Revista Nº 145 (09/2021)
Edición dedicada a América Latina
(Ecología)
Lic. Montserrat Olivera*
¿Qué pasa en América Latina? ¿Qué hacemos los humanos?
Según Pepe Mugica, …una de las problemáticas que se deberán abordar en un futuro próximo es el tema del “genocidio ecológico” debido a la importancia que se debe priorizar respecto al cambio climático y a la utilización de los recursos naturales que provee el planeta y las políticas que las naciones más poderosas están implementando. Trabajar y sostener una igualdad en la población mundial, implica comprometerse realmente con la situación de los países más necesitados y no pensar en recurrir a deseos mágicos, y menos facilitar la naturaleza para aumentar las arcas de los poderosos.
Hoy día podemos hablar de ecocidio y genocidio que están en el corazón del capitalismo porque esa es la tendencia inherente a su modo de producción y apropiación de la riqueza y de la subjetividad, como mercancía.
Hace unos días me llegó un audio en el que señalaban algunos conceptos referidos al problema que se ha comenzado a comentar más insistentemente sobre la situación del cambio climático.
En dicho audio, Bill McKibben, activista climático, enumera cuatro noticias claves para tener en cuenta en esta lucha contra el cambio climático.
La primera, es que la Agencia Internacional de la Energía, referencia oficial a nivel global en materia energética, provoca un terremoto mundial sin precedentes, al publicar un informe en el que concluye que no necesitamos buscar ni un gramo más de petróleo, carbón o gas natural. Con el que ya tenemos es más que suficiente, ya que el mundo está preparado para una transición rápida hacia las renovables.
El informe publicado en una hoja de ruta, muestra la transición energética viable y compatible con el acuerdo de París. Para entender la repercusión de este seismo hay que comprender que la AIE, se ha caracterizado siempre por estar muy alineada con la agenda de los combustibles fósiles, y por minimizar sistemáticamente el potencial de las energías renovables. Que la AIE publique esto es una sentencia de muerte para la industria responsable de casi tres cuartas partes de las emisiones de gases de efecto invernadero. Al fin y al cabo, ¿quién va a querer invertir en una industria que tiene los días contados?
La segunda noticia, es que un juzgado de la Haya condena a la petrolera Shell a reducir sus emisiones un 45% en esta década, dictaminando que tiene que cumplir el acuerdo de País y que tiene una responsabilidad como unos de los principales contaminadores a nivel global, con los derechos humanos presentes y futuros que se verían vulnerados si no se cumplen los objetivos marcados por el acuerdo de País. Es la primera vez que se hace responsable a una multinacional por su contribución a la crisis climática. Y además, la sentencia específica muy claramente que no se limita a las emisiones causadas a la extracción, refinado o transporte sino que afecta a las emisiones derivadas de toda la vida útil del combustible que va a vender. Calificada como muchos la sentencia más importante en materia de cambio climático hasta la fecha sienta un precedente para los tribunales de todo el mundo y desde luego, redunda en el mensaje marcado por la AIE. La partida ha terminado, renovables o renovables. Como decía también Bill MCKibben, “hace 10 años decir que los combustibles fósiles tenían que quedarse bajo tierra era radical”. Hoy es ley.
La tercer noticia es la Rebelión en Exxon. Los accionistas desafían a la actual dirección y consiguen colocar a varios miembros de una candidatura climática en la Junta Directiva. Abogan por redirigir las disposiciones del gigante energético hacia las renovables y por reducir las emisiones.
Y la cuarta es la Rebelión en Chevron. El 61% de los accionistas tumba el plan de la dirección y fuerza la aprobación de una hoja de ruta de reducción de emisiones y apuesta por las renovables.
Estas tres últimas noticias han ocurrido en un solo día. Estamos empezando a ver por todo el mundo, señales que invitan a la esperanza. Si conseguimos levantar una movilización global sin precedentes, 2021 puede ser el año en el que por fin empecemos a reaccionar adecuadamente a la emergencia climática. Es ahora o nunca.
