Roberto Papadopulos*
Venezuela el punto más alto del conflicto regional. Los éxitos, los problemas y dificultades que enfrenta la Revolución Bolivariana, el plan de la derecha, la gran movilización popular y las políticas del actual gobierno para neutralizar el accionar de la reacción. La solidaridad de todas las fuerzas populares del continente.
La disputa de fondo
Abordar la situación de la República Bolivariana de Venezuela, es tal vez, analizar el punto más alto del conflicto planteado en América latina y el Caribe. La disputa entre dos modelos de país distintos; el modelo neoliberal conservador empujado por los grupos concentrados del poder económico internacional, las fuerzas de derecha reaccionaria, incluido sectores fascistas y la concentración mediática, representada por los diarios, cadenas de televisión y demás. Y por el otro el modelo nacional-popular, sostenido por las grandes mayorías populares, sus partidos políticos, organizaciones sociales, sindicales y avalados por los reiterados triunfos electorales, que pretende un país más equitativo y democrático, con inclusión social, e integración regional.
Este es el contenido principal de la disputa actual, no sólo en Venezuela, sino que se replica con distintas forma, en casi todos y cada uno de los países de la región. Los intentos desestabilizadores en el Ecuador y Bolivia, los ensayos en Argentina mediante los movimientos de mercado financiero, las acciones de jerarcas sindicales como Luís Barrionuevo y la mesa de enlace con la Sociedad Rural, el golpe en Honduras contra el presidente Manuel Zelaya, o la destitución “constitucional” en Paraguay de Fernando Lugo, son muestras de los variados mecanismos de “golpes blandos” que han puesto en marcha los grupos de derecha. En ellos los medios de comunicación, que pertenecen a los grupos de poder económico, aparecen como la punta de lanza para confundir, desestabilizar e introducir la idea del caos generalizado, que abra paso a la acción de los grupos de derecha. En esta estrategia aparece cada vez con más claridad el accionar del imperialismo norteamericano, a través de sus embajadas, y de las ONG sostenidas por grupos económicos y en algunos casos, como acaba de denunciar el Gobierno de Venezuela, con grupos de paramilitares que por la frontera de Colombia con Venezuela, entraron para aprovechar “el caos” que los grupos de derecha generaron.
La verdad de la historia
La historia de ésta parte del continente, reconoce otros momentos álgidos, en los cuales la acción de los imperios frustraron o condicionaron, los procesos de independencia y liberación. Lo sufrieron Simón Bolívar, San Martín, Sucre, Moreno, Belgrano y Martí, entre otros que vieron que sus ideas de la Patria Grande, independiente, democrática y más justa, se diluía ante el accionar de los intereses de los imperios. Experiencias como el gobierno de Jacobo Árbenz en Guatemala (1950), el General Torres en Bolivia en (1970), el General Perón en la Argentina (1955), Salvador Allende en Chile (1973), fueron derrotadas a sangre y fuego. Sólo la gesta cubana, les hizo morder el polvo de la derrota floreciendo, hoy, en un proceso único, inédito en nuestra América latina y el Caribe. La presencia de gobiernos democráticos y populares, los avances en los derechos humanos, el trabajo, la salud, la educación, el bienestar de los más necesitados y el crecimiento de propuestas como el MERCOSUR, la UNASUR y muy especialmente la construcción de la CELAC y el ALBA, con la presencia de Cuba, le infligen un duro golpe a la política norteamericana impuesta por su Presidente James Monroe que “América debe ser para los americanos” lo que significaba para los “norteamericanos”.
Es, precisamente, en Venezuela con el triunfo de Hugo Chávez en las elecciones del 2 de febrero de 1999 que la historia de la Patria Grande retoma su curso. Cobra altura, junto a Néstor Kirchner en Mar del Plata (2005) al derrotar la idea de EE:UU de imponer el Consenso de Washington y el ALCA como modelo de integración al servicio de los intereses de las grandes corporaciones económicas.
Las grandes transformaciones
Venezuela, con el liderazgo de Hugo Chávez y la creciente participación popular, comienza su proceso de transformación, donde las demandas de los más necesitados empiezan a concretarse.
