Revista Nº 158 (03/2025)
(nacional/internacional)
Carlos Mendoza*
Las ideas y políticas de Milei contradicen las corrientes dominantes en el plano internacional y las ideas de aquellos ideólogos en los que dice basarse. Posibilidades para la Argentina.
La apariencia de las cosas suele engañar sobre su verdadero contenido. Esto se puede aplicar a los sucesivos viajes al exterior de Milei y sus intervenciones allí en espacios políticos de ultraderecha y algunos foros internacionales, ya que podrían dar la ilusión de que sus ideas y políticas coincidirían con las corrientes dominantes en el mundo. Sin embargo, cuando se analiza concretamente la realidad se ve que no es así, sino todo lo contrario.
Abrir la economía y destruir el Estado:
Dos aspectos centrales de las ideas de Milei consisten en la apertura irrestricta de la economía y en lo que él explicita: “Soy el topo que va destruir el Estado desde adentro”.
Abrir de esa forma la economía local supone liquidar toda producción nacional que no pueda competir con la de los países desarrollados que tienen tal escala de producción, logística, tecnología y, en algunos casos mano de obra más barata, que resulta imposible contrarrestarlos. En particular, supone la liquidación de nuestra industria, empezando por una multitud de PYMES, que son las que más puestos de trabajo generan y numerosas de las cuales ya han cerrado.
Esa idea de Milei se basa principalmente en conceptos de la economía liberal del siglo 18 hasta la primera mitad del siglo 20, cuando todavía existía una considerable libre competencia entre multitud de empresas no monopólicas. Pero resulta que estamos en el siglo 21, donde el desarrollo capitalista llevó a la oligopolización de la economía, que permite a las grandes multinacionales imponer condiciones en favor de maximizar sus tasas de ganancia, controlar crecientemente medios de comunicación y poderes judiciales y determinar las políticas gubernamentales de los espacios políticos que representan sus intereses.
La destrucción del Estado es coherente con la idea de dejar todo librado a una supuesta libre competencia que supuestamente autorregularía la economía en beneficio de todos. Además de que esto jamás sucedió en país alguno, menos podría suceder ahora que la economía capitalista a nivel mundial está oligopolizada.
Precisamente el Estado es la herramienta institucional que los países han utilizado para intentar regular la economía para contrarrestar la tendencia capitalista a la anarquía.
Milei se alinea con EEUU, particularmente con Trump, quien lo que está haciendo es cerrar la economía mediante la aplicación de aranceles a la importación y usar la herramienta del Estado para impulsar la reindustrialización de su país. En cuanto a los gobiernos considerados de ultraderecha en Europa, con quienes dice identificarse Milei, en general se caracterizan también por proteger sus mercados internos usando la herramienta estatal para ello.
Bajar la inflación:
La inflación en Argentina es un fenómeno multicausal, pero con una causa fundamental: La oligopolización de la economía, que permite sistemáticas subas de precios por encima del aumento de costos. Además, los oligopolios evaden impuestos, consiguen ingresos mediante especulación financiera, tienen la mayor cantidad posible de sus empleados en condiciones informales y, asunto de gran importancia, fugan divisas del país.
A esto hay que agregar que la industria de desarrollo medio de nuestro país, requiere de importar bienes de capital y ciertos insumos y tecnología, por lo cual requiere dólares, pero su producción se vende principalmente en el mercado interno en pesos, por lo que cuando hay crecimiento económico con crecimiento industrial aumenta consecuentemente el requerimiento de dólares.
La conjunción de lo anterior con la fuga de divisas por los oligopolios, hace que cíclicamente aparezca el problema de escases de dólares, denominado “restricción externa”. Con ello aparece la restricción de vender dólares del Banco Central y consecuentemente aumenta el dólar paralelo y con esto la inflación.
El gobierno Milei recurre a dos tradicionales medidas de los gobiernos de derecha: Por un lado, bajar drásticamente el gasto público en salud, educación, investigación, cultura, ayuda a sectores carenciados, transferencias a las provincias y paralización de la obra pública; Y, por otro lado, atrasar el tipo de cambio para usar esto como ancla contra la inflación.
Usar el atraso cambiario para disminuir la inflación es lo que hicieron Martínez de Hoz, con su “tablita”, durante la última dictadura militar, Cavallo con el 1 a1 en los gobiernos de Menen y de la Rua, Luis Caputo en el gobierno de Macri y nuevamente el mismo Caputo en el actual gobierno Milei.
Para sostener el atraso cambiario se requiere disponibilidad de dólares en el Banco Central, para que los venda en el mercado paralelo. Esto se consigue vendiendo empresas de Estado, cosa que pudo hacer Cavallo, endeudando al país, cosa que hicieron todos ellos, y generando condiciones para que ingresen dólares para especulación financiera, la denominada “bicicleta financiera”. Cuando esos recursos se agotan, las empresas que entraron a especular cambian los pesos por dólares y los retiran del país, lo cual desencadena la suba del paralelo y con ello sube nuevamente la inflación y el asunto termina en una gran crisis económica, social y humanitaria. Es lo que sucedió con los experimentos anteriores citados y lo que debería suceder con la actual política, ya que cuando se hace lo mismo las consecuencias son las mismas.
Alineamiento internacional:
El gobierno Milei ha decidido un alineamiento subordinado e incondicional con el gobierno Trump de EEUU.
Previamente, en el comienzo de su gobierno, había decidido no ingresar al grupo BRICS (posibilidad que había conseguido el gobierno de Alberto Fernandez).
