INFLACIÓN HOY EN ARGENTINA. Opinión de la Comisión de Economía de Tesis 11

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Desde la derrota electoral de diciembre de 2019, los grupos dominantes de la economía argentina, a través de sus representantes políticos (Juntos x el Cambio), de sus medios de comunicación y la cúpula judicial, han seguido una estrategia de desestabilización permanente y feroz contra el gobierno del Frente de Todos.

La deuda con el FMI ha representado el legado más nefasto para el pueblo. Pero, además, frente a la súbita pandemia mundial, han articulado una estrategia de difusión de falsas noticias y tergiversación de la política oficial, profundizando la desazón generalizada ante lo inédito del virus, la muerte, y la imposibilidad del libre tránsito. Todo ello fundó la derrota electoral del gobierno en las elecciones legislativas de 2021.

Esta batalla ganada por la derecha implicó dejar al gobierno sin mayoría propia en ambas cámaras y, por consiguiente, en manos de la oposición, impidiendo lograr la aprobación de cualquier medida a favor del pueblo que el gobierno quisiera lograr.

La administración neoliberal de Macri dejó, además de una deuda externa impagable, una aceleración de la inercia inflacionaria (54% en 2019), una de las más altas en la historia argentina, a lo que se sumó la guerra de Rusia y Ucrania.

Este contexto exacerba el flagelo inflacionario, que corroe las bases de la existencia del pueblo, sobre todo de sus sectores más humildes y castigados.

La inflación constituye hoy la batalla más importante que el gobierno de Alberto Fernández debería ganar, para poder cumplir la promesa electoral de crecimiento económico, pero con inclusión social, con la cual el Frente de Todos venció al neoliberalismo macrista en 2019.

Para lograrlo, es imprescindible entender las causas de este proceso y sus responsables. Y esto es así, ya que la propaganda neoliberal, a través de la cual la derecha ha logrado infiltrarse en el sentido común dominante, presenta las causas de la inflación de una manera falaz y mentirosa.

Lo primero que hay que saber es que la inflación es un fenómeno económico-monetario, siendo la manifestación de una lucha política, o puja entre clases sociales, por la distribución de la renta nacional. Puede tener factores externos (guerras, sequías, escasez, etc.) que, ocasionalmente, actúen como disparadores, pero siempre se resuelve a nivel nacional a través de la lucha por el reparto de los ingresos que producen los trabajadores.

El pueblo argentino padece el flagelo inflacionario desde hace muchas décadas, y las características estructurales de nuestro país fundan razones múltiples para estos procesos, que nos diferencian de otros países latinoamericanos y de la periferia capitalista.

Podríamos resumir esa multicausalidad:

  • El dominio de pocos grupos económicos sobre los principales medios de producción y distribución, así como del sistema financiero y sobre todo del comercio exterior del país.
  • Este rasgo esencial de nuestra estructura económico social, ha determinado una superestructura política e ideológico-comunicacional a su servicio, que oculta la política de formación de precios monopolistas, cuyo objetivo permanente es la maximización de la tasa y la masa de ganancias de dichos grupos dominantes.
  • La persistente inflación, provocada por los precios de oligopolios y las demás causas que mencionamos, ha deteriorado el peso argentino, que ha perdido su valor como moneda de reserva. Esto ha implicado una tendencia generalizada a utilizar el dólar como signo monetario de reserva y de transacciones. Es decir, Argentina tiene una economía bimonetaria. Por esta razón el dólar se ha constituido en la mercancía, cuyo precio es uno de los principales determinantes del precio de las demás mercancías y servicios.
  • La fuga sistemática de las ganancias de los grupos dominantes, en forma de divisas, formando activos externos, afecta significativamente el proceso de reinversiones que mejore la productividad y el equipamiento, y además sustrae reservas del Banco Central.
  • El desarrollo industrial medio de nuestro país, ha significado una suerte de pecado original, ya que su implantación no fue suficientemente acompañada de un sector productor de insumos y equipos que provea las materias primas industriales y maquinarias necesarias. El proceso de sustitución de importaciones, iniciado antes de la 2ª guerra, y multiplicado después, significó un avance importante en la creación de una rama importantísima de la economía, como es la industria, con gran ocupación de mano de obra. Pero dado que este tipo de industria sustitutiva, conocida como liviana, es demandante de insumos importados en gran cantidad, y que, al vender muy mayoritariamente en el mercado interno, se ha convertido en un sector demandante de dólares.
  • Las divisas en Argentina, son producidas por las exportaciones, básicamente agropecuarios y agroindustriales, y de algunos otros sectores industriales. Todo el sector, está en manos de grupos oligárquicos de carácter agro industrial, industrial, comercial y financiero. Con ello la “canilla” por la cual se abre o cierra el paso de divisas, está en manos de estos grupos, que no son precisamente de ideología política popular y nacional
  • La falta de un régimen impositivo progresivo que permita gravar fuertemente las ganancias monopolistas, la renta parasitaria de la tierra agrícola-ganadera, y las utilidades astronómicas del sector financiero, que además es propiedad de los grupos mencionados. Esto hace que el Estado tenga déficit fiscales crónicos, que se cubren con emisión monetaria o endeudamiento externo.
  • La emisión monetaria normalmente genera capacidad de compra en la población, es decir aumento de la demanda, que los formadores de precios responden con aumentos masivo de precios, aun cuando aumenten la producción.
  • En Argentina existe un movimiento obrero y sindical de características importantes, en confrontación histórica entre precios y salarios, es decir, en la puja distributiva. Este hecho social desarrollado, sobre todo a partir de los orígenes del peronismo y la ampliación del movimiento obrero sindical generado por la industria, ha determinado que los aumentos de precios, y por tanto la baja de los salarios reales, no sea tolerada por mucho tiempo sin que estallen conflictos sociales, que en general logran aumentos de salarios. Pero estos aumentos de salarios, para compensar las pérdidas habidas, son tomadas luego por las empresas como nueva causal de aumento de costos, justificando nuevos aumentos de precios. Y así sucesivamente.

