencial en el socialismo es la liberación y el desarrollo de las fuerzas productivas, acompañado de la eliminación de la explotación y la polarización social, con el logro final de una prosperidad compartida por todos, porque no hay socialismo en la pobreza”.
“La franja y la ruta” fue anunciada en 2013 y desde entonces ha funcionado como el mascarón de proa de la política internacional china. Esta iniciativa busca estimular el flujo de capital, bienes y servicios entre Asia, Europa y el norte de África, a través de corredores que abarcan más de sesenta países y regiones de Asia a Europa a través de las zonas de Asia Sud- oriental, Meridional, Central, Occidental y de Oriente Medio. El modelo chino asume como un híbrido formas del “socialismo real” y del capitalismo, con presencia determinante del Estado.
Es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
Ante la Asamblea General Anual de la ONU declararon que China “Defenderá con firmeza el multilateralismo, se opone al unilateralismo y el proteccionismo y apoya a la ONU para que desempeñe un importante papel”. Compartirá con el mundo las vacunas contra la COVID-19 a un precio justo y razonable, señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
*Angel Negri, químico industrial, escritor, participó en la dirección de semanarios políticos, director de “Tiempo Joven”, publicación Política-Juvenil, y en medios de la FM Comunitaria, colaborador de Tesis 11.
* Gran salto Adelante: fue una campaña de medidas implantadas en la RPCH entre 1958 y 1961, durante la presidencia de Mao Zedong, con el objetivo de transformar la tradicional economía agraria a través una rápida industrialización y colectivización.
** Revolución Cultural por medio de la cual se pretendía recuperar la ortodoxia ideológica fue en realidad una lucha por el poder.
*** Cuatro modernizaciones: Zhou Enlai en 1963, y promulgados por Deng Xiaoping a partir de 1978, para fortalecer la agricultura, industria, defensa nacional y ciencia y tecnología .