La identidad y los desafíos del PT.

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José Genoino*

La búsqueda de una alternativa humanizadora y civilizatoria para la humanidad que la izquierda debe promover, se hace tanto más urgente cuando se constata la irrecuperabilidad de los parámetros de la antigua izquierda ortodoxa y de la crisis del ideario neoliberal. La comprensión de esa especificidad y de la complejidad del mundo de hoy debe hacer del PT un partido que se transforma con la transformación de la realidad, pero que se mantiene fiel a la lucha por los derechos humanos, por la libertad, por la justicia y por la igualdad.

Al cumplir 24 años de existencia, el PT enfrenta nuevos desafíos por haberse convertido en un partido de gobierno. Antes de abordar algunos  de esos desafíos es preciso decir que a lo largo de su historia el PT siempre actuó en política sin la presunción de poseer un saber absoluto, sin la “verdad” osificada de los dogmas que caracterizó a tantos otros partidos. Trabajando con las ideas, valores y proyectos como guías de acción, el PT evitó caer en la trampa de anticipar el futuro desde el presente, comprendiendo que el mundo de los seres humanos y de la política está constituido por posibilidades abiertas y realidades provisorias. En estos términos el proyecto del PT es una alternativa disputada entre otras, sin ninguna certeza absoluta de su realización. Vale la pena recordar, como bien lo señalaron Max Weber y Hannah Arendt, que la acción política tiene un carácter imprevisible. Esto no anula entre tanto la necesidad de que los partidos y los individuos que actúan en política tengan proyectos. Son esos proyectos que expresan deseos y fines, los que configuran la dimensión ética de la política.

Los críticos del PT, al argumentar que el Partido perdió la identidad al asumir el gobierno, parecen no comprender esa naturaleza provisoria de la política. El PT mantiene una fidelidad irrenunciable a los valores humanísticos y civilizatorios que están en su origen. Mantiene también una fidelidad inamovible a su condición de ser un partido de izquierda, dimensionada por su historia y por su compromiso de luchar por más igualdad y justicia. Pero desde el punto de vista político y de su programa, el PT, si quiere perdurar como un partido relevante, necesita estar en consonancia con su contemporaneidad, actualizando sus contenidos, sus métodos, su forma de actuar y de pensar. Los críticos del PT lo criticaban en el pasado a cuenta de una supuesta  ortodoxia ideológica lo critican hoy a cuenta de un supuesto abandono de su identidad. Estaban engañados en el pasado como lo están hoy por no percibir que el PT se inscribe en la modalidad de una izquierda nueva, democrática y pluralista, pero fiel a los valores básicos.

El principal desafió del PT, en este momento, consiste en viabilizar un nuevo modelo de desarrollo sustentable, con distribución de la renta y generación de empleo.
Junto a ese objetivo y en un plano no inferior están los objetivos de profundizar la democracia y la inserción soberana de Brasil en un mundo globalizado. La viabilización de un nuevo modelo de desarrollo económico y social implica una redefinición estratégica, relacionada con una serie de factores inherentes al desarrollo. Entre esos factores se destacan la necesidad de consolidar e integrar las cadenas productivas, de apostar en sectores industriales con potenciales competitivos y de innovación productiva, de estructurar polos económicos regionales de desarrollo, de incrementar el conocimiento, la investigación y la tecnología con vistas a aplicar un shock de valor agregado a la producción brasilera y de aumentar de forma exponencial aun más el comercio exterior integrándolo con el crecimiento del mercado interno de masas.

Este es en síntesis el proyecto innovador de desarrollo económico y social de Brasil que el PT viene sustentando. Su viabilización no se procesa de la noche para la mañana. Exige que se constituyan una serie de condiciones previas como un nuevo marco regulatorio, una nueva institucionalidad adecuada para el crecimiento de la micro-economía, una mayor oferta de crédito, la recuperación de la capacidad de inversión del estado en infraestructura y la creación de un ambiente favorable a la inversión privada. Para viabilizar este proyecto Brasil precisa de una nueva articulación institucional, capaz de dar cuenta de la necesidad de coordinación de las directrices y de los instrumentos para el desarrollo.

Otro desafió innegociable del PT consiste en mantenerse como un partido identificado con la lucha por la inclusión social, por la distribución de la renta y por la constitución de ciudadanía. Su enraizamiento en los movimientos sociales es esencial para el mantenimiento de esa característica. El PT sabe que el éxito de esa tarea dependerá de una adecuada combinación de las luchas sociales con las luchas institucionales. En ese sentido los movimientos sociales no pueden perder la perspectiva de su autonomía y el sentido de  sus objetivos. Desde las primeras administraciones en las prefecturas, el PT procura implementar programas sociales redistributivos con la finalidad de atenuar la exclusión social.

El tercer gran objetivo del PT es ampliar el carácter republicano y democrático del poder público. Por eso luchamos para crear a través de reformas institucionales, mecanismos de transparencia y de control social del estado y de participación de la sociedad en las decisiones del poder. Reformas como la política, del sistema judicial y de la gestión administrativa se inscriben en esta perspectiva. Gobernar reformando las instituciones debe ser la práctica constitutiva del PT como un partido de reformismo radical.

Por fin, el PT tiene también el deber de promover un debate sobre los rumbos de la izquierda, partiendo del supuesto de que los países están mundialmente integrados y de que crece la interdependencia entre Estados, sociedades, economías y culturas. La búsqueda de una alternativa humanizadora y civilizatoria para la humanidad que la izquierda debe promover, se hace tanto más urgente cuando se constata la irrecuperabilidad de los parámetros de la antigua izquierda ortodoxa y de la crisis del ideario neoliberal. La comprensión de esa especificidad y de la complejidad del mundo de hoy debe hacer del PT un partido que se transforma con la transformación de la realidad, pero que se mantiene fiel a la lucha por los derechos humanos, por la libertad, por la justicia y por la igualdad.

*José Genoino
Presidente Nacional del PT
Publicado en la página del P.T. – 16/02/2004

Traducción: Amado Heller (miembro del Consejo Editorial de Tesis 11)

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