Revista Nº 142 (05/2021)
(internacional-eeuu-américa latina)
Gerardo Codina[1]
Acosada la humanidad por una crisis formidable causada por la pandemia y las restricciones que impuso a la vida económica para intentar contenerla, el virus no provocó el cambio del orden social que esperaban algunos[2], pero si el golpeó duramente la globalización neoliberal que parecía desplegarse indefinidamente sin obstáculos. En el intento de recuperar la iniciativa global, el gobierno de Biden se aleja del pensamiento neoliberal, mientras nuestras derechas lo reivindican.
Trascurridos los primeros cien días del nuevo gobierno norteamericano, se pueden apreciar matices diferenciales en la política de la primera potencia mundial, claramente orientados a revertir su tendencia al estancamiento y a recuperar el liderazgo del capitalismo global, del que había desertado Trump.
Para nuestra América los cambios no parecen por el momento excesivos, aunque incluyen aspectos inesperados y que, de concretarse, podrían mejorar el horizonte de nuestros pueblos. Son tres elementos principales. La idea de suspender las patentes de las vacunas anti covid mientras dure la pandemia, la propuesta de gravar las rentas globales de las multinacionales y el pedido al FMI de congresistas del partido de gobierno de suspender el cobro de los créditos a los países que padecen la pandemia, convergente con el anterior reclamo del Banco Mundial y el mismo FMI[3] a los acreedores bilaterales de suspender el cobro de las deudas a los países más pobres.
El levantamiento de las patentes de las vacunas contra el covid, para posibilitar su producción por laboratorios de otros países, no implica necesariamente la transferencia de la tecnología requerida para hacerlo de modo seguro y no en todos lados se cuenta con las capacidades nacionales como para afrontarlo con éxito y en un tiempo prudente. Pero importa sobre todo porque abre una grieta en el muro de la propiedad intelectual con el que el capitalismo hiperconcentrado había encerrado las posibilidades de desarrollo autónomo de los pueblos más pobres y que está en el centro de la disputa tecnológica actual con China.
La propuesta debe sortear una férrea resistencia de las multinacionales farmacéuticas, incluidos los gigantescos fondos de inversión que son propietarios de Pfizer, pero la posibilidad de la revisión de la intangibilidad de las patentes en el contexto de una emergencia sanitaria global es de por si auspiciosa. Hubiese hecho falta destacar que en el desarrollo de las vacunas los laboratorios no invirtieron fondos propios, sino públicos, adelantados para alcanzar el objetivo de disponer primeros que nadie de un antídoto eficaz[4].
La segunda iniciativa, de gravar las rentas globales de las multinacionales, desanda el camino recorrido en los últimos treinta años, en los que se estimulaba a los países en competir entre sí promoviendo la rebaja impositiva como mecanismo para atraer inversiones, y va de la mano con la idea de subir un tercio los impuestos a la renta corporativa en el país del norte, a los fines de financiar un enorme programa de infraestructura doméstica destinado a intentar reposicionar a Estados Unidos a la vanguardia de la productividad[5] mundial.
Esta iniciativa ha generado sorpresa en líderes latinoamericanos[6] por su similitud con iniciativas denostadas como “populistas” por las derechas de la región. Su aprobación dependerá de las precarias mayorías que detenta el nuevo oficialismo norteamericano pero, de plasmarse en la realidad, implicaría el reconocimiento de que lo que ha dañado a Estados Unidos fue el neoliberalismo[7].
El tercer elemento, referido a la deuda externa que nos agobia, como el de las vacunas, intenta contrarrestar el afianzamiento de la influencia china y rusa en la región, en un momento en que se acrecientan las dificultades económicas y las tensiones sociales. Descomprimir la inmediatez de las exigencias financieras e incrementar los recursos a disposición de nuestros países, mediante el incremento de los derechos especiales de giro[8], serviría para afrontar de mejor manera el exigente escenario post covid. Claro, no será para todos igual. El “humanismo financiero” no alcanzaría para reconocer las dificultades de Venezuela, golpeada por el accionar destituyente de la derecha local y regional[9], alentada por el imperio.
La nostalgia de nuestras derechas
El reciente encuentro “Defensa de la democracia en las Américas” celebrado en Miami, donde se congregaron, entre otros, Luis Almagro, Mauricio Macri y Lenin Moreno, mostró lo nuevo y lo viejo en el pensamiento y las prácticas de las derechas latinoamericanas. El evento coincidió además, con la implosión social de una Colombia exasperada por la violencia y la injusticia social, crisis que fue achacada por Pastrana e Iván Duque a la distancia, al accionar de vándalos que sólo había que reprimir. Por lo demás, no mereció comentarios públicos del resto de los participantes[10] de aquel evento.
Unas derechas que, con sus matices, algunos autores perciben como “nueva”[11], en la medida que apuesta por la construcción de consensos sociales, apoyándose en los monopolios de comunicación social que controla, e interviene activamente en la vida democrática construyendo opciones competitivas, incluso apropiándose de prácticas como la movilización callejera, que antaño parecían atributo exclusivo de las fuerzas populares y generando alianzas amplias con el objetivo de derrotar a quienes desafían al status quo social, como acaba de suceder en Ecuador.
