Alberto Wiñazky*
El autor inicia su trabajo con una síntesis histórica de las políticas económicas y sociales desde el golpe de 1976 y de cómo nos llevaron a la crisis que explotó en el 2001, para luego analizar sistemática y críticamente las políticas de recuperación económico-social aplicadas desde el 2003, sus logros y limitaciones, sus perspectivas y desafíos.
Un artículo lúcido, riguroso y muy bien documentado.
INTRODUCCIÓN
El Proceso
El objetivo político del golpe de estado de 1976 fue aniquilar una fuerza social indócil que pugnaba, con distintas orientaciones, por una profunda transformación de la sociedad. Durante este período, la prioridad de los sectores más concentrados fue desmembrar las fracciones de la clase trabajadora contestatarias, desarticular las relaciones sociales que les daban sustento, eliminando a sus cuadros más combativos, transformando los fundamentos de la economía vigentes hasta ese momento.
La estrategia de las políticas económicas, se centraron en la redistribución regresiva del ingreso, la política cambiaria y la reforma financiera. En 1983, al concluir este proceso, el producto por habitante era el 20% inferior al de 1976, el déficit fiscal ascendía al 15.7% del P.B.I, la deuda externa superaba los us$ 46.000 millones y la carga de los intereses llegaba en 1983, al 60% de las exportaciones.
El cronograma de reducción arancelaria acentuó la desprotección de la industria local por la profunda apertura externa produciendo el cierre de más de veinte mil establecimientos fabriles. (D.Azpiazu y M. Schorr-2010).
La desocupación, la precarización laboral y la caída del salario real, alcanzaron niveles extraordinarios para la Argentina, y la redistribución del ingreso llevó la participación de los asalariados en el PIB. del 45% en 1975 al 26% en 1983.
El Alfonsinismo
La gestión radical, estuvo dividida en dos etapas bien diferenciadas. En la primera etapa la gestión de Bernardo Grinspun, intentó un modelo de democracia distributiva, proyectando un plan de capitalización basado en el ahorro interno y en una selectiva utilización del capital externo. Se reservaba al estado la tarea de garantizar el funcionamiento de las instituciones, sumando la preocupación por los sectores de menores recursos. La posterior de Juan Sourruille, transcurrió durante el aceleramiento en la puja por la apropiación del ingreso entre distintas fracciones del capital. Las medidas tomadas, a lo largo de este período, demostraron que era imposible satisfacer intereses esencialmente tan contradictorios, agudizando la profunda crisis del gobierno.
Las exorbitantes tasas de interés internacionales, los sucesivos planes de estabilización (Austral, Primavera), la especulación financiera, el endeudamiento creciente, las dificultades en las negociaciones con la banca internacional, las corridas cambiarias, mas el rápido agotamiento de las reservas del BCRA, pusieron en jaque los planes del gobierno radical. Durante la década de los 80, la baja inversión y el proceso especulativo explican que el 80% de las ganancias empresariales fueron producto de la valorización financiera y no de la inversión en mejoras tecnológicas en el sector productivo y en los servicios.
El durísimo enfrentamiento entre los distintos grupos económicos, es decir entre los segmentos mas concentrados del capital, dieron pié al proceso hiperinflacionario y a una de las mayores caídas del poder adquisitivo de los salarios con el consiguiente empobrecimiento de la población trabajadora.
Finalmente, la especulación financiera, las luchas entre las distintas fracciones del capital y el extraordinario proceso inflacionario, aceleraron la entrega anticipada del gobierno.
El Menemismo
Desde 1989, se puso en marcha una política que reflejó los intereses económicos de los sectores dominantes más concentrados, incluyendo un total alineamiento con la potencia hegemónica.
Una de las medidas más importantes de este gobierno fue la reforma cambiaria de 1991 que fundó un sistema de caja de conversión, con un tipo de cambio fijo, renunciando al ejercicio autónomo de la política fiscal, monetaria y cambiaria que quedaba a partir de ese momento en manos del movimiento de capitales.
