Nota editorial de Tesis 11. ¿POR QUÉ HAY QUE GANAR LAS ELECCIONES?

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Las elecciones primarias de setiembre y las legislativas de noviembre próximo, representan un hito importante para la consolidación de un programa nacional y popular en favor del pueblo argentino.

Los grupos dominantes en Argentina, también tienen su proyecto, de privilegios para ellos y exclusión para el pueblo, que se ha aplicado en forma intermitente en nuestro país. Sobre todo por gobiernos dictatoriales y el de Carlos Menem, quien cínicamente confesó que si lo hubiera dicho en campaña no lo hubieran votado.

El gobierno del Frente de Todos, representa hoy la alternativa popular concreta para avanzar en la consecución de derechos sociales, arrasados por el macrismo, y mejorar el nivel de vida del pueblo.

La confrontación de esos dos proyectos, económicos, políticos, sociales y culturales, se produce en un momento absolutamente singular de la historia argentina y mundial.

Si los gobiernos de todo el mundo deben enfrentar las consecuencias nefastas que la pandemia sanitaria ha acarreado para los pueblos, en la Argentina, el gobierno del Frente de Todos, ha debido hacerlo, además, luego de recibir un país devastado por la “pandemia de cuatro años de gobierno de la derecha neoliberal de Mauricio Macri.

Pese al desastre recibido, y la aparición sorpresiva de la pandemia mundial, las acciones de contención económica y alimenticia del gobierno, hacia los sectores más vulnerables, ha sido muy importante. Pero no suficiente para evitar una fuerte caída de la actividad económica y del empleo. El aumento de la desocupación, el retroceso del salario real y los ingresos por changas de amplios sectores de trabajadores no registrados y la caída de las jubilaciones, significan heridas de consideración en el cuerpo social.

Los grupos de poder dominantes han logrado instalar, en distintos sectores, un tipo de “sentido común” que juega un papel importante en el imaginario social. Esta estrategia les permite difundir noticias falsas, diseminar odio y calumnias de todo tipo y que conduce a sectores pertenecientes a los grupos subordinados a pensar, razonar y votar contra sus propios intereses

Es realmente impresionante la cantidad de medidas adoptadas por el gobierno en beneficio de los sectores más vulnerables, que no han tenido, quizás, suficiente difusión. La asistencia al pueblo y su cuidado sanitario se ha expresado de múltiples maneras (aislamiento subsidiado, vacunas, pago de sueldos, distribución de alimentos, créditos subsidiados a las pymes) y al mismo tiempo se ha renegociado la deuda externa privada, dejada por el macrismo, con reducción de intereses y alargamiento de plazos. A todo esto se debe agregar un muy importante plan de obras públicas (caminos, hidroelectricidad, dragado del Salado, obra cloacal en el Riachuelo y otras)y el inicio de numerosas obras privadas, que son notorias pero poco difundidas y, por ende, poco conocidas masivamente.

En este contexto, la acción devastadora de la derecha, en todas sus variantes, ante la imposibilidad de proponer nada,dados los desastres hechos en su gobierno recién terminado en 2019, sólo atiza sentimientos de odio, mintiendo sobre todos los temas en los que implique evaluar la acción de gobierno. Recurren al “caranchismo político” de usar a los muertos por la pandemia, culpando al gobierno que más protegió. Llamaron a repudiar las vacunas, luego el origen, luego la insuficiencia. Cuentan para todo esto con la protección y empuje de los medios de comunicación concentrados, que no sólo difunden, sino que les dan la letra, para la campaña “antipolítica”, que en definitiva proponen, como forma de igualar al conjunto de los actores políticos, con su propio perfil reaccionario, regresivo y delictual.

Pero el crédito social de la derecha no es ilimitado y por eso aparecen figuras que exponen una prédica de ultraderecha fascistoide que, atacando en forma de diatribas y discursos incendiarios contra el gobierno, contra el rol del Estado y contra todo lo que sea política nacional y popular, pretenden hacer pie en un sentimiento de malestar existente en la sociedad, producto de la pandemia y la crisis económica.

