Reunida el 23 de agosto de 2016 en San Pablo, la Comisión Ejecutiva Nacional del Partido de los Trabajadores aprobó la siguiente resolución de coyuntura
Los próximos días serán decisivos para la vida del pueblo brasileño. Es vital derrotar al golpe para mantener el régimen democrático, defender derechos sociales y el retorno de la presidenta Dilma Roussseff con un programa de cambios. Esta es la tarea principal del PT, de los sectores democráticos y populares del país.
Como ya lo ha demostrado hasta la saciedad, no sólo por las pericias técnicas sino también por la propia confesión de una senadora golpista, la presidenta Dilma no cometió ningún crimen. El impeachmet sin crimen de responsabilidad es golpe, aunque intenten enmascararlo con una cínica chicana jurídico-legal. Se habla de la destitución de la Presidenta por el “conjunto de su obra”, de su trayectoria. Como bien afirmó la Presidenta Dilma en su carta a los senadores: en democracia, quien destituye a un gobernante electo por el conjunto de la obra, es el pueblo. Ninguno más.
Para usurpar el voto de 54 millones de brasileños y brasileñas, el gobierno usurpador, con su programa neoliberal y acciones regresivas, coloca en riesgo derechos duramente conquistados, las libertades democráticas, el patrimonio público y la soberanía nacional.
En poco más de tres meses, la ofensiva reaccionaria se expandió en varios frentes. Va desde la contrarreforma de los beneficios previsionales, con la elevación de la edad mínima para jubilarse y la desvinculación de salario mínimo para el reajustes de beneficios, hasta la derogación del régimen de contrato de trabajo, con tercerización generalizada, extensión de la jornada de trabajo y predominio de lo negociado sobre lo legislado.
La acción nefasta se extiende a la política altiva y activa de Itamaraty, trasmutada ahora por el golpista José Serra en alineamiento automático y sumiso a los EE. UU. La crisis abierta en el Mercosur, con el veto a la presidencia pro tempore de Venezuela, es un episodio más de sabotaje a la integración regional, así como la simpatía por los acuerdos bilaterales de libre comercio fragiliza la consolidación de los BRICS.
En el área económica abultan las medidas regresivas como la que establece un régimen fiscal (PEC 241/16) que, al imponer un límite máximo para los gastos públicos durante 20 años, sacrificará los gastos constitucionales obligatorios como salud y educación. Nuestras bancadas luchan para barrer este retroceso, así como la PEC 257/16, que ataca derechos de los servidores públicos.
El desmantelamiento del Estado se irradia en la furia de las privatizaciones, con la entrega de las riquezas nacionales – Petrobras y el Pre-Sal al frente – y con la autorización de venta de tierras a extranjeros.
Los golpistas quieren hacer retroceder al país a los tiempos de triste memoria en que el Estado brasileño era de pocos y para pocos, el llamado Estado mínimo neoliberal. En los que no había políticas de inclusión social, como la Bolsa Familia y la actualización del salario mínimo; en el que la salud y la educación eran mercaderías que pagaba quien tuviera recursos, en los que no había inversión en otros programas sociales (SUS, SAMU, Brasil Sonriente), expansión al interior de las universidades públicas, política de ampliación de guarderías; en los que negros/as pobres, mujeres, indios, personas LGBT eran más discriminados y sujetos, sin la mínima protección del Estado, a toda suerte de violencia y ataque a sus derechos humanos; en los que jóvenes de las clases trabajadoras no tenían ningún horizonte educacional de nivel universitario nacional e internacional, en los que no había Pro-Uni, FIES o Ciencia sin Frontera; en que no había perspectiva de crecimiento económico en todo el territorio nacional con justicia social, generación de empleos y protección social; en que no había inversión pública en infraestructura, en autosuficiencia energética, en política de fortalecimiento de nuestra ingeniería pesada y de ingeniería consultiva, que favoreció el desenvolvimiento tecnológico de contenido nacional con expansión de la logística e infraestructura para las regiones Noreste Norte y Centro-Oeste, como lo fue desde 2003 con Lula
Los golpistas están en contra de Brasil para todos, con igualdad de oportunidades, Por eso, sólo en base al golpe conseguirían implementar esta agenda con tanto retroceso social, porque con el voto, en democracia, esa agenda fue derrotada. Las Olimpíadas recién concluidas, cuya realización es una innegable conquista de los gobiernos de Lula y Dilma, a través de los fundamentales Plano Brasil Medallas (2012) y el Programa Atletas de Alto Rendimiento de la Fuerzas Armadas (2008), mostraron al mundo un país orgulloso de sí, que no acepta retrocesos y que aprendió a ocupar su lugar en el mundo.
Pero el éxito de los golpistas no está asegurado. Se engañan los que hallan que el PT y los sectores democráticos, todos y todas que apoyan a Dilma, se extinguirán. El “fora Temer” y las movilizaciones, de las más variadas formas, se vienen sucediendo en todo el país, en las calles y en las redes. Es nuestra tarea intensificarlas, reforzar la inmensa energía popular que resiste al golpe; esclarecer lo que está en juego, denunciar el desmantelamiento de las conquistas de los gobiernos de Lula y Dilma, presionar democráticamente a los senadores y senadoras en sus Estados y en el Congreso.
Sólo la movilización puede barrer el impeachment. Por eso es fundamental apoyar y participar en los eventos organizados por los Frentes, que deberán convergir a un gran acto, en Brasilia, previsto para el día 29 de agosto. En esa fecha, la presidenta Dilma, en una decisión de mucho coraje, deberá comparecer en el Senado para hacer su defensa, denunciar la farsa escenificada por el gran capital con apoyo de los medios monopolizados y de altos funcionarios de los poderes del Estado y alertar al pueblo brasileño sobre las graves amenazas que la destitución traería a los derechos sociales y a los avances obtenidos en los últimos años.
Finalmente, ahora que la campaña electoral comenzó oficialmente, el PT debe comprometerse con la disposición a acumular fuerzas para el enfrentamiento con los golpistas, para alcanzar victorias en las prefecturas y cámaras, con presentación de programas populares, el rescate de nuestros proyectos municipales y nacional y la defensa del PT contra los que intentan proscribirlo.
San Pablo, 23 de agosto de 2016
Comisión Ejecutiva Nacional del Partido de los Trabajadores.
Traducción Isaac Grober