Desde 1989 se tomaron distintas medidas que profundizaron el proyecto neoliberal, como la derogación a las restricciones existentes en la Ley de Inversiones Extranjeras, estableciendo la igualdad de tratamiento entre el capital nacional y el extranjero, la privatización de las empresas estatales, la modificación de la Carta Orgánica del BCRA. y la desregulación de los mercados.
A partir de 1997 se aceleró el proceso de fusiones y adquisiciones de empresas privadas que alcanzó en el período 1990-1998 un monto acumulado de us$ 55.475 millones, donde el 87% fue concretado por empresas de capital extranjero. (Mónica Peralta Ramos 2007).
Apareció entonces una realidad social de nuevo tipo: la de vastos sectores de la población urbana marginados, tanto de la sociedad de consumo como del trabajo formal, (flexibilización laboral), que acentuaron aún más la desigualdad. Se deterioraron progresivamente las condiciones sociales (ya muy dañadas) por los cambios implementados en las leyes laborales y en 1997 la tasa de desempleo superaba el 10%, mientras que los asalariados habían perdido el 30% de sus ingresos.
Para 1999, la deuda externa alcanzaba casi us$ 150.000 millones, de la cual el 60% era publica y el 40% era privada, y este incremento exponencial fue consecuencia del aumento de las importaciones por sobre las exportaciones, por las altas tasas de interés en el mercado mundial y por el ingreso de capitales tanto especulativos como provenientes de los organismos financieros internacionales, que fueron utilizados para financiar el déficit presupuestario y el déficit de la balanza de pagos.
El crecimiento de la deuda externa y la absorción del ahorro interno para afrontar su pago, produjo la caída de la acumulación de capital y la disminución de las inversiones. Al mismo tiempo, la apertura de las importaciones y la sobrevaluación del tipo de cambio acentuaron la sustitución de la producción local por la importada, ampliando la brecha tecnológica e implantando una estructura productiva asentada esencialmente en la explotación de los recursos naturales y en la especulación financiera.
Asimismo, una parte importante de la inversión verificada durante la década de los noventa en el sector industrial, no estuvo dirigida a la ampliación del stock de capital, sino a la adquisición de activos ya existentes que permitió la aceleración del proceso de concentración y centralización del capital, la desnacionalización de la estructura industrial y la privatización de las empresas estatales.
La Alianza
La Alianza sostuvo el régimen de convertibilidad, ya totalmente agotado; y en el 2001, los intereses pagados por el endeudamiento externo representaban el 50% del valor de las exportaciones y el 20% del gasto público
Los intereses pagados entre 1975 y el 2001 fueron us$ 117.000 millones, monto que superó el nivel del PIB. que luego de la finalización del régimen de convertibilidad, era de aproximadamente us$ 105.000 millones (E.Basualdo, 2010).
Colapsó el régimen de convertibilidad, dado que el tipo de cambio no reflejaba el nivel de la productividad de la economía y esta situación solo podía mantenerse con el ingreso permanente de capitales. Los depósitos bancarios fueron inmovilizados, mientras que la movilización popular y el embate de su propio partido provocaron la caída del gobierno, en medio de una represión salvaje.
La implosión del régimen de la convertibilidad en el año 2001 y la posterior devaluación condujeron a una crisis, tanto económica como social, que se avizoraba desde 1998 (caída del PIB. del 20% entre 1999 y 2001) y que operó centralmente en detrimento de los ingresos del sector del trabajo, debido al cambio drástico ocurrido en los precios relativos.
Todo este proceso condujo a una importante disminución en la cantidad de obreros ocupados y una mayor precarización laboral que llevó la tasa de desocupación, ya muy elevada, a más del 24%. Al mismo tiempo, la valorización financiera del capital, tanto en el ámbito nacional como a escala mundial, se mantuvo como el eje del proceso de acumulación de capital.
