Dossier: Uruguay (artículo 4 de 6).
Reportaje de Horacio Ramos*
Sobre la avenida “18 de Julio”, está ubicado el Hotel Presidente, un establecimiento modesto, alquilado por el FA y donde funciona ya el gobierno electo; en sus pisos trabajan chicas y muchachos con sus computadoras y atendiendo visitantes. Allí nos encontramos con Gerardo Lorbeer, médico especializado en neuro-diagnóstico, actividad que realiza en su consultorio y en Mutuales, pero que tuvo que abandonar por un tiempo bastante prolongado, por la función pública. La ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, lo convocó a su equipo para integrarlo como uno de los titulares del Plan de Atención Nacional de Emergencia Social (PANES) y tiene a su cargo el área de Salud. Su militancia política la desarrolla en Nueva Mayoría, sector que hoy dirige el senador Rafael Michelini. Por supuesto, como buen uruguayo, sin grabador y dejando de lado todo protocolo, aprovechó para darnos una notable clase de murga, señalándonos su proyección como parte de la identidad “charrúa”.
Desde el punto de vista profesional, ¿cómo ves el estado sanitario de la población uruguaya?
Para ser sintético y no ahondar en detalles, observamos desde hace ya mucho tiempo, un progresivo deterioro de la salud de nuestro pueblo. Se puede explicar desde distintos ángulos: una, por una cobertura que nunca se pudo universalizar y que profundizó la brecha social, al dejar sin cobertura a miles de compatriotas, dificultades en acceder a la misma o limitaciones que impiden una atención real.
¿Cuál es el estado del Hospital Público?
Es caótico, hay multiplicaciones innecesarias, erogaciones y desvíos de los recursos que, muchas veces, quedan por el camino antes de llegar a los destinatarios; honorarios en asesorías internacionales, empréstitos del exterior que, mínimamente, arriban al destino que tienen fijado. A partir de ahora, al compatriota que acceda al Plan de Emergencia, vamos a llamarlo protagonista, porque sonó la hora en que los uruguayos no sean más beneficiarios o usuarios, sino protagonistas también de nuestro plan, sin banderías ni exclusiones.
Una de las frases de Tabaré más felices, según quienes hemos venido a compartir estas jornadas históricas, es la siguiente: “Los pobres no deben ser objetos de caridad, sino sujetos de derecho.” ¿Qué opinión te merece?
Ese es uno de los principios rectores que están dentro del Plan de Emergencia Social. Por eso nosotros hablamos, lo dije anteriormente, de protagonistas, porque es un compatriota, un conciudadano, un sujeto de derecho, y no un destinatario de beneficencias o caridades de instituciones. Por supuesto, a estas últimas, las respetamos y a las que también convocamos; la mayoría se acercó a dar una mano, pero queremos mirar un poco más lejos. El cambio fundamental que vemos en salud, hacia delante, es volcar toda la gestión tecnológica y curativa en los hospitales, llevarlos al primer nivel de atención. Es decir, que el 80 ó 90 por ciento de las consultas, se puede resolver en el primer nivel, teniendo el contacto directo con la gente el médico generalista, pediatra o ginecólogo. Allí se pueden solucionar los problemas, siempre y cuando se les den los insumos necesarios. Por ejemplo, el Plan de Emergencia tiene una extensión de dos años; nosotros no vamos a obstaculizar los planes de salud del ministerio correspondiente, durante los cinco años de gobierno. Trataremos de coordinar con Salud Pública, pero tenemos la ambición de transformarnos en motor, acicate, para que junto con la comunidad, comencemos a implantar el cambio de gestión que deseamos.
¿ A qué se refieren cuando ustedes hablan de campaña de identificación?
Antes de ser gobierno y con apoyatura de las Naciones Unidas, hemos empezado a concretar una campaña de identificación; en realidad, nosotros la llamamos de identidad, porque es algo más que el documento. Todo esto está unido a lo que decíamos, ser sujetos de derecho. Tenemos miles de compatriotas que no tienen cédula de identidad o DNI como los argentinos.
En Argentina, los sindicatos siempre han tenido Obras Sociales que, mucho tiempo atrás, fueron ejemplo para Latinoamérica. En Uruguay, las organizaciones gremiales, ¿ cómo cubren la salud de sus afiliados?
No existen las Obras Sociales que tú mencionaste. Los pilares fundamentales de la salud en nuestro país han sido un sector público(hospitales) y otro privado(mutualismo).; esa es la experiencia nacional. El Mutualismo fue creado por colectividades extranjeras, aunque hoy existen muchas cerradas. Fueron entidades sin fines de lucro, basadas en la solidaridad intergeneracional, en la que “el sano” aporta por “el enfermo” y el joven por el viejo; pero, hoy, esto se fue degradando. La década del ’90, y ocurrió en toda la región, los gobiernos de orientación neoliberal lograron hacer de la salud un producto más. Eso se tiene que revertir.