El primer hecho histórico es la legitimidad democrática que logra, a través de las urnas, ganando 15 de las 16 elecciones. Elevando la participación y organización popular. La universalización del acceso a la educación, cerca de 1.5 millones de venezolanos aprendieron a leer y escribir, mediante la Misión Robinsón I, llevada adelante con la ayuda del gobierno Cubano. Esto posibilitó erradicar el analfabetismo. La tasa de niños escolarizados alcanzó el 93.2%, la de secundarios el 73% y la de universitarios a 2.3 millones. Se creó el Sistema Nacional de Salud con acceso gratuito, 7.873 centros y se alcanzó a tener 80 médicos cada 100.000 habitantes, lo que permitió bajar la tasa de mortalidad infantil de 19,1 a 10 por mil. La expectativa de vida paso de 72.2 a 74 años.
De 1999 a 2011, la tasa de pobreza pasó de un 42,8% a un 26,5% y la tasa de extrema pobreza de un 16,6% en 1999 à un 7% en 2011. En la clasificación del Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Venezuela pasó del puesto 83 en el año 2000 (0,656) al puesto 73 en 2011 (0,735), y entró en la categoría de las naciones con el IDH elevado. La tasa de desnutrición infantil se redujo en un 40% desde 1999. Durante la presidencia de Chávez, los gastos sociales aumentaron en un 60,6%. Desde 1999, el gobierno entregó más de un millón de hectáreas de tierras a los pueblos aborígenes. La reforma agraria permitió a decenas de miles de agricultores ser dueños de sus tierras. En total, se distribuyeron más de 3 millones de hectáreas.
En 1999, Venezuela producía el 51% de los alimentos que consumía. En 2012, la producción es de un 71%, mientras que el consumo de alimentos aumentó en un 81% desde1999. Si el consumo de 2012 fuera similar al de 1999, Venezuela produciría el 140% de los alimentos consumidos a nivel nacional. Desde 1999, la tasa de calorías que consumen los venezolanos aumentó en un 50%, gracias a la Misión Alimentación que creó una cadena de distribución de 22.000 almacenes de alimentos (MERCAL, Casas de Alimentación, Red PDVAL), donde se subvencionan los productos a la altura de un 30%. El consumo de carne aumentó en un 75% desde 1999. Cinco millones de niños reciben ahora alimentación gratuita a través del Programa de Alimentación Escolar. Eran 250.000 en 1999. La tasa de desnutrición pasó de un 21% en 1998 a menos del 3% en 2012. Según la FAO Venezuela es el país de América Latina y el Caribe más avanzado en la erradicación del hambre.
La nacionalización de la empresa petrolera PDVSA en 2003 permitió a Venezuela recuperar su soberanía energética. .
La nacionalización de los sectores eléctricos y de telecomunicación (CANTV y Electricidad de Caracas) permitió poner término a situaciones de monopolio y la universalización de los accesos a estos servicios. Desde 1999, se crearon más de 50.000 cooperativas en todos los sectores de la economía. La tasa de desempleo pasó
de un 15,2% en 1998 a un 6,4% en 2012, con la creación de más de cuatro millones de empleos. El salario mínimo pasó de 100 bolívares (16 dólares) en 1998 a 247,52 bolívares (330 dólares) en 2012. En 1999 el 65% de la población activa cobraba el salario mínimo. En 2012 sólo el 21,1% de los trabajadores disponen de este nivel salarial.
El plan de la derecha
Muchas son las conquistas logradas y lo avances alcanzados por los sectores más postergados y expoliados por las grandes concentraciones económicas. Hugo Chávez es en Venezuela y en América unos de los símbolos de la justicia social y la dignidad de los pueblos. Uno de los líderes indiscutidos, junto a Fidel, el Che, y otros. Y para la reacción, para quienes vivieron y quieren vivir a costa los pueblos, un enemigo. Por eso el discurso de Capriles fue intentar convencer a los “chavistas” para ganar las elecciones. Pero como no pudo hacerlo por la vía electoral democrática, estos “defensores de los valores supremos de la democracia”, se plantearon sembrar el caos. Leopoldo Rojas, economista con un master en Harvard y la diputada Corina Machado, que concurre asiduamente a la embajada norteamericana, cuando perdieron las elecciones, plantearon que no había que esperar más y salir a la calle a derrotar al gobierno electo. Así pudieron en marcha las técnicas de los “golpes blandos” difundido por Gene Sharp y escrito por la CIA. Sus partidarios, aprovechando las movilizaciones de los estudiantes, armaron barricadas, incendiaron locales del PSUV, edificios y oficinas públicas, guarderías, desabastecieron a la población de productos necesarios –faltaba papel higiénico y otros productos cuando los tenían acumulados en galpones o los vendían en Colombia a menor precio-, asesinaron a militantes y sus medios de comunicación que mienten permanentemente, deformaron la realidad, sembraron el terror, reprodujeron fotos de otros escenarios y otros tiempos. Quieren retomar el gobierno para utilizar al estado como instrumento de los grupos económicos concentrados.