Como propone Giordano en el artículo citado siguiendo a otros autores, conviene también distinguir las derechas que “ejercen la oposición de aquellas que ejercen el gobierno”. En el poder, responden con un virulento accionar represivo, que incluye prácticas ilegales como la muerte de decenas y la desaparición de centenares de personas como se denuncia ahora en Colombia, para acallar las protestas generadas por la imposición de políticas neoliberales en medio de la crisis económica, social y sanitaria agravada por la pandemia.
La misma reacción se repitió en Chile, Bolivia en tiempos de Áñez, Ecuador con Moreno y se intentó en Argentina bajo el gobierno de Macri. En cada caso, adjudicando la revuelta al accionar de grupos ideológicos alentados por la “dictaduras populistas del socialismo del siglo XXI”, como se las caracterizó en Miami, a los que se les imputa el quiebre del consenso democrático y el fomento del “odio”.
Por el contrario, cuando no se encuentran en el poder, un rasgo principal de las derechas (y no es nuevo) es la búsqueda activa de la desestabilización social, con el fin propiciar la caída y el desprestigio de las fuerzas políticas populares. En esta “apuesta al caos” se recurre a todo el repertorio imaginable de acciones, desde el lawfare hasta la fuga de capitales; desde la “desobediencia fiscal” hasta el contrabando en gran escala; desde la generación de falsos debates como la contraposición entre libertad y política sanitaria, hasta el bloqueo de activos nacionales en el extranjero o la imposición de sanciones económicas.
Si en el pasado se postulaban como representantes del “orden”, hoy promueven el caos social en la certeza de que son indemnes a sus consecuencias, y a la creencia de que con él pueden disolver el poder político de las fuerzas populares y recuperar su posibilidad de ser otra vez gobierno.
Pero no sólo juegan dentro de las reglas democráticas. También se muestran dispuestas a “tomar por asalto” el poder, promoviendo golpes palaciegos como los sufridos por Dilma Rouseff o Fernando Lugo en nuestra América del sur o asonadas policiales acompañadas de bandas armadas de ultraderecha, como ocurrió en Bolivia.
En ese sentido, en nuestra experiencia histórica, tanto en la represión del movimiento obrero durante la Semana Trágica, cuanto en los golpes militares que derrocaron a Yrigoyen y a Perón, los comandos civiles jugaron un rol destacado, con diferentes nombres en cada momento, desde la Liga Patriótica hasta la Triple A.
El hecho que se hayan reunido en Miami y que el organizador fuera un ex alcalde de esa ciudad, cubano de nacimiento, refleja además de que se trata de una articulación continental de las derechas que opera en sintonía con círculos del poder norteamericano, pese al recambio de administraciones y a la misma revisión de sus parámetros conceptuales fronteras adentro.
Paradójicamente, políticas semejantes a las de Biden aplicadas en nuestros países, motivarían que nuestras derechas volvieran a enarbolar el discurso anticomunista. Es que, por mucho que intenten ajustarse a los nuevos tiempos, se trata de “unas derechas que, como Mario Vargas Llosa en Perú o Gonzalo Sánchez de Lozada en Bolivia, defendían a ultranza los valores del capitalismo más voraz contra aquello que consideraban sus agentes erosionadores: el comunismo, el burocratismo, el intervencionismo del Estado y, en general, cualquier política regulatoria del mercado que afectara los intereses de clase de unas burguesías consolidadas en los años 70, en el marco de Estados terroristas o seguidores de la Doctrina de Seguridad Nacional, pero dispuestas a promover un cambio en el formato político, toda vez que consideraban que ese Estado ya no representaba adecuadamente sus intereses”[12]. Quizás eso explique su silencio ante Biden.
[1] Gerardo Codina, psicólogo, integrante del Instituto del Mundo del Trabajo Julio Godio – UNTREF, ex Secretario General de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA), miembro del Consejo Editorial de Tesis 11.
[2] http://revistaanfibia.com/ensayo/los-falsos-profetas-la-pospandemia/
[3] https://www.dw.com/es/fmi-y-banco-mundial-piden-suspensi%C3%B3n-de-pagos-de-deuda-de-pa%C3%ADses-en-desarrollo/a-52917974
[4] https://www.redaccionmedica.com/recursos-salud/faqs-covid19/que-hace-operation-warp-speed-vacuna-covid
[5] https://www.france24.com/es/programas/econom%C3%ADa/20210401-economia-plan-infraestructura-eeuu-impuestos-biden
[6] https://www.minutouno.com/politica/cristina-kirchner/sorprendida-las-medidas-joe-biden-n5189469
[7] https://www.pagina12.com.ar/337069-cual-es-el-plan-biden-en-la-pelea-de-estados-unidos-contra-c
[8] https://www.cepal.org/es/articulos/2021-asignacion-derechos-especiales-giro-deg-desarrollo-beneficiaria-todos-paises
[9] https://www.infobae.com/america/venezuela/2021/04/17/el-fmi-no-otorgaria-a-venezuela-usd-5100-millones-en-derechos-especiales-de-giro-porque-no-reconoce-al-regimen-de-maduro/
[10] https://www.infobae.com/america/america-latina/2021/05/05/en-vivo-presidentes-ex-jefes-de-estado-y-lideres-de-la-region-participan-del-foro-defensa-de-la-democracia-en-las-americas/
[11] Giordano, Verónica. “¿Qué hay de nuevo en las ‘nuevas derechas?. Nueva Sociedad Nº254, noviembre-diciembre de 2014.
[12] Giordano, Verónica. Ob. Citada.