La oposición política de derecha, de ideología neoliberal, desconoce esta complejidad y apunta a la emisión monetaria en forma permanente como supuesta única causa de la inflación. ¿Por qué?  Porque bajo esa consigna, su objetivo es reducir el tamaño del Estado, reducir o anular los programas sociales y generar un Estado pequeño y “bobo” que sea fácil presa de sus intereses.

Trataremos a continuación de poner en evidencia que, siendo multicausal las razones de la inflación en Argentina, en cada momento histórico, hay algunas características estructurales de nuestra economía que se convierten en su razón principal.

Subrayamos la importancia cardinal que la llamada “restricción externa” tiene en la vida económica, política y social en nuestro país. Esto es, la falta de divisas en el Banco Central para hacer frente a las necesidades, que históricamente se traduce en devaluaciones. Devaluaciones que sólo estabilizan temporalmente la situación, pero a la cual se recurre nuevamente, dado el carácter estructural del problema.  En Argentina, las razones para ello son:

  • Exportaciones reguladas, principalmente, por los oligopolios agroindustriales, en función de su conveniencia y cuyo flujo de divisas es usado en función de su presión política sobre el gobierno, para lograr sus objetivos de aumento de ganancias y mayor desequilibrio a su favor en la distribución de la Renta Nacional.
  • Falta de un control más enérgico frente a las maniobras de sobre facturación de importaciones y subfacturación de exportaciones.
  • Falta de un control mucho más eficaz sobre las exportaciones en cuanto a valores y dimensiones físicas (balanzas), sobre todo en los puertos del litoral argentino, hoy en manos privadas.
  • Falta de un control eficaz sobre el corredor de vías navegables con acceso al mar
  • Fuga de capitales, que no son más que ganancias de las empresas, en gran proporción no declaradas fiscalmente, sobre todo las oligopólicas, transformadas en dólares y remitidas a cuentas en el exterior.

Dada su estrategia desestabilizadora ya mencionada, la oposición de derecha neoliberal, no sólo no presta apoyo en cuestiones básicas para la vida del pueblo, sino que está mostrando, cada vez más, su accionar más agresivo, y antidemocrático, desestimando todo intento del gobierno por lograr acuerdos que permitan concretar un pacto económico-social, que frene la inflación y permita la recomposición de un cierto equilibrio en la distribución de la renta.

La inflación hoy en Argentina, NO está basada, principalmente, en puja distributiva entre las empresas y los sindicatos, ya que los ingresos de la población han quedado muy atrás de las ganancias de los monopolios, y han descendido bruscamente en la participación sobre los ingresos nacionales (de casi 54% en época de CFK, es hoy menor del 44%)

Tampoco la emisión monetaria explica el fenomenal crecimiento de la tasa de inflación (que hoy se estima ya en el orden del 80% anual 2022).  La base monetaria y la emisión están creciendo por debajo de la inflación, debido a que la recaudación fiscal hace ya 21 meses que crece, mensualmente, significativamente por encima de la inflación.

