OSCAR EXPÓSITO*
Los terribles atentados del 11 de marzo en Madrid,
fueron el desencadenante. El 90% de la población
española es contraria a la intervención en Irak. El
resultado electoral, con el triunfo de la izquierda,
marca el inicio de una nueva etapa política.
Con anterioridad a los terribles atentados del 11 de
marzo (11-M) de Madrid las estimaciones de las principales
encuestas daban como ganador por cantidad
de escaños al Partido Popular (PP). Quedaba para definir
en las elecciones si mantendría la mayoría
absoluta.La explicación tal vez habrá que buscarla en
el acontecer económico de los últimos años que favoreció
especialmente a las grandes empresas y a las
clases altas y en menor medida a las capas medias de
la sociedad española.
La economía creció por encima de la media
europea con el turismo y la construcción como motores
principales del proceso.El tema del boom inmobiliario
del sector privado merece una breve consideración.
En tanto la tasa de inflación anual se mantuvo
en poco más del 2%, el valor de los activos inmobiliarios
crecieron durante 2003 entre un 14 y un
17%. Este aumento se produjo por una demanda
alentada por bajas tasas de interés para los préstamos
hipotecarios (3 al 4.5% anual) e inversiones externas
que se orientaron al sector. Por el lado de la
oferta, se produjo un aumento considerable del valor
de los predios edificables por la escasez de la disponibilidad
de los espacios urbanizables.
Este fenómeno produjo grandes ganancias
para las empresas vinculadas al sector y también
para los terratenientes de predios urbanos que se enriquecieron
sin mover un dedo. Enfrente de ellos se
encuentran los sectores de ingresos fijos que ven
cada vez más difícil acceder a una vivienda, ya sea
por compra o alquiler.
Otro aspecto importante era la actitud frente
a la guerra. España es un país en el que el 90% de
su población es contraria a la intervención en Irak.
Grandes manifestaciones se sucedieron a lo largo del
último año, especialmente en las grandes ciudades,
movilizando a millones de participantes en contra de
la guerra y también en apoyo del pueblo palestino.
La historia del cambio comienza el fatídico 11-M en
el que la sociedad española fue sacudida por la terrible
noticia de los atentados de Madrid. Desde los primeros
momentos el gobierno de Aznar intentó manipular
la información atribuyéndole el atentado a
ETA. Fue la inmediata reacción ante una previsible
debacle electoral. El transcurso de las horas develó la
identidad de los autores y con ello quedaba en evidencia
que una vez más se había recurrido a la mentira
y la manipulación informativa. Ya había ocurrido
con las armas de destrucción masiva en Irak, con el
Prestige, etc.
Hasta tal punto llegó la manipulación de la información
que el propio Aznar se dirigió a los medios
para sugerirles que anunciaran la autoría de
ETA, por su parte la Ministra de Relaciones Exteriores
instruyó en el mismo sentido a sus embajadores. Ya
se conocía el comunicado de los terroristas
inculpándose del atentado y todavía el ministro del
Interior argumentaba que no había que descartar la
autoría de ETA .
La gota rebalsó el vaso y los españoles se
autoconvocaron para cacerolear y concentrarse ante
las sedes del PP para reclamar un cambio y terminar
con los manejos y la soberbia del PP, un partido en el
que conviven falangistas, liberales y conservadores,
lo más «rancio» de la sociedad española, con una figura
referente de la derecha a su frente que en su
época fue falangista, tatcheriano y ahora acólito de
Bush que, si bien no era candidato, lo cierto es que
había digitado a su sucesor y continúa siendo líder
en su partido.
OSCAR EXPÓSITO*
España se desplaza
hacia la izquierda
Los terribles atentados del 11 de marzo en Madrid,
fueron el desencadenante. El 90% de la población
española es contraria a la intervención en Irak. El
resultado electoral, con el triunfo de la izquierda,
marca el inicio de una nueva etapa política
La indignación popular produjo un vuelco
masivo del electorado hacia un cambio. Se incorporó
la consigna de no solo votar a favor de, sino también
la de votar contra de, resultado de lo cual fue
que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) recibió
un aluvión de sufragios producto también de un
aumento considerable del índice de participación
electoral.
En el desarrollo de los acontecimientos resultó
risueño ver cómo a los voceros del PP les comenzaba
a salir espuma de la boca. Ese partido petulante, cuyos
diputados votaron en forma unánime el apoyo a
la guerra, veía cómo el poder se le escurría a medida
que crecía el rechazo popular a la mentira.
Los resultados
Con relación a la elección del 2000 el PSOE gana 3
millones de votos, en tanto el PP pierde 690 mil. Por
su parte el tercer partido más votado, Izquierda Unida
+ Iniciativa por Catalunya Verde (IU-ICV), pierde
112 mil votos.
La necesidad del «voto útil» provocó este masivo
desplazamiento de votos hacia el PSOE, que acumuló
el 42.6% del total (en el 2000 obtuvo un
34.2%) y 164 escaños (125 en el 2000). Por su parte
el PP cayó del 44.5% al 37.6% y cosechó 148 escaños
contra 183 escaños en el año 2000.
Un párrafo aparte merece Izquierda Unida que
pese a ser el tercer partido más votado con 1.270.000
sufragios ( 5% del total de votos) le corresponden tan
sólo 5 escaños, en tanto los partidos nacionalistas se
ven favorecidos debido a las peculiaridades de la valoración
de los votos por regiones. Por ejemplo: Convergencia
y Unio (derecha nacionalista de Cataluña) con
sólo 829.000 votos obtuvo 10 escaños.