Al respecto, ¿hay pre-pagas en Uruguay?
Bueno, el sistema mutual actual es un sistema prepago.
¿ Pero tiene el carácter tan elitista que adquiere en Argentina?
No, es más complicado. Si lo mirás desde el punto de vista de la región o internacionalmente, es menos caro; pero, para nuestra situación, sí lo es. Con la cuota mutual, en un principio, se necesitabas acceder a una consulta o tecnología especial, tenías un “ticket” moderador que el socio aportaba; hoy pasó a ser un “ticket” recaudador, porque cuando se consulta, el “ticket” por estudio, farmacia, laboratorio, vale tanto como la cuota mensual que pagás. Esto atenta contra los principios del mutualismo; además, quienes ahora están asociados a mutuales, no pueden sostener esa erogación. Muchos de ellos van a estar en el Plan de Emergencia Social; por eso te decía que, en el Plan, habrá quienes tienen un cierto grado de cobertura, pero la misma no es total. Es una cobertura formal pero no real, porque ya no puede acceder a los “tickets” para sus estudios que señalaba anteriormente; en consecuencia, termina yendo al sector público que atiende el ministerio de Salud.
En alguna oportunidad, hace unos pocos años, el ministro de Salud de la Argentina, Ginés González García, en una entrevista señaló que, en Canadá, país al que también acuden los “popes” del neoliberalismo como ejemplo, no existen las pre-pagas, más aún, están prohibidas. La salud de la población, indicó en ese entonces, la atiende el Estado y Obras Sociales, a través de una red única. ¿No es digno de considerar?
Por supuesto. Al respecto, nosotros en nuestro programa de gobierno, aspiramos a concretar un Sistema Nacional de Salud, único e integral, cubierto financieramente en forma distinta al actual y que también exista un Seguro Nacional. Las tres premisas básicas para nuestra área, las expresó Tabaré: cambio en la atención, en la gestión y en el financiamiento. En principio, en el Plan de Emergencia Social, tenemos como población-meta, los compatriotas que están en la indigencia; es decir, aquellos que no pueden mantener una ingesta diaria. En segundo término, los que están levemente por arriba de la indigencia, en la extrema pobreza. Son aproximadamente 200.000 compatriotas, repartidos en 35.000 hogares, los que están en la línea de impacto principal del Plan de Emergencia Social. También estamos acaparando experiencia sobre tareas de emergencia de distintos países; por ejemplo, hace poco conocimos el plan de alimentación de Mendoza, en tu país, que nos pareció muy interesante, y nos sirvió muchísimo. Como comprenderás, frente a estos problemas tan graves, desde el gobierno tenemos una mirada progresista, desde la izquierda; estos 5 años de gobierno y dos del Plan de Emergencia Social tendrán que ser dinámicos, ir observando si los impactos son los esperados, que no sólo los compañeros sino toda la sociedad, ejerzan un seguimiento, un control ciudadano, que nos permitan hacer cambiar los rumbos que estén equivocados.
En el plano estrictamente político, y hacia el interior del Frente Amplio – Encuentro Progresista – Nueva Mayoría, ¿se discute, se debate, se avanza, se dan cuenta a qué estadío de la historia están llevando a Uruguay?
Nosotros somos parte de un extenso proceso, de acuerdos sobre un lema para presentar a la ciudadanía, pero tenemos un programa en común. Programa que se fue gestando en unidades temáticas que trabajaron durante mucho tiempo; las condiciones están dadas para que, habiendo llegado a ser gobierno, sigamos con nuestra convocatoria unitaria y, en estos cinco años, podamos consolidarnos en una manera más orgánica, más armónica. La aspiración es la de establecer a las fuerzas progresistas de Uruguay como un todo único, de aquí y hacia el futuro.
La última pregunta y te pido que no seamos formales. Vimos la recepción que tuvo el presidente argentino, que realmente conmovió a todos, incluso a quienes no pertenecemos al partido de Kirchner. ¿Cómo ves esta actitud de los uruguayos y la actividad que desarrolla nuestro presidente?
Yo creo que se puede resumir en dos cosas: el comportamiento y la comunicación que ha tenido Kirchner en la jornada de asunción del nuevo gobierno. Lo espontáneo, así como acercarse al pueblo reunido por fuera del protocolo, incluso exigiendo a sus custodios tener que perseguirlo; bueno, eso por un lado, pero por otro, cómo lo recibió la gente, seguro que a quienes cubrieron el hecho como periodistas o en las delegaciones presentes, los tuvo que conmover. Viene a salvar lo que todos hemos sabido, y me incluyo también, de que en la Argentina nos quieren más que nosotros a ustedes. Y como al cambiar, se cambian muchas cosas, al percibir el protagonismo de Kirchner, nosotros quisimos demostrarle que también lo queremos.
*Horacio Ramos, periodista, escritor, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11.