CHINA: EL PROYECTO ESTRATÉGICO MÁS IMPORTANTE DE LA HISTORIA
Sergio Rodríguez Gelfenstein / Periodista venezolano / Con Nuestra América (Costa Rica)
China, además de resquebrajar la acendrada práctica proteccionista que pretende el gobierno estadounidense, le ha dado el golpe más contunden que haya recibido EEUU… y sin disparar un solo tiro. El proyecto en curso, asemeja la dimensión de la Gran Muralla, y el Gran Canal que siguen siendo expresión de la majestuosidad de la civilización y la cultura china y una pauta única en el devenir de la humanidad.
El proyecto de China denominado “Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda” es el plan más ambicioso en materia de integración económica y comercial que jamás se haya diseñado en la historia de la humanidad. Aunque el objetivo central es crear un gran espacio que permita la comunicación directa entre Asia y Europa, en el trasfondo se estará construyendo una plataforma que indudablemente propiciará el debilitamiento de la hegemonía estadounidense, por primera vez en más de un siglo.
Esta magna obra, en el imaginario chino, asemeja y se le da la misma dimensión de la Gran Muralla, y el Gran Canal, que muchos siglos después de su construcción siguen siendo expresión del esplendor y la majestuosidad de la civilización y la cultura china. La misma, comprende el Cinturón económico de la Ruta de la Seda terrestre y la Ruta de la Seda Marítima del siglo XXI, que fueron presentados por primera vez por el Presidente Xi Jinping en septiembre y octubre de 2013 durante visitas de Estado que realizara a Kazajstán e Indonesia.
El sustento histórico del proyecto está cimentado en el espíritu de la antigua Ruta de la Seda, que permitió promover “la paz y la cooperación, la apertura y la inclusión, el aprendizaje y beneficios mutuos” para todos los países, por lo que deber ser continuado en el futuro a través de una moderna red transnacional que conecte a China con el mundo, mediante el desarrollo en común de todos los países implicados.
La idea del Cinturón y la Ruta de la Seda incluye cuatro trazados, tres de ellos terrestres y uno marítimo que servirán para conectar la región oriental de China con Asia Central, Asia Occidental, Europa y el sudeste de Asia, este último a través del corredor marítimo. Para ello se utilizará el transporte terrestre a través de carreteras, trenes y el náutico por barcos. Todos ellos comunicarán los puertos y ciudades chinas con alrededor de 60 países de Asia, África y Europa. Según la información que maneja el gobierno chino, el plan incorporará las regiones donde yacen más del 70 de las reservas de petróleo y gas del mundo, en el que habita el 70% de la población planetaria y produce el 55% del PIB del globo.
Con el objetivo de comenzar a operativizar esta propuesta, los días se está celebrando en Beijing,(1) el Foro para la Cooperación Internacional “Un Cinturón, Una Ruta”, con la participación de al menos 20 jefes de Estado y gobierno, alrededor de 50 máximos responsables de organizaciones internacionales, 100 funcionarios de nivel ministerial, 1200 delegados, académicos, empresarios y representantes de medios de comunicación de más de 110 países a fin de debatir sobre el desarrollo comercial y la construcción de infraestructura a lo largo de casi los 7500 km. de extensión terrestre y más de 5000 millas náuticas de ruta marítima, procurando crear una armazón de cooperación más abierta, eficiente, fuerte y estrecha y a su vez, impulsar un sistema de gobernanza internacional más justo, razonable y equilibrado, como reza la convocatoria elaborado por el gobierno de la República Popular China.
En el momento de iniciar el Foro, ya más de 100 países y organizaciones internacionales se han unido a esta propuesta, transformándola de esa manera en la más amplia de sus características en la historia, en tal condición, más de 40 países han firmado acuerdos de cooperación con China, de la misma manera que espacios multilaterales como la Asamblea General de la ONU, el Consejo de Seguridad de la misma organización y el Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC) han debatido positivamente la cooperación que se generará a partir de esta nueva Iniciativa china.