En varias localidades Izquierda Unida (IU) perdió
escaños que ganó el PP por pocos votos, por el
deslizamiento de votantes desde Izquierda Unida hacia
el PSOE. A pesar de que en su seno convergen
distintas tendencias, IU es una referencia importante
en la izquierda española y apoyará seguramente iniciativas
del próximo gobierno del PSOE.
En Cataluña se dio un fenómeno interesante.
Las elecciones regionales de noviembre pasado consagraron
el triunfo de los partidos de izquierda: Partido
Socialista de Catalunya (PSC), Ezquerra Republicana
de Catalunya (ERC) e Izquierda Unida (ICVEUeA),
que dio lugar a la formación del denominado
gobierno tripartito de izquierdas que desplazó a la
derecha nacionalista del gobierno luego de más de
20 años y provocó la ira de la derecha, tanto del PP
como la de la derecha nacionalista Catalana (CiU).
Hasta tal punto que debido a la entrevista que mantuvo
Carod Rovira (principal dirigente de ERC) con
ETA en Persignan, solicitaron su renuncia y la disolución
del tripartito.
Mal que le pese a la derecha, los votantes de
Catalunya rechazaron masivamente las acusaciones
de la derecha y apoyaron con sus votos a los partidos
de izquierda. Los tres partidos aumentaron sus votos
con relación al 2000 en tanto los dos partidos de derecha
(PP y CiU) bajaron su caudal electoral.
Un caso para destacar es el del partido de
Carod Rovira que aumentó sus votos de 190.000 a
637.000 votos y sus diputados de 1 a 8, no tanto
porque el electorado estuviese de acuerdo en su reunión
con ETA como por el rechazo a las agresiones
de la derecha. En efecto, en las elecciones regionales
de Catalunya de noviembre del 2003 los partidos de
izquierda aventajaron a la derecha por 400 mil votos,
en las nacionales los superaron por 1 millón. Con re-
lación a las elecciones del 2000, los tres partidos de
izquierda en Cataluña pasaron del 45.5 al 61.2% de
los votos. Un factor que influyó fue un aumento de
la participación del electorado en un 13% que contribuyó
claramente en el voto anti-PP.
El PP de Catalunya sufrió una derrota importante,
perdió la mitad de los escaños, de 12 a 6, y la derecha
nacionalista perdió 5, de 15 a 10. El no a la guerra
y los ataques del PP al catalanismo fueron decisivos.
¿Qué podemos esperar?
En política exterior se vislumbra un acercamiento de
España a la posición de Francia y Alemania, reintegrándolo
al seno del bloque europeo, revirtiendo el
enfrentamiento de Aznar con Chirac y Schroeder.
El PSOE ha honrado su compromiso electoral,
ratificado por Zapatero en el discurso de investidura,
de repatriar la tropas antes del 30 de junio a menos
que exista consenso en ponerlas bajo mando de las
NNUU. Zapatero, por su parte, no dispone de mayoría
absoluta pero en la práctica es como si la tuviera
pues no existen posibilidades de que se articule una
mayoría alternativa en su contra. Seguramente formará
un gobierno de socialistas pero abierto a pactos
con otras fuerzas.
A la lucha contra el terrorismo se la considera
un objetivo prioritario manteniendo el pacto
antiterrorista suscripto con el PP, pero ampliando el
diálogo con los partidos que no lo firmaron a efectos
de consolidar el consenso.
En política interna hay que mencionar dos temas
que favorecieron el apoyo de Izquierda Unida a
Zapatero: la derogación de la ley que preveía la
reimplantación de la enseñanza religiosa en las escuelas
y la suspensión del Trasvase del Ebro. Este último
fue un tema muy cuestionado por las comunidades
de izquierda, ecologistas y por técnicos y científicos
de la Unión Europea. En el argumento de llevar
agua hacia el sur árido, el gobierno del PP, escondía
un enorme negocio inmobiliario y político por la revalorización
de los predios beneficiados por el riego
en regiones como Valencia y Murcia donde el PP es
gobierno. En detrimento, se perjudicaba a las regiones
bañadas por el río y en especial a su delta sometido
a una creciente salinización.
En lo que respecta al tema de las autonomías se
supone que existirá un mejor diálogo y acuerdos con
los nacionalismos, especialmente con aquellas comunidades
que, como la catalana, la gallega y la vasca, reclaman
una modificación del actual status quo.
En economía se mantiene la ortodoxia en el
manejo presupuestario y se propone mejorar los servicios
de la salud pública y la posibilidad de acceso a
la vivienda. Se avanzará en la aceptación de la libertad
sexual y en las normas relativas a la sanción de la
violencia doméstica, de la igualdad de la mujer y de
la protección de su integridad y sus derechos.
El cambio
Los fundamentos principales de la política de Aznar
son conocidos: a) consolidar la alianza con Bush con
el objeto de obtener contratos para empresas españolas
de la eventual «reconstrucción» de Irak y asegurarse
la provisión de combustibles y b) integrar el
tema ETA en la cruzada internacional contra el terrorismo.
Son propuestas que comparten otros gobiernos
de la UE como Dinamarca y Portugal, Berlusconi,
países del este de Europa y Japón que se ponen bajo
el paraguas protector del amo imperial.
En España se produjo un cambio político con
repercusión internacional, el voto contra Aznar fue
también un voto contra Bush.
La realidad impone no sólo atacar el problema
del terrorismo sino también las causas que lo generan.
La votación de España repercutirá en otros países
que seguramente tomarán nota del ejemplo.
*Economista. Corresponsal de Tesis 11
y Miembro de la Comisión de apoyo
a CTA en Barcelona