Jorge Cardelli*
“Otra manera de ver como la historia estuvo presente en el debate político educativo es pensando esta como una totalidad en movimiento y donde el futuro es una construcción desde el presente a partir de la experiencia histórica.”
Las reflexiones sobre Sarmiento siempre son problemáticas. En las que realizan las estructuras ideológicas de la clase dominante predomina el carácter apologético. Es una buena oportunidad para que estas expresiones orgánicas manifiesten su vocación por la educación. Obviamente esta vocación tendrá un carácter abstracto. Esta es una particularidad del significado de Sarmiento. Manifestar compromiso con sus ideas y más aun, hacerlo sin ningún sentido crítico, es un pasaporte para quien lo hace de su creencia de que la educación juega un papel central en la gestación del presente y futuro del país.
En las décadas del sesenta y setenta esta discusión en el seno del movimiento popular tenía un carácter antagónico e indudablemente expresaban estrategias de transformación anticapitalista diferentes. Esto motiva dos reflexiones y nos permite ubicar con mas claridad el debate en torno a Sarmiento hoy. Digo debate por que ya no se puede seguir enseñando historia a partir del carácter indiscutible de algunas tesis que justifican su reivindicación. Esto es más necesario aun cuando se piensa en las luchas sociales actuales de América Latina y en los aportes al conocimiento del carácter social, político e interesado del conocimiento científico La primera reflexión que creo necesaria es sobre el papel de la historia en los debates políticos. Una manera de ver esto es pensando la historia como una “reconstrucción racional desde el presente”. Esta es una manera un poco más amplia de aquella que directamente organiza el acontecer histórico con el fin de mostrar que el presente es la única consecuencia histórica posible. En estos esquemas la historia solo interesa como lugar de verificación de teorías, como justificación de visiones del presente. Un ejemplo de esto es la reivindicación de Sarmiento de las ideologías neoliberales que se expresan en el diario La Nación o Clarín. Para ello recortan sus dichos de manera conveniente y de esa manera aparece como un antecedente de las visiones que ellos propugnan.
Otra manera de ver como la historia estuvo presente en el debate político educativo es pensando esta como una totalidad en movimiento y donde el futuro es una construcción desde el presente a partir de la experiencia histórica. En este caso las teorías sobre el presente se articulan con visiones sobre el movimiento histórico y en todo caso los rasgos del acontecer actual terminan aportando o cuestionando la validez de estas visiones globales. Este es el ejemplo de Marx donde de partida nos dice que la historia concreta es la de los Modos de Producción y la contradicción principal de los mismos es la lucha de clases. Desde esta perspectiva se daba el debate en el movimiento popular en las décadas de del sesenta y setenta. Como ejemplo podemos decir que esto llevaba a discutir como fue incorporada la Argentina en la expansión capitalista mundial y como esto fue incidiendo en su constitución.
La segunda reflexión es en torno a las características del debate sobre Sarmiento en la misma etapa. Dentro del mismo se puede distinguir perspectivas reivindicativas y criticas. Las que circularon como intermedias en ese momento no salían del eclécticismo. En cuanto a las posturas reivindicativas hay una que es la expresión del pensamiento Oligárquico Liberal, que ve en Sarmiento una clara manifestación del Liberalismo triunfante en Caseros y cuyo proyecto de país es la integración lisa y llana, sin condiciones al capitalismo imperante que tiene en al Imperialismo Ingles como presencia hegemónica en estas tierras. Mas allá de las posiciones particulares de Sarmiento en torno a los modos en que se pensase la ubicación de nuestro país en el capitalismo imperialista, lo principal para esta perspectiva era la aceptación de este último en bloque y trabajar activamente para remover todos los obstáculos que se oponían a nuestra integración plena. Estos se expresaban en la defensa que nuestros pueblos hacían de dos aspectos de su experiencia social, cultural e histórica vivida en nuestro país. Una