LA SITUACIÓN ECONÓMICA DESDE 2003
Las modificaciones implementadas en la economía argentina en los últimos ocho años, produjeron cambios en las relaciones de producción, en la naturaleza del estado, en el reordenamiento del endeudamiento externo y en el aumento sostenido de las exportaciones. Asimismo, se incrementaron los ingresos de los trabajadores formales y se produjo un importante aumento de la ocupación.
El estado dejó de transferir enormes recursos públicos hacia un reducido grupo de grandes firmas como lo venía haciendo desde el inicio de la crisis estructural iniciada en los años setenta, al instaurarse el orden neoliberal bajo la dominación del capital financiero, comenzando un lento proceso de redistribución del ingreso
El cambio del paradigma de acumulación de capital, que había impuesto desde 1976 la desaceleración del crecimiento y el aumento de la desocupación, permitió que distintos rubros productivos vinculados a la elaboración de bienes, con cierto grado de sofisticación tecnológica, que aumentan la generación de valor y que resultan ser muy dinámicos en lo que se refiere a la creación de empleo de elevada calificación, lograran un rápido crecimiento. Estuvo basado sobre todo en el tipo de cambio alto. También fue importante, durante los primeros años de la posconvertibilidad, la utilización de la capacidad ociosa en el sector industrial, para lograr un rápido incremento del PIB.
Pero es indudable que el desarrollo industrial sostenido solamente en un tipo de cambio alto, sin contar con una estrategia de desarrollo productivo, que atienda la inversión en ramas fundamentales de la industria, erosiona la productividad y anula progresivamente buena parte de la competitividad.
A pesar del dólar alto de los primeros años del proceso neodesarrollista, no se verificó una transformación estructural en la industria local; es decir, no se produjo un cambio en el perfil de especialización productiva vigente durante el neoliberalismo.
Sin embargo, la economía alcanzó un crecimiento sostenido del PIB entre el 2003 y el 2010 a un ritmo del 7.6%, que duplica el promedio histórico. (FMI). Es este uno de los ciclos de crecimiento más importantes de la historia económica de la Argentina, solo comparable con los de 1903-1911 (7.6% de crecimiento anual) y el de 1918-1925 (6.9%).
El PIB. de la Argentina, en el tercer trimestre de 2010, calculado a precios de 1993, era de us$ 342.733 millones. La inversión bruta fija era de us$ 85.683 millones, un 23.38% del P.B.I. (Elaboración propia según datos de la Dirección Nacional de Cuentas Nacionales). Asimismo la CEPAL ha previsto que la economía Argentina crecerá un 8.3% durante el corriente año 2011.
Según la CEPAL, la inversión extranjera directa en la Argentina durante el 2010 fue de us$ 6.337 millones, que equivalen a un crecimiento del 57% contra el 2009, pero por debajo de los niveles del año 2008. La CEPAL ha informado que la gran mayoría de los proyectos están vinculados a media alta y alta intensidad tecnológica. Es que la inversión extranjera es positiva solamente, cuando forma parte de un proceso de industrialización integrando las cadenas de valor y formando parte de políticas públicas defensoras del crecimiento y desarrollo nacional.
Por otra parte, a partir del abandono de la convertibilidad se observa un cambio de signo positivo en el resultado de la cuenta corriente que pasa de un déficit crónico a un superávit, a partir de 2003, llegando en 2010 a los us$ 3.572 millones, si bien este superávit se ha ido debilitando durante este año.
Pero la gran concentración del capital hace muy difícil la implementación de los cambios necesarios en la economía del país. Un informe del Instituto de Mercado de Capitales, dependiente de la Bolsa de Comercio señala que en el primer trimestre del 2011, un total de 83 empresas de gran tamaño, que cotizan en la bolsa, registraron un saldo neto positivo de 7.346 millones de pesos. Este saldo favorable es un 41.3% mas alto que las ganancias obtenidas en el mismo trimestre de 2010. (A.Zaiat-Página 12).