La guerra en Europa y los descomunales aumentos de los alimentos y combustibles en el mundo, es cierto que han afectado a todos los países, pero Argentina es productor y exportador de alimentos y pronto lo será de combustibles, situación que pocos países en el mundo tienen. Es la falta de una política más dura en materia de retenciones (sobre todo en el trigo, maíz, oleaginosas y carne), lo que hace que los exportadores trasladen los precios que obtienen en el exterior, a la mesa de los y las argentinxs.

La ganancia extraordinaria producida por la guerra, para estos sectores económicos, DEBE SER GRAVADA, como lo hacen en muchos otros países. Está en el Congreso un proyecto que debe ser apoyado y difundido.

La inflación hoy en Argentina está principalmente determinada por los aumentos desmedidos de los precios de los grupos económicos, básicamente los alimenticios y la salud, cuyo objetivo es dolarizar sus ganancias aumentando sus precios. Especulan sobre el mercado de cambios, generan aumentos de la cotización del dólar, para luego presionar para la devaluación del peso en el mercado oficial. Cosa que beneficia sustancialmente a dichos grupos agroindustriales de exportación.

Todo esto en un marco político de agresivos ataques a la institucionalidad, a través del poder judicial que le es adicto y de los medios de comunicación que les pertenecen, ya que su objetivo es retomar el poder político del Estado, el año próximo, para terminar la horrible tarea que iniciaron en los cuatro años del 2015 al 2019. Pero si lo logran, esta vez será terrible para el pueblo.

Sus “economistas” ya no se cuidan en revelar sus futuras medidas que, bajo la excusa de frenar el proceso inflacionario, aumentarán la miseria del pueblo.

En estos días asistimos a episodios cambiarios que nos demuestran la hoja de ruta de los grupos económicos en su búsqueda cruenta por desestabilizar al gobierno. Las operaciones contra el peso, buscan obligar al gobierno a devaluar la moneda nacional. Luego, la nueva cotización será tomada por los formadores de precios y economía en general, como causal para nuevos incrementos de los precios domésticos, es decir nuevo aumento inflacionario. Las consecuencias de este accionar, sobre el pueblo, será cargado nuevamente al gobierno, completando así una estrategia desestabilizadora antidemocrática.

Si lo consiguieran, y tuvieran acceso nuevamente al gobierno, estos serán los pilares de la reestructuración económica que el neoliberalismo implantará para consolidar su poder político e institucional, en caso de ganar las elecciones del año próximo:

  • Macrodevaluación de la moneda nacional.
  • Shock con fenomenal subida de precios y luego su eventual estancamiento.
  • Congelamiento de salarios
  • Depresión del mercado y reducción de importación de insumos.
  • Apertura indiscriminada de las importaciones.
  • Liquidación de las pymes nacionales y aumento de la desocupación.
  • Tal vez, planes asistenciales para tratar de evitar el desborde social.  Los mismos que demonizan cuando los realiza un gobierno popular.
  • Privatización de empresas públicas, reducción del sector estatal y de sus empleados
  • Aumento de la edad jubilatoria
  • Flexibilización laboral, aumentando la explotación de los trabajadores.

En síntesis, tratarán de frenar la inflación con la liquidación de los bienes nacionales, la desocupación, la devaluación, y el aumento de las reservas en dólares consecuencia de dichas ventas de activos; intentarán nuevamente el ingreso de fondos especulativos y el freno importador de insumos y equipos industriales. De todas maneras, es difícil imaginar que, una vez en el gobierno, los grupos económicos frenen su insaciable ferocidad en la remarcación de precios.

Para enfrentar el grave problema inflacionario, desde Tesis 11 hemos reiterado en nuestras publicaciones, desde la época del gobierno de Cristina, que es imprescindible la participación de las organizaciones sindicales y sociales en las negociaciones de precios con las cámaras empresarias y el gobierno y, sobre todo, que los trabajadores de las empresas principales formadoras de precios verifiquen que no haya aumentos de precios por encima del aumento de costos y/o retención de mercancías para provocar desabastecimientos; que las organizaciones sociales se impliquen en el control de precios en góndolas; que sindicatos y organizaciones sociales realicen boicots y manifestaciones contra las empresas que no cumplan; que las organizaciones difundan en los sectores populares la información de quienes son los principales responsables de la inflación, para elevar la conciencia de la población sobre este grave asunto.

Este es el cuadro general que enfrenta el pueblo argentino hoy y sobre el cual hay que actuar.

Comisión de Economía de Tesis 11

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