de ellas son las diferentes formas de desarrollos industriales autóctonos y capitalistas que cuestionaban al libre comercio y a la invasión de manufacturas Europeas y particularmente inglesas. El modelo de referencia era Paraguay. La otra es la defensa de una identidad cultural en desarrollo que articulaba a los pueblos originarios y los que se constituyeron en la resistencia a la colonización imperialista de España. Esto se expresaba de diferentes formas en movimientos regionales de características federales. Para el combate de estos obstáculos Sarmiento fue uno de los principales intelectuales orgánicos y ejecutores desde las estructuras del Estado. Su dureza en la represión es una muestra de su compromiso. Desarrolló hasta lo incomprensible la perspectiva de la “Civilización” contra la “Barbarie”. Reivindico en bloque las formas de producción, la organización social y política, el saber y la cultura del Capitalismo Imperialista expresado por Europa y en particular Inglaterra, mas allá de su simpatía por el desarrollo joven de los EEUU. Hizo de la política inmigratoria europea una herramienta para transformar y hasta sustituir la población existente en nuestros países. En este marco impulso a la educación pública como una herramienta fundamental para este proyecto de constitución de un sujeto social sin desigualdades en torno a los principios fundamentales de la cultura, léase Europa. Nuestros pueblos deberían incorporarse a este proceso o perecer. Estas políticas de Sarmiento de valorización de la educación pública, mas allá de los fines, han tenido efectos importantes a lo largo de nuestra historia y en particular en la lucha contra las tendencias privatizadoras. Aspecto contradictorio con el pensamiento Liberal Oligárquico.
La otra perspectiva reivindicativa es de carácter progresista. En esta mirada se agrupan un conjunto de visiones que, en términos muy generales ven al Capitalismo en el marco de una visión histórica donde se valoriza su carácter progresivo en relación al Feudalismo y se afirma su papel de tránsito hacia un orden superior, el Socialismo. Este proceso histórico sucede en Europa y EEUU y a medida que se expande por el mundo y por nuestros países en particular y más allá de sus rasgos imperialistas, va generando los elementos progresivos y transformadores. En este marco se valorizan en Sarmiento los términos a través de los cuales se identifica con este proceso. La figura de Sarmiento se distingue del Bloque Oligárquico Liberal por su interés en constituir una Burguesía al estilo de la Norteamericana, su impulso a la inmigración cuyas consecuencias civilizadoras se están viviendo y su compromiso en la constitución de un sistema de educación pública basado en los progresos del conocimiento y la razón.
Es importante señalar que todavía en los sesenta y setenta en una parte importante del Movimiento Popular hay una subestimación visible hacia la potencialidad transformadora de los pueblos y culturas que fueron emergiendo de la resistencia a la colonización imperialista de España y de las luchas por la Independencia Nacional. Valoran con cierto iluminismo las ideas de progreso que vinieron la inmigración. Por otro lado y desde diversas fuentes históricas ligadas a la Oligarquía y a la Iglesia Católica se constituyó una mirada Nacionalista y Aristocrática de nuestra historia que reivindicaba nuestros orígenes españoles y católicos. Eran críticos del Liberalismo Inglés y, aunque por otras razones, también subestimaban a lo popular. Criticaban a Sarmiento desde lo ideológico en los términos de un debate de ideas que se desarrollaba en Europa. En Educación eran y son privatistas. Se emparentaban con corrientes Fascistas y tuvieron un papel protagónico, aunque desde la derecha, en la experiencia popular peronista. Cuando estas miradas analizan esta experiencia dejan de lado una cuestión fundamental: el protagonismo popular de la clase trabajadora. En este marco se explica la reivindicación de Sarmiento desde la vereda progresista basada en el papel que este le asignaba a la escuela pública en el proceso de constitución del sujeto popular en el desarrollo de un proyecto nacional, en confrontación con el Nacionalismo Aristocrático. Lo que relativizan es el papel ideológico de la escuela.