Según la última Encuesta Nacional a Grandes Empresas, que efectúa el INDEC, 324 de las 500 mayores empresas radicadas en el país eran extranjeras. Asimismo, eran las más rentables de la cúpula, concentrando el 80% del valor agregado. En cuanto a las empresas industriales, el 67% eran extranjeras y concentran el 82% del valor agregado. Estas empresas. giraron utilidades al exterior, entre el 2003 y el tercer trimestre de 2010, por us$ 32.794 millones.
LA INFLACIÓN
Un punto crítico del proceso actual, es el alto nivel inflacionario que se registra desde el 2006 y que ha ido erosionando el tipo de cambio competitivo y se ha convertido en un factor de inestabilidad de este modelo económico. Se asiste así a un ciclo alcista liderado por la inflación importada, por el agotamiento del proceso de recomposición de ganancias que se produjo por efecto de la devaluación de 2002, por la falta de inversión suficiente que marcha por debajo del crecimiento de la demanda y por el control que ejercen las empresas mas concentradas sobre la formación de precios.
Si bien el gobierno ha descartado hasta el presente la estrategia ortodoxa de estabilización de precios fundada en las metas de inflación, el debilitamiento de la demanda y el aumento de las tasas de interés, los controles implementados no han dado los resultados esperados.
La aplicación de retenciones a las exportaciones de productos del agro, ha permitido desconectar parcialmente los precios internos de los precios del mercado mundial, morigerando localmente su incremento, pero esto no ha sido suficiente y serían necesarias medidas adicionales que permitan ampliar la oferta interna de los productos básicos de consumo popular.
EL COMERCIO INTERNACIONAL
Si bien parece haberse detenido la tendencia secular de deterioro de los términos del intercambio, es prematuro afirmar que estamos ante una alteración de la tendencia de largo plazo en los precios relativos.
El monto de las exportaciones ha crecido de manera significativa, tanto por el incremento de los precios internacionales como por las cantidades exportadas:
2005 us$ 40.387
2006 • 40.546
2007 • 55.980
2008 “ 70.019
2009 “ 55.669
2010 “ 68.500
FUENTE: INDEC
Como consecuencia de los cambios operados en el comercio internacional en materia de precios, como por las políticas aplicadas por el gobierno, el nivel de las reservas internacionales ha crecido de manera significativa:
2005 us$ 28.077
2006 “ 32.037
2007 “ 46.176
2008 “ 46.386
2009 “ 47.967
2010 “ 52.000
FUENTE. INDEC
Ha sido importante el incremento del poder adquisitivo de las exportaciones, que en el primer trimestre de 2011 fue un 113% mayor que en el 2001, creciendo en este período un 17% interanual, duplicando prácticamente el ritmo de aumento de los precios de los productos importados que fue del 9.4%. (Banco Ciudad-2011)
Asimismo, las exportaciones de origen industrial registraron en el primer cuatrimestre de 2011 una marca histórica, llegando a los us$ 8174 millones, un 18% por encima del mismo período de 2010, reflejando el 34% del total exportado. Han sido sostenidas por las manufacturas del sector automotriz, los metales comunes, sus manufacturas y los productos químicos y plásticos.
Pero la Argentina tuvo durante el 2010 un déficit entre las exportaciones y las importaciones del sector industrial de unos us$ 28.000 millones, liderando ese saldo negativo el sector máquinas y equipos con us$ 4.586 millones. La causa de este desfasaje tiene que ver con los atrasos en la formación de capital porque al no hallarse la economía a la vanguardia tecnológica, depende esencialmente de la importación de bienes de capital para aumentar su nivel de productividad.
En cuanto a las exportaciones del agro, el aumento de la demanda de cereales y oleaginosas, se dan en un contexto donde los cambios estructurales ocurridos en los mercados de commodities y biocombustibles por el rápido ascenso de China e India como nuevas potencias económicas ha sido muy significativo. El ingreso de nuevos actores especulativos, explican, también la dinámica alcista de los precios de los commodities en los últimos años.
Las variaciones en los patrones alimenticios que se produjeron en China e India, a medida que aumentó el ingreso por habitante y el desplazamiento de millones de habitantes hacia los centros industriales, adquirió una velocidad mucho mayor que lo sucedido en algunos países que hoy son considerados desarrollados. (Estudios BCRA 2010).
