Montserrat Olivera*
La detención ilegal en Viena del avión presidencial boliviano
“Actualmente Bolivia es un país gobernado por un indígena y es algo intolerable para los que se creen patrones del mundo, demostrando un desdeñoso racismo hacia el Presidente Evo Morales.”
El día 3 de julio de 2013, el avión presidencial de Bolivia, de inmunidad absoluta e indiscutible, fue ilegalmente detenido en la vieja Europa, más precisamente en el aeropuerto de Viena. En él viajaba el presidente de Bolivia, Evo Morales. Venía de regreso desde Moscú, y Francia, Italia, España y Portugal le negaron autorización para que surcara el espacio aéreo.
Si pensamos dónde han ubicado geográficamente a América Latina, las producciones culturales, en la representación del Planisferio, podemos ir entendiendo cómo estamos atravesados por ideologías y formas de ver el mundo según dónde se ubican esas relaciones de poder. En este sentido, observamos que estamos atravesados por nuestros dominadores.
Lo más difícil es superar esa colonización cultural.
La situación que tuvo que padecer Evo Morales, es atribuible a la actitud abusiva, prepotente y discriminatoria de las autoridades de los gobiernos de Francia, Portugal, Italia y España que respondieron sumisamente a los requerimientos del imperialismo yanqui, sometiéndose y sometiendo al gobierno boliviano.
No es de llamar la atención que esta situación la haya padecido un presidente de cuna humilde, proveniente de un pueblo originario.
La Presidenta Cristina de Kirchner se pronunció afirmando: “La vieja Europa todavía tiene vestigios de un colonialismo que genera humillación al continente sudamericano”.
Lo más difícil es superar esa colonización cultural, ya que según el ensayista Armando de Magdalena, podemos ubicar nuestros orígenes con 40.000 años de historia o desde la colonización de nuestro territorio americano teniendo en cuenta sólo 1400 años. Según optemos en esta elección, constituiremos nuestra identidad.
Esta es la lección que nos dejó Evo Morales, con esa actitud clara, coloquial, sencilla, para nada arrogante pero firme, en que enfrentó la situación de secuestro en el aeropuerto de Viena, por parte de los colonizadores europeos.
La respuesta del Unasur no se hizo esperar. Si esta actitud del colonialismo pretendió humillar al pueblo boliviano y a su presidente, así como a toda la región, rápidamente los legisladores del oficialismo y de la oposición coincidieron en repudiar la situación que retuvo a Morales más de 13 horas en la capital austríaca. Y los jefes de Estado, ministros y representantes de la Unasur se reunieron en Cochabamba para expresar su solidaridad y apoyo incondicional al presidente de Bolivia, Evo Morales. En esa reunión, Evo Morales expresó que “nuestro pecado es ser indígenas y antiimperialistas”.
Entre las reflexiones, cabe pensar siguiendo el pensamiento de Cristina, que “si esto se hace a un jefe de Estado, qué se hará con un ciudadano común”.
Pero lo más importante a destacar es que la respuesta de Amércia Latina, fue contundente. Frente a la amenaza: la demostración de unión. Frente al atropello: la exigencia de disculpas. Frente a la violación de la ley: la Declaración de Cochabamba con el mandato explícito de cumplir con la Carta de Naciones Unidas. Así lo expuso en su columna de Opinión en Página12, ThelmaLuzzani.
Y los sentimientos de las diferentes poblaciones de los continentes afectados siguieron aflorando y fue quedando cada vez más claro que este atropello a Evo Morales fue un acto más de arrogancia colonial, que continúa una larga y dolorosa historia de opresión, violencia y supremacía racial. Para Europa, un presidente indígena es más un indígena que un presidente.
Y es así como queda de manifiesto la arrogancia colonial europea en contraposición a la dignidad de los pueblos y la legitimidad de sus autoridades democráticas.
Cabría reflexionar entre la relación existente entre el colonialismo que pretende humillar, degradar, sacar, anular las costumbres propias de los indígenas y la situación de los pueblos originarios de América Latina y principalmente en Bolivia de los aymará.
Sabemos que los españoles llegaron a Bolivia con el objetivo de apropiarse fundamentalmente del oro y plata existente en los diferentes poblados. Esto suscitó una serie de batallas, atropellos y abusos por parte de los colonizadores españoles, generando sublevaciones y levantamientos indígenas.
En 1870, se produjo la insurrección Tupacharista en el Alto Perú y surge TupacCatari con su esposa Bartolina Sisa, como primera mujer comandante aymará, quienes intentaron liberar a su pueblo de la opresión española. En 1781 se produce la captura de Bartolina en Chuquiago, luego de recibir los españoles refuerzos para que sean tomados como prisioneros, y así masacrados TupacCatari, Bartolina Sisa y Anselmo (hijo) de 10 años junto con Gregorio Apaga.
En ese momento nace Juana Azurduy, que en años posteriores toma la posta de la emancipación, luchando por la causa de la revolución y reivindicando el papel de la mujer como pionera en las luchas de los pueblos originarios.
Actualmente Bolivia es un país gobernado por un indígena y es algo intolerable para los que se creen patrones del mundo, demostrando un desdeñoso racismo hacia el Presidente Evo Morales.
Y es así que reivindicamos las luchas de los pueblos indígenas por preservar sus orígenes, en contraposición a las colonizaciones que nos han llevado tantas veces a los genocidios que debimos soportar a lo largo de la historia, a través de las dominaciones económicas producidas a los países que nacieron para ser dominados por los países que nacieron para dominar, gozando de total impunidad.
*Montserrat Olivera, psicóloga ,integrante de la Comisión de América Latina de Tesis 11, miembra del EATIP (Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial)