Horacio Ramos*
Así partió, fiel a sus principios, con la mirada puesta en el inevitable y venturoso porvenir de los hombres, y al que, con sabia tenacidad, Floreal apostó, con firmeza, a lo largo de su vida entrañable.
Ha pasado mucho tiempo. No obstante, en mi sangre aún navegan los aletazos de juventud y combate que, sin tregua, dábamos en ese andarivel lúcido e inquietante que fue, para nosotros por lo menos, la dilatada huelga bancaria de 1959. En esos días en que la lucha se convierte en inevitable hermandad, tuve la alegría de conocerlo en el Sindicato de Canillitas, donde la solidaridad de estos compañeros admitía que nos reuniéramos por las mañanas. Después, en los primeros meses del ´60, la aparición de la revista “Todos”, dirigida por un intelectual de la envergadura de Bernardo Kordon y a cuya redacción yo pertenecía, permitió que lo entrevistara(¡ya en esa etapa!) sobre el significado y presencia en la Argentina del FMI.A los años, el Movimiento Cooperativo fue el puente de plata que, para mi satisfacción, posibilitó nuestro reencuentro.
Ahora, en esta última época, “Tesis 11”, refugio impenitente de militantes de la Esperanza, sirvió para que honrara nuestras páginas y la tribuna mensual, con su opinión profunda, plural, de honda raíz unificadora. Su actitud reflexiva, sólida, lo hacía también dueño de una insólita capacidad de ternura en el trato con los compañeros. Al respecto, y no sé cómo lo conseguía, en cada mojón de mi camino literario, siempre supo conmoverme con una nota cálida, inesperada, donde ponía de manifiesto ese gesto fraternal que le brotaba por los poros. No era un sentimental, porque eso es sólo patrimonio de algunos canallas de la historia. Floreal poseía una natural sensibilidad que, en sus hábitos cotidianos, hacía suya la antigua frase del comediógrafo latino Terencio y que tanto gustaba repetir a Carlos Marx: “Nada humano me es ajeno.” Su conducta, empapada de una digna intención de futuro, fue un testimonio permanente de amor a la patria y a nuestro pueblo. Así partió, fiel a sus principios, con la mirada puesta en el inevitable y venturoso porvenir de los hombres, y al que, con sabia tenacidad, Floreal apostó, con firmeza, a lo largo de su vida entrañable.
*Horacio Ramos, escritor y periodista, miembro del Consejo de Redacción de “Tesis 11”.