Por este motivo, tanto China como India se han incorporado intensamente al comercio mundial de commodities como grandes importadores, especialmente de productos alimenticios obtenidos en fuentes naturales renovables. Esto implica que al menos en el mediano plazo, exista un piso de demanda que permite que estos productos registren precios mucho más elevados que los anotados históricamente. (Estudios BCRA – 2010).
Con relación a India se puede afirmar que la ingesta de proteínas no ha variado sustancialmente pese al significativo aumento del ingreso per cápita. Se halla aún en la primera etapa de la transición nutricional, por lo que cuenta con un alto potencial para lograr un rápido crecimiento para la ingesta de calorías, demandando mayor cantidad de alimentos. (Estudios BCRA-2010)
Al mismo tiempo, han ingresado a este negocio de los commodities y los biocombustibles, los bancos de inversión, los fondos soberanos y las mutuales, cuya participación se refleja en la dinámica de los precios de corto plazo, pero no en el equilibrio de largo plazo. Es que “La presión por abaratar los costos de reproducción de la fuerza de trabajo urbana –a lo que se suma la expansión de los biocombustibles-, explica que la producción en masa de alimentos siga siendo central en el capitalismo globalizado”. (R.Astarita-2010)
El agro pampeano ha crecido sostenidamente, aumentando la productividad, como consecuencia del incremento de la inversión en maquinaria desde la década pasada. Según el INTA la inversión en 2010 en este rubro fue de us$ 1.400 millones. También han influido positivamente la aplicación de la biotecnología a través de los materiales genéticamente modificados y la utilización masiva de fertilizantes y herbicidas.
En los últimos años, se ha instalado en el sector agropecuario un sistema muy concentrado productivamente (pool de siembra), que ha permitido la producción en gran escala de granos y oleaginosas (terminada la campaña 2010-2011 se obtuvieron 85 millones de toneladas solamente en soja, maíz y trigo). Este nivel productivo fue acompañado además, por los 7 millones de hectáreas traspasadas del sector ganadero al agrícola.
El desarrollo de los biocombustibles como fuente complementaria a los combustibles fósiles incrementó sensiblemente, a nivel mundial, el consumo de etanol y biodiesel como combustibles no renovables para sustituir o complementar la utilización de naftas o gasoil, El aumento del precio del petróleo, las presiones para disminuir las emisiones de dióxido de carbono y el intento por diversificar la matriz energética, dieron impulso a esta actividad. La Argentina, se encuentra entre los principales exportadores mundiales de biodiesel, y tiene en este rubro excelentes posibilidades de crecimiento en el mediano plazo.
Pero es conveniente señalar que la utilización del maíz, del azúcar, la soja y el sorgo como materia prima, somete a los países que utilizan estos productos para su consumo personal a un incremento permanente de los precios, agravando la problemática alimenticia de las poblaciones más carenciadas.
Monsanto y Cargill manipulan los stock de algunos de estos productos y detentan el negocio mundial de las semillas transgénicas, que permiten producir grandes cantidades de alimentos en el corto y mediano plazo, dominando el mercado agrícola mundial.
El superávit comercial es una pieza fundamental de la estrategia oficial ya que permite mantener el nivel de divisas internacionales, para administrar el tipo de cambio y atender los pagos del endeudamiento externo, sin apelar a nuevos préstamos, sosteniendo las importaciones del sector industrial. La paulatina reducción del superávit comercial, es una nota de alerta dado que puede llegar a complicar, en el mediano plazo, este esquema económico.
LA OCUPACIÓN Y LOS NIVELES DE POBREZA E INDIGENCIA
La espectacular recuperación del nivel de actividad con relación a la existente en la década de los 90, tuvo como correlato un fuerte incremento en la creación de puestos de trabajo.
En los primeros años de la posconvertibilidad, los incrementos salariales se resolvieron mediante decretos del gobierno nacional, pero a partir de 2006, las negociaciones paritarias entre los representantes de los trabajadores y de los empleadores reinstalaron la negociación colectiva por actividad.