Un derrotero de más de cinco años de retrocesos ha producido fisuras, sobre todo en sectores juveniles que, desorientados y faltos de una mística que implique un futuro esperanzador para sus sueños, “compran” la diatriba antipolítica y adhieren a ideas que, en realidad, son contrarias a los intereses de la juventud, en cuanto a la consolidación de un país con oportunidades laborales, educativas y científicas, y sobre todo de empleo, para el conjunto de la población, pero principalmente, para la juventud.

Por eso, detrás de las arengas de “moral, republicanismo y anticorrupción” de personeros de Juntos por el Cambio, que han demostrado, en el gobierno, carecer del más mínimo sentido de la ética y la moral, se esconde en realidad, la finalidad de retomar la conducción política del Estado, para completar la construcción de un determinado tipo de país.

La derecha neoliberal en sus variantes de “palomas” y “halcones libertarios”, se propone consolidar un modelo de país con exclusiones permanentes, con pérdida de derechos sociales adquiridos por la lucha del pueblo, y con “flexibilidad laboral” que les permita reducir al máximo la ocupación laboral, lanzando a la marginalidad a más sectores, para los que reserva una política basada en el “derrame” de la copa llena de la cual ellos beben y de “caridad social”, pero no de participación en la vida política, social y económica el país. Ellos representan un modelo en el que, el crecimiento, si hubiere, se basaría en la inversión hacia sectores privilegiados, la exportación agroalimenticia, y la libre importación de bienes, que implicaría un “golpe de gracia” a la industria argentina.

El pueblo, sus trabajadorxs, profesionales, estudiantes, cuidadores, científicos y artistas están representados en otro modelo de país.  Es el proyecto nacional y popular que implica profundizar la expansión de los derechos sociales, reactivar el mercado interno a través del aumento del empleo y de salarios reales en aumento y consolidar bienestar para los jubilados. Un proyecto de soberanía nacional que implique negociar con todos los países del mundo y auspiciar bloques regionales de recíproca conveniencia para las naciones de América Latina

Para poder, entusiasmar a la juventud incorporándola masivamente a los movimientos sociales y populares que luchan por las transformaciones progresistas, se hace necesario GANAR LAS ELECCIONES próximas.  Es necesario sumar más bancas legislativas en el Congreso. Ello implicaría tener la fuerza legislativa necesaria, para sancionar nuevos cuerpos de leyes que impliquen un nuevo contexto legal para avanzar en las modificaciones progresistas de nuestra estructura económico social.

Si a esto agregamos la posibilidad de acuerdo con el FMI, que difiera los pagos, reduzca los intereses y acepte la soberanía argentina para el diseño de una política económico social diferente a las del ajuste, estaríamos en presencia, ahora sí, del inicio de un proceso extenso de realizaciones en favor del pueblo.

La derecha está despavorida ante la posibilidad de la consolidación legislativa del proyecto popular y de perder algunas gobernaciones. Tal el caso de Corrientes, donde el domingo se eligen nuevas autoridades y en el acto de cierre de campaña, el diputado Miguel Arias del Frente de Todos, fue herido de gravedad por un disparo, mientras se encontraba en el palco de disertación.Hecho inusitado en la vida política argentina, de extrema gravedad institucional, que exige una inmediata investigación pública para descubrir los responsables materiales e intelectuales del hecho. Para salir de esta encrucijada, es necesario GANAR LAS ELECCIONES, y así con una fuerza legislativa con más bancas avanzar en la transformación progresista del país. En igual dirección debieran actuar los movimientos sociales y sindicales, llamando a una activa participación popular que al mismo tiempo que defienda sus intereses apoyando a este gobierno, lo estimule y empuje en la dirección adecuada, dándole el sostén y el apoyo crítico necesario.

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