Las dificultades y deficiencias planteadas
Cierto es que, a pesar de los avances, existen problemas a resolver. Unos de los problemas más importantes es la necesidad de cambiar la matriz productiva. La nacionalización de la renta petrolera y una cantidad de emprendimientos estatales, algunos en conjunto con países hermanos, no han dado aún frutos. Burocratización, ciertos aspectos de corrupción y la falta de material humano capacitado dificultan y retrazan estos objetivos. La entrega de tierras, la marcha lenta en la construcción y puesta en marcha del sector cooperativo, la demora en activar el proceso productivo en el campo, salir de la historia de vivir sólo de la renta petrolera, hace depender todavía de la importación de alimentos del exterior, muchas veces insuficientes para cubrir las crecientes demandas de los sectores, que gracias a un mejor nivel de vida, se incorporan al mercado de consumo. La economía concentrada, en la producción, comercialización y el mercado financiero, incide en la distribución de la riqueza y en la distorsión de los precios.
Una nueva derrota de la derecha
La primera faz del nuevo intento de golpe de estado, para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro, fue derrotada. Ya lo habían intentado en el 11 de abril del 2002, secuestrando a Hugo Chávez y haciendo jurar a otro gobierno provisional. Ayer como ahora, la decisión del gobierno, la gran movilización popular y fuertes voces de los gobiernos del continente, el argentino y de Bolivia, derrotaron a las fuerzas reaccionarias. Pero las fuerzas de derecha y del imperio necesitan mantener a “su patio trasero” en orden, ponerlo dentro de su “orbita”. Ven peligrar su estrategia de ser una fuerza importante del poder mundial frente a los otros países y organizaciones de países. Su despliegue de bases y fuerzas armadas en el cono sur, su ofensiva en medio oriente y su intento de rodear a Rusia con sus misiles, incentivando la crisis de Ucrania, son una muestra de sus planes.
La estrategia de la Paz
El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, ha planteado, con justa razón e interpretando el sentir de la gran mayoría del su pueblo, la estrategia de la mesa de diálogo abierta, sin agenda preestablecida para debatir los problemas. Para que cada sector exponga claramente que opina de la situación del país y cuales son las soluciones. Que cada uno de la cara y diga su “verdad”. Trasmitido al conjunto del pueblo, el decidirá que solución, que modelo de país está de acuerdo construir. Aquí la batalla ideológica, política y cultural, junto a la movilización y organización popular, será decisiva para volcar el triunfo hacia los sectores populares. Ese triunfo ayudará a desplegar y consolidar los procesos de los demás pueblos de América y la unidad continental. Sin ésta, sin el desarrollo de proyectos comunes de gobiernos y pueblos de nuestra América será imposible pensar en una Patria Grande que consolide ésta etapa de gobiernos populares , dejando abierto un peligroso camino de retorno al neoliberalismo, con las consecuencias que son visibles hoy, en la Europa actual. En ésta batalla, que no sólo es la del pueblo de Venezuela, sino la de toda América, la acción solidaria y de repudio a las fuerzas reaccionarias, es de gran importancia.
*Roberto Papadopulos, periodista, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11
Roberto:Totalmente de acuerdo con tu artìculo sobre la situacion compleja de Venezuela,y la importancia clave de la soluciòn de la misma para toda nuestra Amèrica ,y para este,Mundo Multipolar que se vislumbra.
Marcos Godfeder