Esta situación se contrapone con la existente en la década de los 90 en la cual a pesar del bajo nivel inflacionario, por las políticas implementadas que redujeron la actividad fabril a un número acotado de industrias, se elevó el empleo informal al 50% y a porcentajes sin precedentes de pobreza e indigencia.
En el primer trimestre de 2011, la desocupación se ubica en el 7.3% de la población económicamente activa y los niveles de pobreza e indigencia, si bien se mantienen elevados, han descendido. Los datos existentes señalan que la pobreza se ubica en el 22.9% y la indigencia en el 6.1%. (CIFRA)
La mejora ha sido importante, ya que frente a la fuerte fragmentación del mercado de trabajo, el profundo deterioro de la calidad del empleo y el aumento en el número de trabajadores no registrados hacia el 2001, se pasa a una participación de los trabajadores en el PIB. del 28% a fines de 2006 al 39.5% en el primer trimestre de 2011. (CIFRA) Según un informe del PNUD, la Argentina ha hecho avances en desarrollo humano y calidad de vida, tomando como parámetros la nutrición infantil, la esperanza de vida al nacer y el alfabetismo.
En los últimos ocho años se crearon 5,2 millones de puestos de trabajo, lo que permitió que grandes franjas de los trabajadores recompongan parte de sus ingresos, sin que ello implique modificación alguna en la enorme apropiación del excedente por parte de los capitalistas industriales, especialmente en las fracciones más concentradas.(D.Azpiazu y M.Schorr – 2010).
En los últimos tres años, se produjo un estancamiento en la creación de empleo que se basa no solo en una disminución de la demanda de personal, sino también en la insuficiencia en la oferta en todos los niveles de calificación.
Índice de los salarios, tomando como base el cuarto trimestre del 2001=100, incluyendo tanto el trabajo registrado como el no registrado
2005 158,39
2006 188,32
2007 231.00
2008 282,73
2009 329,94
FUENTE: INDEC
Pero la manipulación de las estadísticas oficiales, ocurrida desde la intervención del INDEC, vuelve muy dificultosa la constatación de la información acerca del nivel inflacionario, la disminución de la pobreza y el crecimiento del ingreso
En definitiva se observa que la estructura económica desplegada desde el inicio del período neoliberal ha mantenido las formas productivas que convalidan bajos niveles salariales, a pesar de la revitalización de las convenciones paritarias. Explica también, que la distribución del ingreso siguió ubicándose en niveles que revelan una marcada regresividad, mas allá que en los años recientes la economía creció a tasas elevadas y el desempleo disminuyó.
LA POLÍTICA HACIA LA DEUDA EXTERNA
El endeudamiento externo, que había condicionado severamente la economía hasta el año 2002, cuando significaba el 143% del PIB., se ubicó al 31/3/11 en us$ 173.147 millones, es decir un 46.3% del PIB. .Pero si se descuenta la porción de la deuda que se halla en manos de las agencias intrasector público, un 49.9% del total, el peso de la deuda pública se reduce a un 24.4% del PIB… El sector privado representa el 38.5% de la deuda total, es decir us$ 63.314 millones que significan el 17.5% del PIB.
. Los montos mencionados computan solo la deuda normalizada, incluida la deuda con el Club de París y no los títulos que aún se encuentran en default. Tomando en cuenta los canjes del 2005 y los efectuados durante el 2010, se ha regularizado alrededor del 92% de la deuda que se encontraba en default desde 2001.
Contrariamente a lo ocurrido durante el período de la convertibilidad, se implementó desde 2003 una política diferente en esta materia, que incluyó el pago total del monto adeudado al FMI. y el pago de la deuda externa con reservas del BCRA. lo que ha disminuido su incidencia en el conjunto de la economía.