Estas notas tomadas por lo expresado por McKibben, nos deben hacer pensar y reaccionar teniendo en cuenta también, todos los movimientos que en todo el mundo se están produciendo para considerar un modo diferente de tratar al planeta, cuidando especialmente su naturaleza y por ende su situación climática.
Muchas han sido las propuestas que diferentes países han realizado a lo largo y ancho de este mundo, pero que poco han contribuido, ya que cada vez que se realiza una reunión anual para encauzar las pautas de cuidado climático, los poderosos siguen abogando por mayor explotación de la naturaleza para seguir engordando sus arcas, no teniendo en cuenta la importancia absoluta que tiene para toda la humanidad, el cuidado del ambiente, que acompaña el cuidado de la Vida.
Podemos enumerar, los incendios en Brasil, y también en nuestro país, que se han producido en el sur, y también en ciertas poblaciones de la provincia de Córdoba.
Si pensamos en el Norte de América, los incendios se manifestaron sobre todo por las altas temperaturas de la temporada de verano. Se afectó también la meseta africana, el norte de la Península Arábiga, la costa mediterránea, así como el norte y este de Europa. En Asia se han detectado incendios en las costas de la India y en la región rusa de Siberia, así como en China, Malasia e Indonesia.
El mapa satelital muestra que incendios forestales de diversos tamaños han afectado las regiones durante al menos una semana en la Unión Europea.Los países más afectados han sido algunas regiones de Italia, España, Grecia y Turquía.
Así también observamos las inundaciones que se vienen produciendo en China, India y Myanmar, causadas por devastadoras lluvias que producen anegamientos, donde los ciudadanos luchan por la pérdida de sus lugares y pertenencias pero más por sostener sus vidas en medio de tanta adversidad de la naturaleza.
Los países africanos han sufrido estas fuertes lluvias que han producido inundaciones con pérdidas absolutas y los habitantes se vieron obligados a huir para salvar sus vidas. ¿Pero a dónde van estos habitantes que son expulsados por los vaivenes climáticos?
Los actuales cambios en el clima no tienen precedentes en los últimos siglos, aseguran algunos científicos. El nivel del mar ha subido como media unos 20 centímetros entre 1901 y 2018. Ese informe del IPCC también señala que el océano ha sufrido en el último siglo su mayor calentamiento en 3.000 años.
Todos estos cambios climáticos traen consigo estas inundaciones e incendios que acarrean la necesidad luego,de reconstruir las casas, los negocios y la infraestructura que costará miles de millones de euros.
El centro de Brasil, está sufriendo la peor sequía de la que se tenga registro en 100 años, lo que aumenta el riesgo de incendios y con ello una mayor deforestación de la Amazonia. Todo este desbalance lleva a una inseguridad alimentaria ante las malas cosechas y conflictos quetrae esta terrible situación de hambruna producida por el cambio climático.
El número de personas que huyen de conflictos y desastres naturales alcanzó un récord en 2020, con 55 millones de seres humanos reubicándose dentro de las fronteras de sus propios países. Los peligros relacionados con el tiempo, el clima y el agua están aumentando en frecuencia e intensidad como consecuencia del cambio climático. Esto manifestó PetteriTaalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial.
Ningún país, desarrollado o en desarrollo, es inmune. El cambio climático sucede aquí y ahora. Es imperativo invertir más en adaptación y una forma de hacerlo es reforzar los sistemas de alerta temprana. Como señala Pepe Mugica, de esta manera vamos a terminar en un colapso civilizatorio por que el holocausto ecológico está a la vuelta de la esquina. Ve que en el fondo necesitamos una batalla cultural; que debemos cambiar los parámetros por lo que nos movemos. Tenemos que encontrar otras soluciones , todas serán más caras, pero tenemos que cuidar la vida, que es el motor principal y eso significa un cambio cultural.
*Montserrat Olivera – licenciada en psicología, integrante de la Comisión de América Latina de Tesis 11. Con la colaboración de Juan Kratz, integrante de la Comisión de América Latina de Tesis 11.