Asimismo, entre los avances que se pueden señalar como antecedentes concretos para la proyección de la Ruta, vale mencionar el puente Padma en Bangladesh, el Corredor China-Pakistán y los trenes rápidos de la empresa de Ferrocarriles de China hacia destinos europeos. También, habría que resaltar que, durante 2016, el comercio entre China y los países ubicados a lo largo del “Cinturón y la Ruta” ascendió a 913 mil millones de dólares, que corresponde a la cuarta parte del volumen comercial total de la segunda economía del mundo. De ese modo, las empresas chinas invirtieron más de 50 mil millones de dólares y han ayudado a construir 56 zonas de cooperación económica y comerciales en 20 países de este nuevo espacio, generando cerca de 1.100 millones de dólares en ingresos fiscales y 180 mil empleos locales. En este ámbito, a partir de ahora, se impulsará la creación de seis corredores económicos: el Nuevo Puente Continental Eurasiático, el corredor China-Asia, el corredor China-Asia Occidental, el corredor China- Península Indochina, el corredor China-Pakistán y el corredor Bangladesh-China-India-Myanmar. Junto a estos corredores, también se organizará una red de comercio y transporte a través de Eurasia, sentando una sólida base para los planes de desarrollo regionales y transregionales.
Pero tal vez, la mayor incidencia global de esta Iniciativa se manifestará en el área financiera, toda vez que China ha destinado alrededor de 40 mil millones de dólares para el Fondo de sostenimiento de los proyectos del “Cinturón y la Ruta”. En este marco fue creado en 2015, el Banco Asiático de Inversión para Infraestructura (BAII) con el propósito de conceder créditos para mejorar la infraestructura en Asia. Esta gran institución financiera cuenta ya con 70 países y ha prestado más de dos mil millones de dólares. El “Cinturón y la Ruta”, y todo el entramado financiero que les acompaña están siendo utilizado por China para “exportar yuanes” como parte de la estratégica idea de posicionarla como moneda de reserva en el mundo, lo cual le permitirá competir con el dólar, el euro, el yen japonés, la libra esterlina y el dólar canadiense como medio de pago internacional, después que en 2015 fue admitido como moneda de reserva en el FMI. Según los economistas Oscar Ugarteche y José Luis Cal de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), “…los retos chinos para seguir posicionando al yuan como moneda de reserva en el mundo siguen siendo fuertes debido a la tendencia a la depreciación de los dos recientes (sic). El mega proyecto de la Ruta de la Seda promete ser un golpe sobre la mesa para lograr este objetivo. La salida de Estados Unidos del TPP es muy positiva para China y le dará nueva entrada al comercio con estos países más allá de los incluidos en la Ruta de la Seda a través del Regional Comprehensive Economic Partnership, (RCEP) que promueve en su lugar“.
Como signo de los tiempos, China, además de resquebrajar la acendrada práctica proteccionista que pretende desencadenar el nuevo gobierno estadounidense, le ha dado el golpe más contundente que haya recibido Estados Unidos en su historia… y sin disparar un solo tiro, lo cual marca una pauta única en el devenir de la humanidad. La potencia norteamericana lo sabe, y trata de confrontar en el terreno donde sigue conservando mayor poder: el militar y en particular el naval, en el espacio marítimo circundante a China, probablemente, el ámbito más frágil del gigante asiático. Esto es lo que explica la incentivación por parte de Estados Unidos de los conflictos en el mar de la China Meridional, que China y sus vecinos pretenden resolver por vía del diálogo y la negociación pacífica.
Tras esta reunión los países participantes contarán seguramente con un novedoso instrumento de cooperación multilateral y multisectorial que debería servir como basamento sólido para avanzar en el desarrollo económico y la solución de los problemas más acuciantes que enfrenta la humanidad, en un ambiente de paz y sana convivencia internacional.
Tomado de Gracus Babeuf