Esto es colocar los intereses de nuestro país contra la tendencia internacional de fortalecimiento y ampliación del BRICS y de crecimiento económico de sus miembros, particularmente China con su notable avance económico, científico y tecnológico. Mientras que el gobierno Trump aísla a su país e impone aranceles a las importaciones para proteger una economía de EEUU devenida incapaz de competir con la productividad del trabajo de otras naciones, muy particularmente de China.
El gobierno Milei y la crisis de la democracia liberal representativa:
El gobierno Milei, con sus distópicas políticas, sirviendo subordinadamente a los oligopolios multinacionales, trasgrediendo leyes y la propia Constitución Nacional, incluso promocionando estafas con criptomonedas, es expresión local de la crisis que afecta crecientemente al sistema democrático liberal representativo en todo el mundo capitalista.
En efecto, el sistema democrático liberal, aparecido con el capitalismo, cuando predominaba la libre competencia con multitud de empresas por rama de la economía, ahora con la oligopolización acelerada en todo el mundo capitalista, ha ido pasando de la democracia (dēmokratía, del dēmos, “pueblo” y kratos, “poder”, o sea poder del pueblo) a la plutocracia (ploutokratía, del ploutos ‘riqueza’ y kratos ‘poder’, o sea poder de los ricos, o poder de los oligopolios).
Milei y su supuesto sustento ideológico:
Milei se autodefine como “anarcocapitalista” (corriente económica marginal desarrollada desde la segunda mitad del siglo 20), y menciona, entre otros, al alemán Hans- Hermann Hoppe, principal ideólogo actual de esa corriente; A su vez, reivindica las ideas de los economistas de la denominada “Escuela Austríaca de Economía” (originada a fines del siglo 19), entre cuyos economistas se refiere al austríaco Friedrich Hayek (1899-1992). Es muy ilustrativo confrontar, a continuación, las políticas de Milei con las ideas y opiniones de esos ideólogos
En esta época de oligopolización de la economía capitalista, Milei pretende liberar completamente la economía, incluso con eliminación del Estado, lo cual deja a los oligopòlios total libertad para imponer a la sociedad sus políticas monopolistas basadas fundamentalmente en obtener la máxima ganancia a como venga. Sin embargo, veamos qué opinaba el liberal Hayec sobre la tendencia capitalista a la monopolización de la economía y el rol del Estado, en su libro “El camino de servidumbre” (1944):
“Lo que entendemos por un precio justo o un salario equitativo es… el precio o salario que existiría si no hubiera explotación monopolista.” (página 118)
“…la única alternativa para volver a la competencia es el control oficial de los monopolios, una intervención que, si ha de ser efectiva, tiene que hacerse progresivamente más completa y minuciosa. A esta etapa nos aproximamos rápidamente.” (página 73)
Veamos a su vez que opina el filósofo y economista anarcocapitalista Hans- Hermann Hoppe sobre Milei, que se supone sigue sus ideas (1):
“hay una especie de affaire amoroso entre Milei y todas las instituciones que son responsables de la maldad en el mundo”.
“ama a los Estados Unidos, y no me refiero al pueblo sino al Gobierno. Él se alía con el gobierno norteamericano que es el más imperialista que existe”.
“el punto de vista de Milei sobre el mundo tiene la misma sofisticación que la de un graduado de una secundaria americana”.
“Es un showman con elementos payasescos”
Podría suponerse que, aparte de Trump, Milei podría tener el apoyo de otros importantes jefes de gobierno de orientación política de derecha. Veamos sin embargo que opina de Milei Friedrich Merz, político alemán perteneciente a la Unión Demócrata Cristiana de Alemania y próximo jefe de Estado de ese país, que es la economía más importante de Europa:
“Estoy completamente horrorizado. Lo que hace ese presidente está arruinando el país y pisoteando a la gente” (2)
Posibilidades para la Argentina:
Observando a los países que han tenido mayor crecimiento económico y desarrollo científico y tecnológico en los últimos años, particularmente China, vemos que se caracterizan por un rol principal del Estado en la economía, con lo cual es la política la que gobierna la economía y el país; y no, como sucede ahora en nuestro país y en general en la época actual del capitalismo, donde son los oligopolios los que gobiernan.
Para salir de la recurrente crisis de nuestro país, habría que: superar nuestro sistema capitalista dependiente, fortaleciendo y optimizando el rol del Estado; institucionalizar un sistema impositivo progresivo donde se paguen impuestos porcentajes crecientes cuanto mayores sean las tasas de ganancia; recuperar el control de la banca y del comercio exterior, lo que a su vez contribuiría a evitar la fuga de divisas; tener una política exterior independiente; impulsar la integración latinoamericana para así ampliar el mercado de la región y, consecuentemente, favorecer el desarrollo industrial; entre otras medidas que aseguren un desarrollo económico con creciente inclusión social.
Nuestro país tiene recursos naturales importantes, entre los que se vienen desarrollando los hidrocarburos, el litio y otros minerales, que si se los explota con sentido nacional, asegurando que se les agregue valor en el país impulsando así a la industria, puede dales a nuestras exportaciones un salto cuantitativo y cualitativo que, con el control a la fuga de divisas, permita superar las recurrentes crisis de falta de divisas.
Para todo ello es necesario elevar nuestra democracia, haciéndola crecientemente participativa, para lo cual es fundamental el desarrollo del espacio político, plural, basado en las organizaciones representativas de los trabajadores en particular y del campo popular en general. O lo hacemos entre todos o dejamos el poder en manos de oligopolios multinacionales crecientemente concentrados en pocas manos.
*Carlos Mendoza, ingeniero, escritor, especializado en temas políticos y de economía política, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11.