La perspectiva crítica de Sarmiento parte de cuestionar dos aspectos fundamentales de su pensamiento. El primero de ellos era la incomprensión y el desconocimiento de nuestros pueblos originarios y su posterior ampliación en el proceso de resistencia e independencia de la colonización Española. Esta actitud se expresaba en subestimación y se fundamentaba a partir de hipótesis racistas y de inferioridad cultural. El segundo de ellos era su suposición del carácter universal del pensamiento y la cultura Europea. Como alternativa a estos planteos se afirmaba que los pueblos de América Latina eran Naciones en desarrollo y que el principal obstáculo que tenían era el Capitalismo Imperialista primero expresado en la hegemonía Británica y luego la Norteamericana. La “Civilización” que Sarmiento veía en Europa mas que universal era una ideología imperialista que obstaculizaba a nuestros pueblos en su proyecto de Nación. En este marco amplio se desenvolvían un conjunto de miradas que iban desde la reivindicación de los orígenes Españoles (muchos de la corriente histórica Revisionistas) hasta las tributarias del Materialismo Histórico, en general identificadas como Nacionalismo Revolucionario. Me interesa señalar algunos aspectos de esta última por sus consecuencias en las miradas actuales a Sarmiento desde el Movimiento popular.
En la perspectiva crítica las corrientes tributarias del Materialismo Histórico afirmaban que no es cierto que el Capitalismo primero fue Europeo y en el Siglo XIX se volvió imperialista, sino que lo es por lo menos desde 1492. El capitalismo siempre fue un proceso mundial y la explotación de los pueblos del tercer mundo ha sido imprescindible para su desarrollo. Desde el Siglo XIX estas formas de dominación y explotación se expresan a través de la penetración comercial y de capitales. En nuestro país el Capital Ingles era el principal aspirante a la hegemonía. Ser nacional en el siglo XIX era afirmar a nuestros pueblos en la lucha antiimperialista. Nuestro protagonismo en la masacre del pueblo Paraguayo fue justamente lo contrario. Las conquistas del pensamiento científico y filosófico Europeo están articuladas en una ideología de dominación y su instrumentación se convierte en un obstáculo a la constitución nacional de nuestros pueblos. Afirmaban que no era cierto que la inmigración había tenido un papel transformador y cuestionaban el carácter neutro de la educación y decían que era un instrumento de dominación cultural. En este marco de ideas es claro que el papel de Sarmiento mas que progresista parecía reaccionaria en tanto trabajó activamente tanto desde la justificación como desde la ejecución de las líneas de dominación imperial.
A partir de lo expuesto quiero señalar algunos elementos que hoy ponen mas claridad al debate en torno Sarmiento. La primera cuestión a plantear es que en los hechos la inmigración introduce una fractura cultural que todavía en los sesenta setenta tenía sus efectos. Esta fractura se ha ido saldando en el tiempo y el peronismo fue un momento importante. Supo integrar la experiencia sindical de los trabajadores, donde el aporte ideológico y organizativo del Movimiento Anarquista y el Movimiento Socialista fue clave y a su vez también el sentido y el sentimiento nacional gestado a través de una cultura popular que logró resistir la ofensiva Liberal Oligárquica. Esto revaloriza el papel de las ideas progresistas que vinieron con la inmigración pero le quita ese papel iluminista que cierto liberalismo progresista le asignaba. La segunda cuestión a plantear es que ya no se puede discutir mas la riqueza histórica de los pueblos originarios y las luchas populares de resistencia que culminaron con la independencia de España. Esto generó importantes bases culturales y de conocimiento imprescindibles para cualquier proyecto nacional en América Latina. La tercera cuestión es que así como es innegable el aporte al saber científico hecho por los países centrales a lo largo de la historia capitalista también es clave visualizar que este sé conocimiento se articula en ideologías de dominación. Sintéticamente: la ciencia no es neutra, la atraviesan las luchas de clases, de raza y de género. A partir de estos tres elementos se puede enriquecer el debate sobre Sarmiento y profundizar una perspectiva crítica y a su vez transformadora. A manera de síntesis planteo: La educación debe ser pública, popular y democrática. Sarmiento contribuyó de manera activa a la constitución del sistema de educación publica pero este fue en términos ideológicos un poderoso aliado de la dominación imperialista.
Jorge Cardelli* Director de la Escuela “Marina Vilte” – CTERA. Miembro de la Dirección del Instituto de Estudios y Formación – CTA