HACIA EL FUTURO
Se pueden señalar además, algunas medidas importantes tomadas por el gobierno como la eliminación de las AFJP y la estatización de los aportes jubilatorios, la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, la recuperación de las escuelas técnicas, la creación del Plan Estratégico Industrial 2020 y el rechazo a la aprobación del ALCA. La nueva ley de quiebras, que permitirá la continuidad de las empresas recuperadas y la ley que prevé la fabricación de medicamentos y vacunas en laboratorios estatales autónomos.
La lucha por los derechos humanos y la asignación universal por hijo y madre embarazada, constituyen asimismo hechos trascendentes, tendientes a recuperar un alto nivel de escolaridad y un completo plan alimentario para la niñez.
Pero en materia de seguridad social, queda por resolverse la restitución del nivel de los aportes patronales que descendieron de un promedio del 32,9% de las remuneraciones brutas en 1993 al 17,7% en el 2000 y el empleo no registrado que es del 25% en la ciudad de Buenos Aires, pero del 42% en el interior del país. (SEL Consultores)
En cuanto a la industrialización, esta debe conformar todavía un salto cuantitativo en su desarrollo, dando preferencia al conocimiento técnico para que no continúe siendo una actividad subordinada a la producción y exportación de productos primarios, sector que entre los años 2002 y 2010 solo contribuyó con el 10% al crecimiento del país.
Resultará decisivo el disciplinamiento del capital, que garantice el cumplimiento de los lineamientos de la gestión estatal impidiendo la fuga de capitales y la corrupción, actividades nocivas de los sectores monopólicos u oligopólicas. Propiciando a su vez, la reinversión productiva de las utilidades localmente y una profunda reforma fiscal que permita transformar la regresiva estructura impositiva actual.
El desarrollo tecnológico, intensificará la formación de las cadenas de valor para de esta forma diversificar el aparato productivo. La implementación de estas medidas revelará la posibilidad de cambiar los viejos paradigmas del modelo sustitutivo, reemplazándolos por una estructura económica articulada y más estable generando más trabajo complejo, con una inserción diferente en la división internacional del trabajo.
Estas acciones podrían acelerar el desarrollo de las innovaciones en el sector industrial (tanto en productos como en procesos), moderando los desequilibrios regionales e incrementando la productividad del capital y la competitividad internacional produciendo un importante giro hacia el conocimiento, sin negar las dificultades políticas que podrían producirse ante la posible implementación de estos cambios.
La estatización de las empresas privatizadas, en cuya operación coincidieron inversores tanto nacionales como extranjeros, quienes concordaron que las empresas públicas deberían someterse a las leyes del mercado, se encuentra pendiente de solución y este tema deberá resolverse dentro de un plan estratégico de recomposición del capital nacional
El desafío hacia delante para el estado es en definitiva, recuperar una sociedad mas justa e inclusiva, implementando un amplio abanico de políticas públicas que abarquen a vastos sectores de la población aún marginados, eliminando la pobreza y la indigencia y sobre todo atendiendo a la existencia de trabajadores y jubilados en situación de pobreza estructural, a los desempleados con difíciles posibilidades de reinserción laboral y a todos aquellos que se desempeñan en actividades informales de muy baja productividad.
.
Este conjunto de medidas, no permitiría que la Argentina llegue a desconectarse del sistema capitalista mundial, que atraviesa una situación económica altamente complicada, pero lograría que en el mediano plazo, la distribución de la riqueza sea más igualitaria, conformando una sociedad con un desarrollo más inclusivo y sustentable, con una mayor integración local de la producción y la consecuente potenciación del mercado interno.
*Alberto Wiñazky, economista, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11.
BIBLIOGRAFÍA
Mónica Peralta Ramos
La Economía Política Argentina – Poder y clases sociales 1930-2006
F.C.E. 2007
Daniel Azpiazu – martín Schorr
Hecho en Argentina
SIGLO XXI -2010
Eduardo Basualdo
Estudios de Historia Económica Argentina
SIGLO XXI – 2010
Rolando Astarita
Economía Política de la Dependencia y el Subdesarrollo
Universidad Nacional de Quilmes – 2010
Diversas publicaciones en diarios de Buenos Aires